Epilogo
Maribel sonrió mirando a su hijo con una copa de vino entre las manos, lucía feliz sonriendo de aquella manera, no se había acostumbrado del todo a verlo con trajes tan estilizados y sobre todo no podía dejar de ver aquella sonrisa.
-Mamá-la saludó efusivamente y corrió a besarla.
-¿Qué haces con vino?-preguntó pellizcándole la mejilla sin hacerle daño.
-Me la dio un mesero pero sabe feo-se la tendió a ella que rió alegre-Ya, nunca me ha gustado.
-De acuerdo-se encogió de hombros tomándolo por él-¿Y en dónde está nuestro nobel alternativo?
-Iré por él-sonrió Cassie antes de dirigirse a su novio que conversaba finamente con dos chicas que sonreían ampliamente tras tener su autógrafo.
-Cassie-sonrió al verle y le pasó el brazo por los hombros-Con su permiso, señoritas.
-Con permiso-dijo el chico ya de 16 años yéndose con su novio-Llegó mi madre.
-Señora-le besó la mano sonriente.
-Hola, Darrel ¿Y tus padres?-preguntó buscándoles alrededor.
-Andan por ahí viendo los cuadros con la familia, terminando la exposición iremos a la cena.
La madre del chico asintió, presentía algo pero no tenía ni idea de qué podía ser, ella y Cassie se habían mudado a una casa mejor gracias a que su hijo era ahora modelo del famoso pintor y gracias a eso había conseguido trabajo en otras agencias.
-Cassie-saludó la señora abrazándole con fuerza y con su esposo siguiéndola rápidamente-Maribel, que gusto verte por aquí-sonrió saludándola, ven, ven te mostraré mi cuadro favorito, tu hijo posa hermosamente-elogió dirigiéndola con una sonrisa.
-Papá-Darrel le dio la mano y le atrajo hacia sí en un abrazo-¿Qué te parece?
-Femenino-miró a Cassie serio haciéndole sonrojar y bajar la mirada.
-Papá-regañó Darrel al ver lo incómodo que se había puesto el chico.
-Es broma, Cassie-le palmeó perdiendo la seriedad para reírse-De verdad son hermosos, no sé mucho de arte, pero me gustan-dio un sorbo a su copa, ¿Qué tal va la campaña esta de los modelos?
-Bien, muchas gracias-sonrió Cassie un poco aliviado.
-Tal vez viajemos a nueva york, estamos viendo todo para que la exposición y la pasarela sean allá pero no el mismo día-informó Darrel.
Llamaron al hombre para darle un reconocimiento por la exposición y vender algunas de sus obras y tuvo que irse dejándoles atrás, Cassie y el señor fueron a sentarse buscando a las mujeres que conversaban animadas y el señor aprovechó para hablar seriamente con Cassie.
-Darrel ya me dijo lo que van a anunciar en la cena-dijo discreto mirando hacia el frente-¿De verdad estás tan dispuesto a llegar así de lejos?
-Sí, señor-dijo sin dudar y tampoco desvió su mirada del frente-Llevamos 5 años juntos, creo que… tenemos razón.
-No quiero que te arrepientas de esto después-dijo terminando su copa.
-Gracias por preocuparse-dijo sonriéndole y se unió a la plática de las mujeres.
La exposición terminó con la gran mayoría de los cuadros vendidos y el resto apartados, esperaron a cerrar el lugar y de inmediato Cassie tomó el brazo de su novio sonriente mientras esperaban a subir al auto.
-Ya casi-dijo riendo antes de robarle un beso juguetón-Ya sé que le dijiste a tu padre.
-Tenía que decirle, vio todo-se rió en voz baja.
-Tonto te dije que tuvieras cuidado-le palmeó el hombro juguetonamente y subieron al auto seguidos de la familia.
En cuanto terminaron la lujosa cena que se había encargado de preparar y organizar la madre de Darrel, recogieron los platos y se quedaron conversando hasta que el hombre golpeó la copa con un cuchillo para llamar la atención y se puso de pie sonriente.
-Cassie y yo tenemos que darles una noticia-dijo mirando a las dos mujeres-Tras mucho platicar, hemos comprado nuestro primer departamento para vivir juntos.
Maribel abrió los ojos a más no poder y se llevó las manos al pecho sintiendo un leve mareo, a diferencia de su consuegra que aplaudió emocionada por la noticia. Cassie se levantó rápidamente preocupado al ver cómo lo había tomado su madre y comenzó a hacerle aire dándole una mirada de alarma a su pareja.
-¿Estás bien Ma?-preguntó preocupado recibiendo el vaso de agua que le tendía su suegro.
-Sí, sí-asintió llevándose una mano a la frente-Fue… la impresión-dijo carraspeando para tomar el agua-Lo siento, es una… noticia fuerte.
