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El torneo amistoso por Frida

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Notas del fanfic:

Este fanfic está escrito por Frida (yo misma) y Keru. Se nos ocurrió en una aburrida noche de verano, lo escribimos por el msn y luego nos pegamos la paliza de pasarlo a limpio. Esperamos que os guste y lo disfrutéis tanto como nosotras, y no dudéis en dejarnos un review con vuestra opinión. ¡Gracias por leer!

 

Tiempo después del campeonato nacional de baloncesto en Japón, el equipo del Instituto Shohoku fue invitado a realizar un torneo amistoso en la región de Tohoku junto con los equipos más importantes del país. El lugar indicado en el cual iban a jugarse todos los partidos era la capital de Morioka, así que dicho instituto decidió alojarse en un hostal tradicional con baños termales que se encontraba cerca del lugar.


- Bueno, chavales, ya sabéis lo que hay que hacer durante el torneo, aunque sea un amistoso:
¡GANAR! Tenemos que dejarles a todos con la boca bien abierta - indicó Akagi, el capitán del equipo, mientras viajaban en el tren con dirección a la capital. El capitán estaba eufórico, puesto que era muy probablemente el último de los torneos que iba a jugar.

- ¡Eso, eso! ¡Perdimos el nacional, pero este lo ganaremos!- comentó Mitsui, uno de los jugadores estrella del equipo.- Todavía nos queda una oportunidad más antes de dejar el instituto, ¿verdad, Akagi? ¿Kogure?
- ¡Y tanto! -contestó Kogure, el vice-capitán del equipo.- Debemos esforzarnos al máximo y ganar a todos los equipos. Estoy convencido de que podremos ganar. Después de todo, en el nacional hicimos un buen papel.
- ¡Sobre todo yo, que soy un genio! ¡JAJAJAJA!- soltó Sakuragi, el jugador más problemático de todos, aunque con gran talento. Su risa estridente resonó por todo el vagón.
- No digas tonterías. Tú sólo incordiaste.- no pudo evitar responder Rukawa al comentario del pelirrojo.
- ¡Tú calla, zorro apestoso! ¡Esta lesión me la hice porque me esforcé mucho en el nacional! ¡Ganamos aquel partido gracias a mi!- replicó Sakuragi, gritando a todo pulmón. - Además, ¿Qué haces tú despierto tan temprano? En el tren siempre te duermes.- El pelirrojo lo miró con desprecio y lo interrogó con la mirada, aunque ya sabía la respuesta.- Solo te despiertas para molestarme.
- Con tus gritos nadie puede dormir.- y cogió el cojín que llevaba y se lo puso en la cara.


El pelirrojo se levantó de su asiento y le gritó "¡¿Cómo dices?!" hasta que se dio cuenta de que estaba gritando y se sentó de golpe cruzando los brazos y mirando con enfado a cualquier lado del tren que no fuese Rukawa. La conversación cesó después de aquello, no sin que Sakuragi pudiese maldecir al moreno por su estúpido comportamiento de siempre. Sin embargo, los gritos se oyeron en el otro vagón, en el cual se encontraba el equipo Ryonan.

- Hay que ver, este Sakuragi. Si que tiene energía a estas horas.- comentó Sendoh en voz alta mientras lo miraba por la ventanilla.

El tren llegó a su destino y ambos equipos bajaron a la estación. Las miradas de los jugadores se encontraron y Rukawa no pudo evitar mirar con odio a Sendoh. Uozumi, como capitán del equipo del Ryonan, se acercó a Akagi y le estrechó la mano. Sendoh se dio cuenta de la fría mirada típica de Rukawa y le respondió con una sonrisa. Disimuladamente quiso guiñarle un ojo a Sakuragi, el cual también lo había mirado con odio durante unos segundos -aunque con una expresión totalmente diferente a la de Rukawa- pero éste no se percató.
Los capitanes se saludaron respetuosamente y Sakuragi, como siempre, saltó con uno de sus comentarios:

- ¡Ostras! ¡Es el rey de los gorilas! Cuánto tiempo.- rió el pelirrojo maleducadamente.
- Tú no cambias nunca, ¿eh, Sakuragi?- lo miró enfadado el capitán.- Venga chicos, vámonos al hostal antes de que este cabeza rapada nos monte un numerito.
- ¡Maldito rey de los gorilas! ¡Te pienso dar una paliza y te clavaré tal mate en las narices que, de tan bestia que será, te quedarás con la boca abierta!- continuó gritando y riendo el pelirrojo en medio del andén.

