…
Sonó el timbre para receso, así que tome rápido lo que estaba fuera de mi mochila y lo guarde. Me apresure un poco para alcanzar a Itachi, pues el siempre se va a no-sé-ni-me-importa-donde en estos 30 minutos que tenemos para comer.
-¡Hey, Itachi!- Llame su atención desde lejos; ya que prefiero gritar, que correr a donde esta.
-¿Qué sucede? Creí que estabas enojado por lo de hace rato…-
-Si, si, pero…no con ustedes, sino con el rubio- En cierto sentido, me disculpe. El se limito a mirarme. -¿En que clase esta?-
-¿Por qué? Hace rato no querías ni verlo-
-He cambiado de opinión… Ahora creo que debo… disculparme con el- No sé por qué, pero me sonroje al decirlo.
-…Nunca te entenderé, pero en fin… Supongo que el debe de estar en… no sé- Bufe frustrado, pues esperaba una respuesta menos entupida. –Le enviare un mensaje de texto- Saco su celular, y se puso a teclear.
Esperamos unos minutos, sentados en una mesa del comedor en lo que el rubio contestaba el mensaje…
-Itachi… ¿Cómo se llama?- Hasta ahora, me da curiosidad saber su nombre.
-¿El rubio? Deidara…- …Ese nombre, me suena familiar, pero ¿Dónde lo he oído antes? No sé. -¡Allí esta!- Saco su celular del bolsillo, y reviso el mensaje. Supongo que tenía el celular en vibrador… –Y esta en… ¡Allí!- Señalo hacia el frente, por lo que mire hacía allá. –Ahora, te dejo solo- Me dio unas palmaditas en la espalda y se fue, casi corriendo.
-“Bien, es ahora o nunca”- Me dije mentalmente para darme valor; me puse de pie, y camine hacia el, pues estaba un poco lejos…
Cuando lo vi bien…estaba con otra persona, cuyo rostro no me moleste en ver; sentí una punzada en el pecho, provocando que arrugara un poco la nariz.
Seguí caminando, pasando de largo el hecho de que se tomaban de la mano; apreté los puños dentro de mis bolsillos y me mordí la lengua. Baje un poco la cabeza, para evitar que me viese, pero luego la alce, mirando fijamente hacia el frente; no pienso dejar que me vea rebajado a algo que no soy. Trague saliva disimuladamente mientras seguía caminando con un porte, que a mi parecer, era más imponente del que siempre tengo.
Por suerte para mi, estaba por llegar a un lugar donde podía doblar hacia la derecha, por lo que me perdería de su vista. Solo me faltaban un par de metros, pero no debía apresurar el paso, o parecería algo sospechoso; así que seguí caminando lento con la mirada hacia el frente, sin atreverme a verlo aunque fuese de reojo.
Finalmente me oculte tras esa esquina; di un fuerte suspiro, agachando un poco la cabeza. Luego volví a mi porte serio pero un poco mas caído que antes, pues en verdad sentía que mi cuerpo pesaba, y no sabía el por qué.
Seguí caminando, pero mis pasos ahora eran suaves y mucho más lentos, como si inconscientemente quisiera que Deidara me siguiera viendo; pero sabía que a él yo debía importarle en lo mas mínimo, pues nunca llegamos a hablar mas de 10 minutos.
Empecé a arrastrar los talones, porque me estaba pesando de sobremanera el cuerpo. Quería llegar lo antes posible a algún lugar donde me pudiera sentar, pero no podía apresurar el tiempo ni mis pasos. No sentía las fuerzas necesarias, como si al intentar hacer algo estas decidieran abandonar mi cuerpo y hacerme caer, por lo que seguí con pasos lentos, pero seguros.
El camino me pareció increíblemente largo, y los 10 minutos que tarde en llegar a una banca vacía me parecieron sumamente eternos, como si a cada paso que diera me alejase en vez de acercarme a ella.
…
-Soy un idiota…- Volví a repetirme; era la vigésima vez que me lo decía.
No sé como aguante las ultimas 3 horas de clase, pero ya me encontraba caminando lentamente hacía mi casa; de nuevo, no hay nadie que me espere, y el viento se desato con fuerza de un momento a otro… Como la primera vez que lo vi, hace unos… ¿Dos días?
-¡Hey, Sasori!- Suspire pesadamente, pero voltee hacia atrás. Indudablemente, Pein corrió un par de metros para alcanzarme.