-¿Pero estás bien?-preguntó su consuegra.
-Sí-bebió el agua agradeciéndola-Entonces… ¿Se van a ir a vivir juntos?-sonrió pálida.
-Sí, eso queremos-dijo Cassie sonriéndole aún preocupado.
-¿Y cuando?-hizo un esfuerzo por recuperarse.
-Queríamos decirles antes-comenzó Darrel-Pero con la exposición fue imposible, queríamos que fuese hoy mismo.
-Hoy-repitió la madre de Darrel levantando las cejas-es apresurado ¿No hijo?
-Llevamos meses pensándolo-dijo ahora Cassie sin soltar la mano de su madre.
-Está cerca de la casa de Maribel y de la escuela-continuó Darrel-tendremos nuestra habitación y un estudio para pintar, además de un cuarto de invitados.
-Es grande-apreció la señora.
-Sí, es para la necesidad de los dos-abrazó a Cassie haciéndole reír
-Entonces irás por tus cosas a la casa-supuso Maribel.
-Ya están allá, Ma-le sonrió como disculpa.
-Ah, bien entonces-asintió recuperando un poco de color y decidió bromear al ver el rostro preocupado de su yerno y de su hijo-¿Y cuando me dejaran verlo?
-Cassie quiere que esté todo listo-comentó el hombre y su novio asintió.
Se despidieron de los adultos y salieron a la noche suspirando de alivio, todo había salido bien aunque no como lo planeaban, caminaron hacia el coche y subieron sintiendo los asientos de piel bastante fríos.
-A casa-sonrió Cassie robándole un beso antes de avanzar.
Entraron en el departamento que llevaban semanas arreglando pero sin dormir en él, encendieron las luces y caminaron directo hacia la habitación besándose, Cassie le había pasado el brazo por el cuello a su novio besándole hasta que le dejó caer en la cama y se quejó un poco.
-Qué salvaje-reclamó riendo antes de besarle un poco brusco.
-Hago lo que puedo por contenerme-se quejó Darrel volviendo a besarle.
-¿Y si dejas de hacerlo?-preguntó travieso pasando la mano por la entrepierna de Darrel.
-No lo creo-le detuvo con una sonrisa.
-Tengo ya libertad sexual legalmente.
-¿Cómo?-se extrañó el hombre encendiendo la lamparilla del buró en un tono tenue.
-Investigué un poco-jugueteó con la corbata de su novio.
-Hasta los dieciocho-le recordó Darrel-Ése fue mi trato contigo.
-Tenia trece-torció los ojos-Anda, de todos modos ya no soy tan pequeño-rió coqueto y dulce.
-Cassie, Cassie, que vamos a hacer contigo-suspiró juntando ambas frentes.
-¿El amor?-preguntó esperanzado y Darrel le ofreció una risa.
-Pequeño travieso-se quitó el traje y agarró el pijama decepcionando un poco al chico-Hasta los dieciocho-repitió besándole la cien.
-¿Y el amor?-preguntó mirándole a los ojos.
-Hasta el infinito-sonrió dándole un último beso de buenas noches, o eso pensaba.
-Darrel-llamó en susurros besándole.
-Por favor Cassie, no insistas-le atrapó una mano con cariño deteniéndole las caricias.
-Es que quiero estar contigo-suspiró sin rendirse-¿No lo entiendes Darrel? Llevamos años juntos, quiero algo más que tu mano.
-¿Por qué?-preguntó el hombre.
-Porque te amo-dijo rodando hasta quedar encima de él y robarle un par de besos que demostraban que poco quedaba de la inexperiencia inicial.
Darrel tuvo que corresponder a las caricias de su chico, todas sus defensas se caían una a una con cada beso y con cada cosquilleo que Cassie provocaba sobre su piel, no era lo mismo que tener a aquel chico de doce, ahora era un adolecente y uno bastante hambriento por saber los placeres del amor.
Los besos fueron subiendo de intensidad como en ocasiones anteriores había sucedido, la diferencia comenzó cuando Darrel desfajó al chico que aún no se había puesto la pijama y metió sus manos sacando un suspiro de los labios de su joven novio.
Siguió acariciando un tanto más sintiendo como su miembro comenzaba a despertar y fue perfectamente consiente de cuando estuvo lo suficientemente erguido para tocar el de Cassie que sonrió ampliamente satisfecho con eso.
Cassie se sentó en las caderas de su novio desabotonándose un poco torpe la camisa mientras su novio se ocupaba de la corbata que llevaba puesta por la ocasión, por fin se deshizo de la ropa de su pecho y tomó las manos de Darrel para besarlas y pasarlas por su suave piel.
-Te amo-le dijo el chico inclinándose para besar al hombre.
