Play with me
Como todos los días, su padre se levantaba tempranísimo para ir a su trabajo, y volvía tan tarde de la oficina que ya el pequeño Shima se encontraba durmiendo. Por lo tanto, casi nunca se veían. Por otra parte, su madre tenia un trabajo a tiempo parcial, lo cual le permitía estar en su casa.
Pero un lunes por la mañana ella se tuvo que ir a hacer unos tramites que le llevarían todo el día, y dudaba de que tuviera tiempo para cuidar a su pequeño. Por lo que decidió hacer lo solía en estos casos: dejarlo en la casa de su vecino y mejor amigo.
.-.-.-
- ¡Yuu! -corrió a abrazarlo en cuanto lo vio- Hoy mi madre saldrá y me dio permiso para quedarme contigo. -se sonrojo.
- Que bueno, tenia muchas ganas de verte, pues yo también hoy quede solo. ¿Quieres jugar a algo…?
- ¿Cómo que?
- No se… quizás a armar un rompecabezas. Mi tío me regalo uno muy grande que todavía no lo empecé.
- Ufff… -bufo el castaño- ¡Eso es aburrido! ¿Qué tal si jugamos con la Play?
- Estuve toda la noche con los videojuegos. Ya me harte por hoy de eso.
z88;
El moreno vio el rostro de su amigo desanimado, por lo que sugirió otra cosa.
- Oye, ¿Te dejaron tarea de la escuela?
- Si.
- Si quieres te puedo ayudar a hacerla. ¿Te parece bien?
- ¡Ok!
.-.-.-.-.-.-.-
Los dos estaban tendidos en el suelo, ya hastiados de hacer la tarea escolar de Shima.
- Yuu…
- ¿Qué pasa? -le contesto sin mirarle.
- Ya me canse de esto. Mejor la sigo en otro momento…
- Y yo tengo hambre. -suspiro- Se me ocurre algo que solucionará el problema de los dos.
- ¿Si?, ¿Qué cosa?
- Vayamos a mi jardín a buscar hormigas.
- ¡¿Hormigas?! ¿Y para que? -pregunto curioso luego de asombrarse.
- Tú solo sígueme. -le sobo el pelo, despeinándolo un poco, cosa que sabia que lo molestaría.
- Ok… tu mandas, pero no me despeines mas!
.-.-.-.-
El moreno se rió de la actitud del pequeño. Salieron de la sala de estar y caminaron por un largo corredor central que los conduciría hasta el jardín de Yuu. Era precioso, lleno de flores de muchos colores que alegraban los sentidos. Hacia el fondo del jardín, había una pequeña garita en la que estaban guardados los objetos de jardinería. El moreno de allí saco un pequeño rastrillo, dos palitas y un frasco de vidrio en el que guardaban semillas para cultivarlas, pero que estaba vació.
- Toma -le extendió una pala. El castaño no entendía nada, pero aun así obedeció.
Los dos se arrodillaron y removieron un poco la tierra con el rastrillo. Yuu puso el frasco entre medio de los dos.
- Mira, cada cuando veas una hormiga en la tierra, sácala con cuidado con la palita y ponla en el frasco, ¿Ok?
- Si! -Tan solo por salir al jardín y tomar aire fresco ya había cobrado entusiasmo.
z88;
Ambos se pusieron a hacer el mismo trabajo. Cada hormiga que veían, la colocaban en el frasco hasta que Yuu considero que ya eran suficientes.
- ¡Listo! -se sacudió de las manos la tierra- ¡Ya hay hormigas suficientes! -Se levanto del suelo, tomo las palitas y el rastrillo y las guardo en su lugar.- Ahora vayamos adentro nuevamente.
- ¿Otra vez? -pregunto desganado.
- Si, OTRA vez. Dale, que nos vamos a divertir juntos -le guiño un ojo.
-.-.-.-.-.-
El moreno tomo el frasco con las hormigas y entro a su casa con Shima tras de él.
- Sube a mi habitación que yo ya voy para allá. Ponte cómodo.
- No hacia falta que me lo digieras, ya estaba en mis planes. Ja ja ja! -alzo la voz cuando ya estaba subiendo por las escaleras.
