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Entre las Llamas del Infierno por VerityMalfoy

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Notas del capitulo:

Oh espero q les guste muchoo XD y dejen comentarios plisssssss

 

Pecado: Gula

 

 

 

Para saborear los placeres hay que tomarlos sorbo a sorbo. Observando lo que nos ofrecen y degustar cada tentación”

 

 

 

Ya eran mas de las 2 de la madrugada, todos los pequeños de Wammy´s House dormían placidamente en sus camas, ecepto Mello que se encontraba en la cocina, enfermo de abstinencia.

 

 “Donde los escondió” se preguntaba a si mismo aquel rubio revolviendo todos los cajones, desesperado. “Tienen que estar en alguna parte” se dirigió a la alacena, desordenándolo todo a su paso. Necesitaba comer, llevaba 5 horas sin absolutamente nada de chocolate y no podría soportarlo ni un minuto más. Se limpiaba el sudor de la frente con el dorso de la mano, realmente el calor era insoportable. Por eso el rubio siempre había odiado el verano, prefería los fríos vientos de invierno.

 

-¿Qué haces aquí?- Mello sintió un escalofrío recorrer  todo su cuerpo, se detuvo en seco, cerrando de golpe la despensa, lo había atrapado con las manos en la masa, ahora si no se iba a librar de Roger. El rubio voltio, pero no pudo distinguir el rostro de la persona que le hablaba.

 

-¿Mello?- el pequeño intruso, caminaba hacia el y Mello pudo sentir un poco de alivio.

 

-Near, ¿Qué haces aquí?

 

-Yo pregunte primero- contesto el pequeño imperturbable, jugueteando con uno de sus plateados rizos.

 

-No tengo por que darte explicaciones- Near solo lo observo unos instantes antes de dirigirse al refrigerador y servirse un vaso con agua. El rubio lo miraba de reojo, intentando retomar su búsqueda. Estaba nervioso.

 

-¿Qué buscas?- Enano entrometido, acaso  no podía mantenerse en sus propios asuntos. Mello no respondió.

 

Se hizo un incomodo silencio, en el que ambos pretendieron ignorarse, cuando estaban mas atentos el uno en el otro, en ese momento mas que nunca.

 

-Gracias- dijo Near rompiendo por fin el silencio.

 

-¿Por que?

 

-Por defenderme- Near no lo veía a los ojos, estaba concentrado en un rincón oscuro de la cocina- Se donde puedes encontrar chocolate.

 

Al rubio no le sorprendió que el alvino ya supiera lo que estaba buscando, simplemente le cabreaba que lo supiera. El siempre tenía que saberlo todo…

 

-Ah, si genio, ¿pues donde?- Near señalo aquel rincón oscuro, donde se encontraba un armario oculto entre las sombras, Mello se acerco y al abrirlo se encontró con sus amadas barras de chocolate. No le dio mucha importancia al hecho de que había sido Near y no el quien las había encontrado y tomo una de ellas.

 

-¿Quieres?- le dijo al alvino extendiéndole una barra, era lo menos que podía hacer, eso y quizás darle las gracias, cosa que jamás sucedería.

 

-No gracias, no me gusta el chocolate.

 

-Nunca te he visto probándolo-Mello parecía algo desconcertado, como era posible que existiera alguien en el mundo que no sucumbiera a la sublime tentación del chocolate.

 

-Nunca lo he hecho- respondió Near, seco, cortante, frío. Tan diferente de aquel chico que había visto a hurtadillas, ese pequeño pasional y sediento de placer.

 

-Entonces- dijo haciendo una pequeña pausa- ¿Cómo sabes que no te gusta?- con esa simple frase Mello destruyo el pobre argumento del alvino, el cual tomo la barra entre sus manos y comenzó a quitarle la envoltura.

 

El calor había derretido el chocolate, haciendo que Near manchara sus níveos dedos de esa calida y dulce sustancia. Mello observaba algo divertido la escena. Una de esas cremosas gotas resbaló, cayendo en la albina garganta resbalando juguetonamente perdiéndose debajo del blanco pijama. Near parecía algo molesto por el hecho de no ser capaz de comer sin terminar todo cubierto de chocolate, pero al final no le dio mucha importancia. El rubio aun lo observaba, sintiendo como sus mejillas adquirían un leve color rosa, al observar como Near lamia la sustancia de su dedo índice. Era tan lento y parsimonioso con lo que hacia que Mello creyó por un instante que lo hacia a propósito, para provocarle, ¿Quizás?

 

-¿Qué tal?- dijo con una voz casi entrecortada, intentando normalizarla

 

-Es un poco amargo- respondió. Amargo, esa era la última palabra que podría describir al sabor del chocolate.

 

-Deja que invada tu boca y veras lo dulce que es- Near volvió ha acercar la derretida barra a sus labios tomando nuevamente un poco con su lengua, haciendo que una nueva gota resbalara desde la comisura derecha de sus labios, bajando, deslizándose deliciosamente hasta su barbilla.

