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Makeover Naruto por RyU_von

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Notas del fanfic:

Los personajes de Naruto NO me pertence, por lastima que me de por supuesto T.T

Notas del capitulo:

Ok soy escritora de shoujo, pero amante del yaoi con todo mi corazon, asi que me decidi en hacer un fic yaoi a ver que tal me va... Asi que les presento mi primer fic yaoi -^w^-

Poco a poco se adentraba en el largo pasillo, agachando la cabeza dejando que la cortina larga de cabellos rubios cubriera parte de su rostro, pensando así poder ocultarse un poco de las personas que rondaban cerca. Apretó contra su pecho con fuerza dos libros de estudio y apresuró más el paso, sintiendo cómo ya empezaba a llamar la atención, eso no era bueno, pensaba para sí. Aumentó la velocidad sintiéndose como un animal siendo acosado por su presa. Estaba a punto de llegar, era su día de suerte, el timbre no había sonado y nadie le había dirigido la palabra. Pensó que tal vez, sólo tal vez, ese sería el único día de libertad. Llegó a su objetivo y abrió con rapidez el casillero cambiando a toda velocidad sus libros para la siguiente clase. Sonrió triunfante, nada había ocurrido; cerró el casillero y dio media vuelta, ahora solo tenía que ir a clase. Pero para él parece que no existen los días color rosa. Su sonrisa se borró y por un momento dejó de respirar. Maldijo por lo bajo y alzó la vista para ver a los chicos más altos frente a él.

 

-Hola preciosa –saludó el castaño mientras se inclinaba un poco- parece que hoy hueles a perfume floral, o ¿Es caramelo?.

 

-Mi amor –llamó burlón el pelinegro del centro tomando un mechón de su cabello- lindo peinado pero creo que olvidaste tu cinta rosa.

 

El rubio trató de ignorarlos y pasar a través de ellos pero como la suerte no va con él y su día color de rosas se volvía totalmente negro tropezó con otros dos chicos. El golpe le hizo perder el equilibrio y casi caer de espaldas pero un segundo pelinegro lo haló del brazo y lo enderezó.

 

-Debes tener más cuidado. Acuérdate que las chicas son muy frágiles –comentó el mayor mostrando en su rostro ironía, a la vez que el chico de ojos verde agua soltaba una risa por lo bajo y los tres chicos anteriores estallaban a carcajadas.

 

-Vamos no llores, estás más sexy que ayer. Deberíamos salir un día de estos –comentó el chico de cabellos blancos mostrando su dentadura filosa en una sonrisa.

 

El timbre sonó y el rubio desprendiéndose del agarre les lanzó una mirada de odio. Apretó contra su pecho nuevamente sus libros y pasó empujando a los molestos bravucones esos, luego, a toda prisa corrió hacia su clase. Retiraba lo pensado con anterioridad, ese día sería el mismo que cualquier otro… Un infierno. Apenas cruzó la puerta que daba a su salón y el desgraciado profesor calvo de matemáticas lo reprendió por llegar supuestamente tarde, ¡Tres segundos luego de la campana!. Este tipo era un torturador de primera, cálculos de aquí y allá, regaños y reglazos. Debió de trabajar de militar antes de ser despedido y descargar su ira contra estudiantes de dieciséis años y en etapa de crecimientos, como dicen los padres que creen que a esa edad sus hijos son unos santos, pues NO, son todos unos expertos en lo que se considera clases de salud y anatomía, pero a pesar de eso no conocen el significado de la palabra virginidad.

 

-Lista –habló el dictador a la vez que nombraba a los estudiantes y estos se levantaban de su asiento dando un saludo militar para conformarlo- Haruno, Inuzuka, Juugo, Lee, Naruko…

 

-Mi nombre no es… -trató de informar el rubio pero fue interrumpido.

 

-Me importa si no es tu nombre, sabes muy bien que te llamo a ti, persona de sexualidad indefinida –el rubio asintió y dio el mismo saludo que sus compañeros mientras estos se reían y él se hundía sonrojado en su asiento.