- Y en los míos tambien… -susurro mientras entraba en la cocina.
.-.-.-.-.
Mientras, Shima saltaba como el crío que era sobre la cama de Yuu con fuerzas. Miraba todo a su alrededor como si fuese la primera vez que entraba en la habitación de su amigo, siendo que ya había estado allí miles de veces. Pero esta vez estaba entusiasmado, más que de costumbre.
- Ya vine -abrió la puerta de sorpresa.
- ¡¡Auch!! -se cayo de la cama y se golpeo.
Yuu dejo lo que traía sobre su escritorio y fue a ‘socorrer’ a su amigo. Lo ayudo a levantarse del suelo y lo recostó sobre la cama.
- ¿No podías estar sin hacer lío ni un segundo, no?
Shima rió suavemente mientras se le escapo un gemido de dolor por el golpe.
- Ahora quédate mansito hasta que te pase el dolor. Sino tu madre me va a echar la culpa de lo que no hice.
- Tsk… ¿Pero me tengo que quedar mucho tiempo así? Mira que me aburro facil…
- Te conozco pequeño -le sonrió de lado- pero no te preocupes que ya tengo todo listo.
Tomo del escritorio un tarro de miel y una cuchara que había traído de la cocina y se sentó al costado de Shima. Le desabrocho el cinturón y la bragueta lentamente.
- ¡¡Oye!! ¿¡Que haces?! -se quiso incorporar pero Yuu no se lo permitió.
- Me dijiste que estabas aburrido, y yo te conté que tenia hambre. Tengo la solución para ambos problemas.
Le bajo los boxers junto con sus jeans hasta las rodillas. Abrió el tarro y con la cuchara empezó a echarle el contenido en cantidad sobre su pene. A Shima le dio un poco de cosquilleo. Yuu arrimo su rostro y su aliento calido dio de lleno contra el miembro de su amigo. Le dio una lamida lenta y torturante por todo su largo.
- Delicioso -se relamió los labios.
Se separo nuevamente y ahora trajo el otro frasco. Se monto a hojarcadas sobre los muslos de Shima.
- ¿Qué es eso? -pregunto cuando vio el frasco de vidrio.
- ¿No lo recuerdas? Son las hormigas que recogimos del jardín. -empezó a vaciar el frasco con las hormigas sobre el miembro de su pequeño a cargo- A ellas les encanta la miel -dijo lo ultimo pausadamente.
- ¡¡Ahh!! ¡¡Pica!!
Intento sacarse las hormigas de encima pero el moreno le sujeto por lo brazos quedando cada uno al costado de su cabeza, tomándolo por las muñecas. No podía zafarse por mas que quisiera. Pataleaba, pero no le servia de nada. El mayor era mucho más fuerte que él.
El rostro enrojecido y desesperado de Shima era una deleite para Yuu que lo observaba desde arriba con el calor empezando a envolverle el cuerpo.
- ¡¡Yuu!! ¡¡No lo soporto más!! ¡¡Haz algo idiota!!
Con una mano lo tomo por el mentón y acerco su boca a la del pequeño, pero el se rehusaba al beso que preveía venir. Yuu lo agarro de los cabellos y hizo contacto con los carnosos labios de Shima. Este tenia los tenia cerrados, pero la lengua juguetona de Yuu se abrió paso a su boca, frotando ambas lenguas y mordiéndole con fuerza el labio inferior, arrancándole un gemido al pequeño.
- Primero, te agradecería que no me llames idiota. Y aunque no fue tu mejor beso, te voy a conceder el favor de quitarte las hormigas.
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Le soltó los brazos y el los bajo agotados. Ahora bien, Yuu se encorvo y comenzó a sacarle de a una las hormigas del miembro ya colorado por la picazón pellizcándole suavemente por cada una. Shima sentía que su pene comenzaba a palpitar por la excitación que le producía la tortura de su querido amigo.
- Hazlo -dijo con un hilo de voz.
- ¿Qué haga que? -seguía con su trabajo.
- ¡¡Que me quites todas las hormigas rápido!! ¿¡Acaso no ves como estoy?!
- Si, te veo.
