El sol brillaba en la ciudad de Konoha en su máximo esplendor. Se podía oír como la gente comenzaba su día, algunos yendo al mercado, otros regando sus flores, etc. Pero en una de los departamentos de la ciudad, cierto rubio dormía placidamente.
Por la ventana de la habitación del joven se colaba un diminuto rayo de sol, el cual le daba directamente en el rostro molestándolo. El rubio hizo una mueca de fastidio, para luego girar al lado contrario para que la luz no lo siguiera molestando.
Junto a la cama, se encontraba una mesita, en la cual había un vaso con agua, papeles desparramados, una foto donde salían sus padres y su hermano, y por ultimo, su teléfono celular, el cual comenzaba a sonar y vibrar.
Era el sonido del despertador, el cual indicaba que ya era la hora de levantarse.
—“mmm...cinco minutos mas...” —tomó el aparato que no dejaba de sonar, apago la alarma y volvió a acomodarse en su cama.
— ¡Levántate Naruto! ¡No quiero que llegues tarde el primer día de clases! —se oyó desde abajo, seguramente de la cocina.
— ¡Okay!...”vamos...levántate... ¡vamos!” —y sin más reproches se levanto.
El rubio de cabellos desordenado se quedo un buen rato sentado en la cama con los ojos cerrados. Se pasaba las manos sobre el rostro, para luego tomar el celular, fijándose que este marcaba las 7:30 de la mañana.
— ¡No! ¡Me quedan 20 minutos! —así que fue corriendo hacia el baño para darse una ducha y vestirse
Y era obvio que estuviera tan apurado, después de todo entraba a las 8:00 y se demoraba 10 minutos en ir de su casa a la escuela.
Cuando salio del baño ya duchado, tomó su mochila y como no sabía cual seria su horario, solo metió un cuaderno, ese lo usaría como borrador. Después tendría tiempo para organizar mejor sus cuadernos. Tomó su celular y salió de su habitación.
Bajó la escalera rápidamente, llegando a la cocina donde se encontraba su hermano mayor.
— Naruto, al fin, ven, toma desayuno —le dijo un rubio igual que el, pero este tenia su pelo en una coleta alta y su piel era mas blanca y sin esas marquitas en sus mejillas.
— Lo siento Deidara-niichan, pero tengo prisa —Naruto tomó una de las tostadas que se encontraban en un pequeño plato, le dio una mordida y la dejo ahí— gracias por el desayuno —y salio corriendo por la puerta.
— ¿De nada? —Deidara miraba la puerta, preguntándose porque su hermanito había salido tan apurado.
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Naruto corría a una gran velocidad por la calles esquivando a todos y todo lo que se le atravesaran. Cuando llegó a una esquina, el rubio sufrió un fuerte impacto contra un azabache.
Naruto al chocar con dicho individuo, provocó que el de pelo negro azulado cayera de trasero al suelo junto con su mochila, la cual se abrió provocando que los cuadernos del pelinegro se abrieran y las hojas volaran por el aire.
Naruto no se paro a ayudar al otro, al contrario, siguió corriendo a toda velocidad.
— ¡LO SIENTO! —movía su mano en señal de despedida mientras seguía corriendo.
— Maldito dobe —dijo el azabache cuando el otro ya se había perdido de su vista, mientras recogía sus cuadernos del suelo.
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Naruto por fin había llegado al dichoso establecimiento, así que entró un poco mas calmado, pero al fijarse que no había ningún alumno, otra vez se preocupó, y corrió al pizarrón, a ver en que curso le había tocado.
“Naruto Uzumaki”...“3ºA”
Otra vez naruto salió corriendo, buscando su nueva sala de clases.
“2ºB...”2ºC”...”2ºD”...”3ºA”
Listo, ahora por fin había encontrado su sala, pero no entro de inmediato, se quedo un poco afuera, estaba un poco nervioso, odiaba ser el chico nuevo, además de que no había nadie en el patio, de seguro ya todos estaban adentro, que vergüenza, pero al final, ya estaba un poco acostumbrado, porque siempre se tenia que cambiar de ciudad por el trabajo de su hermano Deidara, y conocía un poco la sensación de todas esas miradas puestas en el. Pero eso poco le importaba, así que se llenó de valor, y con la más grande de las sonrisas posibles que el tuviese, entraría a su nueva sala, y tendría muchos amigos.
Se acercó a la puerta, tomó la manilla y entro a la sala.
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— “Perfecto, Naruto Uzumaki, eres el rey de los idiotas”.
El de ojos azul cielo, estaba sentado en la sala ¡completamente solo!, como podía haber sido tan idiota, con razón su hermano había puesto esa cara cuando lo vio salir tan rápido, y era obvio, si eran las 7:00 de la mañana.
— “Maldito celular que tenias la hora cambiada” —dejo caer el celular de una manera brusca sobre la mesa— “¡Ay! Lo siento celularcito” —decía mientras besaba la pantalla del aparato.
Maldita tecnología, todo por la culpa de su hermano que se le había ocurrido comprarle un nuevo teléfono celular, de esos con pantalla Touch y todo, y como no sabía usarlo (apenas pudo configurar la alarma), era de esperar que no tuviese la hora exacta, si solamente lo tenía hace un día.
