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el cuadro de la luna por Deilita

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Notas del capitulo:

hola! Bueno aqui estoy de vuelta con otro capi de este fic ^^ , Neither espero que te guste poq ya sabes que es de tu apuesta, y pues si le gusta a alguien más espero dejen RR, bueno ya no los entretengo disfruten...(espero ^^)

Cuando desperté mi madre estaba mirándome seria, la tarde anterior había llegado acompañado de mi nuevo novio, paladeé la palabra, nunca había tenido una relación con nadie, me sentía algo extraño, como si hubiese perdido algo, pero al mismo tiempo sentía como si hubiese ganado muchísimo más, me levanté con una enorme sonrisa y mi mamá enarco una ceja.


-¿Y esa sonrisita?-preguntó cruzándose de brazos divertida-¿Era el chico de ayer?


-¿Lo viste?-pregunté algo nervioso, podía haber visto el beso que le robé tan descaradamente.


-Como no, con esos besotes casi llego a separarlos-dijo y rió aunque no lucía tan feliz como lo pretendía, la conocía a la perfección.


    Sentí una vergüenza enorme, cualquiera nos pudo haber visto en esa situación y yo no pensé en ello en ese momento, ¿Y si le molestaba a Maribel? Pero se estaba riendo, así que me levanté para estirarme y miré el reloj, las doce en punto, no había acordado una hora con Darrel, pero era mejor estar listo lo antes posible por si llegaba temprano.


-Eres un flojo-dijo al notar a donde iba mi mirada.


-Perdón, mami es que estaba muy cansado, ni te ayudé ayer-dije apenado con ella, de nuevo no hacía más que estorbar.


-No te preocupes, mijo-dijo revolviéndome el cabello-Vamos a desayunar.


  Su voz no tenía aquella calidez de siempre, y eso me dolía, lo sentía, no le agradaba la situación, se estaba esforzando demasiado, lo estaba pensando aún y no había llegado a una conclusión como para hablar conmigo.


-Yo cocino-dije corriendo delante de ella-¿Qué se te antoja?


-No lo sé, un cuñado tal vez-rio detrás de mí, pero mencionar la palabra le costaba trabajo.


-¡Mamá!-dije sorprendido y bajé la mirada, su tono había sido frío.


-Pero si te has puesto todo rojo Cassie-dijo tomándome las mejillas con falsa sorpresa.


-Ma…-dije bajando la mirada apenado, no podía olvidar lo del día anterior, era demasiado extraño que lo aceptara sin más, y encima cuando mi novio era mucho mayor que yo.


-Dime, cielito-aceptó sacando una sartén algo brusca.


-Ayer… -inspiré y escuché que azotaba la sartén, cosa que me tensó más-No te molestes, por favor-pedí abrazándola.


-¿Hiciste más que besarlo, Cassie?-preguntó con un rostro severo que me estremeció.


-¡No!-dije de inmediato-No, mami te lo juro.


-¿Entonces?


-Es que… quería que lo conocieras, y bueno yo… lo invité hoy-dije bajando la voz cada vez más, presentía un regaño o algo peor.


-Pues hay que apurarnos antes de que llegue-dijo cortante, no parecía feliz con la noticia, sin embargo volvía a aceptarlo, se estaba guardando algo.


-Ma-dije atrapándole la mano antes de que se diera la media vuelta-¿Aún me quieres?


-Nunca, por nada del mundo podría dejar de quererte cassie-dijo dándome un beso en la frente y volteo a hacer el desayuno.


    Desayunamos en silencio, no teníamos nada que decir, algo no muy común entre nosotros, en cuanto terminamos lavé los trastes y ella se fue a arreglar, me arreglé bien pero intentando parecer casual. Ella se arreglaba en su cuarto con aire ausente, ni siquiera había encendido el televisor, eso era una muy mala señal, no fue a ver qué estaba haciendo y apenas me dirigió una mirada fugaz cuando pasé por su lado para tomar el cepillo, parecía decidida a ignorar su incomodidad por mí. Como si nos hubiésemos puesto de acuerdo ambos fuimos a sentarnos a la sala, Maribel con un libro en la mano y yo sin nada que hacer.


-¿Qué lees?-pregunté intentando hacer conversación, no soportaba esa tensión y tanto silencio.


