Capitulo 2: En un manto de lágrimas Parte I
El cuarto se encontraba en completa oscuridad, las cortinas cerradas no daban permiso a que la luz nocturna se hiciera presente. En la cama, con las rodillas flexionadas y la cabeza reposando en ellas, se veía una sombra. El cuerpo del joven se hallaba estático, solo su acompasada respiración se hacia escuchar en la habitación. Poco a poco el chirrido de una puerta abriéndose se dejo escuchar, pero el joven no se inmuto. Los pasos de alguien acercándose a él tampoco le hicieron alzar la vista, hasta que una mano en su barbilla le obligo a mirar al intruso en su cuarto.
Unos ojos negros miraron al joven que tenia frente a si, este pudo ver los rastros de lágrimas que se asomaban por los ojos del contrario, a pesar de la oscuridad, pudo observar los ojos rojos de su querido Otöto. Su ceño se frunció, nunca lo había visto tan mal, y eso solo aumentaba la furia que se había apoderado de él horas atrás al verlo llegar en tan mal estado y no haber podido hacer nada por él. Sasuke deshizo el agarre de su Aniki para acomodarse de nuevo en su posición anterior. No quería tener a nadie a su lado en esos momentos, le dolía la cabeza a horrores, y aunque no le gustaba admitirlo, esto se debía por haber llorado en esas horas, más de lo que hubiese llorado en toda su vida.
Itachi, no conforme con esto, nuevamente le obligo a mirarlo. Quería saber la razón por la cual su Otöto estaba con esa actitud tan discorde con la personalidad que siempre mostraba.
- ¿Qué sucedió, Sasuke? – la voz preocupada de Itachi lo dejo estático por unos segundos. ¿Qué había sucedido? En su mente, esta pregunta también se le clavaba, haciéndole sentir un fuerte dolor en las sienes, antes que se diese cuenta, sus ojo se llenaron de lágrimas, pero no emitió ningún sollozo, simplemente el agua salía.
Poco a poco las manos de su hermano mayor borraban esas lágrimas, cual enemiga de aquello que buscase perturbar la simetría del rostro apacible de su querido hermano menor. En esta ocasión, Sasuke se atrevió, por propia voluntad, verle de frente a su hermano. Itachi siempre había estado para él, en incontables veces. Cuando estaba triste por los desplantes de su padre, cuando en un principio no tenia ningún amigo o cuando en las noches – cuando era pequeño – le daba miedo los rayos que caían en las tormentas eléctricas, alumbrándolo todo, y creando formas fantasmagóricas que asustaba a cualquier niño de cinco años. Era entonces cuando salía al cuarto de su hermano por la protección de los brazos y la calidez del cuerpo de este, que siempre le reconfortaba y que en un pacto silencio, solo con la presencia del otro, prometía protegerlo a cualquier costo.
El azabache sabía lo mucho que su hermano lo quería, y que este solo se preocupaba por él, viéndose impedido en poder ayudar a la persona más importante para él. Pero simplemente, las palabras no le salían. Como explicarle a tu hermano mayor, que has tenido una estúpida pelea con tu mejor amigo – que de echo es tu pareja – y que este no se tomo muy bien las cosas, aunque una reacción parecida se esperaba de parte de él, pero en definitiva no esperaba que ninguno de los dos dijeran palabras tan crueles, que solo hacia se notar la falta de madurez de ambos; pero, por sobre todo, en el que ni él mismo pudo controlarse y se dejo llevar por las insolencias de Naruto. Tal vez no quería decirle nada a su hermano por que no quería quedar como el tonto que se dejo llevar por sus emociones en lugar de mantener la cabeza fría y despejada en situaciones que lo ameritaban, como la de hace unas horas. Era un fuerte golpe a su orgullo. O al menos, eso era lo que quería pensar Sasuke.
Nuevamente, Itachi le pidió con la mirada que le contestase la pregunta formulada hace unos minutos, y Sasuke abandono su orgullo, y se dispuso a contestarle. Era su hermano después de todo.
- Yo... – comenzó diciendo Sasuke – yo, a Naruto ya le conté sobre lo de Oxford.