 

Mello no podía soportarlo, quería…Ni siquiera estaba seguro de lo que deseaba hacer en ese momento, solo necesitaba hacerlo. Camino peligrosamente hacia el peliblanco, tomándolo del mentón, obligándolo a alzar el rostro.

 

-¿Qué haces?-pregunto Near algo alarmado. Como le encantaba a Mello provocar esos ligeros cambios en su actitud, saberse el único en poder lograrlo, era algo exquisito.

 

El rubio solo lo ignoro llevando su lengua desde la base de aquella blanca barbilla y lamió ese suculento camino de chocolate, succionando gota a gota, hasta llegar a la comisura de aquellos fríos y apetecibles labios de porcelana.

 

Ambos se miraron, pero ninguno se movió ni un centímetro.

 

-Mello, no creo que esto sea una buena idea- Murmuro el alvino sobre sus labios, haciendo que el rubio pudiera saborear el fragante aroma a cacao, que su aliento desprendía, pero… no quería ser el quien diera el primer paso. Seria Near quien se hundiría en el delirio, quería ver al pequeño y “casto” alvino sucumbiendo ante sus hormonas y por fin, el mismo se quitaría aquella mascara de frialdad para el rubio.

 

-¿Que no es una buena idea?- contesto el rubio sin siquiera rozar sus labios con  los de su compañero.

 

-Esto- murmuro sonrojándose levemente- No deberías, esto esta mal. No debes besarme- pero el peliblanco en ves de alejarse del rubio, solo se mantenía en su sitio, como esperando a que Mello poseyera sus labios de una vez por todas.

 

-¿Quien dijo que iba a besarte?- pregunto en modo de respuesta, con esa arrogante sonrisa formándose lentamente en su rostro- Yo solo estaba comiendo un poco de chocolate -una mano traviesa se colaba por debajo del pijama, acariciando aquella blanca piel. Mello sentía como poco a poco, Near iba sonrojándose aun mas, pero sus labios no se unían. Near podría estar un poco afectado por las caricias de Mello, pero sabia perfectamente lo que el rubio pretendía y no se dejaría ganar, no tan fácilmente.

 

-Además si ese fuera el caso- Mello fue desabotonando uno a uno los botones, dejando al descubierto el pecho del menor, que lentamente iba disminuyendo el espacio existente entre ellos- Hace un par de días, no opusiste resistencia alguna, pequeño, admítelo Near, estas deseándolo.

 

-Yo...Mello- dijo Near en un gemido ahogado aun sobre sus labios, un pequeño escalofrío recorrió el cuerpo alvino, al sentir nuevamente el contacto de las calidas manos del rubio, subiendo, bajando, tocando descaradamente. Pero de improviso el pequeño se retiro unos cuantos pasos hasta llegar al gran mesón que ocupada el centro de la cocina, sentándose sobre el. Near sabía como jugar sucio. Abrió un poco sus piernas y llevo nuevamente el chocolate a sus labios sin dejar de mirar a Mello, dejando que las cremosas gotas de chocolate derretido cayeran por todo lo ancho de su pecho. Belfegor* dispuso el banquete, ahora Mello solo tendría que degustar el plato principal.

 

-Sabes algo- murmuro, al acercarse al peliblanco que no dejaba de lamer la barra entre sus dedos- Es mas delicioso si lo comes con cerezas- finalizo dirigiéndose hacia el refrigerador y sacando un tazon de cristal, lleno de unas hermosas y rojas cerezas, tomo una nueva barra de chocolate dejándola derramarse sobre las rojas frutillas- Toma- dijo acercando una de ellas a los labios de Near. 

 

El pequeño abrió lentamente la boca, permitiéndole el paso al rubio. Tomo su mano y suavemente mordió la cereza, sintiendo el frío dulzor mezclado con la calidez del chocolate, suculento, exquisito. Lo comió todo y lamió algunos de los dedos de Mello en los cuales quedaban pequeños rastros del chocolate. Esto, pensó Mello por un instante, seria divertido, ambos estaban ansiosos, esperando que algo que ninguno de los dos entendía muy bien comenzara de una vez. Y Mello, no era de las personas que les gustara esperar.

 

-Ahora- el rubio tomo nuevamente una cereza cubierta con chocolate y la poso otra vez en los labios del alvino- Esta cereza es mía- dijo, haciendo que Near abriera nuevamente la boca- No quiero que te la comas- finalizo posicionándola entre los labios abiertos que la presionaron suavemente.

 

De nuevo sus manos se aferraron en su cuerpo, jugueteando con el elástico del pantalón, Near soltó un audible gemido de reproche, sin dejar caer la pequeña cereza entre sus labios. Mello hizo acoplo de uno de sus mejores talentos, ignorar a Near cuando la ocasión lo ameritaba y lo despojo de un tiron de toda prenda que llevara de la cintura para abajo, dejándolo únicamente con la camisa, y sus calcetines.

