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DRUNK ON THE SHADOWS por mana san

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Notas del capitulo:

Bueno...he aqui la culminacion de este fic...espero de verdad que les guste...

Enjoy it!!!...n.n

La numeración ascendente le elevador lanzo un tintineo al llegar al piso indicado, la rutilante puerta se deslizo y dio visibilidad hacia el pasillo, Kamijo dio un paso fuera de este y avanzo por el largo sendero plagado de lujosas puertas de caoba. Se estaba acercando a la puerta de Hizaki, cuando advirtió a uno de los miembros del staff sentado frente a la puerta de la habitación previa, adormilado balanceaba la cabeza de un lado al otro dormitando incómodamente, con los oídos cubiertos por  audífonos.


 


-Kamijo san...- El muchacho se puso de pie al verlo.


 


-¿Qué haces aquí?...- Aparto los audífonos y comprobó el silencio que imperaba en el pasillo, lanzo un suspiro de alivio.


 


-Ahhh...es que...- Dijo con reserva.


 


-Desde que llegamos Hizaki san había estado llorando, me pareció muy irrespetuoso estar escuchando y pues me salí al pasillo hasta que...se durmiera...- Respondió entre bostezos, hizo una respetuosa reverencia y se dirigió a su habitación.


 


-Llorando?...-De acuerdo, una cosa era que estuviera de genio, todos tienes derecho, pero el llorar implica exteriorizar un sentimiento mucho mas devastador que la ira.


 


Ahora si estaba decidido a saber que era lo que le acontecía a su compañero, fuera lo que fuera. Y si se trataba de aquello que simpáticamente le relatara Teru, pues vería si podía hacer algo al respecto.


 


Se situó frente a la puerta de Hizaki; pero antes de entrar debía plantearse y trazarse un plan, una estrategia; para que al momento de que el guitarrista notara su presencia en su habitación, no lo echara de la banda por este profano acto.


 


Una idea le vino a la mente, pero  la aplicaría sobre la marcha, hasta ver como reaccionaba Hizaki.


 


Deslizo la tarjeta por la fisura de la puerta, giro el picaporte tras  ver la parpadeante luz verde en el pequeño dispositivo electrónico y, la puerta quedo abierta frente a el.


 


Estaba en completa oscuridad, la única luz que había en la habitación era la de la luna que se filtraba por la ventana del balcón de la enorme habitación.No era igual a la de Kamijo, era algo mas grande.


 


-Maldito Hizaki...se queda con la mejor habitación...-Murmuro casi para sus adentros, soltó una leve risa al imaginar la reacción que tendría Hizaki de haberlo escuchado, y en cierta forma le divertía imaginarlo, Hizaki era muy lindo en su estado normal, pero haciendo berrinche parecía una princesita malcriada.


 


Asegurándose de no hacer más que el ruido necesario se movió cautelosamente por la habitación; adivinando que el cuadro enorme en medio de la habitación era la cama, se acerco con más cautela, adivinando también que ahí dormiría Hizaki.


 


Se quedo de pie frente a la cama por unos momentos, hasta que sus ojos pudieran adaptarse a la penumbra y distinguir exactamente donde estaba Hizaki. La luz de la luna le revelo que estaba profundamente dormido a la orilla de la cama, el exquisito edredón de color perlado seguía intacto y delicadamente colocado, aparentemente el guitarrista se había derrumbado en la cama sin moverlo, se abrazaba infantilmente a una almohada. Su rostro era sosegado, la luz nocturna perfilaba con azulinas líneas cada uno de sus suaves rasgos, convirtiéndolo en una etérea pintura viva. Hizaki lanzo un profundo suspiro, de esos que salen de lo profundo del pecho por haber estado llorando hasta la última de las lágrimas.


 


Kamijo sintió que se le encogía el corazón, desesperado por saber que era lo que le ocurría, por ofrecerle su ayuda, se tratara de lo que se tratara, pero Hizaki había decidido tragarse aquello y amargarse en el proceso.