Los equipos empezaron a andar, dejando atrás al jugador. Rukawa puso los ojos en blanco y soltó para sí un "idiota" mientras seguía a su iendo en dirección al hostal.

- ¡Hanamichi, imbécil! ¡Así no conseguiremos ganarlos! ¡Espabila, tío!- le gritó Mitsui, ya alejados unos metros de distancia.
- ¡Eh! ¡No me dejéis aquí!- corrió Sakuragi detrás de ellos- ¡Sois todos una pandilla de traidores!

Mientras caminaban hacia el hostal, los jugadores hablaban tranquilamente y especulaban sobre el torneo, el cual tenían esperanzas de ganar.

- Ayako- la llamó Miyagi, el base del equipo.- no ha venido Haruko? Si hubiese venido quizá Hanamichi estaría más tranquilo... Claro que tampoco se concentraría en los partidos.
- No, tiene exámenes importantes- respondió la chica.- Además, Akagi no quería que se desconcentrase aquí. Mejor que no haya venido, la verdad...con tantos chicos, incluso yo no sé qué hago aquí.
- ¡¿EEH?¡ ¡No me digas que te has fijado en alguno otro! ¡No puede ser, Ayako!- se exasperó el chico- ¡Si ya sabes que yo te quiero con toda mi alma! ¿Por qué me haces esto?- empezó a llorar lágrimas de cocodrilo, desconsolado.- ¡Eres nuestra mánager! Tienes que estar aquí por fuerza y curar mi corazón roto.
- ¡Ay, Ryota! ¡No digas tonterías!- siguió avanzando la chica- Venga, espabila que el resto ya llega al hostal.


Al llegar al hostal el dueño los recibió cordialmente, asombrado de ver a un montón de gigantes. Por lo visto el Ryonan también iba a quedarse en el mismo hostal que el Shohoku, así que el dueño estrecho la mano a ambos capitanes, que distinguió ya que eran reconocidos nacionalmente.

- ¡Perdone que le moleste!- apareció Sakuragi de repente, apartando a Uozumi y a Akagi.- ¿Me podría decir dónde está el lavabo?- dijo sonriendo tímidamente y rascándose la cabeza rapada.

En ese momento, Akagi le propinó un buen puñetazo en la cabeza.

- ¡AAAAYY! ¡¿Pero qué haces, Gori!?- se quejó el pelirrojo, al cual le había salido un enrome chichón en la cabeza.
- ¡No me llames Gori!- le gritó a Sakuragi, con cara de gorila enfadado- ¡E intenta ser respetuoso por primera vez en tu vida!
- Eres un burro, Hanamichi. Qué poca seriedad- dijo Mitsui, a favor del capitán.- Pero yo también tengo que ir- confesó el chico al oído del pelirrojo, rascándose la cabeza avergonzado.

El dueño, un poco sorprendido por la actitud del equipo, indicó que los lavabos estaban al final del pasillo a la derecha y añadió que a la izquierda tenían los baños termales al aire libre. Sakuragi dio las gracias y salió corriendo hacia allí, viéndose detrás de él una estela de humo. Miyagi suspiró y soltó "Este Hanamichi no tiene remedio..." a lo que Rukawa le respondió instintivamente con "ya lo puedes decir".
Después de aquella breve interrupción, el dueño les dio las llaves de las habitaciones y les explicó que, de cara a la distribución de las habitaciones, eran de dos personas, que los horarios del desayuno, comida y cena estaban colgados en un corcho y que el comedor estaba hacia la derecha y que cabrían todos a la vez sin problemas. Dicho esto, el dueño les deseó que pasasen una buena estancia y se retiró. Los capitanes le dieron las gracias y se fueron a repartir las habitaciones al lugar donde les había tocado.

- Bien, pues...Ayako, tú tendrás una habitación para ti sola, ya que somos impares- empezó a repartir Akagi las llaves de las habitaciones. Aunque hubiese dicho aquello, se sabía perfectamente que Akagi estaba siendo respetuoso y le había dado una habitación a Ayako donde pudiese estar sola y no le tocase dormir con ningún chico.- Y yo dormiré en la misma habitación que Kogure, ya que es el vice-capitán. Los demás dormid con quien queráis, pero no hagáis escándalo.
- ¡¿Por qué!? Ayako...-dijo Miyagi, apenado, y se le acercó al oído- ¿Podré ir a verte un rato a tu habitación?- la miró con cara de cordero degollado.
- ¡Idiota!- le contestó la chica, dándole una buena torta con el abanico.
- ¡Ayyy! ¡Ayako...!- se quejó el jugador.
Mitsui y Sakuragi volvieron del lavabo preguntando qué se habían perdido y Akagi volvió a explicarles lo referente a los horarios de las comidas y la repartición de las habitaciones.

