CAPITULO 2: ENCUENTROS
- Buenos días sensei- me dijo una alumna cuando atravesé las puertas del instituto.
- Buenos días- respondí en tono cortés.
Mientras el tiempo transcurría tratando de olvidar el pasado, la música fue lo único que no me abandonaba. Le daba vida a mi alma cuando estaba desmoronada y me entregaba nuevas fuerzas para hacerle frente a cada día.
El piano y las sonatas que sacaba de sus mágicas teclas, cobraban vida bajo mis manos. Y por unos minutos que me resultaban irreales, me transportaban al país de las melodías más sublimes: Mozart, Debussy, Beethoven, eran parte del mundo en el que me sumergía cuando revivía sus partituras de piano en la sala de música.
Fue así como me convertí en maestro de música después de haberme graduado de la Universidad hace 8 años atrás. Amaba tanto la música que quería compartir mis conocimientos, y así poder ayudar a los jóvenes que tenían talento para tocar algún instrumento.
Me había mudado a la ciudad de Konoha para comenzar de nuevo, y por sobretodo para olvidar y dejar atrás el pasado. Mi carrera, mis clases y mis alumnos eran una verdadera medicina para el alma, hacían que los días se volvieran más alegres y con una paz acogedora.
Fui profesor de algunos Institutos en el trascurso de los años. Hasta que una antigua profesora de piano me pidió de favor que fuera profesor en su establecimiento. Fue así como hace dos años me volví profesor de música del Instituto privado de Konoha.
Mientras recorría los largos pasillos del Instituto para llegar a la sala de profesores una punzada me invadió el corazón. Inspiré aire y la solté lentamente para desaparecer la incomoda sensación y poder enfrentar un nuevo día.
- Buenos días- dije al abrir la puerta de la sala de profesores.
- Buenos días Uzumaki-san- me respondieron todos los colegas, excepto uno que me llamaba por mi nombre.
- Buenos días Naruto- dijo ofreciéndome el asiento que estaba a su lado.
- Buenos días Gaara- dije sentándome a su lado.
- ¿Quieres un café?- dijo con amabilidad.
Aunque era un hombre muy atractivo, su rostro era demasiado inexpresivo. Es por eso que la mayoría de los profesores no le hablaban y preferían dejarlo tranquilo porque su carácter era bastante reservado. Yo era la única persona con quien hablaba, y al conocerlo mejor me di cuenta de que era una persona muy amable, sólo que era diferente y los demás personas no lo entendían. A pesar de eso, era popular entre las alumnas, pero es como si eso no le importara y tiene un aire indiferente hacia todo.
No alcancé a contestar a su agradable invitación, porque en ese momento un colega al verme dijo:
- ¡Ah! Uzumaki-san, la directora Tsunade vino hace unos momentos preguntando por ti. Quería que fueras a su oficina en cuanto llegaras.
- Arigatou, iré enseguida- dije levantándome de mi asiento para ir de inmediato. Era extraño que me buscara apenas llegara al instituto- Después aceptaré ese café le dije a Gaara con una sonrisa antes de salir de la sala de profesores.
Al llegar ante la puerta de la oficina de la directora toqué con los nudillos y desde adentro escuché una voz que dijo: “pase”
- Ah! Uzumaki, te estaba buscando hace poco.
- Sí, me lo acaba de decir un colega.
- Pasa y toma asiento, hay un asunto del que debo hablarte.
- Usted dirá directora.
- Hoy llega un nuevo alumno a tu clase - dijo la directora Tsunade con su usual tono de mando y extendiéndome la carpeta con sus datos- En este momento está esperándote en tu oficina para que te presentes como su nuevo profesor jefe, lo conduzcas a la sala de clases y lo presentes al curso.
- ¿A mitad de semestre?- pregunte mientras recibía la carpeta.
- Sé que es inusual, pero su familia acaba de mudarse a la cuidad y su ficha académica es sorprendente- dijo cortantemente. Lo dejo en tus manos.
- Muy bien directora Tsunade- respondí ante su cortante tono de voz.
Aunque ella era una persona muy inteligente y amable, su forma de decir las cosas era muy directa, fría y cortante. Es por eso que trataba de evitarla lo más posible dentro del trabajo. Su forma de hablarme se relajaba cuando el tema era sobre música y fuera de las horas laborales.
