Wilson estaba sentado, en su oficina, con una pila de papeles frente si, mirándolos fijo, pero sin prestarle verdadera atención. Se sentía agobiado, y por supuesto, Gregory House tenía que ver con eso. Hacía ya más de 6 meses de aquella apasionada noche en la que James había podido disfrutar de los besos y caricias del nefrólogo, 6 meses ya de aquel momento en el que habían acordado terminar con sus respectivas parejas y darle una oportunidad, de una vez por todas, a su relación. Si, más de medio año ya y nada de eso había pasado.
Luego de unos días House le pidió más tiempo, que tenía que encontrar el momento adecuado para hablar con Cuddy, decía, y James por su parte tampoco hablaba con Sam, tan solo por qué pensaba, cabreado, que si Greg no lo hacía entonces él tampoco. Y llegó el día en el que House le dijo que tal vez lo mejor era dejar las cosas como estaban, después de todo Wilson parecía estar feliz con Samantha, y House se sentía bien con Cuddy. James no pudo hacer otra cosa que decir que sí. Una vez más se tragó sus sentimientos y trató de convencerse a sí mismo de que House tenía razón, después de todo, ¿no la tenía siempre?
Pero claro, unas pocas semanas después ninguno de los dos pudo mantener la farsa de que “todo era como antes”, y a la primera noche en la que estuvieron solos en casa de Gregory terminaron acostándose otra vez. Y así iniciaron, silenciosamente, un nuevo destructivo patrón: tener sexo esporádico cuando ya no aguantaban las ganas de estar juntos, y pretender que no había pasado nada al otro día.
Wilson sintió, en un principio que las cosas podían llegar a ir bien, es decir, estaba con Sam quien le brindaba el amor y seguridad clásicos que él necesitaba, y por otro lado también tenía la amistad y la intimidad con House que, por algún extraño motivo que el oncólogo no llegaba a entender, tan indispensable le resultaba.
Pero aquel sueño perfecto no podía durar mucho tiempo. No era solo los celos de tener que compartir a su amante con una de sus mejores amigas (y los sentimientos encontrados que esto le generaba), si no que más bien lo que atormentaba a James era el tener la sensación de que House no estaba tan enamorado como él. Eso lo torturaba más que ninguna otra cosa, por qué, Wilson no habría tenido problemas en dejar a Samantha y compartir su vida solo con House, aunque sabía lo difícil que eso podría llegar a ser, y aunque también lo asustaba, pero a pesar de todo, no habría dudado en hacerlo.
Wilson murmuró una maldición justo en el momento en que su celular comenzó a vibrar.
“Esta noche Cuddy la pasa en casa de su hermana. Estaré en mi apartamento. Trae cervezas.”
James suspiró profundamente antes de responder que allí estaría.
Unas cuantas horas más tarde House y Wilson estaban sentados en el viejo sillón del living del nefrólogo mirando televisión en silencio, lata de cerveza en mano. El mayor parecía prestarle toda su atención a la película de acción, pero el más joven tenía la mirada pérdida, sobre la tv, pero con gesto de estar pensando en cualquier otra cosa.
Estaba frustrado. Deseaba a Greg con todas sus fuerzas. No podía recordar haber deseado de esa forma a nadie antes, ni hombre ni mujer. House no tenía que hacer nada en especial, tan solo una mirada, cualquier gesto, en realidad tan solo su mera presencia hacía que la sangre del oncólogo hirviera. Se sentía como un jodido adolescente otra vez. Y eso era otro punto que lo molestaba, por qué, si bien House también demostraba atracción hacia él, y cada vez que hacían el amor lo sentía disfrutar, lo cierto era que rara vez tomaba la iniciativa, por lo menos, en los últimos meses, y aunque en sus encuentros iniciales se había mostrado tan interesado en tomar el rol activo como el pasivo, últimamente solo prefería lo segundo, y no demostraba deseos de querer penetrar a James, como lo hacía antes. Wilson tenía la desagradable sensación de que el nefrólogo simplemente se dejaba hacer, y nada más. Y estaba seguro que Lisa Cuddy tenía que ver con eso.
Wilson se encontraba tan ensimismado en sus oscuros pensamientos que no escucho la voz de Gregory hablándole.