- Así pues, los que quedáis repartíos como queráis- comentó Akagi, repartiendo las llaves de las habitaciones a aquellos que consideraba más responsables- pero como me entere de que hay algún problema...-acabó su explicación alzando un puño apretado y con un aura temible que lo rodeaba, además de una sombra en los ojos que lo hacía más intimidante todavía.
- ¡Uuhh, Gori se enfada~!- se mofó Sakuragi.
- ¡HE DICHO QUE NO ME LLAMES GORI!- y le propinó un buen puñetazo en el cogote y, después, se marcho con Kogure y Ayako a sus respectivas habitaciones.
- ¡Ayy! Mecagüen...- lo miró Sakuragi con odio mientras se marchaban.
- ¿Qué, Ryota? ¿Compartimos habitación?- le dijo Mitsui con la llave en la mano.
- De acuerdo- aceptó el chico.
- ¿Eh? ¿Entonces yo con quién...?

Rukawa y Sakuragi cruzaron miradas y aparecieron señales en sus cabezas de inmediato.

- Ni loco estaré en la misma habitación que tú- respondió de inmediato Rukawa.
- ¡Ni habla! ¡No pienso dormir en la misma habitación que éste!- dijo Sakuragi a la vez que Rukawa.
- Qué coordinación- comentó Miyagi, que había escuchado las voces en estéreo.
- Ay, madre. Si dejamos a estos dos en la misma habitación nos echarán fuera...Ryota, mejor que cada uno se quede con uno. Ya comparto yo habitación con Hanamichi- quiso solucionar Mitsui.
- Qué remedio...- suspiró Miyagi.
- ¡Michi~!- se le acercó Sakuragi con un gesto de abrazo- ¡Qué buen amigo eres!
- Sí, sí. Lo que tú digas. Venga, vamos a dejar las mochilas.
- Hasta luego chicos- se despidió Miyagi.

Todos se fueron a sus cuartos. Mientras tanto Akagi le preguntó a Kogure, y a la vez se preguntó a sí mismo, si estarían bien los chicos, pues estaba seguro de que harían alguna. Kogure, des de su punto de vista, tenía algo de miedo...Akagi no puedo más que contener su ira mientras deshacía las maletas y suspirar preocupado.
Por otro lado, Mitsui y Sakuragi llegaron a su habitación. Era una habitación normalita, de estilo tradicional con tatami, futones en el suelo, unas lamparitas y una mesa pequeña alargada. Sakuragi dejó su bolsa en la entrada y se estiró en el futón.

- ¡Ostras! ¡Qué habitación más bonita!- dijo espachurrado cómodamente en su futón con cara de felicidad.
- No te duermas ahora, que en un rato tenemos el primer entrenamiento.
- Sólo un ratito...si todavía hay tiempo.
- ¡No! Venga, guarda tus cosas y bajemos a desayunar alguna cosa.- le estiró Mitsui de la oreja, riñéndole.
- ¡Aaay, Michi! ¡No hagas como Gori! Entre todos me dejareis bien amoratado -se quejó el pelirrojo- Ya saco las cosas...

Un par de habitaciones más adelante, casi al final del pasillo, se encontraba la habitación de Rukawa y Miyagi. Allí, Rukawa guardaba sus cosas sin decir palabra.

- Ostras, tú...-pensaba Miyagi.- Habría preferido estar con Hanamichi... Este Rukawa es un aburrido... Tendré que negociar con Mitsui...- continuó pensando mientras guardaba sus cosas, también sin decir nada.

Rukawa, que ya había terminado de guardar las cosas, sacó su pelota y salió de la habitación dispuesto a entrenar. Miyagi lo miró sorprendido.


- Eh, Rukawa, ¿Dónde vas? Todavía no es la hora del entreno.
- No quiero perder el tiempo- le contestó y se fue sin más a unas canastas que había cerca del polideportivo, al aire libre.
- Qué tío...-suspiró Miyagi y bajó al comedor al terminar de deshacer su mochila.

Los del Ryonan ya estaban en el comedor y entraron Mitsui y Sakuragi observando qué podían coger para comer. Detrás de ellos apreció Miyagi.

