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Merci à la pornographie por mai_olivia_soto

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Notas del fanfic:

Disclaimer:

- - Hablan y cosas de ínfima importancia

" " Piensan

*** Cambio de tiempos (Presente y pasado)

Notas del capitulo:

Realmente añoro porque sea de su agrado, soy casi primeriza en esto de subir fic en esta página de esta temática, ya que subí dos fic hace mucho tiempo y eran- sin exagerar- una basura. Tengo tanta esperanza en este one-shot que siento una opresión en el pecho. Lean y déjenme sus opiniones, no importa si son buenas o malas, solo deseo saber para entender y arreglar mis errores.

Merci à la pornographie

 

Gracias a una pornografía…

                    

El vaivén de sus caderas iba al compás de las del contrario en una danza más que excitante para ambos que sin prestar mucha atención a lo que los rodeaba se sometían entre las sábanas color vino.

 

Sus cuerpos sudorosos calzaban a la perfección entre sí y con cada embestida se unían mucho más de lo que ya se encontraban, se miraron por una milésima de segundo y como si una fuerza de atracción mayor a la que conocían se empecinara en juntarlos su labios se rozaron con delicadeza para enseguida acariciar sus lenguas en una batalla feroz donde ninguno de los dos pensaba siquiera dejarse ganar.

 

Tocaron el cuerpo del otro como si tocasen el suyo propio en una necesidad absurda de querer más contacto y la velocidad de las estocadas aumentaba considerablemente hasta el punto de que la cama rechinaba amenazando con romper la marquesa que la soportaba.

 

Los gemidos, jadeos y fuertes exhalaciones inundaban la habitación que parecía arder por tal alta temperatura en la que se encontraba mientras la acción daba indicios de culminar pronto, sintiendo un hormigueo en sus partes bajas el uke y el seme se miraban con lascivia latente deseando sentir el tan anhelado orgasmo que se avecinaba.

 

Un par de estocadas más en el lugar específico donde lo hacía delirar de manera alocada y los espasmos los invadieron por completo, ambos liberaron su esencia con un gran gemido que bien pudo escucharse por todo el vecindario, cayeron exhaustos en el mullido colchón, intentando acompasar sus respiraciones.

 

¿Cómo llegaron a eso?

 

¿Cómo dos personas que no tenían nada que ver la una con la otra en un momento dado por una casualidad de encontrarse en una vía pública se encamaron y entregaron al contrario sin siquiera dudarlo?

 

 

 

 

 

 

***

 

 

 

 

 

 

Los reflectores sobre su cuerpo semi desnudo bajo un cuerpo fornido con las piernas más que abiertas y su miembro erguido mostraban una escena perfecta de sexo, donde el seme toqueteaba a placer todo su cuerpo y manoseaba su pene en una paja mal dada, pero que por profesión tuvo que gemir y hacer como si lo disfrutara.

 

El tipo sujetó su cintura y lo volteo dejándolo en cuatro, apretando y acariciando sus pálidas nalgas mientras acercaba el rostro a su entrada intentando sacar provecho de la situación. Con la lengua lamió todo su ano para luego querer introducirla sin ver las expresiones de asco mal fingido del menor. Se retorció ante el contacto de su lasciva lengua con su parte trasera, mordió su labio inferior conteniendo un grito para detener la escena, pero debía soportar. El contrario al igual que él ya no quería seguir, su respiración iba más allá de fuertes exhalaciones, eran gritos ahogados.

 

-¡Y…. Corte!- Gritó con un altavoz un hombre de cabello plateado y la mitad de su rostro cubierta por una bufanda.- Buena toma, pero mañana seguiremos, tengo una cita con unos auspiciadores y si todo sale como lo espero, ellos decidirán sus carreras, señores.- Dijo bajándose de su silla.

 

Caminó hasta donde se montaba la escena y con una bata color burdeo cubrió el cuerpo del ojiturquesa que lo miraba inexpresivamente.

 

-Hiciste un gran trabajo hoy Gaa-chan, el papel de uke te viene irremediablemente…- Inquirió con una sonrisa pervertida que por su bufanda no fue vista por el menor, pero que sin duda se lo imaginó.

 

No emitió respuesta, solo se colocó de pie y caminó a su camerino para vestirse y largarse a su casa. Cerró la puerta con desgano y se quitó la bata dejándola caer por sus tersos hombros.