Ahora tendría que esperar, ya que tan solo eran las 7:15, así que se apoyo en el banco que había elegido (era el que estaba junto a la ventana, en la primera fila), para tratar de dormir un rato antes de que comenzaran a llegar sus futuros compañeros.
.........
El reloj de la sala marcaba las 7:25, y fue el momento en el que el sueño de Naruto fue interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose.
Naruto lentamente separo la cara de la mesa, y con un poco de dificultad intentó observar quien era el que entraba a la sala.
Al salón de clases entraba un chico sumamente serio, vestido con unos pantalones negros, camisa blanca, corbata negra, pero la chaqueta negra del la escuela, la traía puesta en su hombro.
El recién llegado se dio cuenta que en la sala ya se encontraba alguien, pero lo que le llamó la atención fue la extraña cabellera rubia, ya que le hacía un poco conocida. Pero no le prestó mucha atención a eso, así que prefirió ignorarlo.
— ¡TU! —Apuntaba el rubio al recién llegado.
El otro se dio la media vuelta, dirigiendo su mirada al rubio, con una de sus cejas curvada, al notar como el otro lo apuntaba descaradamente.
— ¿Sabias que es de mala educación apuntar a las personas? —dijo el recién llegado que comenzaba a acomodarse en el puesto de al lado del rubio, pero sin relajar su semblante.
— Eres el chico de hace un rato —decía, todavía apuntando al otro—, ¿Cómo te llamas?
— Primero. Lo correcto es presentarse antes de preguntar el nombre a alguien, y segundo —se acerco al rubio—, deja de apuntarme —tomo el dedo de Naruto y lo hizo a un lado.
— Esta bien señor modales —gruñó—. Mi nombre es Naruto Uzumaki, ¿y el suyo majestad? —recalcando la ultima frase.
— Sasuke Uchiha, Uchiha-sama para ti, dobe.
— ¡Ja! Como quisieras teme.
Los minutos pasaban lentamente, y el azabache se encontraba leyendo un libro. Naruto estaba demasiado aburrido, no tenia con que entretenerse y su compañero no le dirigía la palabra, es mas, ni siquiera lo miraba. Si no quería aburrirse el resto del tiempo que quedaba para que los demás llegaran, lo mejor seria que el iniciara la conversación.
— Sasuke —el nombrado le dirigió la miraba para ver que es lo que quería—, tu... ¿Tienes más hermanos? ¿O eres hijo único?
— Eso no te importa —y volvió su atención al libro.
— ¿Qué?, vamos, no seas así de pesado, todavía no llegan los demás y me aburro mucho.
— Ese no es mi problema. Ahora déjame leer tranquilo si no te importa.
Naruto no se iba a dar por vencido, estaba demasiado aburrido como para quedarse callado.
— Yo tengo un hermano mayor —Sasuke seguía ignorándolo—, se llama Deidara. El es escultor.
— ¿Y es famoso?
— “Hasta que me hablo” —pensó un poco contento—. Bueno, ahora esta ganado un poco de fama, por eso nos mudamos aquí.
— Ya veo. Yo también tengo un hermano mayor —Sasuke iba a continuar, pero el sonido de la puerta abriéndose lo distrajo.
Era que los demás alumnos comenzaban a llegar, algunos con caras tristes, otros felices por el reencuentro con sus amigos, y otros con una horrible cara de sueño.
— Ahora no te aburrirás tanto dobe —susurro el Uchiha.
La mayoría de las chicas se acercaron de una muy forma rápida al puesto del Uchiha, formando un círculo alrededor del azabache.
— Sasuke-kun, tanto tiempo —decía una chica de pelo rosa.
Sasuke ignoró a la chica que lo saludaba.
— Aléjate de el, frentona —decía otra chica rubia— no ves que no quiere hablarte, ¿cierto Sasuke-kun?
La rubia también era ignorada por el chico.
— ¡¿A QUIEN LE DICES ASÍ INO CERDA?!
— ¡¿QUIEN TE CREES “PELIRROSA” MAL TEÑIDA?!
Las dos amigas comenzaron a pelear, sin notar la presencia del recién llegado profesor.
— Señoritas Haruno y Yamanaka, tengan el favor de sentarse —dijo calmadamente el profesor
Cuando el profesor pronunció esa simple oración, un sudor frío recorrió la espalda de Sasuke
— “¿Por qué el?” —pensaba amargamente el azabache.
— Oye Sasuke, el se parece mucho a ti —dijo el rubio en un susurro para que el profesor no lo escuchara.
— Naruto —suspiro— te presento a mi hermano, Itachi Uchiha.
El mencionado, al escucha como su hermano lo presentaba al rubio, no pudo evitar sonreír de una manera bastante egocéntrica.
— Buenos días alumnos, mi nombre es Itachi Uchiha, soy profesor de matemáticas, y este año seré su profesor jefe. “No te esperabas esa otouto” —pensaba el Uchiha mayor. Itachi tuvo que contener las ganas de reír al ver la expresión de horror en el rostro de su hermano menor.