- Ah, ya veo. Así que no se lo ha tomado muy bien ¿o me equivoco? – la seriedad de Itachi no le permitió decir nada más. Simplemente lo miro y espero que su hermano estuviera conforme con esto. Itachi le siguió observando sin decir nada más, como analizándolo. Eso ponía nervioso a Sasuke. Odiaba cuando su hermano se ponía en el plan de detective. – Naruto es el tipo de chico que se deja llevar por sus emociones, pero estoy seguro que él sabrá entenderte, Otöto. Naruto es una buena persona, después de todo, él no podría estar enojado contigo más de 10 minutos aun que eso quisiera. Él siempre estará a tu lado.
Las palabras de su hermano reconfortaron en gran medida a Sasuke, en cierta parte su hermano tenía razón, aunque no se lo iba a decir. Suficiente ego tienen los Uchihas para que se lo estén echando en la cara.
Naruto no era el tipo de perronas que guardase rencores. Él jamás buscaría la forma de dañar a una persona, al menos no con intención. Y si lo hacia, sabia que el rubio no estaba pasándolo muy bien en estos momentos. Sonrió. Ahora tenia que agradecerle a su hermano por hacerle entrar en razón y ayudarle a poner su mente fría.
- Todo se arreglará – la voz de su hermano detuvo sus cavilaciones por unos momentos, pero fueron las palabras que le siguieron a las anteriores, las que lo dejaron helado – Naruto, simplemente no concibe la idea de que su pareja se vaya al extranjero.
Definidamente, Sasuke estaba congelado. Y cuando pensé que el juego de detective de mi hermano no podía mejorar. Sasuke aun no podía concebir que su hermano supiera toda la verdad. Pero, ¿desde cuando? ¿Cómo? Y por sobre todo, ¿Por qué diablos se lo tomaba con tanta calma? Hablaba de su homosexualidad como dos personas que están hablando del clima.
- Pero… ¿Cómo tu…? Es decir, acaso... – las palabras no querían salir de su boca aunque quisiera pronunciarlas. Estaba demasiado nervioso y todo su sistema corporal parecía que un momento para otro fuese a estallar.
- ¿Qué, cómo lo se? – nuevamente su hermano tomo la palabra. Y Sasuke espero, expectante a lo que este fuese a decirle. No con miedo, sino con curiosidad. Ya no tenia miedo a lo que le fuera a decir. Si su hermano hubiese querido reprocharle por su “orientación sexual”, lo hubiera hecho en el mismo momento que se entero. – es fácil, Sasuke. Su relación, aunque aparenta serlo, no es la de los mejores amigos. Aunque pueden engañar a muchos, pero no a mi. Los conozco muy bien ambos, especialmente a ti
- ¿A mi? – le pregunto Sasuke a su hermano - ¿Por qué lo dices?
Itachi se acerco y se acomodo en la cama con su hermano, lo hizo recostarse para quedar los dos abrazados. Sasuke no hizo intento de moverse, le gusta la compañía que su hermano le brindaba. Es mas, eran esos momentos uno de los mas felices de su vida. Él y su hermano, compartiendo. Realmente lo necesitaba, necesitaba que su Aniki le dijera que todo estaría bien, que no tenía que preocuparse. Que él y Naruto solucionarían sus diferencias, y verían este día como otro día en que tenían sus estupidas peleas; y por ser estupidas no iban a pasar a mayor gravedad. Necesitaba pensar así, y el único capacitado en esos momentos para hacerle sentir eso, era la persona que tenia a su lado. Una persona que era igual de importante que Naruto. Su querido hermano mayor.
- Cuando estas con Naruto – siguió hablando Itachi cuando termino de acomodarse – se te ve feliz – Sasuke lo miro directo a los ojos acomodando sus manos en el fornido pecho de su hermano – hay cierto brillo en tus ojos que no me pasa desapercibido. Y además, es el único que te hace sonreír. Aunque yo lo hago también, es diferente. Como si su mera presencia cambiará tu esencia.
Sus ojos se abrieron con impresión y un leve tono carmesí se apodero de su rostro. Así se comportaba con Naruto, como un bobo enamorado. Escondió su leve bochorno en el pecho de su hermano, más que nada intentando borrar ese estupido sonrojo que se apoderaba de él, y que era muy visible debido a la tonalidad de su piel. Por que tenía que ser tan blanco…aunque muchas veces Naruto le decía que le gusta su tono de piel, que parecía porcelana, y que era igual de suave también. Su muñeco de porcelana.
Un leve sonrojo junto con una aura asesina fue el cambio drástico que sufrió, e Itachi lo noto, y una gota se desparramo en su nuca. Que diablos estaba pensando su Otöto baka. Sin poder evitarlo empezó a reír, haciendo sacar a Sasuke de su ensueño, y que este lo viera con visible enojo.