 

Caminó hasta otra puerta por la cual ingresó y sin detenerse a mirar siguió hasta una ducha en la que se metió, cerró la cortina de baño y prendió el grifo de agua helada.

 

 

 

 

Sus dedos incansables sobre las teclas de su laptop se movían con avidez propia de un Uchiha mientras veía los gráficos apareciendo y desapareciendo de la pantalla.

 

Se detuvo cuando sintió otra presencia en su oficina y sin mediar palabras le indicó que hablase lo que tenía que decir si no que se marchara.

 

-Sasuke-Bastardo…- Comenzó a hablar una voz que no demostraba muchas expresiones.- Te traje algo para que te distraigas del trabajo un rato, te gustara… te lo puedo asegurar…- Finalizó un chico de piel pálida y cabello negro bastante corto meneando entre sus largos dedos un CD en un PORTA CD.

 

-No me interesa lo que sea, Sai… ya te lo he dicho, no vengas a distraer mi trabajo…- Inquirió sobándose la sien en un intento de no cometer homicidio.

 

-Pero te gustará, sobretodo el protagonista de la película…- Espetó dirigiéndose hacia un mueble con dos puertas que abrió para encontrarse con un televisor plasma y un DVD.- Solo será un momento para que veas de que se trata, te la dejaré y luego tú solo querrás ver el resto… te lo doy por firmado…- Dijo mientras prendía el televisor en VIDEO y el DVD.

 

-Sai no tengo tiempo…- Finalizó mientras intentaba ponerse en pie.

 

-Pues tendrás que hacerte el tiempo…- Habló colocando el CD que poseía en el DVD y cerrando el mismo.- Tan solo espera y verás como te gustará…- Dio por finalizada su presentación apretando PLAY.

 

-Ya te dije que n….- Se quedó estupefacto cuando se terminaba de poner en pie al escuchar unos gemidos provenientes del aparato cuadricular y más aún al ver a dos hombres teniendo relaciones sexuales.- ¿Qué demonios me trajiste Sai?- Inquirió sin salir de su estupefacción.

 

El menor no respondió, simplemente le sonreía divertido al ver la expresión de su hermano. Miró hacia la pantalla y vio a un pelirojo bastante hermoso teniendo relaciones con un tipo vulgar y tosco que lo embestía como bestia, tanto que parecía partir en dos al pequeño ángel debajo de él.

 

-¿Te gusta?- Preguntó el menor con inocencia mal fingida.- El chico pelirojo, según investigué, se llama Sabaku No Gaara… muy hermoso para ser actor porno, ¿no lo crees?- Volvió a preguntar con su típica sonrisita fingida.

 

-¿Por qué carajo me traes porno a mi oficina?- Preguntó ofuscado el azabache con el ceño fruncido.

 

-Porque se ve que necesitas desahogarte, además….- Dijo mirando como el tipo fornido y seme le metía todo su pene en la cavidad bucal al ojiturquesa que comenzaba a darle una felación que ambos en la oficina deseaban –en diferente magnitud- recibir de semejante uke.- No está nada de mal para tener un encuentro con él, pero mejor si estuviera vestido de lolita… ¿No lo crees, Sasuke-Bastardo?-

 

El dueño de la oficina enterró los dedos sobre su escritorio al ver como el chico de la película era colocado en cuatro y embestido por el compañero de pantalla, respiro con dificultad escuchando los gemidos, jadeos y maldiciones que decían, sobretodo el tipo que tenía la suerte de estar entre las piernas y nalgas del pelirrojo.

 

-Esto me supera…- Murmuro más para sí que para el otro.- Sai saca eso de ahí y llévatelo….- Dijo intentado con todas sus fuerzas no salir y golpear a su hermano por tal osadía de presentarse sin ser llamado, y más aún poniéndole porno en su oficina.

 

-Pero Sasu…- Susurró meloso e inocente.- Te lo dejaré aquí y si quieres lo ves…-

 

Se quedo pasmado por lo duro de cabeza que podía llegar a ser el menor queriendo –y no queriendo también-. Cerró los ojos en un intento de que su raciocinio volviera a donde debería estar y habló.

 

-Sai, llévatelo de a…- Se calló al comprobar que la rata que tenía de hermano ya no estaba, y el video estaba en PAUSE puesto en una escena en la cual el pelirojo tenía sus carnosos labios abiertos en un gemido, un tenue color carmín adornaban sus pálidas mejillas, sus ojos sutilmente cerrados en claro signo de placer y un poco de saliva se escurría por la comisura de sus labios.

