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Distance por Midorico

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Notas del fanfic:

 

Los personajes no me pertenecen son propiedad de de Masashi Kishimoto-sama.

 

Notas del capitulo:

 

 

¡A leer ^_^!

 

 

~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~ Distance ~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*

 

 

°_°_°_°_°_°_°_°_°_°_ Déjame oír tu voz °_°_°_°_°_°_°_°_°_°_

 

 

Para él siempre era la misma rutina. Llegar del trabajo de la afina para encontrarse a su prometida que siempre le sonreía pero de manera tan distinta a él. Siempre tan amable pero tan distinta a él, siempre tan razonable y dócil que acababa por entender que no era él. No era su Naruto. No era más el amor de su vida con el que compartía aquel departamento. No más.

 

Seguido de la perfecta cena en la gran mesa del comedor, no había rastros de alguna verdura quemada o de discusiones por la obsesión hacia el ramen que comúnmente quería preparar su ex-pareja. Solo un perfecto platillo que cualquiera gozaría en compañía de la belleza que siempre estaba dispuesto a escucharlo.

 

No era el revoltoso rubio que siempre lo hostigaba con preguntas y confesiones de amor todo el tiempo. No, su prometida siempre se quedaba en silencio a esperar que el hablara, para ordenarle alguna cosa o simplemente escuchar. Y como siempre la mandaba a la habitación a dormir después de la cena.

 

Siempre se quedaba a lavar los trastes, costumbre que adopto para con Naruto, pues solo así accedía a dormir temprano. Si el, le hubiera ordenado al rubio el “solo vete a dormir déjame solo” estaba seguro que armaría un escándalo, porque sabía que Naruto gustaba de su compañía, no importaba quedarse hasta tarde, él siempre estaba a su lado.

 

Después de fregar los trastes, se sentaba en la orilla del ventanal de su oficina a fumar dos o tres cigarrillos, mientras miraba el teléfono en su escritorio, para que al final siempre tuviera la misma respuesta. Marcar el número que se sabía de memoria.

 

 

“La lluvia se ha detenido.

Y el olor a asfalto inunda la cuidad.

¡Hey!, el clima allí también...

¿Está bien verdad?

 

Se colocaba el auricular en la oreja derecha y esperaba que la misma cantidad de los timbrazos se escuchara, uno… dos… tres… cuatro…

 

 

-¿bueno?-y siempre le contestaba la misma voz infantil que un niño de siete años poseía.

 

-hola, ¿está tu papi?-preguntaba sabiendo de antemano la respuesta.

 

-usted siempre llama buscando a mi papi, ¿le conoce?-pregunto esta vez diferente el niño-sabe, siempre que sabe que usted habla, me dice que le niegue.

 

-¿en serio?-pregunto con tristeza el azabache, mirando la noche que la ciudad le ofrecía-¿te molesta que hable?

 

-no, en realidad me agrada y sé que a papa también le alegran sus llamadas, aunque lo niega-contesto con emoción el pequeño.

 

 

“En el oeste empezó a clarear.

¿En las mañanas te levantas a diario sin problemas?

Me preocupo por cosas como esas.”

 

-¿puedo hablar contigo un momento?-pregunto un poco más alegre el azabache, sin darse cuenta que sonreía.

 

-está bien, ¿pero de que quiere hablar?-pregunto el pequeño sentándose en la cama junto al teléfono.

 

-no lo sé, ¿Qué tal el clima por haya? ¿Tienes problemas al levantarte para ir a la escuela? ¿Te gustaron tus vacaciones en la playa?-pregunto con rapidez sorprendiéndose el mismo.

 

-¿me conoce? ¿Cómo sabe todo eso?-pregunto con incredulidad-la verdad… me alegra que se preocupe por cosas así, se parece a mi padre.

 

 

“El cielo se extiende, la libertad

Ninguna de esas cosas ha cambiado

Sólo que ahora... ya no estás a mi lado”

 

 

Naruto siempre se preocupaba por él, cuando se desvelaban ambos, el único que despertaba a media noche a cubrirlo con una manta era el rubio. Siempre tan atento en su relación y el tan tosco y frio. Pero Naruto lo sabía… no, basta de culpabilidades, el había descuidado su relación. Por eso Naruto se habia alejado y ni siquiera el embarazo lo había dejado disfrutar.

 

-¿bebe aun en el teléfono?-escucho la voz de Naruto, se levantó de la ventana. En todas sus llamadas, jamás había escuchado de nuevo la voz de Naruto.

 

-si papi, es el hombre que siempre llama-escucho la contestación del pequeño. Pero no más la de Naruto.

