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Te vi sentado en un balcón por FanDeixSaso-x3

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Notas del capitulo:

Heme aquí, después de casi un mes Dx Pero abrá conpensacion ^^U el cap es un poquito más largo, y más... bueno, con más trama n.n

Como era de suponerse, no dormí bien la noche anterior, solo por pensar en que hoy iría con Deidara a la escuela. Obviamente, no pude sacarlo de mi mente en el transcurso de la mañana… Y rara es la vez que me intereso por algo que no sean los estudios, o el arte. Entonces, mi “teoría” es comprobada, Deidara es más que solo “raro”; cualquier persona que logre estar en mi mente por más de 5 minutos, se merece mi reconocimiento; pero claro, no pienso decirle eso, sería… ¿inapropiado?


Suspire pesadamente, y mire el cielo, que curiosamente hoy está mucho más despejado que ayer;  no hace frio, ni calor. Es un día agradable… Me mordí el labio inferior con fuerza, intentando calmar las ansias que me provoco dar vuelta en la esquina que va directamente a la casa de Deidara;  creo que no estoy listo emocionalmente para esto… [XDDD]. Como sea, ya no hay vuelta atrás.


Me detuve frente al lugar, y mire el balcón, esperando inútilmente que él estuviera ahí, para no tener que llamarlo… ¿Qué se supone que haga ahora? Los chicos de mi edad normalmente gritarían el nombre de la persona a la que buscan, pero YO no soy así; no pienso, NI planeo gritarle, tal vez toque el timbre y pregunte por él, pero ¡apenas lo conozco!


-¡Sasori; milagro! Por un momento creí que no vendrías, un…-   Su vos es tan inconfundible; levante la vista, nuevamente hacia el balcón.   –Ahora voy, un-   Justo cuando desapareció de mi vista, golpee mi cabeza contra la pared.


-Estúpido, hiciste el ridículo…-   Me susurre, sin despegar mi frente de la pared.


-¡Ya llegue…! ¿Sasori, te encuentras bien, un?-   Llego de la nada, haciendo que me sobresaltara un poco; pero bastante avergonzado me aleje del lugar donde apoyaba mi cabeza.   -¿Qué se supone que hacías recargado ahí, un?-    Ladeo la cabeza, demostrando curiosidad y una adorable inocencia.


-Nada; solo que quería admirar la pared más de cerca-   Obviamente, dije con sarcasmo.


-Biennnnn…-   Me miro raro, pero algo divertido.   -¡No te culpo por no tener infancia, un! Ja, ja; yo tampoco la tuve…-   Su comentario me causo gracia, por lo que no reprimí una leve sonrisa. El igualmente me sonrió, -supongo- complacido por hacerme la mañana “feliz” –aunque es la 1 PM…-



-Llegamos…-   Suspire para relajar mi garganta, ya que Deidara y yo estuvimos hablando sin parar todo el trayecto a la escuela; de cosas meramente sin sentido alguno, era cualquier tontería.   -…Me duele la garganta-    Me queje.


-A mi también. Creo que hablamos demasiado, un…-   Nuevamente, una de esas lindas sonrisas. Y justo cuando menos deseaba que ese molesto timbre sonara, este sonó estrepitosamente como siempre.   –Mmm… debo irme a mi clase, sino no me dejaran entrar. Nos vemos al rato, ¡adiós, un!-   Es una costumbre de la que me he dado cuenta desde hace días, que a este chico le gusta correr después de despedirse.


Sonreí de lado mientras lo miraba alejarse; es graciosa la forma en que corre. Solté una muy leve risita, y me gire para irme a mi propia clase; pero desgraciadamente, había “publico” admirando mi “escena” con el rubio.


-¡Sasori!-   Konan extendió los brazos hacia mí, con la intención de abrazarme.   –Eres un maldito, ¿cómo se te ocurre salir con Deidara cuando nos dijiste que ni siquiera te gustaba? ¡Mentiroso!-   …Supongo que ha de ser su manera de decir “Explícame, ¿Qué es lo que acabamos de ver?


-Yo no mentí, el no me interesa… Simplemente llegue con él a la escuela, ¿algún problema?-   Dije mientras empezaba a caminar; llevábamos varios minutos de retraso.