Salí con dirección a mi oficina, que poseía al ser Jefe del taller de Música. Tenía ciertos privilegios contar con un espacio dentro del instituto en donde podía estar solo con mi trabajo cuando quisiera.
Y además era profesor jefe del curso 2º A, por lo que era mi responsabilidad recibir a cada alumno que se integraba a mi clase, como ahora.
Caminaba por el pasillo del segundo piso mientras miraba a través de las ventanas que tenía vista hacia el patio y las escaleras principales de la entrada. Me detuve al mirar a una persona sentada en uno de los peldaños de la escalera con los brazos encima de las rodillas y ocultando su rostro entre ellas (como si estuviera llorando). En ese momento los recuerdos comenzaron a invadirme, al haber visto hace mucho tiempo atrás una escena similar…
FLASH BACK
Los días pasaban en el Instituto, ignorando completamente a Sasuke. Sin embargo, al volver a mi casa, siempre lo encontraba sentado en las escaleras de la entrada a mi edificio con la misma mirada triste y mirando al suelo. Cada vez que pasaba a su lado me decía sin levantar la mirada: “Perdóname”.
Pero un día, al volver a mi edificio no lo encontré en el mismo lugar en donde lo había visto la última semana. Subí por las escaleras hacia mi departamento lentamente y casi sin fuerzas por la falta de sueño y de apetito que estaba sufriendo por esos días.
Abrí la puerta de mi hogar, pero al cerrarla una mano me lo impidió, me empujó y caí de espalda al suelo de la entrada, y una persona cerró la puerta detrás de sí: era Sasuke.
Impresionado por la rapidez con la que me empujó y entró, fui incapaz de pronunciar una palabra. Se abalanzó sobre mí impidiendo que me moviera y rasgó con sus manos mi camisa de una sola vez. Amarró mis manos sobre mi cabeza con la misma tela de mi ropa rasgada mientras me besaba desesperadamente en los labios uniendo sus lagrimas y las mías al acercar nuestros rostros.
Tratando de resistirme de lo apretado del amarre intentaba zafarme, pero mi débil cuerpo no tenía fuerzas, y las lágrimas irremediablemente se escapaban de mis ojos a ver a Sasuke en ese estado de demencia y desesperación que lo llevaban a hacerme daño. Se veía en su mirada su inmenso dolor, y me hacia desear que nada de esto estuviera pasando, que todo fuera un mal sueño, del que me despertaría feliz al otro día al saber que no era real y que me encontraba seguro entre sus brazos.
- Suéltame Sasuke- dije con una voz apenas perceptible por el nudo que tenía en la garganta.
- Tú…ya no ves, ya no me hablas, paso por tu lado y no me saludas. Es como si ya no existiera para ti. ¡¡¡Me estas matando!!!
- Sasu…- las palabras no querían salir, como si ya no tuviera voz.
- Déjame hacerte el amor, déjame tocarte por una vez más… ya no soporto estar lejos de ti.
Me besó nuevamente con desesperación y pasión. Su tacto y sus caricias se marcaban con fuego sobre mi piel, y sin poder resistirme, dejé que por última vez la persona que amaba me hiciera suya.
FIN FLASH BACK
Volví a la realidad como si un rayo me golpeara. ¿Por qué volvía a recordar lo que tanto tiempo había guardado en el fondo de mi memoria? Esa parte de mi vida la quería lo más enterrada posible y en el lugar más oscuro de mi alma.
El niño sentado en la escalera, y que me había hecho recordar el pasado ya no estaba en el mismo lugar. Suspiré hondamente y seguí el camino hacia mi oficina.
Cuando llegué por fin a mi despacho, abrí la puerta y la cerré en seguida. El alumno estaba de espaldas a mí, mirando por la ventana. Abrí la carpeta para saber su nombre y presentarme.
- A ver, tú eres…-
Pero por un instante el tiempo se congeló. No daba crédito al papel que estaba mirando… debía haber un error.
En un estado de total perplejidad y asombro levanté la mirada solo para encontrarme de frente con la mirada de mi nuevo alumno…era como si el tiempo hubiera retrocedido.
Era una replica exacta de la persona que tanto había amado, solo había una diferencia… tenía los ojos verdes.
Los papeles se me resbalaron de las manos y todo a mí alrededor se volvió oscuro.
En la primera hoja que había en la carpeta, en el lado superior izquierdo estaba una fotografía pequeña de mi nuevo alumno y su nombre estaba escrito debajo con letra negra y clara…
Uchiha Sasuke.