- Aunque – continuo Itachi con rastros de la risa anterior, y tratando de recupera su seriedad – en Naruto también es bastante visible. Siempre te ve con esos ojos de cordero degollado. Mentiría si no te dijera que eso me llega a irritar. – y cataplum, el sonrojo volvió. ¡Que demonios le pasaba! Como odio sonrojarme se dijo a si mismo –. Es por eso que Naruto actúa de la manera que haya actuado. Creo que no concebía la idea de perderte, Otöto
- Lo se – le respondió Sasuke, olvidando su bochorno anterior – pienso disculparme con él… pero el tiene que disculparse primero por lo que me dijo – no iba a dejar a su orgullo doblegarse en esta ocasión, aceptaba su error, pero Naruto también había dicho muchas cosas.
Itachi río nuevamente por la actitud que sasuke estaba tomando. En cierta manera le parecía encantador el orgullo del menor. A veces, Sasuke no notaba lo tierno que podía ser. Y es que en cierta manera, Naruto era la persona adecuada para el azabache. Se complementaban de una manera que ninguno de los dos notaba. Sasuke con su seriedad pero al mismo tiempo con el corazón mas grande que existe, y Naruto con su parla chinería y esa actitud de querer proteger a todos. El ying y el yang, pensó en ese instante. Si, ese era un buen calificativo. La estabilidad que solo ellos se marcaban entre si.
Beso la frente de su hermano para separarse de este y salir del cuarto. Antes de que llegase a la puerta, se giro para hablarle nuevamente al pequeño:
- Ahora descansa – le sonrió – ya mañana sabrás que hacer.
Se dirigió nuevamente a la salida, poso su mano en la perilla y antes de que cruzara la puerta escucho la voz de su Otöto: - Gracias, Itachi.
Sonrió de nueva cuenta y salio del lugar, feliz por haber detenido – en cierta parte – la tristeza del menor.
Sasuke estaba convencido que el dolor se había menguado gracias a la pequeña charla con itachi. Le agradecía que fuera tan solemne con él. Su hermano podía aparentar seriedad en todo momento pero era innegable que era una persona capaz de sacrificarse por el bien de los demás. Y finalmente, Sasuke sonrió. Luego de tantas lágrimas, lo hizo. Solo quería que el sol mostrase su luz, y poder reunirse con naruto, y logra manifestar los sentimientos que tenia por el rubio. No era el más propenso para hablar de sentimentalismos arraigados desde el hombre desde que este puso un pie en el mundo – por supuesto que no, eso era el trabajo del rubio – pero haría su mejor esfuerzo. Solo esperaba que todo estuviera bien. Y quería creer en eso, ignorando por completo la opresión que se arraigo en su pecho, y le dificultaba traspasar la tranquilidad que su hermano le había dado.
¿Qué era esa sensación?
A veces, a Sasuke le cuesta perdonar.
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Un fuerte dolor en sus sienes lo hizo despertar lentamente. La luz que se escapaba por la cortina llegó a sus ojos incrementando el escozor de su cabeza. Cielos era la última vez que bebía, lo juraba.
Hablando de beber, hizo el esfuerzo de acomodarse de su cama se dio cuenta que estaba semidesnudo, su pantalón estaba desabrochado. Poso sus pies en el suelo de su cuarto, y sujeto su cabeza con ambas manos tratando en vano de apaciguar su dolor.
Un leve movimiento en su cama le advierto que no estaba solo. Hizo el esfuerzo de posar sus ojos hacia donde provenía ese ruido. Su corazón empezó a latir con fuerza cuando diviso el cuerpo que descansaba en su cama. Su sabana ocultaba, de cualquier mirada indiscreta, la delineada figura de la chica. Y aunque este no podía observarla por completo, tenia el leve presentimiento que ese cuerpo no distaba mucho de encontrase en las mismas condiciones en que el se encontraba.
Junto a un fuerte dolor en sus sienes, las imágenes de la noche anterior llegaron a él en un parpadeo. Fue lento y pausado, cada imagen se mostró ante el desconcertado chico que solo se repetía así mismo ¡¿Qué demonios?!
La pelea con sasuke, la platica con gaara, y el bebiendo. Shion acercándose a él. Shion y él besándose. Shion y él yendo a su habitación. Shion y él quitándose la ropa, él acariciándola y besándola… y después, todo negro. ¡Demonios! ¡¿Qué fue lo que hice?!
