Pecado: Avaricia
"Por que lo quiero todo de ti, por que eres mio"
Era una calurosa noche de verano y unas cuantas gotitas de sudor resbalaban por sus sienes, estaba realmente irritado en ese momento, no solo por el endemoniado calor, sino por que Roger lo había castigado, confisco todas y cada una de sus preciosas barras de chocolate y todo por culpa de ese maldito enano, si no se hubiera entrometido, quizás aun tendría sus chocolates. El solo hecho de recordarlo hacia que le hirviera la sangre y se preguntaba a si mismo, ¿Por qué?
Julio por fin había llegado, junto con las vacaciones de verano. Esa mañana un sol abrazador iluminaba el día, Mello se encontraba en la sala común, comiendo su acostumbrada barra de chocolate mientras observaba por la ventana. Podía sentirse la tensión en el aire, Near se encontraba a un par de metros de distancia, armando su rompecabezas, lanzando de vez en cuando miradas furtivas a su compañero. Se sentían realmente incómodos, estaban tan cerca y a la mente del rubio volvían las imágenes de esa noche en la que miro a hurtadillas en el cuarto del menor y el calor se volvía aun más sofocante.
En ese pequeño instante en el que se sumió en sus pensamientos entro otro chico a la sala común, Mello no recordaba su nombre pero lo había visto un par de veces, era de su misma estatura y tenia el cabello negro. Se coloco en frente de Near y pateo la pequeña tabla donde armaba tranquilamente su rompecabezas, las blancas piezas volaron en todas direcciones, y el alvino no dijo nada solo se limito a recogerlas, pero el chico lo tomo del brazo levantándolo bruscamente.
-¿Pero que rayos de pasa?- grito Mello interponiéndose entre aquel desquiciado y Near.
-Oh vamos Mello, solo quiero jugar un rato con el pequeño- dijo el muchacho dando un paso hacia delante- Si quieres tu también puedes jugar.
-No te atrevas a ponerle ni un dedo encima- su voz se había tornado mucho mas amenazante.
-Pero que miedo- burlo el otro haciendo que Mello fuera perdiendo la paciencia- ¿Y que si no lo hago?- el pelinegro con un movimiento ágil y rápido jalo al pequeño Near alejándolo de Mello y lo tomo de la cintura. Quizás ese fue el peor error de su vida, si juegas con fuego, puedes quemarte y si se trata de jugar con Mello, atente a las consecuencias.
El rostro del rubio estaba desfigurado por la furia. Near era suyo, nadie mas que el podía tocarlo. No sabía en que momento había decidido que Near le pertenecía, pero eso era lo de menos.
-Suéltalo- dijo en un tono espectral, uno que podría congelar el fuego.
-¿O que?- Near se movía bruscamente intentando alejarse inútilmente de su captor que lo tenia sujeto fuertemente con una mano de ambas muñecas y con la otra libre acariciaba descaradamente el níveo pecho por debajo de la camisa de su rehén.
Esa fue la gota que derramo el vaso, Mello estaba cegado de furia mezclado con un enorme sentimiento de posesión y avaricia, esa piel, ese cuerpo, eran solo suyos. Arremetió contra el muchacho, haciéndole soltar a su pequeño.
-Pero que demonios te sucede- grito el chico al ser levantado por los aires por el cuello de su camisa.
-Te lo advertí- dijo lanzándolo contra el muro antes de estampar su puño contra el rostro del contrario- Si vuelvo a ver que estas molestando a Near o te atreves a colocar otra vez tus sucias manos sobre el…- sus fríos ojos se clavaron en el chico que se retorcía en el suelo tomándose fuertemente el rostro- Te ira peor- sentencio antes de tomar a Near de la muñeca y sacarlo de las sala común.
-Espera, Mello- dijo el alvino que estaba siendo arrastrado, pero el rubio no le presto la mas minima atención, cuando estuvieron lo suficientemente lejos de la sala común, en uno de los pasillos menos concurridos Mello se digno a mirarlo. Sus ojos eran predadores y poco a poco fue acercándose a Near quien retrocedía por inercia hasta que choco contra la pared, dejándolo acorralado, esos ojos azules lo estaban devorando, penetrándolo hasta lo mas profundo.
-Near-susurro suavemente sintiendo el delicado aliento del menor sobre sus labios- eres mío- Al escapar esas palabras, Mello estaba seguro de estar siendo controlado. Mammon* se había apoderado de su cuerpo y controlaba sus acciones, por que el nunca hubiera dicho aquello.
Una enorme urgencia se hizo presente en el, necesitaba besar esa nívea piel, necesitaba marcar su dominio, sus labios rozaron su cuello, abriéndose lentamente sobre la piel, humedeciéndola, devoraba con rudeza, lamiendo, succionando y de vez en vez mordiendo.
-Ah…Ah!
No se detuvo, al contrario continuo, descendiendo un poco, repitiendo la operación. Near mordía suavemente sus labios mientras sentía como Mello iba desabotonando su camisa y acariciando su vientre, haciendo que el calor aumentara.
-Mello- susurro el pequeño haciendo que el rubio se detuviera y lo mirara, los grises ojos de Near se clavaron el los azules de Mello, estudiándose, hundiéndose el uno en el otro, mientras lentamente sus labios se unían inconscientemente, en un beso apasionado, posesivo, Near recibió con gusto la lengua de Mello mientras que las manos del rubio se fundían en las caderas del alvino, ambos sintieron desfallecer de alegría al sentir nuevamente ese roce de labios, esa calida humedad, que por desgracia no duro mucho tiempo, unos pasos se escucharon a lo lejos y ambos se separaron bruscamente, el rubio abrió la puerta mas cercana e hizo que Near entrara.
-¿Mello?- grito Matt al divisar a su mejor amigo-¿Que le has hecho a ese pobre chico?- el rubio cerro la puerta, había sido demasiado tarde, no pudo ocultarse pero al menos el pelirrojo no había visto a Near
-¿a quien?
-Mello acabas de destrozarle la cara, Roger esta hecho una furia, esta buscándote- El rubio mas molesto por el hecho de haber sido interrumpido, que asustado por las palabras de su mejor amigo, se encamino junto a Matt al despacho de Roger, seria inútil huir de su castigo.
Pero en ese momento no le importaba, lo que Roger le haría, y si alguien se atrevía a volver a tocar a SU pequeño, se la vería muy mal.