Taxi.
Si, eso es lo que Reita era por el resto de la noche. Al menos podría intentar llevar el titulo con un poco mas de gracia, pero no. Ni siquiera sabia las circunstancias en las que sucedió, resulta que hace tan solo horas atrás planeaba una salida para “distenderse” del trabajo, unos tragos, nada mas según Uruha. Ahí es cuando debió rehusarse, estaba todavía a tiempo pero una vez más cedió.
Y ahí estaba ahora. Dio una mirada alrededor en su busca pero… genial. Solo, es suficiente para describir su situación. Se distrajo unos pocos segundos y los demás desaparecen en la pista de baile, haciendo quien sabe que. Si, no era buena idea quedarse ahí esperando que volvieran porque no lo harían, Reita tenía claro que sus amigos “borrachos” eran una bomba de tiempo, cada uno de ellos explotaba de diferente manera y ninguna buena.
En distintos momentos había sido testigo de que Kai, se deprimía de tal manera que mas de una vez lo creyó suicida. Aoi, era violento por decir lo menos, bastaba con una simple palabra para que su amigo quisiera pelear. Uruha, no hacia más que reírse, si de cualquier cosa, en fin Reita no encontraba mucha diferencia del Uruha sobrio, en cuanto a Ruki… ahí había un problema y uno serio, era como jugar a la ruleta rusa. Ruki podía deprimirse, ser violento y hasta gracioso pero por sobre todas las cosas era “una puta caliente”.
Si, Reita no tenia un trabajo fácil esta noche. Se perdió en medio de la pista de baile con la esperanza de encontrar por lo menos a uno. De hecho, lo hizo. Tomo del brazo a Uruha sacándolo del medio de la fiesta, sin dudas mataría al castaño por haber tenido la idea de “salir” pero no ahora que aun debía hacerse cargo del resto. Sobre la barra del bar no pudo sino ver a Kai, hablando – ante los ojos de Reita – con una botella de cerveza.
- ¿Kai? ven, nos vamos -
Dijo palmeando la espalda del moreno, si a Reita le preocupaba pero le preocupo aun más cuando recibió por respuesta una mirada cargada de lágrimas por parte del baterista.
- ¿¡Piensa en mi cuando lo hace con el!? ¡Dímelo! ¿¡Piensa en mí!? -
Grito tomándolo de los brazos, era en momentos como estos en los que Reita se daba cuenta que lidiar con un Kai borracho era la peor de las todas ideas que podía tener. El moreno no hacia más que botar cada una de sus penas amorosas preguntando cosas de las que Reita ni siquiera era conciente.
- Ya no puedo mas… ¡no puedo mas!... mejor que me mate -
Dijo soltando al bajista de su agarre bebiendo un sorbo de su botella, bien el baterista tenia un concepto “extraño” de matarse. – Claro – Reita dijo haciendo uso de la poca paciencia que le quedaba, giro sobre sus pies dejando a Kai en el bar, al menos sabría donde esta mas tarde. No le tomo mucho encontrar a Aoi en los baños, tal parece que mantenía una pelea con cada una de las personas que pasaban. Lo cual ya de por si no era algo bueno.
- ¿¡Crees que soy feliz!? ¡Maldita sea! ¿¡Porque me miras así!? -
Se acerco a Reita tomándolo del cuello de su camisa, si no conociera a Aoi este seria momento para pedir ayuda. La noche no se podía poner peor, oh no. Finalmente lo soltó hundiendo su cabeza en el cuello del bajista, si, ahora iba a llorar y a lamentarse por haber cometido alguna locura, lo único que Reita esperaba era no escuchar “lo siento, lo mate yo”.