Estaba en shock, no podía creer lo sucesos que se presentaban en su cabeza, y tan grande era su aturdimiento que no noto a tiempo cuando el cuerpo que antes dormía despertaba de su letargo. Su pulso se acelero. ¡Dios ¿Qué había hecho?! Los ojos de la chica se posaron en él y su nerviosismo aumento. Recordó a sasuke, y eso lo hizo destruyo mas. Recordó sus ojos negros llenos de lágrimas. Las primeras que veía en mucho tiempo; jamás soportaría ver esa mirada de nuevo. Y miren lo que había hecho, le había sido infiel a la persona que mas amaba en el mundo. Poco a poco sus ojos empezaron a derramar lágrimas de dolor. Dolía, le dolía tanto. Se sentía sucio, asqueado ¿Cómo miraría a Sasuke a los ojos ahora? Un fuerte rugido de desesperación sonó en el cuarto proviniendo de su garganta y muriendo en ella, mientras se dejaba caer en el suelo de rodillas. Se sentía tan miserable.
Shion observo a Naruto, el estado en que el chico cayo le hizo reaccionar, y entenderlo finalmente. Sus ojos habían y su mente le gritaba lo que su corazón no quería oír. Y ahora entendía, y por más que una voz le decía lo contrario, no se despojo de ese sentimiento de amargura que se acarreaba en ella al ver al rubio así. Se acerco al cuerpo de naruto para tratar de tranquilizarlo. Tenía que explicarle lo sucedido, lo que sucedió hasta el final.
Naruto sintió las manos de la rubia en su cuerpo, y se sintió mas asqueado. Su mente solo pensaba en Sasuke y en la reacción que tendría el chico al enterarse. Había olvidado por completo a la chica que de seguro creyendo que el deseaba lo mismo que ella se había entregado a él sin pensarlo dos veces. Había lastimado a dos personas por sus estupideces.
Tenia que hablar con ambos. Arreglar con lucidez lo que había logrado en un acto donde no tenía pleno uso de sus facultades. Hablar con la verdad. Eso haría, no soportaba el hecho de mentirle a Sasuke, aunque eso tuviera como con secuencia…
- Naruto – la voz de la chica lo descoloco y lo saco de sus cavilaciones. Primero hablaría con ella, luego... Sasuke. Hizo el intento de decir algo pero uno dedo en sus labios detuvo el comienzo de sus palabras. – Escucha. Tenemos que hablar.
La duda se apodero de él en ese instante y también el desconcierto. El temor de lo que se avecinaba lo envolvía lentamente. Pero no huiría, no flaquearía. El no era un cobarde, y afrontaría sus errores. Aunque eso significara…perder a Sasuke. Involuntariamente una lágrima se le escapo de sus ojos y a su vez la chica empezaba con su relato.
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Kiba desperto, en casa de Naruto, con un fuerte dolor de cabeza. Él y sus amigos – los que se quedaron en casa del rubio sin invitacion – luego de tomar un café muy cargado para la resaca empezaron a ordenar el enorme desastre que habían hecho. A pesar de que aún tenían señales de la noche anterior, continuaron. Ya estaban acostumbrados a esas parrandas, y cualquier persona que los vieran no notaría en sus personas lo que ahí había pasado.
Sai, Lee, Chouji, Shikamaru y él se repartieron los que hacerse. Tocándole a él la antesala (o para algunas de ustedes el recibido si he entendido mal). Lugar en el cual estaba sin hacer nada mirando la puerta principal extrañado. Una mueca desconcierto se apodero de sus facciones mientras su mente pensaba ¡¿Qué demonios le pasa a este?! Ninguno de sus amigos lo noto, y él ni siquiera pudo moverse de su lugar.
Cuando ya estaban terminando su parte del trabajo, el sonido de unos pasos provenientes del piso de arriba lo sacaron de su ensoñación, advirtiéndole que el dueño de la casa estaba despierto y hacia acto de presencia. Fueron solo cuestión de segundos para que su vista apreciara la mata de cabellos de su rubio amigo. Naruto tenía en su rostro los estragos de la resaca, pero a su vez había alivio y aflicción. Contrarrestando un sentimiento con el otro. En la mente del rubio solo tenía cabida la figura del azabache. Hablar con él y tratar de explicar sus acciones ahora era su mayor prioridad. No sabía que le diría pero…solo esperaba – ilusamente – que Sasuke lo perdonara, y Dios, rogaba que lo hiciera. Era la duda de que el azabache no quisiera verle más lo que los hostigaba diciéndole: no lo hagas, él no lo sabrá. Jamás se enterara. Pero no podía escuchar esa voz, su parte honesta, esa que habían inculcado sus padres desde pequeño de que siempre tenia que decir la verdad aunque esta doliese, le arrancaba las dudas y le llenaba de fuerzas. Que era mejor, vivir una mentira, o la verdad amarga que lastima pero no daña el alma. Además, jamás podría mentirle al azabache, no a él.