-Hola- Salude con desgana. El me respondió, pero no le tome mucha importancia.
-¿Preocupado?- Pregunto mientras empezábamos a caminar juntos.
-No, ¿por?-
-Te vez muy pensativo- No respondí, solo alce una ceja y lo mire. –Es que te vez medio deprimido. Vamos, puedes decírmelo; confía en mí- …Su sonrisa da miedo; creo que tiene demasiados pirsings.
-…No sé: me siento algo mal por lo que paso hace rato- Me nació como un impulso decirle; y no quise reprimirlo.
-¿Con Deidara?-
-Si- Suspire, y cerré los ojos para disfrutar del viento que empezaba a soplar lento,.
-Mmm… ¿Y que piensas hacer?-
-No sé- Simplemente, no tengo ni la mas minima idea de que haré.
-Podrías disculparte-
-No pienso disculparme- Esa, obviamente NO es una opción.
-…Sería una bonita forma de arreglar las cosas- ¿”Bonita”?
-…Konan te esta haciendo demasiado cursi- Solté asqueado, pero me quería reír
-No te metas con ella, “señor-me-esta-gustando-EL-CHICO-rubio-no-Sasori”. Al menos yo soy “normal”- No pude evitar sonrojarme por el comentario. –-Pero por ser mi amigo, te ayudare…-
-Gracias; supongo…-
-Bueno, yo aquí te dejo, porque tengo que llegar a compra algo; a menos que quieras acompañarme- Llegamos justo a la esquina donde debía doblar para pasar frente a la casa de Deidara.
-No. Mejor nos vemos mañana- Pein se despidió, y ambos tomamos caminos diferentes.
…
-Deidara….- Susurre para mi mismo al pasar frente a su casa. Me detuve en seco, y observé el balcón donde lo vi por primera vez. Suspire pesado; luego un suave viento revolvió levemente mi cabello.
-¡Oye…!- No sé por qué, pero tengo a “necesidad” de voltear. Trague grueso, pero seguí ese impulso. –¡Hola, un!- Deidara... No pude reprimir media sonrisa al verlo correr para alcanzarme.
-Hola, Deidara, ¿cierto?- Pregunte para no parecer muy… ummm descortés cuando el llego a mi lado.
-Si; tu eres Sasori, ¿no, un?- Pese haber corrido, no se notaba cansado.
-Claro…- Respondí con un deje de alegría.
-Como olvidar un hermoso rostro como el tuyo…- Sus mejillas se tornaron carmín, al igual que las mías.
-Gracias…- Le sonreí, haciendo que se sonrojara más; lo que me pareció tierno. –Ehmm… creo que te debo una disculpa por o de hace rato; no era mi intención sonar muy…cruel- Dije todo de corrido, para que no se notaran mucho mis nervios.
-Nee~ No te preocupes; yo también me precipite un poco, un… ¡Pero podemos empezar de nuevo, un!- Dijo emocionado sonriendo abiertamente.
-Me parece bien…- Dije tranquilo y convencido.
-¡¡Deidara!!- Grito una vos femenina dentro de la casa.
-Maldición, mi madre ya me vio, je je…- Sonrió de mala gana. –Bueno, te invitaría a pasar, pero… A esa mujer no le agrada que lleve amigos sin permiso. Hump- Se cruzo de brazos e inflo las mejillas en señal de un puchero. Algo tierno…
-Podríamos irnos de aquí, y hacer de cuenta que no la escuchaste- Sugerí burlón. El rió por mi idea.
-Me gustaría, pero sería peor, un- Dijo sonriendo.
-Bien… ¿Nos vemos mañana?- En cierto sentido, en vez de despedirme, creo que se lo pregunte…
-¡Sin duda, un!- Hizo un signo de paz, y sonrió. Me despedí con un movimiento de mano, y empecé nuevamente a caminar. -¡Oye…!- Su vos llamo mi atención, así que voltee nuevamente a verlo. -¿Pasas por mí mañana? No me quiero ir solo, un- Me pregunto sonriendo y algo nervioso.
-Claro…- Igualmente le sonreí, y el entro corriendo a su casa; pues su madre había vuelto a gritarle, creo que ahora enojada.
…
-…Pasar mañana por él para ir a la escuela juntos, ¿en que estas pensando, Sasori?- Sonreí abiertamente para mi mismo, al recordarlo que acababa de pasar.
Mañana será un día… interesante.