 

-comunícame con Naruto por favor-pidió al pequeño atravesó del teléfono.

 

-yo… está bien-sabía que el pequeño había escuchado la desesperación en su voz-papi, habla con el hombre, siempre te busca, tú me has dicho que es malo mentir, así que no lo hagas más.

 

 

“Déjame oír tu voz

Si somos honestos, seguramente

Podremos entendernos el uno al otro

Abre tu corazón, Déjame oír tu voz”

 

 

Solo escucho silencio, sabía que Naruto no podía defraudar al pequeño, porque sabía el tipo de vida que le estaba ofreciendo al pequeño le impedía, por ahora no contestar la llamada.

 

 

-¿Qué se te ofrece?-por fin pudo escuchar la voz de su Naruto.

 

-escuchar tu voz dobe-suspiro, como no lo había echo en años, con alegría y paz.

 

-ya lo has hecho…-

 

-¡no espera!-quería seguir escuchándolo-solo… deja de tratarme así, no eres tú.

 

-Sasuke-llamo como antes lo hacía a su pareja-ambos cometimos errores, los dos tenemos la culpa de lo que paso, yo por confiar en que realmente me amabas y tu… por indeciso, pero no me arrepiento de tener al hermoso ángel que me regalaste, gracias.

 

-Naruto, no tienes que agradecer nada, yo también quiero a ese angelito, porque yo realmente te amo-declaro Sasuke esperando alguna respuesta positiva de parte del rubio, si le respondía que lo seguía amando, dejaría todo y se iría con Naruto y el pequeño.

 

-Sasuke…-Naruto guardo sorprendido, por un tiempo silencio-fue muy bello lo que vivimos, todo fue realmente lindo, todo, fue muy importante encontrarte en mi camino, todo forma parte de lo que soy, pero…-Naruto suspiro y decidió acabar con aquello-nos iremos del país. Así que…

 

 

“El camino que hemos recorrido, lo tomaremos

Como un importante PASO hacia el futuro”

 

 

-¿estás de broma verdad?-pregunto con sorpresa el azabache.

 

-no-respondió seco y cortante el rubio-partimos dentro de algunas horas, así que tengo que dejarte, te deseo lo mejor Sasuke.

 

-¡espera!-aun no salía de la impresión pero si dejaba que colgara, estaba seguro no volverían a contestar-déjame hablar con mi otro ángel, por favor.

 

-Uchiha, no creo que sea…-había vuelto a ser el mismo de antes.

 

-¡diablos Naruto! ¡Tengo todo el derecho del mundo de hablar con él!-se estaba desesperando.

 

-solo cálmate, no quiero que te escuche de esta forma-escucho como le hablaba al pequeño.

 

 

Mientras esperaba que contestaran al otro lado, recordó que justo en estas épocas, ahí en el lugar donde residía y donde conoció a Naruto, era precisamente época de lluvia como ahora. Siempre tan hermosa la noche y el rubio siempre tan abrigado atendiendo la cafetería de la esquina de su departamento.

Naruto no era como él, era un joven trabajador que se ganaba la vida honradamente, con el sudor de su frente.

 

La economía de su casa no era comparable con la del rubio, siempre fueron polos opuestos, pero en una de tantas fiestas alas que asistían, terminaron en la misma cama, ambos, desnudos, el rubio debajo de él. Visión que lo dejo más que embobado. Fue cuando brillo aún más bajo las hermosas luces de los faroles en las avenidas.

 

Desde ese momento se interesó por ese rubio, lo asechaba todo el tiempo, lo celaba un sin ser nada y logro conquistarlo a tal grado de que logro convencerlo de vivir juntos.

 

 

“La primera vez que te vi

¿Era la misma época no?

Las luces de la calle

Brillaban hermosamente”

 

Siempre supo que Naruto tenía pretendientes, por eso siempre procuraba ponerle toda su atención, mimarlo de vez en cuando y mantenerlo amado durante sus sesiones de sexo. ¿Pero en qué momento fallo aquella relación?

 

En el mismo momento en que Naruto prefirió ser libre a seguir siendo ignorado por el azabache. Su trabajo en la empresa de su padre, la presión de una boda y los constantes berrinches, arranques y reclamos de Naruto en los últimos meses, terminaron por detonarlo.

 

Le grito l rubito cosas de las que se arrepentiría por el resto de su vida, aceptaría por despecho el matrimonio arreglado y dejaría escapar al menor.

 

 

En esa época, llorabas a menudo

Apoyabas tu cabeza en mi hombro

Y llorabas, y ese calor externo

Lo sentía fuertemente.”