-¡Eso es lo de menos; queremos detalles!-   Pein me alcanzo, y me abrazo rodeando mis hombros.   –Cuéntanos, ¿Qué te hizo cambiar de opinión? ¿Por qué ahora decidiste “hacerte amigo” de Deidara? ¿Acaso planeas “algo”? ¿Cuándo vas a decirle que te gusta? ¿Le darás un beso? ¿Nos invitaras a la boda? ¿¿Cuándo será el nacimiento de su baby??-   …Sus palabras –al igual que el- a veces me asustan. Insisto, tantos años de conocerlos y aun no sé que esperar de ellos.


-¡¿Q-Q-QUÉ?!-   No pude evitar sonrojarme completamente por la mayoría de sus preguntas; ¿¿cómo se le ocurre preguntarme eso??


-¡Vamos, Sasori, cuéntanos; queremos saber!-   Insistió Hidan, secundado por Kisame.


-No planeo nada; no le diré que me gusta porque NO me gusta; no le daré ningún beso; NO habrá boda; ¡Y no tendremos ningún hijo, joder!-   Dije tranquilamente al inicio, pero al último perdí la calma.


-Claaaaro, Sasori, claro-  Como odio se tonito de vos, es más que obvio que están siendo sarcásticos; además ¡Hidan siempre es sarcástico!


-… ¿Y si planeo algo, qué? Tampoco es de su incumbencia-   No sé porque, pero me nació la maldad de dejarlos con la duda.


-¡SASORI!-   Gritaron todos al unísono; y no pude contener la risa, así que solté una leve carcajada.


 Este rubio le está trayendo interés a mi vida; será una curiosa experiencia conocerlo mejor



Las horas pasaron rápido, y entre clase y clase, Deidara “casualmente” paseaba por donde yo me encontraba; aunque también yo paseaba por donde él estaba… De cualquier modo, no perdíamos la oportunidad de hablarnos cada vez que podíamos, aunque fuese un simple “hola”, ya que no teníamos mucho tiempo. Claro que eso provocaba que “mis amigos” insistieran más en saber sobre mi “relación” con el rubio, pero yo –como “buen” amigo que soy- no les dije nada.


Obviamente no pienso decirles “… Es que, en estos dos días que llevo de conocerlo, creo que me enamore de él”, esa NOO es una opción; ¡me estarían molestando hasta que hallasen algo nuevo con que joder! Porque sí, creo que me he enamorado de Deidara en este poco tiempo que llevo hablándole; pero no pienso decirlo, hasta estar cien por ciento [100%] seguro de lo que en verdad siento.


El timbre para la última clase sonó, que para mi mala suerte es español; no odio la materia, odio a la profesora… Pero no puedo hacer más que resignarme a aprobar su clase. Recogí mis cosas, las guarde, y salí del salón sin importarme que Pein y los demás me siguieran o no.


Camine un par de metros a paso lento, intentando encontrar al rubio con la vista, pero no lo halle. Me resigne a eso, y seguí caminando.


-¡Sasori!-   La vos de las personas es tan distinta una de otra, que he de saber fácilmente que esa es la vos de Itachi. Me gire para verlo, y –si era necesario- esperarlo.   -¿Por qué tanta prisa? Hoy andas muy acelerado, hiperactivo y sociable; algo muy raro en ti-   Dijo cuando llego a mi lado; y ambos emprendimos marcha a clase.


-Es raro que lo digas, porque tú eres peor que yo en esos aspectos-   Sinceramente, a veces Itachi como que se aísla de la sociedad, y no quiere que nadie se le acerque a menos de 5 metros… Sabrá él cómo le hace para soportar a los compañeros que se sientan en el pupitre al lado suyo cuando está en esa “etapa”. Curiosamente, hoy estuvo así.


-Ja, ja… Ya sabes, la vida nos hace trampa…-   ¿Qué clase de metáfora es esa?


-Bueno, y... ¿Por qué te entro hoy la depresión?-   Odio admitirlo pero, soy como el psicólogo de este tipo. Tal vez a veces me molesten, pero estoy para ayudarles… Claro, si quiero.


