Había sido un día larguísimo en el hospital y el doctor James Wilson finalmente podía disfrutar de algo de tranquilidad en su departamento. El oncólogo había comido lo primero que vio en la heladera, sin demasiadas ganas, y luego se sentó a mirar la tele, sin prestarle mucha atención tampoco, tenía muchas cosas rondando su cabeza. La noche anterior Sam y él habían discutido duramente, ella le recriminaba que él no le prestaba atención, lo que era absolutamente cierto, y luego de varios gritos y acusaciones Wilson admitió que tenía sentimientos por alguien más. No tuvo valor para decir quién era ese alguien, pero no importaba, su ex esposa no necesitaba escuchar nada más. Se fue a casa de su madre diciendo que al día siguiente volvería por sus cosas y eso fue todo.
James se sentía mal por ella, pero al mismo tiempo también estaba aliviado, al menos no tendría que seguir fingiendo a su lado. Una razón menos de culpa.
Wilson suspiró agotado. Ese día se había encontrado con que Cuddy había faltado al trabajo, cosa rarísima en ella, luego escucho cuchichiando a una enfermera sobre que House también se había ausentado, “seguro que se tomaron el día para estar juntos, ahora él realmente puede hacer lo que quiera…” la mujer siguió hablando en tono malicioso sobre House, y sus supuestos privilegios por acostarse con la decana, pero James ya no escucho nada más y se apresuró a alejarse de allí.
Estaba enojado, furioso con el nefrólogo, pero al mismo tiempo también lo extrañaba horrores, era raro, la mayor parte del tiempo Gregory House era como un enorme moscardón, insoportablemente molesto, y sin embargo, entrañable al mismo tiempo. Eso o quizás James era masoquista. En esas pensaba Wilson cuando el timbre de la puerta lo saco de sus cavilaciones. ¿Quién carajos podía ser a esa hora?, James no quería averiguarlo, pero el sonido del timbre siguió sin tregua, por lo que al oncólogo no le quedo más opción que ir a ver quién era el desubicado. Al mirar por la mirilla quedo estupefacto. Era house, claro. Wilson dudo unos instantes antes de entreabrir la puerta.
-¿estas con Sam?
Fue lo primero que dijo el mayor, luego de observarse en silencio por unos segundos.
-no ella…está visitando a su madre- dijo James secamente.
-¿Qué quieres House?
-¿me dejas pasar?-dijo Gregory interponiendo su bastón. Wilson se sintió cabreado, House siempre con esa actitud, como si nada hubiera pasado. Odiaba cuando hacia eso.
-¡No!, dime que quieres-le ladro James muy serio. House lo miró entonces con esos ojitos de gato con botas que sabía poner cuando lo necesitaba, y en voz baja, susurro:
-por favor.
Wilson sintió su enojo aplacarse un tanto, incluso sabiendo que la capacidad de manipulación de Gregory era inmensa. L e dio la espalda y volvió a sentarse en el sofá, sin decir palabra. House entro, cerró la puerta tras de sí, y lo siguió, sentándose a su lado. La tensión era palpable en el aire. Wilson fingía estar muy interesado en la pantalla de tv, mientras que Greg lo miraba de reojo, analizando las posibilidades de salir con un ojo morado si le hablaba en ese momento. Luego de un rato a House se le hizo que la situación era ridícula, parecían dos niñitos enfurruñados. Decidió arriesgar su ojo.
-Wilson.-intentó llamar la atención del menor, pero este no le hizo caso, y House volvió a llamarlo.
-Wilson, ¿podemos hablar?
-¿Qué demonios pasa house?-respondió James finalmente, enojado no solo con su amigo, sino también con si mismo por ser tan susceptible a sus jugadas.
-yo…quería decir que lo siento.-respondió el nefrólogo cabizbajo, como un corderito. Wilson sintió el impulso de abrazarlo y llenarlo de besos, pero se dijo a si mismo que no podía ser tan fácil, y haciendo acoplo de todas sus fuerzas se mantuvo indiferente.
-¿en serio?- respondió en el tono más burlón que pudo.