- Todo lo que quiero es que no me engañes más ¿Por qué lo haces difícil? -
Bien eso fue… raro. Reita asintió sin estar muy seguro de que hacer, palmeo un poco la espalda del guitarrista para darle “apoyo” si eso es lo único que podía hacer teniendo un Aoi lamentándose cada uno de los pecados de su vida, bien eso hasta que sintió un jalón en su brazo. Inclino su cabeza hacia abajo encontrándose con un Ruki cuya mirada se enterró en los oscuros ojos de Aoi. – ¡Mio! – dijo. No de nuevo, Reita pensó mientras el pequeño vocalista tiraba de el.
- ¿Ruki que haces? suéltame por favor -
Pero la respuesta de Ruki fue apretar tanto como se le fue posible al bajista en medio de sus brazos Mio susurro acomodando su cabeza en el pecho de Reita. Si había algo que se preguntaba en este momento era, ¿¡por qué a mi!?. No lo pensó dos veces y alejo un poco a Ruki de el notando como los ojos del vocalista se humedecían.
Reita suspiro dejando que el pequeño se prendiera a su brazo como una sanguijuela, a estas alturas era lo que menos le importaba, todo lo que quería era largarse rápido a su casa y poder descansar. No le costo reunir a cada uno de sus amigos en el auto, especialmente porque Uruha de alguna manera encontró los baños terminando enganchado con Aoi. Y Kai, bueno si había algo que Reita sabia era que se estaría “matando” en la barra del bar.
Sin dudas esta seria la noche mas larga de su vida.
Reita suspiro mirando el camino desierto en frente suyo. No era justo, simplemente no. Siempre terminaba siendo el taxi, debía decir no la próxima vez que a alguno se le ocurriera salir. Debía decirlo y hacerlo, no ceder tan fácilmente ante las suplicas y mas aun, cuando se trataba de las suplicas de Ruki. ¿Pero como mantenerse firme? Teniendo ese par de ojos rogándole “Por favor Aki-chan por favor”.
Reita dirigió su mirada hacia el pequeño vocalista que borracho o no, si había algo que no se podía negar era que era lindo, muy lindo. Tanto que Reita no recuerda el momento en el que se enamoro de el, por eso, no podía ver el momento en el que la noche terminara.
- ¿Aki? -
Reita suspiro una vez mas ante el sonido de la voz de Ruki a su lado, sin saber lo que se podía venir a continuación, pregunto. - ¿Qué pasa? – sin embargo, pasaron los segundos y la respuesta no llegaba. Reita viro su cabeza hasta enfrentar su mirada con la de Ruki.
- ¿Aki-chan puedo quedarme a dormir en tu casa? -
Eso era una de las cosas que Reita de verdad no quería oír esa noche, devolvió su mirada al camino seguro de ¡NO! ceder esta vez, apretó sus manos alrededor del manubrio buscando una fuerza interna que estaba seguro de no tener.
- No, te dejo en tu casa y nos vemos mañana -
Dijo tratando de sonar lo mas “amable” que se le fuera posible, pero amable o no a Ruki la respuesta no le gusto. Inclino su cabeza hacia abajo antes de que las lágrimas escaparan de sus ojos. Algo que no paso desapercibido por Reita. - ¡No me queres!, ¡eres cruel, cruel! – grito agitando sus puños cerrados.
Reita dio una rápida mirada a través del espejo retrovisor solo para asegurarse de que la pequeña escena que Ruki montaba no había despertado a ninguno de sus compañeros de banda. Y por muy sorprendente que parezca, no lo hizo.
- No te odio Ru, al contrario -
Dijo maldiciendo sus propias palabras, lo único que necesitaba ahora era declararse enamorado de Ruki, pero de hecho funciono. El pequeño vocalista sonrío pero eso estaba lejos de tranquilizar a Reita. En menos de un minuto tenia la cabeza de Ruki sobre sus hombros, - ¿Me amas Aki-chan? pregunto acercándose un poco mas a Reita, si eso era posible.
No respondió. Si amaba a Ruki, amaba cada cosa de el pero eso era algo que no estaba dispuesto a decir, no al menos ahora. Lo que resulto ser una muy mala idea, tan rápido como se calmo, Ruki volvió a llorar pero esta vez tan fuerte que Reita creyó imposible no despertar a sus amigos en el asiento de atrás.
