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You're My Miracle por ah kya

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Notas del fanfic:

Este fic lo escribi hace bastante tiempo, no sé por qué no lo había colocado aquí antes~~

 

 

Notas del capitulo:

Espero que les guste <3

 

Comenzó a recorrer la casa, simplemente Shim Changmin no creía todo lo que estaba sucediendo. Minutos atrás el joven de 21 años había recibido una llamada que simplemente lo había dejado helado y las únicas frases que pudo asimilar eran “accidente de autos”, “la familia Shim envuelta en un choque”, “ningún sobreviviente” y por último “lamento la muerte de sus padres y hermanas”. Y es que simplemente se negaba a creer todo lo que estaba pasando, ya que a pesar de que el último tiempo su relación con sus padres no había sido la mejor, todo debido a lo que la gente llama “rebeldía”, a que simplemente él quería vivir, quería sentirse libre y experimentar cosas nuevas, las cuales sus padres no lo dejaban; Por esto la relación con sus padres se basaba en peleas, discusiones y gritos, pero esto no significaba que no los amara, que no dependiera de ellos y de que no sufriría su partida. Por otro lado estaban sus dos hermanas pequeñas, que seria de su vida sin tener que cuidar a las pequeñas Sooyeon y Jiyeon, porque sin duda sus hermanas eran algo fundamental en la vida del joven Changmin, las protegía y se sentía a cargo de la felicidad de ellas, pero ya no estarían, ya no escucharía los típicos “Oppa, llévame de compras” o “Oppa, ¿Por qué te comes todo?”. Ahora podía decir que estaba solo, completamente solo, sin familia, sin nadie, porque si Changmin era sincero, el nunca fue bueno para establecer relaciones con los demás, su vida en la universidad se limitaba a ir a clases y volver a su hogar, y ahora eso pesaba, necesitaba alguien en que desahogarse, alguien que le diera apoyo, alguien que le digiera todo estará bien. Sin saber como y cuando, las lágrimas comenzaron a surcar su joven rostro, llegando hasta sus labios y Changmin pudo sentir el amargo sabor de éstas, pero sin duda no tan amargo como se sentía que estaba su corazón en aquellos momentos.

Se paro junto a la ventana y observo la fuerte lluvia que caía en el centro de Seúl, y es que si no fuera por aquella lluvia quizás nada hubiera sucedido, quizás no estaría sufriendo ahora y no estaría llorando como lo hacia. Decidido se alejo de la ventana y se dispuso a salir de la casa, camino lentamente hacia la puerta, sin detenerse a abrigarse o colocarse algo encima para que la lluvia no hiciera estragos en él. Salio y comenzó a andar sin rumbo fijo, por que ahora se podría decir que su vida no estaría firme como antes, ya no seria lo mismo, y pensaba en lo distinto que hubieran sido las cosas si el los hubiera acompañado en aquel viaje a Incheon, ¿Estaría él muerto también?, ¿Hubiera cambiado en algo que los acompañara? mil preguntas pasaban por su mente en fracciones de segundos y simplemente sabia que ninguna tenia respuesta, ya que había dos posibilidades, si y no, y verdaderamente no quería saber cual habría sido la respuesta.

No supo como ni cuando, pero de alguna manera había llegado a un frente a un pequeño banco en un parque por el cual no transcurrían muchas personas, la lluvia ya había parado. Miro su reloj, eran las 7.13pm, se sentó en aquel banco y observo como aún andaba un poco gente por las calles, pero nadie posaba la mirada en él, un chico el cual lo había perdido todo y que ya no tenía a nadie. Poso su mirada en el suelo, como si intentara descubrir porque la tierra tenía aquel color y porque poseía aquella textura, simplemente dejando llevar por el dolor y por el sufrimiento que sentía.

 

 

Día tras día, semana tras semana seguía igual, Shim Changmin salía de su hogar sin rumbo fijo pensaba él, pero a pesar de ello siempre llegaba a la mismo banco de aquel parque, miraba todo y nada a la vez, logrando sentir como cada día un trozo de su pequeño corazón se iba y simplemente no regresaba. Luego de 3 meses siguiendo la misma rutina estaba seguro que su vida se trataría de eso, de arrepentirse de todo lo que no hizo o dijo frente a su familia, de llorar su muerte por siempre; La lluvia al igual que aquel día el cual lo perdió todo volvió a caer, se mezclaba con las densas lagrimas del moreno el cual sintió algo diferente de un momento a otro, ya no caía la fría lluvia sobre su delgado cuerpo, levanto la vista y encontró a alguien que jamás había visto.