 

Se estaba excitando.

 

Cerró los puños golpeando el escritorio con frustración, en realidad el pelirrojo ojiturquesa era un tipo muy hermoso y deseable, con solo imaginárselo a él con el chico en esa pose se ponía a mil, se irguió con un leve sonrojo en sus pómulos. Sentía bochorno.

 

Demás está decir que su miembro ya estaba más que despierto y palpitante.

 

Maldito Sai

 

 

 

 

Se sentó en una banca de un parque cerca de donde trabajaba para tomarse un respiro antes de volver a su casa, cada vez le costaba más fingir buen agrado cuando algún tipo lo tocaba, a veces, en su camerino cuando no estaba a la vista de nadie intentaba retener las  arcadas del asco que le producía meterse la virilidad de alguien quien ni siquiera le atraía en la boca.

 

Bufó con fastidio, cuando imaginaba su futuro como profesional nunca se le cruzó por la sesera ser actor porno.

 

Me hubiera salido mejor ser prostituto, la paga es mejor y no me conocen en todo el mundo…

 

Volvió a bufar a sabiendas de que siendo conocido mundialmente podría ir despidiéndose de ser un famoso actor de Hollywood, inmensas mansiones regadas por el mundo, ser respetado por los grandes del cine y del teatro.

 

Se acurrucó en la banca, sentía frío, pero ese sentimiento no se comparaba en nada al ver como su carrera, su futuro, su sueño, su meta se iba por el desagüe.

 

Miro hacia el cielo intentando aminorar el dolor de caer en cuenta de que era una víctima más de los errores adolescentes que en vez de oír la voz de la experiencia se empecinan en trazar su propio camino sin reparar en las equivocaciones que podrían cometer, alegando aún soy joven, tengo un gran camino que recorrer, pero los años pasan y los errores pesan.

 

Se estremeció con pesar apretando su pecho que aún dolía, ya se estaba volviendo habitual aquel sentir, su compañero en las largas y poco reconfortantes noches de insomnio, ¿Cuánto tiempo más iba a soportar antes de acabar con su nada grata forma de existencia?

 

Cerró los ojos con nostalgia, si tan solo hubiera escuchado a su madre…

 

Que en paz descanse…

 

Pero ya no había un si no hubiera, ahora tan solo quedaba afrontar la realidad como un hombre, el eligió esa vida, esa vida tendría que vivir.

 

¿Qué diantres estaba pensando cuando me relacioné con Kakashi-hentai?

 

Suspiro una vez, suspiro otra vez, y nuevamente volvió a suspirar….

 

-¿Tantos suspiros para un persona tan joven?- Preguntó una voz aterciopelada a su espalda, se medio voltio y vio una sonrisa prepotente, que lejos de querer aparentar prepotencia era lo único que podía demostrar.

 

Se sorprendió al ver tal majestuosidad de hombre hablándole a él, una pequeña sabandija culpándose de la vida que el mismo escogió.

 

Su mirada recorrió esos ojos ónix que a simple vista lo incitaba a seguir mirándolos, esa nariz perfectamente recta sin una falla, esos labios que te daban ganas de morder y no soltarlos por mucho rato, ese cabello azabache en punta, desordenado que lejos de darle una apariencia de revoltoso, le daba todo el enigma de misterioso. No podía apartar la mirada de él.

 

El azabache, sin embargo, entreabrió los labios en una expresión de sorpresa, sin más recobró la compostura enseguida, solo fue un lapsus de tiempo, una milésima de segundo en la cual su inescrutable rostro denotaba sorpresa ante un ajeno a él. Pero era inevitable sentirla, sobretodo al ver al pelirojo que hace algunos minutos atrás estaba en su plasma teniendo sexo con un animal de hombre.

 

-Uchiha Sasuke…- Se presentó estirando su mano de manera cortés.

 

El otro, en cambio, estaba estupefacto por tan preciosura de hombre, que no atinaba a nada, hasta que el mismo le habló presentándose tan galán. Debió de haber sido un sueño.

 

-Sa-Sabaku No Gaara…- Respondió extendiendo y cogiendo torpemente la mano de su interlocutor.

 

El otro solo sonrió al comprobar que era el mismo nombre que le había dicho la cucaracha que tenía de hermano; era muy cómico para él ver tal muestra de timidez en una persona que no temía grabar abriéndose de piernas ante todo un planeta.