-¡Jimmy!, ¿Dónde tienes la cabeza?- exclamó por último el doctor más veterano.
-¿he?, lo siento, estaba distraído, ¿Qué decías?
House lo observo con su típica mirada escrutadora de rayos X, que ponía nervioso a cualquiera, especialmente a Wilson.
-bueno, como tienes la mente en cualquier lado no te diste cuenta que terminó la peli, te preguntaba si quieres ver otra o prefieres ir a la cama, pero creo que ya sé cuál es tu respuesta-dijo Gregory con su también habitual tono cínico-malicioso. Wilson sacudió la cabeza.
-tienes razón, no tengo animo de cine hoy. Prefiero ir a la cama-respondió secamente, para luego hacer ademan de levantarse, pero House lo detuvo tomándolo del antebrazo, manteniéndolo en su lugar.
-¿Qué pasa Wilson?, has estado actuando raro últimamente. ¿Estás enojado conmigo?
-¿acaso tengo motivo para estarlo, House?
James se dio cuenta que su tono resultó mucho más cortante de lo que pretendía. Gregory lo miró con gesto frio, y respondió a la defensiva.
-pues, no que yo recuerde, pero sabes que soy malo deteniéndome en estupideces.
Wilson sonrió tristemente.
-¿estupideces?, tienes razón, soy un estúpido, así que me fijo en estupideces, es lo más lógico.
El oncólogo intento incorporarse una vez más, pero Gregory lo retuvo de nuevo.
-¿Qué pasa James?
Escuchar su nombre en labios de House siempre ponía alerta a Wilson. Se detuvo a pensar antes de responder, estaba agotado de la situación, pero al mismo tiempo lo último que quería era tener una pelea con Greg, estaba muy hecho polvo como para sostener un argumento con el nefrólogo.
-no lo sé, House, lo siento, estoy fastidioso, yo…deseaba estar contigo, hace varias días que no estamos juntos…
-¡ha!, ¿es por eso?, ¿estás enojado por qué piensas que no pasamos el suficiente tiempo juntos?...y por qué crees que es mi culpa, ¿no?
James se mordió el labio inferior antes de responderle, con la mirada hacia adelante.
-bueno…quizás sí, quizás sí este enojado contigo, House, yo me siento…mal. La verdad es que te extraño horrores, cada segundo que no estas a mi lado yo…me siento miserable. TE NECESITO, Greg, y parece que tu no a mí de la misma manera.
“Bueno, ya estoy, lo he largado” pensó Wilson mientras sentía la mirada fija de Gregory en él, quien quedo momentáneamente silencioso por unos instantes. Eso no podía ser bueno.
-No es así, Jimmy – respondió, finalmente, con suavidad- yo te extraño también, te necesito a mi lado de igual forma, es decir, no estaríamos en esta situación si no fuera así.
-¿en serio House?- exclamó el oncólogo que empezaba a exasperarse, enfrentando la mirada de su amante.
-¡claro que sí, idiota!, ¿es que acaso no recuerdas cuando te dije que te quería?- gritó el mayor. Wilson lanzo una risita oscura.
-no, House, tu nunca dijiste eso, yo dije que te quería, y tú solo me respondiste que sentías lo mismo, nada más.
-¿pero no es lo mismo, Wilson? , es decir si tú me dices te quiero, y yo digo que siento lo mismo…
-¡NO!-gritó James con desespero- ¡no es lo mismo, Gregory! Es que siempre es igual en todo, siempre soy yo el que va atrás de ti, siempre yo quedando como un imbécil, cediendo a lo que TU quieres, y tú solo te preocupas por mi cuando te parece que pierdes algo de eso dominio, antes te preocupaba cuando estaba con alguna mujer, y hora de hecho ni siquiera eso te importa. ¿Es por Cuddy? Ahora ya tienes a alguien más para tener sexo gratis y soportar tus pendejadas, ¿es así, verdad?
-¿pero qué dices?, ¿estás loco?, ¿acaso te llego ese momento del mes otra vez? –respondió House visiblemente enfadado, con ese tono cruelmente burlón que sabía adoptar a veces, y que Wilson odiaba. Se apresuró a levantarse del sillón, y comenzó a buscar sus cosas, quería alejarse de allí, no soportaría un ataque de House en esos momentos. Pero este lo siguió.