-Es que… no sé como explicártelo pero…-   Contuvo sus palabras mientras entrabamos al salón, bajo la atenta mirada de esa mujer que se hace llamar “profesora”.   -..Te digo después-   Susurro, y se sentó en el pupitre al lado del mío. Asentí con la cabeza, y por inercia nos pusimos a trabajar.


   Pasados 10 minutos -y en un descuido de la maestra que yo no pase por alto- Itachi me entrego una pedazo de papel doblado para que no abarcara espacio, y esa mujer no se diera cuenta de lo que hacíamos. Desdoble la hoja, y empecé a leerlo…  Quede en shock al acabar, pero en pocos instantes logre reaccionar. Trague grueso, y voltee a ver a Itachi, con la pregunta “¿Es verdad?” gravada en el rostro.


Era increíble lo que un simple papelito puede dar a conocer.



-¡Sasori, un…!-   Llego Deidara justo cuando me despedía de mis compañeros, y me abrazo por unos segundos pos los hombros, como suelen abrazarme algunos de mis “amigos”. Me sentí algo incomodo, pero no lo demostré.   -¿Vas a ir caminando a casa, un?-   Me pregunto directamente, ignorando a los demás.


-Si…-   Conteste con nervios, ya que creo que quiere que vallamos juntos; no me molesta para nada, este chico me agrada –y me gusta-, pero me siento incomodo por mis “amigos”.


-¡Perfecto, un! Te acompaño-   Dijo sonriendo.


-Técnicamente yo te acompaño a ti, porque vivo más lejos que tu…-   Corregí calmadamente, pero le regale una sonrisa al finalizar.


-Lo que quiero decir es que nos vallamos juntos, un…-   El desvío la mirada, sonrojándose.


-Ehh… no hay problema. Bueno, chicos, ya me voy-   Me despedí fácilmente, ya que no estábamos hablando de nada importante cuando Dei llego.


   Lógicamente, el transcurso de regreso a nuestras casas tampoco fue callado, creo que hasta platicamos más que en la mañana; pero no me quejo, me agradan las conversaciones tan largas y lentas –aunque a veces un poco infantiles- que tengo con Deidara. Por desgracia, todo lo bueno tiene que acabar, y en este caso, llegamos hasta su casa.


-…Un, ya sabes donde vivo, así que no hace falta decir que llegamos-   Sonrió nervioso, seguramente por lo que dijo.


-Descuida. Nos vemos mañana-   Di un leve movimiento de mano en señal de despedida; y estuve dispuesto a caminar cuando sentí que tocaba mi hombro, por lo que voltee a verlo.


-¿Pasar por mí mañana, un?-   Me regalo una sonrisa aun mas grande que la anterior, supongo que con la esperanza de convencerme; ¿y cómo negarle algo a la persona de la que creo estar enamorado?


-Esto se hará una costumbre, ¿cierto?-   Pregunte divertido.


-Posiblemente…-   Dijo mientras se encaminaba hacia la puerta de su casa.   -¿Eso significa un “si”, un?-   Sonrió aun más; y yo como tonto no me canso de verlo.


-Claro-   No puedo evitarlo, soy débil para negarle algo…



Voltee a ver el reloj sobre la mesita de noche: 02:05 PM. Aun no puedo dormir, llevo horas intentándolo. No me puedo sacar de la cabeza lo que decía ese puto papelito –que para colmo deje al lado del reloj- que me dio Itachi en clase de español, y pensar que yo lo tome como un simple juego al inicio. Él tiene la culpa, me presento al rubio, y me “agrado”, ¿Qué espera que haga ahora?


Voltee nuevamente hacia el reloj, pero no vi la hora, simplemente extendí mi brazo para tomar ese trocito de papel. Lo desenvolví, y releí por vigésima vez.


Me gusta Deidara. Lo siento”… Itachi, eres un idiota; ahora me dejas con el dilema “dejo al rubio por mi mejor amigo o dejo a mi amigo sufrir por el rubio”. No sé qué hacer.

Notas finales:

-w- Bueno, dije "un poquito más largo" no me culpen si fueron solo unas 10 palabritas más xD

RR para esta autora que tarda en actualizar???? :33


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