 

-Muy bien Gaara del Desierto, ¿me permite usted acompañarlo en su momento de letargo?- Pregunto sonriendo internamente por la cara de sorpresa del ojiturquesa.

 

-P-por supuesto, el parque en una vía pública…- Respondió el otro desviando su rostro hacia un lugar donde el azabache no pudiese apreciar su sonrojo.

 

El otro se sentó a su lado, muy cerca para el gusto del contrario, mientras con una mano tomaba su mentón y atraía su rostro para mirarlo fijamente a los ojos.

 

-¿Qué ocurre?- Pregunto cada vez más divertido por la reacción del menor.- ¿Acaso… te coloco nervioso?- Volvió a preguntar acercando peligrosamente su rostro al menor, entremezclando sus respiraciones.

 

-E-eh… yo…- Intentó hablar, pero se le dificultaba teniendo a todo un Sex Symbol acercándose cada vez más a su rostro, y peor aún a sus labios, ¿o mejor?

 

-Eres hermoso, ¿lo sabías?- Inquirió el ojioscuro separándose lo suficiente para admirar el sonrojo y la mirada de duda que le daba el toque al pequeño pelirojo.

 

-¿S-sueles ser tan confianzudo con las personas a las que acabas de conocer?- Preguntó el de ojeras, que lejos de que esto lo hiciera ver feo, se tornaba en una característica muy atrayente.

 

El mayor sonrió con sorna- Sonrisa MADE-IN-UCHIHA- al saber que el menor le llamaba la atención muy sutilmente por el trato que le daba.

 

-No… solo con las personas que me llaman la atención…- Respondió mientras con sus dedos despejaba su rostro de las rebeldes hebras rojizas ante la mirada atontada del que hace algunos momentos en su oficina lo calentaba.

 

No supo cómo ni por qué su mano sola se deslizo a acariciar el rostro del ojinegro, quien sorprendido por el acto del pelirrojo solo se limitó a cerrar los ojos y disfrutar de las cosquillas que le producía la suave mano que tocaba con lentitud su rostro.

 

Los abrió cuando ya no sintió la tibieza que emanaba la mano y el cuerpo del menor, notando como se alejaba de su mano que momentos antes se posaba en su mentón.

 

-¿Qué ocurre?- Preguntó por inercia.

 

-E-es que… es s-solo…- No tenía idea de que responder, no podía decirle que era porque se encontraba nervioso por la cercanía que habían tenido sin siquiera conocerse. Se sentía como un idiota.

 

Sin embargo, por su tartamudeo y por su nerviosismo el contrario comprendió el problema.

 

Se acercó al ahora de pie muchacho, y se poso frente a él, quien con su mirada dubitativa dio a entender- de nueva cuenta- el problema.

 

-Ven…- Le susurró rozando a penas su mejilla.- Te invito a mi departamento.- Le propuso con una sonrisa.

 

-Yo… no creo que deba…- Dijo mirándolo con claro signo de incomodidad.

 

-No, no debes… tienes que venir conmigo… por…- Se detuvo viendo como el pelirojo lo miraba, no sabía por qué lo hacía, ¿dónde quedaba el  siempre frío y calculador Uchiha Sasuke?

 

-¿Por?- Preguntó el menor con cara de no entenderle lo que decía.

 

-Simplemente ven conmigo… por… por… favor….-  Finalizo con un mal sabor de boca al verse tan estúpido diciendo lo que todas las personas pueden decir y deletrear sin problema alguno, a menos que sean infantes.

 

-Se me hará tarde para regresar a c…- Intentó escusarse el pelirrojo, pero un dedo no se lo permitió.

 

-Si te retrasas yo te llevo de vuelta…- Dio fin a la discusión rozando con delicadeza los labios color cereza bajo la atenta mirada de su ahora obsesión.

 

 

 

 

La puerta de una vivienda fue abierta estrepitosamente mientras dos sujetos entraban a carcajada limpia, sin una mínima muestra de pudor de estar riendo como poseso. El mayor cerró con un portazo la puerta anteriormente abierta tomando la mano de su acompañante para que no se le escapara en ese momento.

 

-Bienvenido a mi humilde morada…- Le susurro en el oído abrazándolo por detrás.