-Sobre los cuadros de vangogh, ya sabes-dijo sin despegar la vista de su libro ilustrado.


   A Maribel siempre le ha apasionado el arte, desea  ser una artista de algo lo sé, pero creo que ella nunca se ha dado cuenta de que es una gran artista con el cabello, en fin, no dijimos nada más durante horas hasta que escuchamos el timbre y noté como se tensaba y dejaba el libro a un lado.


-¿Será él?-me preguntó mirando a la puerta como si esperase que un león entrara.


-No lo sé-dije nervioso y me levanté para abrir, sólo quería ver a Darrel e irme.


   Efectivamente era él, le sonreí y el me devolvió aquella sonrisa, se veía muy apuesto cargando su chamarra de mezclilla con sólo dos dedos a su hombro, le invité a pasar y saludó a mi madre muy cortésmente, pero ella no pareció atontarle aquel gesto ni un poco.


 


 


 


 


 


-Entonces tú eres el… novio de Cassie-dije evaluando su rostro-yo te conozco… ¡Eres Darrel Ferreira!


-Em, sí-dijo sonriendo mientras se pasaba una mano por el cabello-“No parece muy feliz”


-¿Lo conoces?-me preguntó Cassie extrañado cerrando la puerta rápidamente.


-Por supuesto, es uno de los favoritos a los premios de arte Nacional-dije señalándolo con el pulgar, pero era mi hijo primero-Pero mi hijo es otra cosa-aclaré al instante.


-Eso lo entiendo perfecto, señora-dijo con respeto e incluso inclinó la cabeza asintiendo un poco.


-Bien, siéntate-pedí ofreciéndole un lugar en la sala-Cassie, mi vida, ¿me traes un vaso con agua?


-Sí, ma-aceptó de inmediato Cassie corriendo hacia la cocina.


   Maribel miró al otro bastante seria, no pasaba de veinte y tantos, eso ya era ganancia, como todavía no terminaba la universidad tampoco debía pasar de veinticinco, lo cual era aún mejor, no era feo en absoluto, era muy bien parecido con esa nariz recta y el rostro enjuto y blanco. Me miró observarle severamente y se encogió un poco, pero no me importo, necesitaba saber qué clase de gente estaba con mi hijo.


-¿Qué le ves a un niño?-pregunté inclinándome en el asiento hacia adelante, mi tono era algo mordaz.


-Pues… -dijo bajando la mirada de la mía, se aflojó un poco la camisa aunque era totalmente innecesario, lo había logrado, estaba nervioso-En realidad no es su edad-carraspeó-me gusta por ser él, bueno ya sabe, es un niño muy especial.


   La miré severa, quería creerle porque veía a Cassie feliz con él, nunca le había visto sonreír tantas veces desde que había llegado ese hombre, no me gustaba en absoluto que fuera tan mayor, mi hijo era tan sólo un niño, pero de qué me podía quejar yo, también me había enamorado de alguien casi quince años mayor y peor aún, uno que no había aceptado ir a mi casa nunca, pero me prometí que nunca dejaría que eso le pasara a Cassie, de ningún modo.


-Toma, ma-dijo entregándome el vaso, sabía que se había tardado apropósito en la cocina.


-Gracias cariño-dije recibiéndolo y le pegue un buen trago, tenía que pasarme el nudo de la garganta y parecer fuerte-¿Sólo eso?


-No-dijo Darrel enderezándose y le dirigió una tímida sonrisa a Cassie, mi bebé-Es un chico muy especial, me ha hechizado desde el primer momento, ya no puedo imaginarme con nadie más, ha cambiado mi vida de una manera totalmente inesperada ¿Qué puedo decir?-sonrió, no había despegado la vista de Cassie ni un segundo mientras me hablaba y parecía más relajado-Y apenas es el segundo día.


   Guardé silencio, se miraban el uno al otro, me dolía ver que mi hijo no me daría nietos ni tendría una hermosa mujer por esposa, no me enojaría con él por querer comprarle algo caro a alguna novia, no habría algunas charlas que había planeado desde que me había enterado de que era un niño, tendría que investigar, pero se veía tan feliz con aquel hombre, parecían entenderse con una mirada, suspiré fuertemente y me dejé caer en el respaldo del sillón, tal vez no estaba lista para todo eso, había sido una impresión fuerte, incluso me dolía el saber que algún día tendría que dejarle ir con ese o con algún otro hombre.