 


Viendo que, entre el cuerpo de Hizaki y la orilla de la cama había espacio suficiente, se recostó a su lado, envolvió su pequeño cuerpo con sus brazos y lo apretó a su cuerpo, era lo único que podía hacer por el momento, tratar de transmitirle aunque fuera en sus sueños un poco de cariño, que en estado conciente se habría negado a recibir.


 


Pero el abrazo de Kamijo fue mas aya y aun en su profundo dormitar, el guitarrista sintió los brazos que lo rodearan con ternura. Se despertó de golpe, se movió violentamente y ambos cayeron de la cama.


 


Ahora era el momento de aplicar la estrategia.Kamijo empezó a reír aparatosamente, como lo hacen los ebrios que han perdido la cordura momentáneamente, después de todo la ebriedad lo justifica todo.


 


Hizaki manoteo nervioso sobre la mesa de noche, tumbado todo lo que había en ella, hasta que dio con el interruptor de la lámpara. Una ambarina y tenue luz ilumino calidamente la habitación, estrecho la mirada para agudizar su visión.


 


-Ka..Kamijo?...eres tu...?....estas borracho?...- Intuyo el estado del vocalista debido al inconfundible olor a bar que expedían sus ropas.


 


-Mmmmm...la respuesta a tus tres preguntas es si Hizaki chan...- Respondió despreocupado.


 


-¿Que estas haciendo...como entraste...que...?!...-Sin caber en su asombro el guitarrista permanecía aun sobre Kamijo, como si desde esa perspectiva fuera a encontrar una respuesta a todas esas preguntas.


 


Kamijo volvió a soltar una escandalosa risa, esta era mas real que la anterior, Hizaki conservaba vestigios del recargado maquillaje que llevaba y aunque se había bañado, sus cabellos conservaban la estructura rizada de las extensiones, mismas que por practicidad conservaba cuanto debían dar dos conciertos seguidos, en esa posición y con ese gesto parecía una doncella desesperada que ve amenazada su castidad, de haberle colocado un delicado camisón de seda , y no la simple playera y short que usaba para dormir, la imagen habría estado terminada.


 


Como estaba un poco adormilado mantenía su violencia al mínimo, pero al cabo de los segundos, la pequeña bestia mortal que morara en el desde hace tres semanas empezaba a despertar.


 


-¡Que te pasa...quien te dio el derecho de entrar así!...- Con desesperante indiferencia Kamijo hizo una mueca de molestia por el elevado tono de su voz.


 


-Ahhh...Hizaki chan..no me grites...- Estaba colmándole la paciencia.


 


-¡Deja te de tonterías...que haces aquí...es mas no me importa...lárgate...!-Ordeno toscamente extendiendo su brazo apuntando hacia la puerta.


 


-Pues no...no me voy...- Dignamente se cruzo de brazos con Hizaki aun  en el regazo; que aparentemente no sabia que estaba ahí por que no hacia el menor intento por moverse;.


 


-¡Que carajos...!- Kamijo paso su dedo índice por los labios de Hizaki.


 


-Hizaki chan...una princesa no habla así!..- Agrego autoritariamente, la reprimenda desquicio a Hizaki.


 


-¡Que demonios te pasa...vete de mi habitación no lo voy a repetir...!-


 


-Que no...-


 


-¡Kamijoooo...!- Grito en u ultimo hálito de desesperación.


 


-Me iré cuanto me respondas una sola cosa...- Viendo que daba pie a negociaciones Hizaki espero la pregunta.


 


-¿Qué te pasa a ti estas ultimas semanas...pareces perro rabioso?...- Las mejillas del guitarrista se encendieron, pasando del tono rosado a un intenso rojo, provocado quizás por ira o vergüenza.


 


-¡A ti que demonios te importa lo que me pase o no...!- Respondió furioso.


 


-Pues me interésa por que...estas de un genio horrible...?,que te puso así?...- Cada palabra que Kamijo pronunciaba recalcaba su ira, ira que de a poco fue mutando en una dañina forma de algo entre la culpa, vergüenza , agobio y tristeza.