 

-¿A esto le dices humilde?- Preguntó el ojiturquesa ya más confiado después de recuperarse un poco del estremecimiento que le recorrió la columna vertebral.- Me parece más una suite.

 

Se separó del de cabello ébano y examinó el departamento con la mirada observando como insólitamente un piano yacía en el que era el living. Se acercó y tocó una tecla, siempre había deseado ver un piano de cola negro. Estaba encantado.

 

-¿Te gusta?- Preguntó una atrayente voz detrás de él.

 

-Si. Siempre quise ver uno en persona, no solo en películas y revistas.- Dijo volviendo a tocar la misma tecla.

 

El de ojos color ónix se sentó en el banco enfrente del instrumento musical, indicándole al de cabellos color fuego que tomara asiento a su lado. Una vez ya estuvieron ambos acomodados el Uchiha comenzó a movilizar sus dedos sobre las teclas que componían el piano creando una melodía armoniosa y llevadera, ante una mirada de admiración y regocijo por dicha tonada que le era tan gratificante a su persona.

 

Continuó regalándole esa música al ojiturquesa, que para ese entonces estaba con los ojos cerrados disfrutando el momento. Nunca en toda su petulante vida se había sentido tan cómodo y protegido con alguien.

 

Abrió sus turquesas orbes al no escuchar esa agradable sinfonía encontrándose con la negra mirada del otro posada en su persona.

 

-¿Ocurre algo?- Pregunto al ver como el contrario no hacia ademán de querer moverse siquiera.

 

-Nada…- Simplemente contestó.

 

-¿Vives solo?- Volvió a inquirir.

 

-Con mi aniki…- Respondió.

 

-¿Tienes un hermano?- Preguntó otra vez.

 

-De echo tengo dos… mi aniki vive conmigo, pero se pasa más tiempo en la casa de su novio que en la suya propia, así que es como si viviera solo y…- Hizo una pausa poniendo rostro de desagrado.- mi otouto-baka que vive con nuestros padres al ser aún menor de edad…- Finalizó mirando el rostro impasible del menor.

 

-Ya veo…- Se limitó a decir.

 

Se levantaron del piano y el Uchiha lo llevó a conocer el resto de su residencia. Por último dejó su habitación, mostrándole la gran cama de dos plazas con un cobertor azul, las paredes de un azul pálido y cortinas de la misma tonalidad del cobertor, el closet de madera de roble y la mesita de noche color negro. Su habitación no era ni la mitad de la habitación del ojioscuro.

 

-¿Qué tal?- Pregunto cerca de su espalda.

 

-Es bastante amplio y acogedor…- Respondió sin ser consciente de que la última palabra le hacía pasar más de una imagen poco sanas por la incipientemente retorcida cabeza del mayor.

 

-Te puedo demostrar que tan acogedor es…- Dijo el mayor acercándosele al pelirojo y lanzándolo de espalda a la cama que hace un instante estaba intacta.

 

Se subió a la cama a horcajadas acercándose al Sabaku y uniendo sus labios en un roce más que excitante, que poco a poco comenzó a volverse fogoso e insinuante. Coló su lengua en la cavidad bucal del otro, saboreando cada recoveco de su boca, mientras una seguidilla de gemidos morían entre sus labios antes de que siquiera se hubieran formado.

 

Se separaron cuando el aire les hacía falta y mirándose profundamente a los ojos el azabache acercó su rostro al contrario, presionando así su nariz con la del otro chico, que poseía un tentador rosa carmesí en sus mejillas dándole una apariencia adorable.

 

-Eres tan hermoso…- Susurró sobre sus labios, lamiendo los mismos con delicadeza propia de quien no desea romper su pertenencia más preciada, pero él aún no le pertenecía…. Por ahora…

 

Mordió, lamió y succionó el delicado cuello del pelirojo paseando su lengua y dientes con adoración por su tersa piel lechosa sintiendo como el menor se estremecía con delicia. Desabotonó la camisa blanca que llevaba el menor, bajando con su lengua por el suave pecho del Sabaku No deteniéndose para admirar los rosáceos botoncitos de piel que se notaba estaban duros y como si lo llamaran acercó sus labios besando uno en la punta, riendo con sorna al percatarse de cómo el de mirada aguamarina arqueaba su espalda e intentaba retener un gemido que se escabullía sin problemas por sus ahora hinchados y rojos labios.