-Yo también te amo-dijo correspondiendo el beso y le dio la vuelta al chico en la cama para quedar él encima-Te amo, Cassie-le repitió antes de besarle y bajar poco a poco los pantalones del chico hasta tenerle desnudo en su cama.
Besó cada centímetro de piel que pudo escuchando los gemidos incitantes del chico, se quitó la pijama que se había puesto minutos antes y notó la mirada de Cassie en su cuerpo, cosa que le provocó risa, ¿Cuántas veces había él mirado a su novio de esa forma cuando le pintaba?
-¿De verdad estás listo?-le preguntó al oído apenas controlándose.
-Me siento listo-le sonrió besándole la mejilla.
Darrel asintió y le dio a lamer dos de sus dedos sabiendo cuanto excitaba a su novio hacer eso, pues su erección daba pequeños brincos que se lo indicaban, le separó las piernas con calma y frotó el umbral por el que iba a entrar.
-Ah-gimió Cassie sonrojándose por completo al sentir las caricias.
-¿Quieres que me detenga?-preguntó cuando comenzó a introducir un dedo y su novio hizo ademán de cerrar las piernas.
-No, sólo siento un poco extraño-confesó respirando agitado.
El hombre asintió y empujó un poco más hasta meterlo por completo y comenzar a tantear el suave interior, deseaba desde tiempo atrás que aquel lugar le recibiera, pero debía ir con mucho cuidado, pues Cassie era joven y más aún virgen e inocente aunque intentara aparentar otra cosa.
Insertó el segundo siendo recibido por otro gemido más ronco y sacó ambos para ponerse él mismo en la entrada más abierta que antes.
-Inhala-pidió Darrel y el chico le obedeció.
Comenzó a introducir la punta de su pene y Cassie apretó fuertemente los ojos y las sábanas manteniendo flojo el resto de su cuerpo, soltó todo el aire de una vez y miró a su novio que estaba quieto.
-Tranquilo-pidió acariciándole la mejilla-Sólo duele así al principio-le consoló.
El chico asintió relajándose de nuevo y Darrel pudo moverse un poco más, iba lento, poco a poco para no herir a su novio, gruñó ronco al estar completamente dentro y escuchó apenas un leve quejido de los labios del otro.
-¿Crees que pueda moverme?
-Sí-admitió el chico separando más las piernas.
Darrel comenzó a salir lentamente con un estremecimiento en la espalda por el placer y volvió a entrar con la misma suavidad, así comenzó un ligero vaivén hasta que pudo entrar aún más profundo en el cuerpo del chico sacándole un gesto de sorpresa, había alcanzado aquel punto.
Comenzó a arremeter con un poco más de confianza haciendo gemir al chico con más y más frecuencia.
Finalmente llevaban un buen ritmo, un poco fuerte y de buena velocidad, ambos gemían por igual, el chico cerraba los ojos y arqueaba de vez en cuando la espalda mientras el hombre se mecía encima de él, tomó a Cassie por los brazos dejándose caer a un lado cuando sus piernas se cansaron, le colocó encima de él y miró la confusión del chico con ternura.
-Muévete tú, me cansé-dijo sonriéndole.
Cassie asintió entendiendo mejor la situación y comenzó a subir y bajar con ayuda de su novio, aumentó el ritmo a uno frenético y se tensó completo cuando llegó a su orgasmo manchando el pecho de su novio que al verle cansado le movió el mismo hasta llegar a su anhelado fin. Cassie se dejó caer encima de él respirando agitado y soltó una risa cantarina que fascinó a su novio.
-¿De qué te ríes?-peguntó acariciándole el cabello mientras miraba al techo.
-Las ventanas se empañaron-se quitó un poco de sudor del rostro sintiéndose abrazado por su novio.
-Seguro que afuera está más frío que aquí adentro-sonrió por la inocencia que aún tenía su novio, era algo encantador.
-Gracias-le besó con cariño bajándose un poco para poder recargarse en el pecho del hombre y mirarle a los ojos-Fue mejor de lo que imaginaba, fuiste muy dulce-sonrió cerrando los ojos y recostándose en el pecho de su novio.
-¿Te molesta?-preguntó notando como se llevaba las manos a las lumbares.
-No importa, ya pasará, no duele-dijo aún sin abrir los ojos-Es… como dolor muscular.
Darrel asintió sonriente, había sido la vez que más lo había disfrutado de toda su vida, de eso estaba seguro, escuchó a Cassie quedarse dormido abrazado a él y su pecho se sintió más cálido aún, ¿Cómo podía existir tal amor por alguien? Sentía que separarse tan sólo unas horas del chico le volvería loco, pese a lo que habían dicho sus padres cuando le conocieron, pese a que Maribel siguiera siendo sobreprotectora, ellos dos iban a estar juntos le gustara a quien le gustara, toda su vida, eso era de lo único que estaba completamente seguro.