 

 

Recordaba, que en las últimas semanas juntas, Naruto lloraba por todo. Por qué no lo acariciaba por que no quería hacer el amor, porque no pasaba tiempo con él.

 

Si hubiera sabido que estaba embarazado y necesitaba cariño, jamás le había gritado que dejara de ser un estorbo. Jamás se hubiera abofeteado cuando le vio derramar lágrimas ante el insulto y jamás le hubiera echado de la casa cuando este ante su ataque le contesto con un “maldito bastardo te odio”

 

 

“Cada persona, no importa quien sea, tiene problemas en su vida

Y desesperadamente los llevan en su corazón roto”

 

 

Ahora se arrepentía de todo, absolutamente todo pues no volvió a ver al rubio. Su maldito orgullo le impidió buscarlo, pensaba ciegamente que regresaría, pero no fue así y como idiota dejo pasar dieciséis meses.

 

Justo cuando lo encontró, un bebe en los brazos de su rubio reposaba con toda tranquilidad.

 

El rubio estaba embarazado cuando se había marchado. Y el, le había dado la espalda.

 

 

-¿bueno? ¿Señor está ahí?-la voz del pequeño lo saco de su ensoñación.

 

-sí, aquí sigo-le contesto tratando de que su voz no se quebrara-¿es verdad que se van de viaje?-pregunto aun incrédulo.

 

-así es, papi lleva esperando algo por más de siete años. Parece que se ha cansado de esperar-el pequeño termino su explicación.

 

-¿sabes…? ¿Sabes que espera?-pregunto ilusionado al pequeño.

 

-si-el pequeño se escuchó decepcionado-pero ya no importa, papi ha decidido irnos y aunque mi otro papi aparezca ya no lo aceptara…

 

 

“Déjame oír tu voz

Si somos amables

No tendremos límites para amarnos

No apartes tus ojos de mí.”

 

 

Había perdido su oportunidad. Lo estaba entendiendo. Naruto no esperaba llamadas, lo esperaba a él, esperaba que apareciera en su puerta, que le pidiera perdón, esperaba que volvieran a ser una familia. Sabía que los ojos de Naruto aun lo seguían.

 

 

-…papi aun ama a papa-el pequeño aún seguía hablando-lo sé porque siempre está suspirando cuando ve una fotografía que tiene en la habitación, cree que no lo veo pero lo hago, sé que se siente solo, ¿usted es su amigo verdad?-pregunto con ingenuidad el pequeño.

 

 

Déjame oír tu voz

Alejémonos de esta inseguridad y de la soledad

Nuestros sentimientos están unidos”

 

 

-así es, y lo extraño mucho-respondió el azabache-lo quiero mucho, también a ti…

 

-señor… ¿esta llorando?-pregunto preocupado el pequeño.

 

 

“Sí, desde que te fuiste no ha sido lo mismo

En mi corazón todo lo que existe es dolor

Podría ser que jugué un juego

Te perdí, y no puedo acostumbrarme”

 

 

-lo siento no es de hombres llorar y yo…-pero fue interrumpido por el menor.

 

-no es verdad, llorar hace al hombre fuerte porque reconoce sus errores-el pequeño sorprendió a Sasuke.

 

-¿eso crees tú?-pregunto incrédulo el empresario.

 

-llorar significa que es diferente, que ha sufrido mucho y el dolor no ha menguado-le respondió con sabiduría.

 

-al final no eres tan dobe como tu papi-rio el azache al saber que el rubio estaba educando bien al niño.

 

 

Se sorprendió a si mismo imaginándose a SU Naruto haciendo un puchero ante esa simple oración. Sabía que no tenía un cerebro como el de él, pero siempre se esforzaba por eso se había enamorado más de él.

 

Miro la fotografía en su escritorio, una que había robado de Naruto con cinco meses de gestación. La había tomado “prestada” del álbum de Hinata, la enfermera que había cuidado de Naruto durante el embarazo.

Se veía tan hermoso con esa panista y esa sonrisa que siempre alumbro su vida y camino.

 

 

“Rayo de sol, rayo de luna, iluminas mi vida

Me doy cuenta en la noche, mientras nuestro amor brilla

No puedo dejarte ir, estamos hechos para estar juntos siempre, házmelo saber”

 

 

-no quiero que se vayan-susurro Sasuke.

 

-papi ya tiene un trabajo, no creo que lo convenza señor-opino el menor.

 

-lo extraño, todo de él lo extraño.