 

Con su lengua continuó estimulado el pezón del pequeño rodeándola por la aurora y dándole pequeñas y leves mordidas disfrutando los suspiros, jadeos  y sutiles gemidos que daba su acompañante. Dejó su tarea para repetir el mismo mecanismo- pero con más ahínco- con el otro pezón que ardía pidiendo un poco de atención lo cual él no le negaría, y para no permitir que el que estimulaba segundos antes se enfriara siguió haciéndolo con sus dedos que apretaban, pellizcaban y acariciaban con gozo.

 

Se detuvo un momento contemplando el rostro de placer que poseía el carmesí, que al darse cuenta de que ya no continuaba lo miró con claro signo de duda. Se irguió hasta alcanzar con sus labios los del contrario, besándose como si la vida de ambos dependiera de ello, separándose cuando ya el calor de sus cuerpos se había vuelto insoportable.

 

Se despojó de su traje, corbata y camisa, lanzándola a donde su mirada no las alcanzaba a ver estando prendado de la mirada del otro, que vio, como de hacía hacia un lado en busca de algo.

 

¿Pero qué?

 

Se acomodó más bajo suyo, teniendo entre sus largos dedos la corbata negra que se había sacado, desanudándola. Lo miró sin comprender, y para cuando se dio cuenta las posiciones habían cambiado, estando él bajo el pelirojo que tenía sus piernas abiertas en cada lado de su cuerpo sentado sobre su abdomen. Sentía su miembro más que duro.

 

Disfrutó viendo como el de cabello bermejo utilizaba la corbata para pasearla sutilmente por su cuello sudoroso, incitándolo a participar. Volviendo a dar vueltas quedando nuevamente encima del menor que atraía al azabache con la prenda que era espectadora del tangente placer que los rodeaba, uniendo sus labios con lascivia y necesidad. Rodeo la cintura del de mirada ónix y rozó, muy sugestivamente, sus miembros que palpitaban entre las prendas aún intactas de ambos.

 

El Uchiha desabotonó su pantalón, dándole un leve respiro a su erección, mientras el Sabaku No luchaba para desabotonar sus jeans plomizos.

 

El mayor dio una imperceptible sonrisa y ayudó a sacarle por completo el pantalón, mandando lejos los tennis, los calcetines y sus jeans. Acercó sus labios a su ropa íntima color plomo, presionando donde suponía estaba la punta del pene del contrario, suponiendo que acertaba por como arqueaba la espalda el de ojos del delineado negro.

 

-S-soy…- Comenzando a hablar con dificultad el del cabello carmesí.- Soy… un actor porn…- Fue interrumpido.

 

-Lo sé… mi hermano menor… hoy en mi oficina de trabajo me puso una película que según él, me iba a relajar… era una película en la que aparecías tú, por eso me sorprendí cuando te vi en el parque…- Hizo una pausa reparando en el rostro de estupefacción del otro.- Y de cierto modo se lo agradezco…- Se detuvo.

 

-¿P-por qué?- Preguntó el otro creyendo vagamente que sería porque estaba en abstinencia y que ver algo de acción lo calmaría.

 

-Porque si no lo hubiera puesto en mi oficina, no hubiera estado que reventar en mis pantalones, por lo que no hubiera salido a tomar aire y no te hubiera visto en el parque…- Finalizó.

 

-Y ahora no estarías a punto de tener sexo con un actor porno…- Masculló con cierto dolor en sus palabras y facciones.

 

-No.- Simplemente respondió.- Ahora no estaría a punto de hacer el amor con Sabaku No Gaara… ¿Cuál es tu sueño?- Volvió a inquirir viendo como su rostro de mostraba turbado por sus palabras.

 

-Ser un actor famoso… en Hollywood…- Respondió.

 

-Ya veo…. Espero estés preparado para viajar a Estados Unidos en un par de días…- Dijo mientras besaba su frente.- Tengo un viaje de negocios y me gustaría llevarte a una cena familiar que siempre ocurre cuando todos los Uchiha nos reunimos…. Además de que mientras estemos allá irás a una audición, la que sea… solo sé feliz…- Besó sus labios castamente ante un sorprendido muchacho.

 

-Sasuke… yo…-  Intentó hablar, pero fue interrumpido por los labios del contrario que se posaban sin pudor sobre los suyos.

 

-Gaara… aun eres joven y tienes mucho por que pelear todavía… yo te apoyaré y ayudaré siempre que me necesites, aunque te opongas…- Susurró sobre sus labios sintiendo el estremecimiento del otro.