House lo observaba ahora fijamente, sin disimular, y él notar esto puso muy nervioso a James. Cuando sintió los dedos de Greg en su mejilla dio un respingo. El mayor se acercó más a Wilson a la vez que corría su rostro hacia él, para que lo mirara. En un instante quedaron tan cerca que el medico más joven pudo sentir la cálida respiración del otro hombre, junto con su perfume picante y sexy. El enojo se estaba transformando en otra clase de sensación que James no quería experimentar en esos momentos. Se apresuró a alejarse corriéndose unos centímetros en el sillón.
-House, de verdad, ¿a qué has venido?, dijiste que debíamos alejarnos…
-te amo, Jimmy.-interrumpió Gregory, dejando a Wilson con la mandíbula en el piso de la sorpresa. El living quedó en silencio unos instantes.
-¿estas jodiendo conmigo?-exclamo Wilson luego de recuperar su pensamiento, exasperado- primero me dices que me quieres, luego que tenemos que separarnos, ahora vienes con esto, ¿Qué piensas que soy House?, ¿tu juguete personal?
House volvió a acercarse al oncólogo, esta vez tomo rápidamente su rostro con las dos manos, y antes de que éste callera en la situación estampó los labios en los suyos, con una fuerza que mareo a James, quien, abrió la boca para protestar, hecho que Greg aprovecho para introducir su lengua, acariciando posesivamente su interior.
Wilson no pudo no corresponder al beso del mayor. “soy un maldito idiota”, se dijo a si mismo mientras sus manos se trasladaban solas hasta el cuerpo del otro, acariciando su espalda, sus hombros, sintiendo como las oleadas de deseo y pasión se incrementaban en él en un segundo. Greg ya había salteado su camisa, acariciando su piel por debajo con esas manos largas y finas, James no noto en que momento la camisa rodo por los aires y su torso quedo expuesto a los besos y mordisco de House, quien lo recostó sobre el sofá, echándose sobre él.
Terminaron de sacarse la ropa en tiempo record, sin dejar ni un segundo de tocarse y besarse toda parte del cuerpo que tenían a mano. Wilson se sintió fuera de tiempo y espacio, como siempre que estaba en esas circunstancias con el nefrólogo; su piel, su calor, su olor, todo ayudaba a la pérdida total de su cordura.
Ahora James sentía el peso del cuerpo desnudo del mayor recostado sobre él, moviéndose suavemente, mientras lo besaba muy fuerte. Su piel lo acariciaba entero, y su corazón se aceleró aún más al sentir su miembro erecto rozando con el suyo. Se le dificultaba respirar, pero no importaba, habría podido morir en sus brazos. Sintió deseos de besar más que su boca, poso sus manos en los hombros de House, apartándolo suavemente, para poder posicionarse recostado hacia sus pies, enfrentadose a su pene que se veía hinchado y terso más que listo para recibir a sus labios. Wilson observo aquel espectáculo extasiado, mientras sentía la ansiedad del médico más veterano en aumento. Luego lamio de abajo hacia arriba, probando el sabor de ese miembro, para después engullirlo casi completamente. House se estremeció y gimió profundamente, lo que hizo sonreír internamente al más joven, y comenzar a succionar y lamer rítmicamente, con fuerza.
House jadeaba, cada vez más desenfrenado. Luego de unos momentos Wilson sintió que se inclinaba y tomaba su sexo con la boca al mismo tiempo que él lo hacía con el suyo. El placer que se brindaban mutuamente hacia que la profundidad con que se succionaban fuera cada vez mayor. Luego de unos momentos, que podrían haber sido eternos, el nefrólogo se apartó y con voz ronca de deseo llamó a Wilson, pidiéndole que se parara frente a él. James se puso de pie, tambaleante, mientras House lo hacía voltearse quedándose sentado a sus espaldas.
El oncólogo sintió la mano izquierda de Greg deslizarse hacia su miembro, masturbándolo suavemente, mientras la derecha acariciaba sus nalgas, apretándolas con lujuria. Lanzo un grito de agonía cuando sintió la calidez y humedad de la lengua de house acariciar su entrada. Gregory no necesito mucho para introducir varios dedos en él luego, estaba en ebullición, por lo que se apresuró a incorporarse también.
-voltéate y recuéstate. – dijo imperativamente y Wilson no espero que se lo repitiera para obedecer.