Kiba vio a su amigo tomar su abrigo y dirigirse a la puerta principal, bastante cuerdo a pesar de la resaca. Si, ellos realmente estaban acostumbrados a la “buena” vida. En ese momento recordó lo que hace media hora ocurrió en ese mismo lugar y que los desconcertó por unos minutos. Intento detenerlo pero ya era demasiado tarde, Naruto ya se había ido.
Otros pasos bajando le alertaron de que alguien mas venia de la planta de arriba. Y así era, Shion hacia acto de presencia con el rostro sombrío y demacrado, en ella también se notaba los rastros de una resaca. Ella no estaba acostumbrada. La chica intento disimular una sonrisa para el amigo de Naruto, y fue totalmente en vano. Esta tenia bastante dudas rondándole, pero no hizo aflorar ninguna de ellas. Solo una se le escapo de sus labios, y esperaba que la chica le respondiera.
- ¿A dónde va Naruto a esta hora? – aunque no creía que la chica pudiera responderle, pero no perdía nada.
- Fue arreglar un asunto – contrariamente a lo que esperaba, esta si supo responderle, aunque no en su totalidad. Shion no había querido agregar más dudando, no sabia si el chico estaba al tanto de la verdadera relación entre Sasuke y Naruto.
- Ese idiota – Kiba volvió hablar olvidándose por completo de la escueta respuesta de la chica y la intriga que le causaba verla ahí. – Ni siquiera le pude decir que Sasuke salio de aquí hecho un torbellino.
Shion puso los ojos en blanco ante esta revelación Sasuke…él había ¿Qué?
- Explícamelo ¿A que hora llego Sasuke? – le exigió saber la rubia al moreno.
Aunque desconcertado, Kiba le respondió a la chica. Haciéndole recorrer un enorme pánico a la chica sin saberlo.
- No se exactamente cuando, pero ya paso media hora desde que se fue. Lo sé por que Shikamaru me ha gritado que como es posible que haya tardado media hora en arreglar aquí. Ni que él fuera modelo de la responsabilidad. Ese tonto perezoso.- arrugo el ceño ante eso – en fin, solo note cuando bajo rápidamente las escaleras y azoto con fuerza la puerta. Ni siquiera pude preguntarle que le pasaba.
- ¡No! – el grito de la chica desconcertó al moreno y algunos de los chicos se asomaron para ver que pasaba. Shion ignoro a todos ellos pensando en la información que Kiba le había dado (por supuesto que no tomo en cuenta la parte en que mencionaba a shikamaru ¬¬) Sasuke posiblemente los había visto a ambos antes de que ellos despertaran, y había sacado sus propias conclusiones. Y si era así, a Naruto le costaría mas hablar con el azabache. Dudaba que Sasuke, siendo como es, se doblegara tan fácilmente a escucharlo ahora.
Los chicos la observaron extrañados. Unos mas que otros. Los demás no sabían exactamente la huida que Sasuke había hecho, ni cuando Naruto dejo su hogar sin siquiera despedirse. Kiba, aun sabiendo eso, no entendía que pasaba. Y no tenía un buen presentimiento de todo esto. ¿Acaso Naruto y Sasuke habían peleado? No, la ida de Sasuke y la de Naruto tenían un lapso de tiempo muy largo para haber sucedido una pelea. Cuando eso ocurría y Sasuke se alejaba elegantemente del rubio este le seguía inmediatamente. Entonces ¡¿Qué diablos había pasado allá arriba?!