- Ey, chicos. ¿Ya estáis de guardar las cosas?- les preguntó Miyagi.
- Sí y éste por poco se duerme...- le contestó Mitsui, queriéndole decir con la mirada que su compañero era un desastre.
- ¡Comida gratis!- gritó el pelirrojo, corriendo para coger cruasanes y cosas varias antes de que se acabasen.

Cuando Sakuragi se hubo alejado de ellos, Miyagi cogió por el hombro a Mitsui.

- Mitsui...tenemos que cambiar de dormitorios. Con Rukawa no me llevo muy bien y, además, no habla nada. Ya sé que no estaremos mucho tiempo en los dormitorios, pero es que a mí me cuesta dormirme...y me aburriré mucho si no hablo un rato con alguien antes.
- A mí me pasa igual y Hanamichi se dormirá al instante... Tendremos que maquinar alguna cosa para que acabe con Rukawa -sonrió Mitsui malévolamente.- Creo que se me ha ocurrido una cosa. Esta noche probamos.
- Sí...-imitó Miyagi la sonrisa.- Espero que, aunque estén juntos, no acaben peleados.

Ambos chicos asintieron y se acercaron a coger algo para desayunar. Sakuragi, por su parte, tenía una cantidad ingente de comida sobre su mesa y la iba engullendo a toda prisa.

- ¡FÍO, QUÉ FUEMO EFTÁ EFF-O!- dijo el pelirrojo con la boca llena.
- Por cierto, ¿dónde está Rukawa?- preguntó Mitsui, dirigiéndose a Miyagi.- ¡Hanamichi, deja de comer así, bastardo!- le prohibió su compañero, dándole una hostia.
- Ha dicho que se iba a entrenar, que no quería perder el tiempo- le contestó Miyagi, comiéndose una ensaimada.
- ¡Otra vez! ¡Dejad de darme golpes!- se quejó Sakuragi, de nuevo mosqueado.
- Joder, pues sí que tiene ganas de entrenarse este tío- se sorprendió Mitsui, que ignoraba a Hanamichi.
- Este tío siempre está igual.
- ¡Michi, prueba esto!- se animó de nuevo Sakuragi y le metió una galleta en la boca.- ¿A que está buena?- se rió el muchacho al ver atragantarse y toser a su compañero.- Dejad a ese zorro estúpido que haga lo que quiera. Si ya me tenéis a mí, ¡que soy un genio! JAJAJAJA- rió a carcajadas.- ¡Tranquilos que conmigo ganareis todos los partidos! ¡Vamos, comed, comed! ¡Que tenemos que coger fuerzas!

Mitsui y Miyagi suspiraron, cansados de las tonterías de siempre de Sakuragi. En ese momento Akagi, Kogure y Ayako entraron al comedor dispuestos a desayunar algo, como todos los demás.

- ¡Eh, Akagi! -dijo Uozumi, que estaba en la mesa contigua.- Controla a este tío si no quieres que nos echen fuera del hostal- se quejó el capitán.
- Sakuragi...-amenazó el pívot del Shohoku con cara de mala leche y un montón de venitas a punto de reventar en la frente al pelirrojo- ¿Ya comienzas?
- ¿¡QUÉ?! ¡Si no he hecho nada ahora! -se quejó Sakuragi.- ¡Sólo estoy almorzando con Michi y Ryota!

Los tres chicos se abrazaron y sonrieron como si no hubiesen roto un plato en su vida. Akagi los miró enfadado, pero no dijo nada. Decidió ignorarlos e irse a coger algo para desayunar.
Después del desayuno, tanto el Ryonan como el Shohoku se marcharon a entrenar. Para hacer que el entrenamiento fuese más ameno decidieron hacer un partido amistoso entre ellos mezclando los dos equipos, el cual estuvo lleno de piques y varios puñetazos hacia el cogote de Sakuragi, por parte de Akagi, cómo no.
Después de aquel pequeño partido, los jugadores se fueron a comer, aunque ni siquiera se dieron una ducha, pues al acabar de comer sólo tuvieron un ahora de reposo y después continuaron entrenando.
Ya por la tarde, sobre las siete aproximadamente, el entrenamiento se dio por finalizado y todos fueron libres para hacer lo que quisiesen.

- Tíos...estoy reventado...-dijo sin aliento Sakuragi.
- Bien, lo dejamos aquí por hoy. Mañana tendremos el último entrenamiento porque el próximo día es el primer partido -anunció Kogure.
- Nos están matando...-comentó Mitsui, sudando como un pollo.

Rukawa estaba igual, pero no dijo nada.