 

Su verdadero nombre Naruto Uzumaki, edad de dieciséis, de figura delgada, músculos no muy marcados, bajo, de cabellera rubia larga hasta la cintura, piel morena y ojos azul cielo. Caracterizado por nada más ni nada menos que su aspecto femenino. Reconocido por todos como “Naruko”, o la “Nena de primero”. Malo en deportes y especializado en “todo lo que puedas comer”. Un chico sin intensión de dañar a los demás y una piedad inmensa… Dependiendo el caso. Naruto debido a su aspecto es molestado por la mayoría de la secundaria, incluyendo a las chicas. Por esa razón y más sus días las describe como “Tortura” o “Infernales”. Pero lo que le hace rabiar es el no poder aclarar el asunto de que él es un hombre hecho y derecho, que desea una novia pero las chicas huyen de él pensando que es una yuri al cien por ciento. Sí, el sufrimiento de Naruto es tan grande que no se compara a la vida que los ratones de biblioteca viven.

 

Se mantuvo en silencio durante la hora de matemática e ignorando cualquier comentario dirigido hacia él. Sólo necesitaba sobrevivir dos clases más y podría huir a su guarida, su escudo y salvación, su hogar. Pero las clases que continuaban eran las peores, no por la dificultad de la materia, ni por los extraños profesores que son contratados, sino porque en esas clases debe soportar a los bravucones que se había encontrado en el pasillo.

 

-Podría fingir estar enfermo –comentó para sí.

 

-Pero Naruko-chan, yo te veo tan sana como rana –a Naruto un escalofrío le recorrió la espalda, giró lentamente, casi escuchando la música de terror tipo la de los asesinatos  en las ducha. Qué diablos, sabía perfectamente quien era pero no quería aceptarlo, ese chico atraía su humillación.

 

-No me importa cómo me veas tú, Sai –respondió mordaz, o eso creía él, esos tipos de tonos nunca lograba hacerlos.

 

-Naruko-chan, no de molestes con nosotros, sabes que te amamos –habló el pelinegro pasándole un brazo por los hombros. Naruto no respondió, apartó el brazo y siguió a su próxima clase, hasta que el chico de dientes afilados y el castaño de hace unas horas, lo toman cada quien por un brazo logrando que sus cuadernos caigan al suelo.

 

-Suigetsu, Kiba, suéltenme –exclamó.

 

-No te enojes –sonrió el peliblanco.

 

-Te saldrán arrugas –comentó Kiba, soltando al rubio y rompiendo en risas con su compañero mientras se alejaban.

 

-Hijos de… Deberían irse a la mierda y molestar a sus abuelas. Malditos –insultaba mientras recogía sus libros. Una pálida mano le entregó el último. Naruto alzó la vista y ver al chico de ojos verde agua le arrancó el libro y se puso en pie.

 

-Ahora te toca a ti Gaara, ¿Qué dirás hoy? –preguntó Naruto al borde del desespero. El pelirrojo le ignoró y pasó de largo comentando un “qué vocabulario para alguien tan frágil” antes de desaparecer por las escaleras. Naruto volvió a maldecir, le volvieron a llamar frágil, frágil tendrán sus partes nobles cuando jueguen con balones en deporte. Ya verán se vengaría, no era un chico rencoroso, pero esto estaba fuera de control.

 

Aguantó las últimas horas de clases tratando fallidamente de ignorar los chistes sobre él y los mensajes de papel con una dedicatoria para él, una de esas era una confesión de amor y eso le provoco un sonrojo que explotó las risas en el salón. El comienzo a la salvación se hizo presente al finalizar las clases, no más burlas ni nada por el estilo… Hasta el día siguiente, pero no importaba, unas horas de relajación sobre su suave cama era suficiente. Se apresuró a su casillero y, prácticamente, lanzó todos los libros dentro para salir corriendo a la salida, y por una de muchas veces en el día, gracias a sus “dos pies izquierdos” volver a tropezar con su peor pesadilla.

 

-Hey, chica frágil, si te mueres por mi lo entiendo pero no tienes que tratar de tumbarme.

 

-Malditos sean todos –y Naruto explotó de ira- ¡Y tú más que a nadie Uchiha Sasuke. Eres un  idiota insoportable, no vales la pena ni mi tiempo, no me agradas, y tus amigos de parranda tampoco, son unos buenos para nada. Desgraciados mal nacidos. No estaría interesado en ti aunque fuera una verdadera mujer! –acto seguido se apresuró en alejarse.

 

-¡Eres una nena terca, Naruko-chan! –le gritó mirando con sus ojos negros fijamente al rubio alejarse.