 

 

“Este pasado sin ti, no lo puedo olvidar

Déjame ser la nube que flota sobre mí

Lloviendo sobre mí, perdiendo tu toque

Las noches son largas, difíciles de soportar”

 

 

Después de que había encontrado a Naruto, su vida había cambiado, las consecuencias de sus actos se presentaban una a una. Su rubio lo odiaba no quería verlo, su padre había enviado a su prometida al mismo departamento, Naruto se mudaba lejos de su alcance.

Lo extrañaba.

Lo extrañaba tanto que nunca se dio cuanta cuando comenzó a amarlo más que a nadie. Dejo de dormir como cuando lo hacía abrazado a él, las noches nunca se le hicieron tan largas y las llamadas tan cortas. En ese tiempo que compartió con su prometida, se dio cuenta que su corazón estaba más que dañado.

 

Extrañaba a Naruto hasta el punto de compararlo con la mujer que habían criado para ser la más fiel corderito en el matrimonio. Extrañaba las discusiones y los reproches, extrañaba la hiperactividad del rubio y los “te amo” que le profesaba a todas horas, acompañados de una hermosa sonrisa.

 

 

“Cuando nos separamos, se rompió mi corazón

Todo para el mejor chico, eres mi mundo

En este momento mi corazón se despliega

Entonces esperaré por ti”

 

 

-¿Cuál es su nombre?-volvió a escuchar la voz del pequeño.

 

-Sasuke, Sasuke Uchiha-respondió el moreno, secándose las lágrimas.

 

-¡¿enserio?!-pregunto con alegría el niño-yo también me apellido Uchiha, ¿Qué coincidencia verdad?

 

-¿tu… tu apellido es Uchiha?-pregunto incrédulo el azabache.

 

-así es, papi dice que es el apellido de mi otro padre, Uchiha Uzumaki son mis dos apellido-hablo con orgullo en su voz.

 

-podrías…-Sasuke dudo en la petición-podrías llamarme por una vez ¿papá?

 

 

“Déjame oír tu voz

Si somos sinceros, seguramente

Podremos entendernos el uno al otro

Abre tu corazón, Déjame oír tu voz”

 

 

-hay que salir en este momento cariño, despídete-escucho que Naruto le gritaba al pequeño.

 

-lo siento, tengo que irme-la voz del pequeño sonó apenada-me gusto hablar contigo… papá-la voz del pequeño se escuchaba nerviosa-¿así está bien?

 

-si… así lo está para mi-Sasuke sonrió ante el calorcito que en su corazón se instaló-cuate mucho ¿sí? Y cuídate a tu papi.

 

-adiós-y la llamada se cortó.

 

 

Ahora lo entendía, entendía que Naruto esperaba su aparición, no solo de regreso en su vida, también en la del pequeño chico que creció sin saber que él era su padre. Al menos había podido escuchar que por primera vez el pequeño le llamara “papá”.

 

 

-perdón Naruto… no pude presentarme formalmente como su padre, soy tan cobarde-Sasuke colgó el auricular que a un mantenía pegado a su oreja-cuanto lamento haberme mudado tan lejos de ustedes…

 

 

“El camino que hemos recorrido, lo tomaremos

Como un importante PASO hacia el futuro”

 

 

Las fotografías siempre le habían llegado una tras otra, a pesar de haber terminado hace siete años esa relación con aquella llamada. Seguía persiguiendo a Naruto y al pequeño azabache. Que sorprendentemente se parecía tanto a él, ese cabello y ojos obscuros, esa actitud de líder y esa fría mirada.

 

Que cambiaba al igual que la de él, junto a su rubio padre. Agradecía haber conocido a Naruto y haber tenido a ese Uchiha resultado de su amor.

Almenas agradecía el haber recorrido los pasos que guiaron el futuro de su hijo. Futuro que apoyaba desde las sombras.

Pero aún tenía ese vacío en su corazón, porque aun el rubio era dueño de su vida.

 

Porque a pesar de todo, quería seguir escuchándolo, porque aun lo amaba a pesar de todo…

Aunque la distancia seguía siendo lo que los separaba… porque estaba seguro que Naruto aun lo amaba…

Porque ninguno de los dos, nunca, volvió a salir con nadie…

…aún se pertenecían.

 

Notas finales:

 

¡Hola!

 

La verdad es que está inspirado en la canción “let me hear your voice” de big bang. Bueno realmente en la traducción de esta canción, yo se las recomiendo.

Es algo así como para matar el tiempo, porque realmente no le vi trama jeje :P espero les haya gustado, sus rr me lo dirán.

Sin más las dejare, besos y abrazos.

Midorico.

EL YAOI ES FUENTE DE ENERGÍA n_n

Recomendación: consúmela antes de que se agote.

 


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