-¿Ma?-preguntó Cassie con tono de preocupación.


-No es nada, sólo estoy cansada-le sonreí, no quería preocuparlo, era mi hijo y yo aceptaría lo que a él le hiciese feliz.


-¿Podría salir con Cassie?-preguntó Darrel.


   Recargué mi brazo en el sillón y me sostuve la frente durante unos segundos ¿Estaría bien dejarlos? No sabía qué harían, no sabía las intenciones de ese hombre fueran o no fueran buenas, podía decir una cosa y pensar otra, y mi nene, mi hijo, no podría dejar que le pasara algo por una mala decisión mía, miré a Cassie que me miraba con ojos suplicantes, sabía lo que diría si le daba un no.


-Maribel, por favor, estaré aquí a la hora que tú digas-su arma infalible, suspiré nuevamente antes de responder algo.


-Te quiero aquí antes de las nueve, mañana tienes colegio-le dije seria y miré a su novio-Más vale que no le pase nada.


-Lo cuidaré con mi vida-dijo el solemnemente.


   Cassie me sonrió ampliamente, me dio un abrazo y un sonoro beso en la mejilla antes de levantarse para ir con aquel hombre que se despidió de mí cortésmente, les miré unos segundos y noté algo, le faltaba un suéter a Cassie.


-Ve por un suéter  o algo, podrías enfermar-dijo Darrel sorprendiéndome, me había ganado.


   En cuanto salieron me dejé caer en el sillón y las lágrimas brotaron de mis ojos, no quería aceptarlo pero era inminente, mi Cassie estaba enamorándose…  De un hombre, oculte mi rostro entre mis manos y comencé a sollozar  ¿Qué había hecho para que fuera así? Seguro era la falta de una figura paterna, o le había consentido demasiado, no lo sabía, abracé mis rodillas y me mecí un rato, ¿Y si le lastimaba? El día anterior había tenido que trabajar, pero no podía eludirlo todos los fines de semana y las tardes, ¡Era mi hijo por Dios! No podía abandonarlo así.


   Caminé hacia mi cuarto y me recosté, miré el reloj, apenas eran las tres de la tarde, la ansiedad me carcomía por dentro, ¿Era una mala madre? Miré un poco de TV, era inútil lo sabía, no era homofóbica ni nada por el estilo, pero nunca lo imaginé de mi hijo, era una noticia fuerte, mi mundo se tambaleaba ante esa perspectiva, quería que el fuese lo más feliz posible, pero no paraba de preguntarme si querría hijos en un futuro, si lo tratarían bien, que rol jugaba el en la pareja, me maree un poco, tal vez me hacia falta un poco de sueño, olvidarme por un momento de eso, no me vendría mal un descanso.


    Cuando abrí los ojos noté que eran las siete, apenas estaba oscureciendo, estaba mucho más tranquila que en la tarde, el dolor de cabeza era enorme, me tomé un par de pastillas y me froté las sienes mirando por la ventana de la sala con los brazos cruzados, el balcón daba justo a la fuente que había frente al edificio, por eso lo había comprado años atrás, cuando había tenido la excelente oportunidad, y valla que había sido una buena decisión me dije con una sonrisa, recargué mi cabeza en el marco. Les vi acercarse, venían ambos con unas enormes sonrisas, sentí una punzada en mi pecho, ¿Cómo había dudado en aceptarlo antes? Él era feliz así, así lo querría por siempre, no me importaba con quien estuviese, aunque fuese sólo un niño, tal vez Darrel sería su gran amor, de momento estaba bien, ya veríamos más adelante, si merecía estar con mi hijo, o si como su padre, abandonaba al comenzar.

Notas finales:

Bueno uff ahí está, jejeje, ya sé que fue más depre por como piensa Maribel pero vamos, no tooodo puede ser perfecto no? jaja y menos con una madre no yaoista :p pero bueno, eso es lo que supuse pensaría una madre jejeje que no se pusiera loca, bueno los veo a la próxima bye bye ^^


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