- ¿¡Por qué me odias Aki-chan porque!? -
Sin saber porque Reita presentía que esto era solo el comienzo. Si no lograba callar a Ruki y rápido, no solo tendría que lidiar con el pequeño sino que con otros tres borrachos deprimidos. – Ruki, por favor… ¡cállate! -, no fue hasta que le grito que se dio cuenta, mala idea, muy mala idea.
- ¡Soy feo! ¿¡Verdad Aki-chan!? ¡Tú no me quieres porque soy feo! -
Reita se lo vio venir. El primero en saltar fue Kai en el mismo – o peor – estado que Ruki lamentándose el rechazo, lo que Reita nunca se previo fue el hecho de que Kai sacara la mitad de su cuerpo fuera de la ventanilla del auto, su corazón dio un salto en aquel momento en el que vio a Kai gritar cosas que no era capaz de entender.
- ¡Vuelve al maldito auto Kai! -
Grito consiente que de nada serviría, Kai seguiría gritando su declaración de muerte y otras cosas más. Aun así estiro tanto como pudo su brazo para agarrar al moreno, lo consiguió aunque Kai se resistió provocando que Reita perdiera el control del volante y el auto zigzagueara por la calle. Reita hubiera tirado a Kai fuera del auto aunque después se arrepintiera, para cuando logro meter el cuerpo del moreno dentro de nuevo fueron las risas de Uruha lo que lo hicieron detenerse.
- ¡Bájate de mi auto ya y llévate a Aoi y a Kai contigo! -
Dijo sin siquiera mirar a Uruha, si lo hacia el castaño no viviría la noche. No fue suficiente repetirlo, en cuanto Uruha escucho el nombre de Aoi bajo tomando de la mano al moreno siendo seguido por un Kai que seria capaz de tirarse a las vías de un tren.
Bien. Finalmente quedaba solo Ruki pero Reita tenía una idea muy distinta ahora del destino del pequeño vocalista. Se lo merecía, de eso estaba seguro.
No fue necesario decir que habían llegado, tan pronto como Ruki bajo de la espalda de Reita sonrío dirigiéndose hacia su habitación.
No tenia ninguna otra intención para el resto de la noche por lo que se vio siguiendo los pasos de Ruki hasta la puerta de su propio dormitorio, donde se detuvo mirando con atención como de espaldas a el Ruki se quitaba su chaqueta sin siquiera saber que a pocos pasos la mirada del bajista recorría cada centímetro de su figura.
Sin pensarlo dos veces, Reita se acerco a Ruki posando sus manos a ambos lados de las caderas del vocalista juntando su cuerpo al suyo. - ¿Me quieres Aki-chan? - Ruki pregunto meneando su trasero contra el área sensible de bajista.
Reita sonrío inclinando su cabeza de tal manera que la punta de su nariz tocaba la mejilla de Ruki. – Si tan solo supieras cuanto te quiero, cuanto quiero metértela haciéndote gemir -. Dijo empujando al vocalista contra su cama escuchando como Ruki reaccionaba ante sus palabras. De hecho, se impresiono del efecto que las mismas tuvieron en el, ya podía sentir su pene endureciéndose.
- ¿Por qué esperas Aki-chan? - Ruki dijo moviendo sus caderas hacia Reita, sin poder contener su respiración cuando sintió el bulto del bajista contra su entrada. Reita se inclino un poco mas sobre Ruki atrapando con su lengua uno de los piercings haciendo nada mas que arrancando un gemido del vocalista, - No… ah – dijo tomando a Ruki de las caderas, - No creo que… lo haga ahora… vamos a divertirnos antes -.
Reita no pudo sino sonreír cuando sintió a Ruki gemir debajo de el, deslizó una de sus manos a lo largo del pecho del pequeño desabotonando uno por uno los botones de su camisa acariciando la suave piel sintiendo como ardía debajo de sus dedos.