 

Uchiha Sasuke era un ser paciente y amante de la calma y tranquilidad, y en algunos casos llevado por la necesidad de divertirse molestando con sus amigos a Uzumaki Naruto. Sasuke es uno de los chicos más populares de la escuela por su belleza y cantidad de dinero gracias a la empresa familiar. Bueno en deportes, y en todo lo demás. Alto, de piel pálida, ojos y cabello color azabache, excelente físico y edad de diecisiete. Un chico cien por ciento arrogante, altanero, con ego muy alto y sobretodo un gran orgullo, que si resulta levemente dañado por alguien, ese alguien, pagaría las consecuencias. Sonrió y con sus manos dentro de los bolsillos del pantalón se dirigió hacía su auto de lujo. Ya algo se le había ocurrido para divertirse el día de mañana.

 

Naruto llegó a salvo, casi, a casa de no ser por un borracho que anduvo silbándole y siguiéndolo con tal de conseguir una cita con él, obviamente, le cerró la puerta en sus narices. Se tiró en su cama y escuchó uno que otro golpe, luego la puerta principal abrirse y volverse a cerrar.

 

-Naruto –llamó una voz femenina. La puerta de su habitación se abrió, y una mujer rubia de cabello atado en dos coletas, ojos color miel y figura perfecta; entró y se acercó- Naruto qué tal tu día.

 

-Horrible –respondió simplemente.

 

-No exageres, cómo la pasaste con tus amigos.

 

-Tsunade-obachan, me tratas como a un niño de primaria. Sabes cómo la estoy pasando, y sabes también el “por qué”.

 

-Naruto, siento no poder ayudarte, pero no tenemos dinero para solucionar tu apariencia –Naruto agachó la mirada. Desde la muerte de sus padres estaba viviendo con su abuela, que trabajaba como directora de un hospital, y aunque su cargo era alto, el dinero que ganaba iba para pagar su secundaria y lo demás para la casa o la cocina.

 

-No te preocupes, obachan, lograré superarlo.

 

-Ese es el Naruto que me gusta ver. Siempre hacia adelante. Prepárate, vamos a cenar –Naruto se levantó en un instante al oír todo lo relacionado con comida, la palabra cena traducida a su idioma era “Participa y gana en todo lo que puedas comer”, pero el premio era lo importante para él. Tsunade sonrió.

 

-Sabes, Naruto –comentó antes de salir- yo siempre quise a una niña.

 

-¡Obachan!.

 

Bien, otro día, otro comienzo, era así o de otra manera pero eso que importa, Naruto estaba alegre y ni las bromas contra su persona cambiarían eso. Estuvo toda la noche anterior compitiendo con el amigo de su abuela poniendo en juego tres tazones gratis de ramen para el vencedor, y esta misma noche él iría a gastarse esos cupones para ramen ya que Tsunade no vendría a cenar hoy. Suspiró y estiró los brazos. Llegó a clases y pasó el resto de la mañana ensimismado. En uno de sus cambios de salón no se había fijado en el camino y tropezó con una cuerda estirada al nivel de sus tobillos, logrando caer de rodillas y apoyado de sus manos, alzó la vista y una cubeta llena de barro cayó sobre su cabeza. Tembloroso llevó sus manos a su cabeza y apartó lentamente la cubeta, alzó la vista y todos a su alrededor reían, pero su mirada se detuvo en el grupo de Sasuke, los que reían a carcajadas sueltas, miró a Gaara que inseguro no sabía si reír o retirarse sin más. Por unos segundos su mirada se cruzó con los fríos ojos de Sasuke, que con una sonrisa altanera lo miraba.

 

Naruto bajó la vista nuevamente hacia su ropa embarrada de lodo, tomó un mechón de cabello y estaba en el mismo estado. Lanzó la cubeta lejos, y tambaleándose, corrió a la salida, sintiendo como sus ojos se aguaban. “No debes llorar, no debes llorar” se repetía una y otra vez ya que eso causaría más burla y más razón para hundirse en sus días de infierno. Cayó al suelo junto con otra persona que venía en dirección contraria, este al verlo se levantó rápidamente y lo ayudó, cuando Naruto estuvo a punto de agradecerle, lo miró,  agrandó los ojos, la rabia se adueñó de él y con el puño cerrado le propinó un golpe en la mejilla a su ayudante…

 

Notas finales:

Espero que hayan disfrutado el primer capitulo, y me dejen reviews.

 

Quisiera aclarar que trataré de actualizar pronto, pero no puedo dar día especifico tipo cada viernes de cada semana... Espero que por favor me tengan paciencia.

 

Gracias por leer el fic hasta la proxima xD


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