-Mi vida tranquila-
-12:00mp. - El reloj no dejaba de sonar desesperado, tratando de cumplir su misión de despertar a la persona que yacía recostada tranquilamente en la cama matrimonial abrazando con sus brazos a una almohada, como si se tratase de alguna otra persona, la cual no quería que se alejara en sus sueños. Una sonrisa fina delineaba los labios ligeramente rosados de aquel joven de tan solo 19 años de edad, cabellos oscuros, desordenados y piel aperlada, la cual era iluminada por los rayos del sol del medio día.
El reloj hacia nuevamente el intento de levantar a el joven, lográndolo puesto que había llegado al borde del mueble donde se encontraba para seguido dar a parar a la cabeza del joven escuchándose solo el golpe seco que produjo y seguido una queja por parte del joven.
La mirada carmesí del joven por fin se dejo ver al haber despertado. Se sentó en la cama observando todo a su alrededor, preguntándose qué fue lo que había pasado y que rayos le había golpeado tan duro en la cabeza. No se tomo la molestia en buscar, tampoco en pensar lo que había pasado, simplemente esbozo una sonrisa tenue y se levanto caminando al cuarto de baño. Se postro frente al lavabo y seguido volvió a sonreír de manera tranquila o mejor dicho, adormecida.
-Buenos días... -Musito el joven, el cual sin pensarlo dos veces dejo ver qué clase de persona era. Dio a relucir su cola la cual terminaba en punta y dejo ver sus pequeños cuernos así como finos colmillos se mostraban en aquella sonrisa tranquila dando por entendido que era un demonio. Camino abriendo las llaves de la ducha para acomodarla a una temperatura adecuada. Tibia estaba bien.
Como siempre se tomaba su tiempo, se tallaba el cabello con cuidado, se enjabonaba el cuerpo y hasta llegaba a cantar en la ducha, claro, sin entenderse muy bien qué clase de canción era la que cantaba. Terminando su ducha se colocaba aquella ropa ‘extraña' al punto de vista de las señoras que le miraban raro. Jeans gastados con una que otra ruptura, camisa de tirantes blanca, acompañada con una camisa de manga de color negra que le quedaba ajustada a su cuerpo bien formado. Por último unas botas y una gorra que cubría sus pequeños cuernos demoniacos, hizo desaparecer su cola de demonio y seguido cambio el tono de su mirada a aquellos orbes profundos de tonos esmeralda. Tomo su mochila la cual se colgó al hombro y salió corriendo antes de recibir alguna queja por parte de sus vecinos.
Si, Araziel se muestra como un joven común y corriente, uno más que deambulan las calles de Tokio, uno más de todas esas personas que se sumergen en su propia vida, desde hace años que fue uno más ‘en el mundo de los humanos'. Trabaja por las tardes hasta la noche y de vez en cuando le cambian el horario, Araziel, como no tiene nada mejor que hacer solamente acepta ‘la vida que le toca', aunque a veces llega a pensar que con sus poderes puede llegar a superarse. Claro, su vida no puede ser tan demasiado tranquila y eso lo acepta, gracias a...
¡¡Ara-chan!! - Gritaron dos chicas al unisonó llamando al joven de cabellos oscuros y de mirada esmeralda.- Ara-chan, te estábamos esperando!.. -Exclamo una de las chicas la cual se acero apresuradamente a tomar del brazo izquierdo al joven demonio el cual no replico y solo suspiro con pesadez sin importarle si las chicas se daban cuenta-
¡Nezumi-san no seas tan empalagosa!... -Reclamo la otra chica la cual se aferro al brazo derecho esbozando una hermosa sonrisa a el joven demonio el cual ni presto atención-
Disculpen, nezumi-san y haruka-san. Pero me gustaría ser soltado. -Musito con calma el joven demonio deslizando su mirada esmeralda por las dos chicas, sin intención de ser descortés o algo parecido.-
Ambas chicas vestían igual, ambas con vestidos que le llegaban a la mitad de la rodilla, claro que el color era lo único que las diferenciaba, nezumi con su vestido de color blanco y haruka con su vestido de color verde manzana. Ambas eran hermanas gemelas, ambas tenían las mismas facciones hermosas, ambas tenían una linda sonrisa, ambas tenían sus cabellos castaños y cortos hasta el hombro, pero como siempre, había algo que Araziel siempre lograba diferenciar y ese algo eran sus ojos, la mirada de nezumi era de color miel y la mirada de Haruka, extrañamente eran de color violetas.
-Antes de que las chicas comenzaran a reclamar, el joven demonio se soltó rápidamente girándose para ver a ambas chicas, esbozando una sonrisa agradable.- Por favor chicas, no me odien pero me iré solo esta vez...
¡¡Ara-chan!!.. -Volvieron a gritar las dos chicas a la vez tratando de llamar la atención del demonio, pero este solamente les ignoro, vaya error pues al darse la vuelta termino chocando con un hombre de porte elegante.-
Auch... -Araziel, sin poder mantener el equilibrio termino cayendo al suelo quejándose inmediatamente por el dolor que produjo su caída, frunció con ligereza el ceño alzando la mirada a aquel hombre y solamente se quedo en silencio cuando su mirada esmeralda se cruzo con la mirada azul cielo de aquel hombre de cabellos cortos y rubios, porte elegante debido a su vestimenta: un traje obscuro y a la vista se notaba que era caro.- Uhm... Lo siento... -Musito quedamente el joven demonio una vez reacciono, levantándose para sacudir su ropa. Aquel hombre simplemente mostro una mueca de reproche y desagrado caminando, pasando de largo de Araziel, el cual se quedo helado, mirando al frente solamente una vez no volvió a sentir más la presencia de aquel hombre-
Que grosero... -Musito la chica de mirada violácea cruzándose de brazos observando el camino por donde había marchado aquel hombre.-
¿Ara-chan estas bien?.. -La chica de mirada amable cuyos orbes eran de color miel, se acerco a el joven demonio, posando una de sus delicadas manos en el hombro del chico para hacerle reaccionar-
Si... Bien... -Musito quedamente el joven demonio, volviendo a reaccionar gracias a aquel toque en su hombro por parte de la chica. Llevo una de sus manos a la mano de Nezumi y la aparto con delicadeza, girándose para verlas a ambas, hizo una reverencia corta con la cabeza y se dio media vuelta para caminar a paso rápido, había perdido mucho tiempo y necesitaba llegar temprano a su trabajo, pero... Por alguna razón, no se podía sacar de la mente a aquel humano, con su expresión de reproche... Por primera vez en su vida, había sentido miedo... O ¿cómo se le dice a aquel sentimiento que causa que tu corazón se acelere en sobremanera?.