 

No reparó en que el de cabello bermejo se lanzaba sobre él, cayendo en el lado contrario de la cama, con todas las frazadas desordenadas hasta el punto de que la misma parecía después de que el azabache se levantaba.

 

Se besaron nuevamente, mientras el menor estaba sentado en el regazo del otro fingiendo pequeñas cabalgadas que hacían que el miembro del otro se tensase y palpitara. Dio un pequeño gemido más audible de los que daban ambos con esa pequeña demostración de lo que quería realmente hacer, al saber que estaba ejerciendo la suficiente presión en el pene del de cabellos ébano como para que eyacularan ambos por el morbo y placer que sentían.

 

Se bajó de encima de Sasuke y dio pequeñas lamidas a su pecho, descendiendo hasta el borde del pantalón ya abierto, y lo bajo con parsimonia tortuosa para ambos. Observó los bóxer negros que dejaban notar una prominente erección y casi por inercia se relamió sus hinchados labios, bajando la última prenda- por más está decir que lo pantalones, zapatos y calcetines quedaron en algún lugar perdidos- bajó hasta rozar el glande del pene del de mirada ónix con su lengua, escuchando con lujuria acumulada como daba pequeños gemidos. Lamió por toda la extensión del orgullo Uchiha enrollando su lengua en el mismo.

 

Miró como el menor le daba la mejor felación que en su vida había recibido, su rostro sonrojado y sus labios abiertos lo excitaban, viendo como metía toda su polla en su boca, donde la saliva resbalaba por la comisura del labio llegando hasta el mentón, donde luego caía a las sabanas.

 

El movimiento de su cabeza iba en aumento, se ayudó con sus manos acariciando- cuando sacaba casi por completo el pene de su boca- la piel descubierta de la base, rozando con perversión y de vez en cuando los testículos que luego fueron succionados con ahínco por su boca, enterrando-entretenido por los gemidos más subidos de tono del azabache- los dientes.

 

Lo detuvo de su tarea cuando notó como se acercaba al orgasmo, vio la confusión del otro.

 

-Si me voy a correr… me aseguraré que sea en tu interior…- Sonrió al ver como el sonrojo llegaba a los pómulos del otro.

 

Sacó los calzoncillos del pelirrojo rozando por casualidad la erección. Se llevó tres dedos a su boca y los lamió, cuando iba a introducirlos fue detenido.

 

-N-no lo hagas… tan solo m-métemela…- Susurró con vergüenza.

 

El contrario sin chistar tomó su pene, rozando la entrada del otro que brinco por la adrenalina del momento y se fue introduciendo lentamente viendo como su interior se contraía deliciosamente atrapando y abrazando su pene desde la base hasta la punta del glande que se regocijaba al sentir como sus paredes lo aprisionaban obligándolo a gemir.

 

Se miraron por un instante interminable con el pasional instinto de clamar el nombre del contrario hasta llegar al orgasmo.  El azabache comenzó con un sutil vaivén entre las piernas del de cabellos fuego que estaba recostado en el mullido colchón y que- sin pensarlo- su espalda y cuello se arquearon. ¿Desde cuando no sentía un placer tan sincero y no forzosamente falso?

 

Gimió con fuerza cuando el de mirada oscura lamió su pezón con gula, tomando una de sus piernas y pasándola por su hombro, dejando la otra en su cintura para una embestida más profunda.

 

-Mmmm…. Ahh…. D-Dios… m-ás… mmm… dame más m-mucho más….- Gemía sin contemplaciones presionando la cabeza de su acompañante para que siguiera mamando su tetilla más que dura y erecta.

 

En un momento el pelirrojo dio un vuelco, quedando sentado de lleno sobre el pene del azabache, que estaba semi-sentado con la respiración entrecortada al igual que él. Comenzó a subir y bajar gimiendo fuertemente. La velocidad comenzó a ser más rápido, sus mechones rojizos se pegaban a su sudorosa frente y cuello, mientras que la oscura mirada del otro era cubierta por su flequillo- que al igual que el de mirada turquesa- se le pegaba a la frente y a su cuello. Sus labios se unieron sin tener la intención de separarse, y sus brazos de agarraron al contrario cual coala. Estaban a punto de llegar al magnifico y reconfortante orgasmo, las penetraciones se volvieron salvajes hasta el punto que las uñas rasguñaban las piel del otro intentando calmar el fuego que los quemaba por dentro…