- Me va a hacer daño… -ya suplicaba.- Por favor…
- Pero lo que veo es un chico que esta sumamente acalorado y que disfruta el momento aunque no quiera admitirlo.
Shima le lanzó una mirada de furia, pero cuando aparto su rostro hacia un costado, rodó los ojos porque era cierto lo que le dijo su amigo.
- Haz lo que quieras pero termina con todo esto de una vez, ¿Vale?
- Ok -dijo como si se tratará de una nueva misión.
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En realidad, Yuu ya le había quitado todas las hormigas. Lo que sentía Shima era la picazón y el ardor de las pequeñas lastimaduras que estas le habían hecho, pero el creía que aun las tenia.
El mayor tomo con ambas manos el miembro de Shima y comenzó a masturbarlo muy lentamente, frotando la punta con especial interés. La agitación del pequeño se hacia presente con cada vez mas notoriedad, haciendo que inhalara y exhalara con rapidez.
- M..más…
- ¿Más que? -Absolutamente, quería fastidiarlo. Le encantaba verlo así.
- Más rápido!
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Yuu hizo caso omiso a la petición de su vecino. Frotaba con mas presión y con mas rapidez su miembro hasta que vio que por fin comenzaban a salir las primeras gotas blanquecinas producto de su diversión.
Con sus labios atrapo la punta y comenzó a succionar fuertemente. Shima no aguantaba más. Creía que ya iba a explotar cuando sentía que su miembro se atrapaba cada vez mas adentro de la garganta de Yuu… no pasó mucho más tiempo hasta que su semen brotara e inundara la boca de su amigo. Este tragó toda su esencia caliente.
Shima se apoyo sobre sus codos en la cama y tomo por ambos lados el rostro de Yuu y lo beso apasionadamente por sorpresa, acariciando con sus manos la gran espalda de su vecino.
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- Yuu… -tosió un poco- ¿Ahora te bese mejor? -el ardor de sus mejillas no se apaciguo con sus palabras, sino todo lo contrario.
El mayor de quito de encima de el y se arrodillo al costado de la cama.
- Si -le susurro al oído. Shima se alegro- Pero tendrás que practicar mucho más. -le regalo una sonrisa al pequeño.
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El timbre sonaba en la casa de Yuu insistentemente. Ya habían pasado varias horas, y seguramente, era la madre de Shima que lo pasaba a buscar para irse a su hogar con su hijo.
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- ¿¡Que hago?!, ¿¡Que hago?!, ¿¡Que hago?! -Shima estaba histérico en la sala de estar juntando sus cosas para guardarlas rápidamente en su mochila.
- Shhh… no te desesperes. Tranquilo, termina de guardar tus cosas mientras yo atiendo a tu madre.
Esto puso más nervioso a Shima. Sus manos entorpecidas por la ansiedad no le colaboraban.
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- Hola Señora!, adelante por favor.
Shima miro a su madre con mucho pánico.
- Hijo, ¿Estas bien? -se arrimo y le abrazo.
- S…si.
- Entonces, ¿Qué te pasa cariño?
- Lo que sucede es que su hijo esta nervioso por las calificaciones de la escuela. Teme que le fue mal en los exámenes.
- Etto… si, es eso mamá. Pero Yuu-san me estuvo ayudando con los deberes y me enseño nuevas cosas que aprovecharé mucho -sin que se de cuenta su madre, le guiño un ojo al moreno.
- Bueno, me alegra mucho que sea eso y nada grave. Vamos Shima, ya hemos incomodado mucho a nuestro vecino.
- Para nada señora. Shima no solo es mi vecino, sino también -el pequeño comenzó a temblar- mi mejor amigo -se relajo.
- Me hace feliz que mi hijo haya encontrado a una buena persona para que sea su amigo. Y pensar que tú tienes 17 años y mi pequeñín tan solo 12. Gracias por cuidarlo. Por favor, mándale saludos a tu madre de mi parte.
- Por supuesto Señora. Que pase buenas noches. Y tu, Shima-chan, ten cuidado con los insectos.
- ¿Qué?, ¿Por qué? -pregunto la señora.
- Ah, porque algunos pueden dañar la piel, ¿No Shima-kun?