- ¡Ayakoo! ¿No tienes agua? Aunque si no tienes también me conformo con un beso -le dijo Miyagi, cerrando los ojos y poniendo los labios como un pescadito, pidiéndole un beso.
- ¡Tirad para las duchas YA! -gritó Ayako para espabilarles mientras le daba un abanicazo a Miyagi en la cabeza, aunque flojo, sin contestarle a su proposición.

Todos se fueron al hostal. Por una parte, Miyagi cogió una toalla, su jabón y un yukata para cuando hubiese terminado de ducharse y lo metió todo en una palangana y se fue a las duchas. Mitsui se acopló con él y lo acompañó hacia las duchas.

- Eh, Ryota, espérame.
- Tío, hoy es el primer día y nos han dejado muertos...no quiero saber cómo será mañana... -comentó Miyagi el entrenamiento con Mitsui mientras iban de camino a las duchas.- ¿Dónde está Hanamichi?- se percató el chico de que el pelirrojo no le acompañaba.
- Ha ido a coger algo para cenar. No para este tío.
- No se le acaban nunca las fuerzas...
- Escucha, he pensado en el plan perfecto para quitárnoslos de encima- le dijo en el oído a Miyagi y se separó de él para enseñarle una sonrisa en la que apareció una perfecta estrellita brillante.
- ¡Explica, explica! -se le acercó Miyagi y su oreja se hizo grande de repente, en plan muy caricaturesco.
- Tú le dices a Rukawa que ha habido un error y que vuestra habitación es la mía. Te inventas cualquier excusa: que está más cerca de los baños y Hanamichi lo necesita o lo que sea. Y así, que vaya directo y como estaremos todos dormidos se tendrá que aguantar.
- ¿Tú crees que colará? -preguntó Miyagi, no muy convencido del plan de su amigo.- Yo creo que podríamos decirle eso a Hanamichi y seguro que se lo traga, pero Rukawa es más espabilado. ¿Qué le podemos decir como excusa? -se cogió la barbilla con la mano e intentó pensar alguna cosa.
- Mmm... No sé, no se me ocurre nada -intentó pensar también alguna excusa Mitsui.
- ¡Ya está! -se le iluminó la bombilla a Miyagi.- Le dices a Hanamichi que te lo he pedido yo que cambiemos de habitación porque la vuestra está más cerca de la de Ayako. Así le hago una visita... No iré porque si no me mata, pero es verdad que su habitación está más cerca de la vuestra que de la mía.
- ¡Qué buena idea! Seguro que se lo traga. Además, tú harías lo mismo si hubiese venido Haruko -le guiñó el ojo Mitsui, convencido de que el plan iba a funcionar a la perfección.
- Pues claro -le devolvió el guiño y ambos hicieron un gesto de "O.K" con sus pulgares.- De acuerdo, pues.

Los dos se metieron en las duchas, ahora dispuestos a darse un buen baño.
Por otro lado, Sakuragi disfrutaba de una apetitosa cena.

- ¡Buf! Si que he comido hoy... ¡pero la cena está deliciosa! -sonrió complacido.- Ahora que ya estoy lleno tendría que ir a bañarme... He tenido que venir el primero a la cena porque sino después se habrían acabado las cosas más buenas... ¡Es que soy un genio se mire como se mire! JAJAJA -se dijo y rió para sí.

De camino a las duchas, Sakuragi se encontró con Mitsui y Ryota que estaban saliendo.

- ¡Hala, qué rápidos!
- ¡Ah, Hanamichi! -lo paró Mitsui.- Contigo queríamos hablar.
- ¿Ah, sí? ¿Qué pasa?
- Pues que aquí el amigo Ryota quiere que le cambiemos la habitación porque la nuestra está más cerca de la de Ayako... -le miró Mitsui con picardía.- Qué, le hacemos este favor, ¿verdad? No nos cuesta nada.
- ¡Ryota~! -se arrimó Sakuragi a Miyagi y arqueando las cejas y voz melosa le dijo- ¡Estás hecho un Casanova, ¿eh?! Hombre, ¡y tanto que te cambio la habitación! Para eso están los amigos -puso los brazos en jarras y rió alegremente.
- ¡Gracias, tío! -le dijo su compañero, continuando con el teatro.
- Michi, ¿llevas tú mis cosas? Es que todavía me tengo que duchar y quiero probar las termas -añadió Hanamichi.

Mitsui le dijo que sí, mientras él y Ryota escondían una sonrisa maligna y se dirigían a la que era habitación de Michi y Hanamichi.

 

 

Notas finales:

Sigue en el capítulo 2 ^^


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