 


No dijo nada ya, la razón de su malestar se había instalado ahora en su cabeza , fue una lastima, había llorado por horas buscando filtrar aquella cosa horrenda de su ser y ahora, de la nada y con sorprendente facilidad Kamijo había vuelto a llevar eso a su mente, su vista se distorsiono por la acuosas lagrimas acumuladas, no deseaba llorar mas, sobre todo por alguien que ni lo merecía, pero , ya estaba echo.


 


-Dime Hizaki...que te pasa?...- Insistió al ver derretido en forma de aquellas gruesas lagrimas, el grueso sello que aprisionara las emociones de Hizaki.


 


-No...no quiero hablar de eso ya...no quiero recordar...- Se cubrió los oídos con las manos, como si las palabras cruelmente pronunciadas flotaran aun en el aire en derredor de el, recalcándole una y otra vez que ahora estaba solo.


 


Kamijo retiro delicadamente las alargadas manos de Hizaki, dirigió su mirada a la de el, conmovido hasta lo sumo por esas lagrimas.


 


-Yo quiero ayudarte...pero como puedo hacerlo...si tú no me hablas...- Su tono suplicante termino de desarmar a Hizaki, guardar tanto mal por tanto tiempo estaba corrompiéndole el alma, era mas que obvio por su reciente comportamiento.


 


-Yo se Kamijo san...que no soy la persona mas agradable del mundo...pero escuchar de aquel que tu crees que te ama, que eres basura miserable, que no mereces mas de su tiempo, que no eres mas que un chiste de ser humano...y es aun peor cuando te das cuenta de lo imbecil  que debes ser para estar soportando a alguien así tanto tiempo- Ignoraba que clase de persona pudiera decirle tal cosa, pero no le importaba, no deseaba oír mas de esas absurdas palabras necias, que jamás debieron pronunciarse en primer lugar


 


-Ya...basta a Hizaki...- Lo detuvo, sabiendo que de repetirlas, se repetiría otra vez en el aquella terrible sensación de miseria que estas atroces palabras provocaran.


 


-Hay que ser un estupido...para decirle eso a alguien como tu...- Le indignaba sobremanera, saber que alguien se había atrevido a lastimar así a Hizaki, a su Hizaki.


 


-Si tu fueras mío- Murmuro delicadamente al su oído, pasando ambas manos por sus húmedas mejillas.-Me ocuparía de hacerte saber ...cuan especial eres...y de cuan afortunado me siento de tenerte a mi lado.


 


El corazón de Hizaki había comenzado a latir desmesuradamente, la tibia cercanía de su compañero le proveía de un calor humano que había ansiado por mucho tiempo, el suave y fino contacto de sus manos era como un suave bálsamo a sus punzantes heridas. Se aferro a la sedosa camisa de Kamijo y busco con sus labios el calor de los de el.


 


-Si tu fueras mío...Hizaki chan..- Las tenues palabras le indicaron que camino debía seguir, unio finamente sus labios con los de Kamijo, imprimiendo en ese profundo y ávido beso toda la ansiedad y angustia que lo aquejaran por tanto tiempo; pero cuando sintió la calida respuesta, cuando el acompasado vaivén de los suaves labios de su compañero, todo lo anterior paso a segundo termino.


 


Se desconecto mentalmente de angustias, humillaciones, reproches; los brazos de Kamijo le ofrecían paz y tranquilidad.


 


Paso sus manos por el cuello de Kamijo, entrelazo sus dedos en la rojiza y alborotada cabellera, permitiéndole internarse en la curva de su cuello, dándole permiso de besar y morder su cuello a placer, de impregnar en el su aroma y borrar el pasado.


 


-Vamos...a la cama...- Al momento Kamijo lo tomo por la cintura y lo alzo hasta la cama, con el mínimo esfuerzo, su capacidad de levantarlo en vilo le provoco un cosquilleo en el estomago plagado de lujuria, saberlo tan fuerte lo hacia sentirse al mismo tiempo protegido.