Se inclinó sobre el sofá, apoyando sus manos en el respaldo, mientras Gregory se pegaba a sus caderas, apoyando su erección en él. Lo penetro con suavidad, atendiendo a los gestos de Wilson, que jadeo de placer al sentir al nefrólogo llegar a su punto más sensible. El ritmo fue acrecentándose paulatinamente hasta volverse frenético y profundo. James apenas sintió dolor, rápidamente se perdió en el éxtasis que las embestidas de su amante dentro suyo le provocaban. House volvió a acariciar su sexo que pedía toda la atención del mundo, y pocos momentos después Wilson eyaculó sobre los almohadones y House dentro de él.
Greg se salió trémulo, y se apresuró a dejarse caer sobre el sofá sintiendo que las piernas le temblaban peligrosamente, sobre todo la mala. Wilson hizo lo mismo. Permanecieron en silencio durante un buen rato, mientras sus respiraciones y los latidos de sus corazones volvían a su ritmo habitual.
James no sabía que decir. Había caído una vez más, lo sabía, pero no podía arrepentirse, no de algo que lo hacía sentirse de aquella manera. Entonces sintió que House extendía uno de sus brazos detrás suyo, invitándolo a recostarse sobre su pecho. Lo miró a los ojos encontrándose con un dejo de ternura que rara vez se podía vislumbrar en aquellos océanos azules y pensó, una vez más, que ya nada importaba, ¿Qué le haría una mancha más al tigre?, se dijo mientras se aferraba a su amante, apretando el rostro en él, sintiendo aquella paz que solo experimentaba en sus brazos. La voz de House lo saco de sus ensoñaciones.
-Jimmy…-lo llamaba suavemente.
-¿Qué?-respondió Wilson de mala gana, deseando que lo siguiente que dijera Greg no fuera alguna de sus animaladas anticlimáticas.
-¿Dónde está Samantha en realidad?, ¿peleaste con ella?- le pregunto el nefrólogo y James suspiró, no tenía remedio, se dijo.
-esta con su madre. Si, peleamos. Le dije que amo a alguien más – contestó sin ánimos de respuestas elaboradas. Entonces sintió los labios calientes de House besando su frente y sus mejillas y levanto la mirada hacia él, sorprendido de aquella muestra de ternura tan impropia del mayor. Algo llego a su mente, y le pregunto sin quitarle la vista de encima.
-¿Dónde estabas tú hoy?, supe que no fuiste al hospital, tampoco Lisa.
-sí- respondió Gregory con naturalidad- estaba recogiendo mis cosas, mientras Cuddy iba con su hermana.
Wilson se apartó un tanto, sorprendido.
-¿recogiendo tus cosas?, ¿Qué…?
-anoche hable con Lisa. Le dije que estoy enamorado de ti – lo cortó House impasible. James no podía creer lo que estaba escuchando.
-¿estas…?
-sí.
-pero…
-¡sí!, lo sé. Estaba....asustado.-admitió House en voz apenas audible. Wilson pensó que estaba soñando.
-Greg…¿estas drogado?-pregunto incrédulo.
-¡no seas idiota! – respondió su amante fingiendo enojo.
James se abalanzo a sus labios besándolo con tierna pasión. Luego lo miró riendo y pregunto.
-¿y por qué no me dijiste eso desde un principio?
-bueno, necesitaba tu atención en mi “pequeño Greg” primero.
-¡¡imbécil!!- grito Wilson, sin poder evitar la risa. Luego quiso saber.
-entonces…¿solo seremos tu y yo a partir de ahora?
-¿acaso quieres hacer un trio con alguna enfermera hot?, no sé si estoy para esos trotes, acuérdate que tengo diez años más que tú…
-imbécil- repitió el oncólogo, con dulzura y House sonrió.
-Seremos tú y yo. No necesito a nadie más Jimmy, creo que también es por lo años – dijo burlón- eso sí, tal vez sería bueno ir pensando en mudarnos al Congo, no creo que trabajar con tu jefa, después de dejarla por un hombre sea de lo más cómodo del mundo.
Wilson sonrió.
-saldremos a adelante. Siempre lo hacemos, ¿verdad?
-verdad.
Dijo House devolviéndole la sonrisa, y atrayéndolo contra si para besarlo.