-¡espera!, ¡Wilson!...
-¡House!, basta, lo mejor es que dejemos las cosas así ahora, estoy cabreado, y no quiero discutir contigo, Greg, en serio.
El nefrólogo guardo silencio, y lo observo fijamente mientras James se ponía los zapatos, y buscaba su tapado, y las llaves de su auto. Cuando vio que el otro las había encontrado, y estaba ya dirigiéndose hacia la puerta, finalmente hablo.
-¿quieres terminar conmigo, Wilson?
James se clavó en el lugar que estaba al escuchar las palabras de House, se volteó a verlo lentamente. Encontró su mirada, que ya no estaba enojada, ahora sus grandes ojos azules solo reflejaban tristeza. Tragó saliva con dificultad antes de responderle.
-no, House, yo no quiero terminar contigo, es decir, si, si quiero terminar contigo, me encantaría poder alejarme de ti, pero no puedo, ¡mierda, no puedo!, eres…una necesidad para mí, mi más grande necesidad. Y…tú no dejas de lastimarme… ¡en serio que estoy jodido! – gritó por último el oncólogo dejando caer sus manos, que había llevado a la cabeza, con resignación.
House bajo la mirada, clavándola en el suelo.
-Lo siento, Wilson, yo no quiero lastimarte, yo…yo te quiero, ¡te necesito también!, pero… ¡es que yo te lo dije!, ¡te dije que esto no funcionaría!, sabes que soy un idiota, un jodido bastarde que no puede hacer feliz a nadie…
-no, Greg, no lo eres. Bueno, tal vez si eres un poco idiota… ¡bastante!, pero no eres un bastardo. Y puedes hacerme feliz, puedes hacerlo solo permaneciendo a mi lado.
James se sintió una vez más, desarmado por las palabras que había pronunciado House, además, ¡qué demonios, no soportaba verlo triste! Era un jodido débil. Se acercó a su antiguo amigo y tomó su rostro entre las manos.
-te amo, Greg, solo quiero que me correspondas, que estés conmigo. Quiero que seas honesto, tu…-dudó antes de hacer la pregunta que quería hacer, pero finalmente la hizo- ¿tú no estás seguro de lo que sientes por mí?, ¿aún sientes cosas por Cuddy?
Wilson pudo observar como los ojos de House se abrían cada vez más, desesperados, con lágrimas en los ojos. Se veía perdido, esto lo hizo sentir fatal.
-yo…, yo no sé, Jimmy- James aparto las manos y se llevó un puño a los labios con gesto doloroso .Pero Gregory continuó-es decir, yo te amo, te amo como no ame a nadie en mi vida. Pero también siento cosas por Cuddy, cuando estoy con ella…es como si estuviera donde tengo que estar, como TENGO que estar, ¿me entiendes, Wilson?
House hiso una pausa, parecía querer aclarar su cabeza. Wilson permaneció inmóvil, con la mirada acuosa en el piso, y el puño apretado en los labios.
-es decir, Jimmy, soy un viejo, un jodido viejo amargado que a estas alturas ya debería tener su vida en orden. Debería…no lo sé, tener una familia, una mujer, hijos… y toda esa porquería que nunca supe tener, o no quise, mierda, no lo sé.
El menor levantó la mirada y observo a su compañero. Gregory House se veía tan perdido, parecía sentir pánico, parecía vencido. Wilson nunca lo había visto así, ni siquiera cuando lo de su pierna, o cuando lo dejo Stacy, o más tarde con todo el drama que lo llevo a Mayfield. No pudo soportarlo, y las lágrimas que hacía rato anidaban en sus ojos marrones comenzaron a caer, silenciosamente.
-¿quieres que me aleje de ti?-preguntó apenas audible.
-tu…tu deberías Wilson. Es lo mejor.
James no soportó más. No podía más. Dio la espalda al nefrólogo y salió lo más rápido que pudo de l departamento.
House observó a Wilson marcharse y permaneció de pie por unos instantes, petrificado. “Lo has arruinado otra vez. Lastimaste a quien más amas de nuevo.” Se dijo a si mismo mientras una lagrima se derramaba por su mejilla.