 


Deseaba por fin contemplar ese cuerpo que tanto le llamara la atención, con ansiedad le saco la camisa y,  por fin tuvo frente a el ese delgado y pálido torso, paso sus dedos por las simétricas líneas que lo conformaran, comprobando su perfección. La calida piel en sus manos se contraía por el contacto.


 


Kamijo deslizo sus gentiles manos bajo la ropa de Hizaki, sus caricias hacían nacer en el la desesperada necesidad de sentir su piel como el sentía la suya; deslizo la prenda hacia arriba, se dejo caer suavemente sobre acariciando solo con sus labio el camino entre la mandíbula y el cuello de Hizaki, intensificando  el calido contacto entre esas dos pieles que se desearan tanto, por tanto tiempo.


 


Deslizo sus brazos hacia la espalda de Kamijo, repegandose tanto como podía contra el, hasta sentir el latir de su corazón sobre el suyo, sintió las manos filtrarse por sus piernas, este roce encendió la mecha de la lujuria en Hizaki.


 


Lo empujo levemente , Kamijo se incorporo frente a el, dejándolo contemplar una vez su cuerpo; con notable sensualidad Hizaki deslizo sus manos por su propio abdomen hasta sus caderas, se deshizo lentamente de la única prenda que le quedara encima, revelando ante Kamijo su exquisita desnudez, que ante la tenue iluminación de la lámpara luciera como una sonrojada estatua de mármol.


 


Esto era demasiado, incluso para el, esta gloriosa visión que Hizaki le ofrecía, amenazaba con volverlo loco, su respiración  estaba agitada y un inundante calor le subía por las piernas al abdomen.


 


-Solo... vas... a mirar Kamijo san?...- Pregunto con una sonrisa sarcástica que era difícil ver en aquellos labios que siempre dibujaran inocencia, retorciéndose uno de los rubios caireles.


 


-Si solo fuera a mirar...que?...- Clavo su mirada en la de Hizaki, este no se desconcertó ni por un segundo, por el contrario parecía esperarlo.


 


-No creo que aguantes solo a mirar....- Respondió engreído.


 


-Pruébame...- Inclino la cabeza mirándolo fijamente, esperando a ver que hacia


 


-De acuerdo...- Hizaki se llevo la mano a la boca y se relamió los largos dedos, mientras su otra mano había empezado a ocuparse de su entrepierna que rogaba ya por atención. sentía la mirada de Kamijo sobre el y escuchaba su respiración acelerarse por verlo así. Separo las piernas asegurándose de que tuviera una vista clara de lo que hacia, de su mano moviéndose insistentemente y acelerando cada vez mas sobre su miembro, ahogando sus gemidos sobre sus húmedos dedos. Dio un vistazo a la exprecion de Kamijo, estaba sonrojado, con los labios entreabiertos , tragando saliva repetidamente con dificultad.


 


Lanzo una risotada jactanciosa; ahora  las caricias de su propia mano empezaba a hacer efecto, sacos sus dedos de su boca y se llevo la mano entre las piernas. Repaso repetidamente sus dedos al rededor de la sensible piel de su entrada, el placer de sus propias manos y de la mirada de Kamijo le arrebataban cualquier dejo de pudor, metió uno de sus dedos, arqueado la espalda por la sensación que desde hace tanto tiempo no sintiera, trazando movimientos circularen en su propio interior, abandonado totalmente al placer que le producía imaginar lo que esto provocara en Kamijo; pero ya no podía mas ,este era un juego de dos, y  a estas alturas el jugador numero dos ya debería estar mas que motivado.


 


-Ven...ven aquí  Kamijo san...- Suplico infantilmente.


 


Kamijo se precipitó desaforadamente sobre el, le retiro ambas manos de lo que estaba haciendo y paso sus piernas en torno a su cadera;Hizaki ni cuenta se dio cuando se quito los pantalones, pero fue evidente con  el calido contacto de su miembro entre sus piernas.


