Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuando Llora El Alma por Kmmy Lee

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Lo escribí hace mucho, pero sólo hasta hoy me animé a publicarlo. No es la gran cosa, sin embargo tiene un significado muy especial para mí. No espero que lo entiendan, pero quienes supieron de esto en algún momento, sin duda lo comprenderán.


Es un ‘Pov Mello’ (drabble) basado sólo en pensamientos y un momento demasiado crucial. Y, como dije, puede que no le sientan el real peso, ni les parezca la gran cosa…


Pero, después de casi cinco años de aquel día, puedo rememorarlo, desde mi propio punto de vista.


Y bueno, me dejo de palabras y doy paso al fic de una vez >)

Notas del capitulo:

Death Note no me pertenece, mucho menos sus personajes. Y como señalé, esto está basado en un hecho real.

Cerré los ojos y contube el aire.

Al instante la sangre se agolpó ferozmente en mi cabeza, haciéndome sentir como si mi cerebro pretendiese estallar a través de mis ojos cada vez más fuertemente cerrados. La sensación de vacío en mi estómago y el irreprimible deseo de vomitar, me nublaron los sentidos.

Todo estaba mal, por primera vez estaba seguro de que todo, absoluta y completamente todo estaba mal.

Entonces la temperatura descendió y el oxígeno comenzó a escasear...

Respiré. Más el simple acto me dolía, lastimándome sin comprender la razón. Abrí poco a poco los ojos, sin embargo no volví a apreciar color alguno. Mi mente se nublaba cada vez más y mi cerebro se rehusaba a reaccionar.

Sí, todo estaba mal, demasiado mal.

Me incorporé, pero de manera automática todo mi cuerpo se contrajo intensamente. Una punzada en mi brazo derecho hizo que de mis labios escapase un gemido de dolor, al mismo tiempo que un líquido caliente y espeso en color carmesí, resbalaba incontrolable desde este.

Aún así hice caso omiso a esto e intenté caminar. Grabe error, mis piernas flaquearon y me hicieron caer de rodillas al piso otra vez.

No me importó, era fundamental levantarme. No podía permanecer más tiempo allí, si pretendía arreglar mi error y resultar vivo para ser capaz de ver los resultados.

Sí, todo continuaba mal, cada vez más mal.

Traté de tranquilizarme, más no pude. La desesperación que me causaba el desastroso escenario a mi alrededor, me invadía de pies a cabeza. Debía salir de allí, debía escapar de mí mismo...

¿Cómo todo había resultado de esa manera?, ¿En qué momento había perdido de esa forma el control? Dos preguntas, a las cuales no lograba hallarles ni una sola posible respuesta.

Mientras, todo continuaba mal.

Inalé una bocanada de aire. Debía pensar, o al menos intentarlo...

Me encontraba arrodillado en un rincón de mi habitación. Desde una pequeña, pero profunda herida, la sangre brotaba sin consideraciones. A mi alrededor todo estaba hecho un caos. Desde las sábanas de mi cama, revueltas y en el piso, hasta unos cuantos libros desparramados por todo el lugar, con páginas arrancadas o ya de plano totalmente destrozados.

Y cada vez todo se volvía peor, mucho peor.

Entonces lo entendí...

Cuando el alma está herida, ya no queda vuelta atrás. No te quedan fuerzas para nada, ni esperanzas de que tu vida de un giro y milagrosamente cambie.

Exacto... Una vez que se hiere el alma, ya no queda nada que valga la pena para seguir viviendo.

...

Temblando, llorando, sangrando. Sin fuerzas para continuar. Desesperado, decepcionado, cansado.

Simple y sencillamente ya no pude más...


:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:+:


Al abrir nuevamente los ojos, me hallaba recostado en una poco acojedora camilla, en medio de un blanco y aterrador cuarto de hospital. Mi brazo continuaba punzando con fuerza, no obstante, al observarlo, reparé en que ya se encontraba quirúrgicamente curado e inmovilizado.

¿A qué límites había llegado mi estúpida carencia de control?

Mi cabeza continuaba palpitando con avidez, más ahora ya era inexistente mi incapacidad de razonar con claridad. El color había regresado a mis ojos y los estragos de mi más grande idiotez ya empezaban a manifestarse sin tapujo alguno frente a mí.

Aún así, no fue hasta que una fuerte bofetada arremetió mi rostro, y un surco de gotitas alcalinas cayeron sobre mi piel una trás otra, cuando comprendí realmente el peso de mi recién cometido error.

Y es que, observando con fijeza aquella tonalidad esmeralda en esos ojos hartados de mil emociones, fue que pude dimencionar aquella verdad que, sin poderlo evadir, mis impulsos e irracionalidad habían acallado de manera tan cobarde.

Porque, aunque herida a más no poder y hecha girones, mi alma había dejado de llorar. Porque mi corazón volvía a latir con fuerza propia y el cansancio menguaba conforme esos brazos rodeaban mi cuerpo con inimaginada calidez.

Porque, aunque así lo hubiesse creído en su momento, no estaba solo...
Notas finales:

De verdad, muchas gracias por leer >)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).