 

-¿Que sucede?- dijo burlonamente posando ambas manos en las ante piernas, presionando suavemente, mientras su aliento chocaba contra la garganta del pequeño, el calor si antes era insoportable, ahora era inhumanamente insoportable, Near no recordaba haber estado tan sonrojado y avergonzado en toda su vida y sin embargo no quería que Mello se detuviera, ahora recordaba vividamente todas las noches en las que estuvo solo en su alcoba, pensando en el rubio, imaginando sus manos recorriendo su cuerpo, su boca devorando demandante la suya  y no podía ocultarlo, Near deseaba esto tanto o quizás mas que el propio Mello. Unas pálidas manos, que se habían encontrado completamente quietas, se introdujeron tímidamente debajo de la negra camisa del rubio, el cual no pudo evitar sorprenderse un poco por los actos del pequeño, pero luego se reprocho mentalmente, El sabia que Near lo deseaba mas que a nada y sonrío triunfante. Near subió la camisa lo mas que pudo y al final Mello, decidió ayudarle y quitarse aquella molesta prenda.

 

Ya era hora, la cena estaba servida y Mello por fin podría comer, su lengua  recorrió el pecho del pequeño saboreando cada gota de chocolate que allí se encontrara, deleitándose con cada gemido que escapaban de esos deliciosos labios. Podía sentir esa delirante incomodidad en su entrepierna.

 

-Ahh…nhn- Near tembló al sentir aquella lengua aprisionando uno de sus pezones, luchando consigo mismo para no morder la cereza entre sus labios, su respiración se volvía cada ves mas acelerada y podía sentir como el mar de chocolate de su cuerpo comenzaba a escurrirse lentamente por su piel bajando, cada vez mas abajo, deslizándose entre sus piernas-Mee..llo- unas finas lagrimas de placer comenzaban a nublarle la vista y mordió sin querer la cereza, dejando que un pequeño hilito de aquella jugosa sustancia invadiera su boca, tentándolo a devorarla.

 

-No te atrevas- dijo Mello casi como si le hubiera leído la mente al pequeño alvino, que moría por morder la pequeña fruta y el rubio estaba gozando con ello. Bajo cada vez mas hasta encontrarse con el pequeño miembro de su compañero, se encontraba completamente excitado y otro gemido resonó en la cocina al sentir el calido aliento del rubio sobre el.

 

 

-Uhnn…nnaahh- su cuerpo tiritaba y ya casi no podía mantener sus ojos abiertos cuando Mello aprisiono la punta de su falo entre sus labios, presionando tortuosamente. El pequeño alvino abrió las piernas lo más que pudo de la manera más obscena, haciendo que el  tazón de cristal se cayera de la mesa partiéndose en miles de pedazos, sintiendo nuevamente esa oleada de intenso placer, esa voluptuosidad invadiendo su ser, esa que aparecía solamente cuando estaba solo en su alcoba, pero esta ves resultaba mil veces mejor, al ser Mello quien se la procurara. Sus finos dedos se entrelazaron el las doradas hebras, tironeando de ellas, apretándolas en sus pequeños puños cada vez que se producían aquellos pequeños y esporádicos espasmos del placer que pronto afloraría.

 

-Ahhh…- se dejo caer sobre el mesón arqueando su espalda, elevando las piernas, sintiendo un ligero cosquilleo al sentir las gotas de chocolate que aun escurrían por sus muslos y sus hebras platinadas adheridas a su rostro por el sudor-Mmmm…eee….Lllo- pronuncio su nombre como pudo, intentando advertirle que debía parar, que si no se detenía el…

 

Había sido demasiado tarde. Mello no se había detenido y ese calido liquido lleno su boca. Pero en vez de sentir asco, el rubio trago cada gota, era pura ambrosía. Near respiraba irregularmente, aun con la pequeña cereza entre sus labios.

 

-Esto es mío- dijo subiéndose al mesón, colocando ambas piernas una a cada lado del alvino, llevando sus labios lentamente a los de Near. Tomo la cereza sin tocar la boca de su compañero y la Mordió dejando que el jugoso líquido bañara los labios del peliblanco. Las dilatadas pupilas del Near lo observaron fijamente y antes de que sus bocas se unieran y Mello por fin probara aquellos dulces labios nuevamente, sus ojos se cerraron, quedando el pequeño profundamente dormido.

 

 

 

Notas finales:

*Belfegor demonio de la gula.!!!

Cara de Roger al observar el desastre de la cocina XD ya q Mello no se tomo la molestia delimpiar el desorden de la cocina, ya q no le hizo mucha gracia que el alvino se quedara dormido dejandolo con un "pequeño problema" X3


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