 

-No deberías sufrir tanto, simplemente debes llorar, gritar si es necesario y librarte de tus problemas.

 

Changmin observo a aquella persona de quien provenía aquella dulce voz, una tez clara, casi igual al tono de sus ropas blancas, el cabello liso y oscuro, sin duda más bajo que el y con rasgos demasiado finos para ser hombre pero que simplemente llamaron la atención del moreno. Aquel chico llevaba un paraguas de color celeste, con el cual cubría ambos cuerpos.

 

-Además, pareciera que te vas a resfriar, mírate estas todo mojado – Siguió hablando el desconocido – Si me acompañas te ofrezco alguna toalla para que te seques y algo de café para que no te enfermes.

 

El más alto lo miro entre atónito y confundido, ¿Quién era él?, ¿Por qué lo invitaba? ¿A dónde lo llevaría?, al parecer la expresión de su cara le dio a entender todas sus dudas al otro porque inmediatamente comenzó a hablar.

 

-Oh perdón, creo que debí presentarme primero – sonrió el más bajo – soy Kim JaeJoong, 23 años – Dijo mientras estiraba una mano hacia Changmin, el moreno la estrecho inmediatamente – Vivo por acá cerca, así que si quieres venir créeme que no será una molestia.

 

No se dio cuenta como, pero de un momento a otro ya se encontraba en frente a una pequeña casa de color rosa pálido, estando al lado del mayor y escuchando como este lo invitaba a pasar.

 

-Vamos pasa, que no hay nada que temer. – Decía JaeJoong sonriendo al moreno – Vivo solo, así que lo único que encontraras allí dentro es algo de desorden.

 

El más alto asintió y entro sin pensar mayores cosas, el interior de la casa era bastante acogedor, las paredes de un color blanco invierno, un par de sofás de cuero negro, podía distinguir también una pequeña biblioteca con libros, revistas y cosas por el estilo; camino hasta los sofás, y comenzó a analizar al que recordó en esos instantes era mayor que el.

 

-Ponte cómodo, vamos siéntate- Decía el más bajo - Voy y te traigo algo para que te seques.

 

Simplemente lo hizo y comenzó a analizar la situación, realmente todo era extraño, estaba en la casa de un desconocido, el cual jamás en sus 21 años de vida había visto, éste lo invito a su casa y podía estar seguro que el tal JaeJoong ni siquiera sabia cual era su nombre, pero algo en su interior le decía que debía seguir allí, acompañado de JaeJoong. Sintió como se abría una puerta y vio entrar a JaeJoong de nuevo a la sala con una toalla color amarillo pálido.

 

-Ten, sécate –Dijo el mayor, Changmin se limito a obedecer – Te ves algo cansado… ¿Qué hacías en el parque tan solo y sin paraguas? Espero que no te enfermes..mmh ¿Cómo te llamas? ¿Qué edad tienes?, Estoy seguro que aún no me lo has dicho. – Sonrió el más bajo.

 

-Soy Shim Changmin, tengo 21 –Dijo el menor haciendo una pequeña venida. Pensó un momento sobre que decirle al otro, le diría que simplemente estaba muerto en vida, que se encontraba totalmente solo en este mundo, que ya no tenia por quien luchar y que simplemente no encontraba una razón por la que estar vivo.

 

-Hey hey! Si no quieres decirme no lo hagas, pero no llores por favor – Dijo JaeJoong mientras se instalaba al costado derecho de Changmin.

 

El más alto sintió como las suaves manos del otro limpiaban las lagrimas de su rostro, y es que ni siquiera se había dado cuenta que estaba llorando, simplemente creía que ya no tenia control sobre su débil cuerpo. De un momento a otro el mayor se encontraba abrazándolo, y Changmin por primera vez desde aquel accidente que arruino su vida sintió algo que creía que se llamaba apoyo, tener a alguien, y comenzó a llorar nuevamente, esta vez más fuerte y podía sentir como las espesas lagrimas recorrían su rostro pero esta vez era distinto, era como si la angustia de su corazón se fuera tras cada segundo que pasaba, se sentía más tranquilo, más a gusto y algo que no sentía desde hace ya mucho, se sentía querido y apoyado.

 

-Debes estar tranquilo, sea lo que sea ahora ya no estas solo – Sentía las caricias del mayor en su espalda – Dongsaeng, desde ahora puedes contar conmigo.