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Esa mañana había despachado al ama de llaves para darle el día libre. Quería encargarse el mismo del desayuno del desayuno. Estaba a poniendo manos a la obra, prepararía el desayuno favorito de su Otöto para mejorarle animo cuando este volviera. Una sonrisa se asomo en su rostro. Dijera lo que dijera Sasuke, él sabia lo importante que era Naruto para este, así que no lo había sorprendido el ver al joven salir de casa con rumbo – de eso estaba seguro – a casa de Naruto. Aunque le hubiera gustado que Sasuke hubiera sido sincero con él respecto a su relación con el rubio, había sido divertido ver como el azabache se las arreglaba para “ocultarle” su relación. En un principio no le gusto en absoluto que alguien más se volviera la persona más importante para su Otöto. Pero al ver Sasuke tan feliz con esa sonrisa, no le había quedado de otra que captarlo y agradecer a Naruto por la felicidad que le brindaba a su pequeño hermano.
Exactamente por esa razón, se extraño al escuchar el azote de la puerta, advirtiéndole que su hermano había vuelto, y no con buen humor. Un mal presentimiento le embargo el cuerpo, y sin pensarlo dos veces se dirigió hacia el lugar donde escucho los pasos de su hermano. La habitación del menor. Llego a la puerta de la habitación de su Otöto encontrándose con lo que era el resultado del estruendoso ruido que llegaron a sus oídos mientras subía las escaleras.
Sasuke había llegado a su casa precipitadamente, y directamente se dirigió a su habitación. La ira le inundo cada uno de sus acciones, y trato de desquitarse destruyendo todo lo que había a su alrededor. No podía creer lo que había visto, si alguien le hubiese dicho que esto sucedería se hubiera reído en su cara. Por que eso jamás pasaría. Pero el lo había visto. Había visto el cuerpo de Naruto y el de esa chica Shion en la cama del rubio. Naruto estaba semidesnudo y noto la ropa desperdigada en toda la habitación. No le tomo mucho tiempo el atar cabos para caer en cuenta lo que ahí había sucedido. Una desesperación se apodero de él.
Más fue su furia al verse así mismo huyendo de la casa del rubio. Ni siquiera había tenido el valor de reclamarle a la cara al rubio de su engaño. Hubiera querido insultarlo a él y a la chica que estaba en el lugar que a él le pertenecía. Hubiera querido golpearlo para que sintiera lo que su cuerpo y su corazón sentían en esos momentos. Pero no pudo. Sabía que si se enfrentaba al rubio en ese estado se desarmaría ahí mismo. Y eso jamás, no iba a dejar que el rubio lo viese en ese estado de impotencia. No le daría ese placer. Sentía tanta ira.
Y pensar que había ido para arreglar las cosas con el chico, por el simple hecho que no soportaba estar molesto con el rubio por mucho tiempo, y el idiota de Naruto estaba... Se abrazo así mismo tratando de apaciguarse, para recuperar la calma y la aparente frialdad que siempre aparentaba ante todos, no quería llorar. Le dolía el pecho y mucho. Sentía una enorme opresión en él. Sentía como si poco a poco lo estuvieran desgarrando por dentro. Sofocado, si eso sentía. Unos brazos se posaron en su cuerpo, abrazándole para brindarle la calma que no había logrado producirse por el mismo. No se aparto del contacto que le brindaba, sabiendo de antemano de quien se trataba. Itachi.
Su hermano era el único en quien podía confiar en esos momentos, savia que siempre estaría con él. Por eso, junto a ese cuerpo termino descargando el dolor que hace minutos se negaba a explotar. Termino por descargar lágrimas, gimiendo de dolor, gritos de desesperación y exhalaciones – que le pedían pronunciar palabras – se apoderaron de su garganta. Se abrazó a mas a su hermano tratando de buscar refugio. Ese enlace que lo clavaba entre la realidad y su ensueño que le decía que a pesar de todo, él estaría bien. Pero ¿Cómo? Clavo sus uñas en los brazos de su hermano, tratando apaciguar su dolor. ¡¿Por qué lo hizo?! ¡¿Por qué?!
Itachi abrazo a su hermano pequeño refugiándolo en sus brazos, para calmarlo. Lo observo con impotencia, y en su rostro se fijo una mirada de irritación y desconsuelo al ver a su hermano en ese estado. Solo podía observar como el dolor de su hermano crecía, le observa con impotencia sin poder hacer nada más por el de lo que estaba haciendo. Él, que se suponía que debía protegerlo, no podía evitarle el dolor. Y eso le llenaba de furia. Fuese quien fuese el que le había hecho eso a su hermano – aunque tenía sus sospechas – juraba que se les pagaría. Nadie lastimaba a su Otöto.
Itachi uchiha era el hermano que siempre protegería al pequeño que tenia en sus brazos.