 

y conocieron el paraíso

 

 

 

 

 

 

***

 

 

 

 

 

 

Y ahí estaban; cubiertos simplemente con la sábana color vino que tapaba solo lo necesario dejando sus torsos descubiertos. El de mirada ónix abrazaba con un brazo al de mirada aguamarina que estaba apoyado en su pegajoso pecho sintiendo el palpitar de su corazón y el tenue sube y baja de su respiración. Se miraron nuevamente, era todo lo que hacían desde que llegaron al orgasmo, no deseaban romper el encanto- además- disfrutaban el silencio en compañía del contrario, sonrieron como tontos y unieron sus labios en un beso sin malicia, simplemente un beso.

 

Se separaron al sentir que alguien golpeaba la puerta de entrada con fuerza.

 

-¡SASUKE-BASTARDO!- Resonó un grito desde fuera.- ¡Ábrenos la condenada puerta!- Se volvió a oír.

 

¿Nos? ¿Con quién vino ese tarado?

 

-Otôto-Baka…- Se escuchó una sutil voz, pero que denotaba enfado.- ¿Por qué cambiaste la cerradura?- Preguntó del mismo modo.

 

-¿Quiénes son Sasuke?- Preguntó el pelirrojo sin comprender.

 

El azabache solo bufo con molestia.- Mis queridos hermanos… cambié la cerradura de la puerta para enseñarle a Itachi que no puede dejar su casa sola dependiendo de mí, así que al muy hipócrita lo dejé afuera…- Dijo con fastidio, se levanto y tomo una de sus polleras que utilizaba en su día libre.- Ten ponte esto…-

 

El de cabello carmesí la tomó y se la puso, al igual que sus calzoncillos, al colocarse de pie se dio cuenta que la pollera era muy holgada, tanto que le cubría hasta la mitad del muslo. Se sentía tan nena.

 

Volteo a mirar al azabache y vio que ya llevaba un pantalón que se notaba era del pijama. Caminó fuera de la habitación junto al otro y se detuvo cerca del piano mientras el otro iba y abría la puerta.

 

-Maldito Sasuke-bastardo, ¿por qué demon…?- Se calló al reparar en la presencia del pelirrojo que él ya tanto conocía.

 

-Veo que estabas ocupado…- Murmuro el de cabello largo.- Pero eso no explica ¿Por qué cambiaste la cerradura?- Volvió a inquirir.

 

-Tsk…- Resopló acercándose a su ya amante, abrazándolo de la cintura y atrayéndolo hacia sí, ante un desbocado Sai que no cabía en la cuenta de que realmente su hermano estuviera con el pelirrojo del video que tanto le había costado encontrar en las tiendas.- Para que aprendas a no dejar tu casa sola por tanto tiempo, no soy el único que vive aquí por si no lo recuerdas…- Habló con cansancio apoyando su mentón en el hombro del que abrazaba.

 

-¿Cuándo te acostaste con el ardiente pelirrojo?- Preguntó sin rodeos Sai con su típica sonrisita falsa.

 

El mediano de los tres hermanos bufó nuevamente mientras veía el sonrojo en las mejillas de Gaara por la directa pregunta del menor de lo Uchiha. Se separó del chico y se acercó a los otros dos agarrándolos de los brazos y mandándolos fuera con fuerza sobrehumana. Cerró sin remordimientos la puerta ante la estupefacta mirada de ambos afuera creyendo que era una broma de mal gusto que los dejaba en el pasillo sin más.

 

-Sasuke… ¿los dejaras afuera?- Preguntó con cierta preocupación.

 

-¿Qué tal si hacemos un memorándum personificado?- Preguntó sin tomar en cuenta la pregunta antes formulada.

 

-¿Memorándum personificado?- Preguntó sin comprender.

 

El de ojos oscuros se le acercó y besó sus labios con pasión desbordante, tomándolo de la cintura para que rodeara con sus piernas sus caderas. Preparándose para una nueva sesión de pasión carnal y algo más.

 

-Si…- Respondió besando su frente y labios con ternura desbordante.

 

 

 

The End

Notas finales:

Espero me perdonen si hay alguna falta, pero Word a veces se pone idiota y me corrige mal o simplemente no me corrige. Dejen review para saber si mi esfuerzo de meses valió la pena (no exagero, realmente quería que me saliera bien >///<).

BYE... cuídense ^///^...


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