 

El menor solo asintió, dejándose embriagar por la calidez y tranquilidad que le daba el otro, porque a pesar de haberse conocido hace minutos, podría adivinar a que JaeJoong seria alguien importante para su vida de ahora en adelante.

 

 

Las semanas pasaron y al igual como llevaba haciendo desde el día del accidente Changmin seguía yendo al pequeño banco ubicado en aquel parque, pero ahora podía decir que tenia otro motivo para estar allí, ya no era solo sentarse a observar a las personas que pasaban o para ponerse a pensar sobre porque las cosas eras así y no de otra manera. Sintió unos fuertes pasos acercándose velozmente y simplemente sonrió ante aquel apurado hyung que corría hacia él.

 

-Lamento llegar tarde Changminnie, pero tuve algunos problemas en el trabajo – Sonrió JaeJoong- ¿Cómo estuvo tu día en la universidad?

 

-Regular – Se limito a decir Changmin mientras se paraba para quedar junto al mayor – Nada nuevo, bueno, ahora vayámonos.

 

El moreno sonrió nuevamente y comenzó a caminar junto al más bajo, era increíble como en tan poco tiempo había cambiado todo en su vida, un día cualquiera había conocido a un extraño con el cual ahora estaba caminando y por aquellas jugarretas del destino se había convertido en alguien sumamente importante para la vida de Changmin. Sentía que no podía dudar del otro, porque podía decir que desde el instante en que el mayor se cruzo en su vista un aura de tranquilidad lo había invadido, hasta hallaba partes buenas a todo lo ocurrido en su vida, porque era un hecho, sus padres y sus hermanas habían muerto, ya no estarían con él ni él con ellos, pero podía decir que ahora se encontraban bien, podía decir que quizás ellos no querían que el joven Changmin llorara y sufriera toda su vida la muerte de ellos. Sonrió en su fuero interno, simplemente eran increíbles las vueltas de la vida, hace poco más de un mes sentía que no podía seguir en este mundo y ahora contaba los segundos para ver a JaeJoong, porque estando con el volvía a sentirse vivo, podía disfrutar de las pequeñas cosas de la vida como su compañía.

Caminaron despacio después de todo nadie los apuraba, en el corto tiempo en que ambos se han conocido Changmin pudo saber muchas cosas sobre el otro, por ejemplo que JaeJoong vive solo ya que no quería ser dependiente de su familia, trabaja en un centro comercial como vendedor pero los fines de semana canta en un bar cercano a su hogar, que es hijo adoptado y que en un comienzo le dolió mucho saberlo pero con el tiempo comprendió que debía estar agradecido con su madre adoptiva por cuidarlo y amarlo como si fuera sangre de su sangre. Sin duda una vida difícil, no podía decir si más o menos difícil que la propia pero simplemente era extraño que dos personas tan distintas pudieran entenderse tan bien como ellos, y más increíble el nivel de complicidad que habían adquirido en tan poco tiempo.

 

-Pequeño dongsaeng – Dijo JaeJoong atrayendo la atención del otro- Creo que éste último tiempo ha sido uno de los mejores en mi vida.

 

-¿De que hablas hyung? – Pregunto el menor, algo contrariado por lo que decía el mayor, era cierto que el último tiempo (por lo menos para el menor) había sido el mejor de su corta vida, había vuelto a sonreír, a disfrutar, a no recriminarse por las cosas que sucedían.

 

-De que siento que la vida ha sido muy buena conmigo el último tiempo – Sonrió el más bajo –Si soy sincero siento por primera vez que soy verdaderamente importante para alguien y estoy feliz de tener un dongsaeng que es tan bueno conmigo.

 

El moreno siguió caminando junto al mayor, podía estar seguro que sus mejillas comenzaban a tomar un tono carmesí y es que no estaba acostumbrado a los halagos. Siguieron caminando sin rumbo fijo, el menor pensando en cosas banales, aquello ya se le había echo costumbre, no preocuparse tanto por los problemas y simplemente disfrutar la compañía del otro, ya que podía estar seguro que JaeJoong era la única persona existente en su vida desde que lo conoció, los demás habían pasado a segundo plano.

 

Caminaron hasta llegar a un gran céntrico edificio de Seúl, ambos entraron dirigiéndose directamente al ascensor, tomándolo enseguida y subiendo hasta el último piso. Esta era la tercera vez que iban allí juntos y Changmin simplemente sonreía porque adoraba aquel lugar, al bajar del ascensor caminaron hasta llegar a las pequeñas escaleras que los llevarían a la azotea del edificio y al igual que las dos veces anteriores Changmin quedo maravillado ante la vista que tenían de la ciudad desde aquel lugar.  