 


-Tu ganas...no aguantó solo a mirar...- Susurro sensualmente, deslizando su lengua por el lóbulo y el oído. Enredando sus dedos en el rizado cabello rubio, orientando su cabeza hacia su rostro para besarlo vorazmente, con un ardiente deseo que mantuviera oculto por bastante tiempo.


 


El cuerpo de Hizaki demandaba atención, buscaba el contando moviendo sus caderas, en un gesto suplicante.


 


-Me vas a matar, te necesito...- Suplico, no refiriéndose solo a la desesperante necesidad física entre sus cuerpos.Bajo sus manos temblorosas hacia las caderas del vocalista y lo empujó hacia el, estremeciéndose por el roce de sus partes intimas.


 


Esos gemidos suplicantes, ese contacto lo impulsaron a penetrarlo de golpe, adentrándose por completo en su cuerpo. Hizaki gimió de dolor apretando los dientes, cerrando fuertemente sus ojos; pero no le importaba. Se disculparía después cuando estuviera cuerdo y fuera conciente de sus acciones.


 


Empezó a moverse en su interior, reconociendo entre cada envestida la calida piel, explorando con sus embotados sentidos aquel lugar desconocido que le fuera tan deseado.


 


Para su sorpresa Hizaki no tardo mucho en adaptarse, a los pocos segundos se movía en perfecta sincronía con el, le agarro fuertemente del  rojizo cabello y lo impulso a besarlo, gimiendo de placer entre el beso, apartándose fugazmente para respirar, apretando fuertemente las piernas en torno a la delgada cintura , hasta hacerlo sentir dolor.


 


Paso su mano por la arqueada cintura, y lo impulso hacia arriba, con a misma fuerza con la que lo subiera a la cama, así lo incorporo hasta dejarlo sobre su regazo.


 


Pero, aparentemente a Hizaki no le fue suficiente, lo empujo hacia atrás indicándole que se acostara en la cama, invirtiendo ahora los papeles. Ahora tenia el control, bajo lo mas que pudo hasta sentirlo en lo mas profundo, aferrandose con las diez uñas al pálido y sudoroso abdomen de Kamijo. Sus rizados y largos cabellos acariciaban con las ensortijadas puntas tanto  su pecho como el de Kamijo.


 


Cuando encontró una postura adecuada empezó a moverse de nuevo sobre el, arrancadole  sonoros gemidos de placer por sus acelerados movimientos; el concierto del día siguiente desapareció momentáneamente de sus mentes, Kamijo gimió hasta el limite de su prodigiosa garganta, y probablemente Hizaki tendría mucha dificultad para caminar siquiera después de esto. Pero no les importaba, sus cuerpos habían sido diseñados uno para el otro, era mas que claro, mas que obvio que ese tibio cuerpo le pertenecía a Kamijo, y solo a el.


 


Vio como los ojos de Hizaki comenzaban a verter lagrimas, como le era cada vez mas difícil moverse.


 


Hizaki inclino sobre el escondiendo el rostro en su cuello, emitió justo en su oído un ronco gemido de placer y después pudo sentir su   calido semen destilar por sus vientres, por el orgasmo contrajo bruscamente los músculos cerrándose fuertemente en torno a Kamijo, que no pudo evitar gritar por el dolor y el placer que esto le provoco.


 


-Maldita sea...Hizaki!!!!...- Grito aparatosamente segundos antes de  correrse también, clavando sus uñas en las caderas de Hizaki.


 


Cuando hubo recuperado la compostura paso tiernamente sus brazos por su cintura, abrazándolo.


 


-Hizaki chan?...- Pregunto al no ver respuesta, entonado la voz lo mas dulcemente que podía, deseando que su voz no le causara la mas mínima molestia a este precioso ser recostado sobre el.