Ruki cerró los ojos ante el solo sentir de los húmedos labios de Reita sobre su cuello, - Por favor-, dijo sin embargo de nuevo Reita fingió no escuchar.
Si esta iba a ser la única noche en la que Reita podía “tomar” a Ruki como suyo entonces se iba a asegurar de hacerla algo digno de recuerdo. Se levanto lo suficiente como para quitarle la incomoda prenda al pequeño y la suya también. Tan pronto como su cuerpo y el de Ruki hicieron contacto Reita se creyó arder en fuego, algo por lo que en la mañana probablemente se arrepienta, pero ahora no era momento de pensar en eso.
Cada pequeño gemido que el vocalista hacia enloquecía a Reita de tal manera que quería escuchar mas y mas. Recorrió con su mano la piel expuesta de Ruki descendiendo hasta el lugar de sus más retorcidas fantasías.
Coloco sus dedos dentro de la costura de los jeans del vocalista bajando sus boxers junto, exponiendo ante el algo por lo que había esperado mucho, mucho tiempo. Ruki viro su cabeza hacia el lado opuesto, estaba mas aya que avergonzado pero eso no detuvo a Reita, de hecho lo incito aun mas. Sonrío antes de deslizar la punta de su lengua a lo largo del cuello de Ruki, mordiendo en la sensible piel asegurándose de que supieran de quien Ruki era.
- Húmedo… ah… húmedo Aki – Ruki gimió consiguiendo que el bajista lo mirara sin estar seguro de entender, - Tu lengua – el pequeño dijo depositando un beso sobre los labios de Reita. Sin pensarlo, introdujo su lengua en la boca de Ruki haciendo una mueca por el sabor de alcohol, cosa que olvido rápidamente al sentir la del vocalista enredarse con la suya. Reita llevo una de sus manos hacia la erección del pequeño tomándola suavemente.
Ruki viro su cabeza hacia el costado rompiendo el beso, siendo incapaz de controlar su respiración. Reita sonrío masturbándolo, adorando el sentimiento de verlo crecer en su mano. Pudiendo solo gemir, Ruki se sentía desvanecer de placer en la palma de Reita mientras sus dedos apretaban la cabeza de su miembro. Estaba cerca, muy cerca, lo podía sentir y el bajista también.
Desabotono los primeros botones de sus jeans liberando su pene, coloco amabas manos en las caderas de Ruki posesionando su miembro en la entrada del pequeño. Lentamente se introdujo en el cuerpo del vocalista gimiendo mientras se sentía absorbido por esa calidez. Sin embargo se detuvo al ver como el pequeño mordía sus labios sin poder contener sus lágrimas, Reita espero hasta que Ruki movió un poco sus caderas asegurándole que ya no lo lastimaría.
Rápidamente Reita estableció un ritmo que los tenia a ambos gimiendo, salía y entraba del cuerpo del vocalista con toda la fuerza que podía. Ruki se agarro de las sabanas a su costado sintiendo como su cuerpo liberaba descargas pidiendo por mas en cuanto el bajista escondió el rostro en su cuello amortiguando sus gemidos, nunca pensó que Ruki seria tan estrecho y calido, lo estaba enloqueciendo.
Estaban llegando al clímax, un poco más y fue suficiente. Se corrió dentro del pequeño viendo como aquel líquido blanco manchaba su vientre cuando Ruki termino. Reita se dejo caer sobre su cama respirando con dificultad mientras el pequeño se acurrucaba en sus brazos, tomo las mantas cubriéndolos a ambos.
Pero para su sorpresa justo antes de dormirse Ruki se incorporo un poco susurrando cerca de su oído, “Te amo”. Al principio Reita creyó estar soñando, pero le basto con sentir los labios del vocalista en su mejilla “Yo también” dijo antes de dejarse dormir.