Las dos veces que habían estado allí habían sido bastante especiales, de echo marcaron fuertemente la estrecha relación que ahora ambos tenían, la primera fue cuando finalmente Changmin le contó a JaeJoong sobre la muerte de su familia y la segunda cuando JaeJoong le había contado sobre que era adoptado y todo lo que vivió en aquel tiempo. El menor sonrió melancólicamente mientras se acercaba al mayor que ya estaba apoyado en la baranda, contemplando el paisaje.

 

-Es hermoso – Susurro el más bajo.

 

-Si, tienes toda la razón hyung, por eso me encanta este lugar. –Dijo Changmin mientras se instalaba al costado derecho del otro.

 

-Este lugar pareciera ser como nuestro santuario – Sonrió JaeJoong mientras comenzaba a mirar fijamente al otro – Venimos acá y acabamos acercándonos más que antes... y espero que esta no sea un excepción.

 

El menor lo miro con cariño, obviamente no seria una excepción, había aprendido a disfrutar cada momento con el mayor y siempre hallaba algo distinto en él, se fijo en su piel, parecía tan perfecta, simplemente tan lisa como la seda. En un acto inconsciente llevo su mano derecha al rostro del mayor, comenzando a acariciar aquella suave piel, el mayor cerró los ojos sin rechazar aquel contacto, aquella caricia que sin admitir tanto necesitaba. Y simplemente ambos se dejaron llevar por algo que dominaba a la razón, sin pensarlo Changmin llevo su dedo índice hacia los labios del otro, acariciándolos suavemente ¿Desde cuando el mayor tenia unos labios tan atrayentes? Acerco su rostro lentamente hacia el de su hyung, y sintió aquel aroma tan único que éste poseía, era como si fuera una droga, algo que necesitaba para sentirse vivo.  El mayor seguía sin abrir los ojos, y Changmin lograba sentir el aliento de su hyung sobre su rostro, aquel calido y atrayente aire que lo hacia desear más, lentamente retiro su dedo de los labios del mayor, dando paso a sus propios labios para hacer contacto con los del otro mientras cerraba sus ojos. Aquello fue algo que no se esperaba, sus piernas comenzaron a temblarle levemente mientras sentía que algo se removía en su interior, simplemente no podía explicar el mar de sentimientos que pasaban por su mente.

Luego de un par de segundos se separaron, y no pudo evitar que aquel tono carmesí volviera a sus mejillas, aparto levemente la mirada del mayor y no se atrevió a decir nada. Había sido un leve contacto pero que simplemente lo había echo desconectarse del mundo por completo, simplemente en aquellos momentos para él existía solamente JaeJoong y Changmin, nadie más.

 

-Min – Susurro el más bajo, Changmin lo miro, aún avergonzado – Creo que deberíamos intentarlo.

 

-Hyung…-Lo miro con duda el menor, ¿Qué decir? ¿Qué hacer? Era cierto que no podía pensar en una vida sin JaeJoong, pero aún les faltaba conocerse más, les faltaba aprender más del otro y si era sincero no estaba seguro de lo que sentía por el mayor.

 

-Se que quizás este mal, iríamos contra todo – Decía JaeJoong – Pero creo y siento que esto podría funcionar.

 

Changmin se limito a mirarlo, y es que simplemente no sabia que decir. Pero lo que si sabia era que no podía imaginar su vida sin tener al mayor junto a el, porque desde que había conocido a JaeJoong él se había convertido en su todo, sonreía gracias a él, disfrutaba gracias a él, tenía ganas de vivir gracias a él. Y dejándose llevar más por sus sentimientos que la razón  se acerco lentamente al otro, besándolo nuevamente, un leve contacto en el cual intento transmitir toda aquella necesidad que tenia, aquel miedo de lo que podría pasar pero sin duda demostrando un debemos estar juntos. Se separaron lentamente y Changmin poso su mirada en la del mayor, mostrándole una de sus más bellas y verdaderas sonrisas.

 

-Creo que podemos intentarlo hyung – Dijo Changmin mientras comenzaba a abrazar al mayor – Después de todo tú llegaste como un milagro a mi vida, un milagro del cual no me quiero separar, un milagro que me devolvió todo lo que había perdido, porque tu hyung, simplemente eres mi milagro.

 

FIN

 

Notas finales:

Gracias por leer <3


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