 


Hizaki levanto un poco el rostro, que estaba cubierto de lagrimas, una sofocante zozobra se alojo en el pecho de Kamijo, al tiempo que un nudo se le formo en la garganta. El guitarrista sonrió levemente tratando de tranquilizarlo, paso sus dedos por los finos y entreabiertos labios y después deposito en ellos un tierno beso, que correspondiera a el cariño  y ternura con que el le abrazara. Esas lagrimas ya no estaban impregnadas de amargura, vertia de ellas la clara paz y dulce tranquilidad de saberse querido.


 


Con dificultad se levanto de la cama y empezó a levantar el edredón.


 


-Vamos a dormir...- Dijo lacónicamente, como si fuera la cosa mas normal del mundo, pero sin borrar ese gesto de paz de su rostro. Kamijo se metió bajo las sabanas con el y lo abrazo, apago la lámpara y volvió a quedar totalmente en la oscuridad, con Hizaki entre sus brazos aferrado a su pecho; a los pocos segundos se quedaron profundamente dormidos.


 


-¡Hey...ya amaneció!!!!...- La insistente voz de Teru, acompañada de sonoros golpes en la puerta lo saco del idílico sueño que tuviera entre los brazos de Kamijo. Los fuertes golpeteos del guitarrista le retumbaban en la cabeza.


 


Kamijo se movió anunciando que a el también lo habían despertado.


 


-¡Par de tórtolos...ya....arriba!!!!!...- Grito de nuevo.


 


-¡Ya cállate!!!!...- Hizaki entro en pánico, la inconfundible voz de Kamijo había salido de su habitación  ahora todos en ese piso, el de abajo y el de arriba sabrían que estaba en su habitación.


 


La aparatosa risotada de Teru hizo retumbar el marco de la puerta, el estado de su voz y pronunciación revelaban que se le habían pasado las copas.


 


-¡Yaaaaa, Kamijo san...eres mi ídolo, tu si que haces todo por la banda!!!!...- Grito burlonamente golpeteando repetidamente en la puerta.


 


Hizaki vio el reloj de mesa...eran las cuatro de la mañana, tenían probablemente dos o tres horas dormidos.


 


-¡Entonces que...no se van a levantar, vamos, quiero oír todos los aterradores detalles!!!!...- Grito de nuevo, pero esta vez con una entonación infantil. Era mas que evidente que no, ni loco se levantaría y renunciaría a los cómodos brazos de Kamijo, aunque debieran levantarse en dos horas mas. Pero la insistencia de Teru lo hacia desperdiciar precioso tiempo.


 


-¡Hey...despierten!!!!...- La mítica paciencia de Hizaki se termino para con su muy querido compañero.


 


-¡Ya cállate, deja dormir a la gente en paz!!!-Hubo silencio un momento, llegaron a suponer que Teru había desistido pero no, solo había tomado el suficiente aire.


 


-¡Woooow…Hizaki chan…ya estas de mejor humor!!!!- Kamijo empezaba a desesperarse.


-Voy a tener que levantarme para amordazarlo y encerrarlo en el baño de su habitación…- Hizaki sonrió divertidamente.


 


-¡Heeyyyy…- Su gritería se detuvo en seco.


 


-Ya Teru, pareces vieja loca y de paso borracha, déjalos dormir en paz…- La voz de Yuki les dio un poco de paz, confiaban en que el baterista pudiera llevárselo de ahí.


 


Aparentemente así lo hizo, a menos que Teru se hubiera desmayado en su puerta; lo que fuera ahora el cómodo silencio volvía a reinar entre ellos.


 


-Le voy a dar una patada en el trasero cuando lo vea…por molesto…- Dijo Kamijo sonriente, recordando que había sido el consejo de Teru el que lo impulsara a entrar a esa habitación esa noche. Hizaki sonrió un poco y volvió a acurrucarse en su pecho, siendo correspondido por los largos brazos del vocalista en su espalda en un abrazo que rayaba en la adoración; no pretendían dormir, solo deseaban  quedarse ahí, abrazados.


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