Un amor para recordar.
Por: SamHellsing
Capítulo I
En la vida:
Hay pesares difíciles y fáciles de olvidar.
Uno no sabe cuando esa persona especial de la que tanto cariño le tienes y proteges se irá para siempre de tu lado.
Uno no aprecia lo que tiene hasta que lo pierde.
Cada persona tiene una historia de amor trágica y a la vez hermosa.
A una persona le puede pasar millones de sentimientos unidos en un solo momento.
Cada persona tiene un amor para recordar.
Era de noche, la luna ya estaba posada con todo y su esplendor en el cielo, iluminando las calles oscuras con su brillante luz al compás con las diminutas estrellas que junto con la luna adornaban la noche de madrugada.
Eran pasadas de la una y aún así no todos los lugares estaban cerrados. Los antros nocturnos estaban a su máximo esplendor; las luces de colores, las grandes lámparas de rayos láser, la música a todo volumen y los murmullos de la gente en general hacían su mayor acto de presencia en esos momentos.
Desde lejos, la música retumbaba las calles que en esos momentos se encontraban abandonadas, a no ser por dos o tres carros que pasaban a toda velocidad cada tres o cuatro horas. Las farolas iluminaban inútilmente la acera, del cual unos cuantos grupos de amigos se la pasaban caminando, riendo y gritando sobre lo emocionado que sería esa noche de la cual la pasarían bailando, hablando con sus amigos o algún otro conocido, y seguramente tomando alcohol en aquel famoso antro.
La puerta principal del lugar se abría y cerraba cada segundo, dejando pasar a los emocionados clientes. Una larga cola de adolescentes adornaba el colorido lugar quienes esperaban ansiosos poder entrar. Uno que otro chico colado ocasionaba disturbios, quienes en poco tiempo después eran retirados del lugar por los porteros que vigilaban en el gran evento.
Dentro del lugar, el barullo de gente no se hacía esperar, el lugar era fuertemente iluminado por las luces parpadeantes y los lásers que giraban alrededor de toda la pista, de la cual era ocupada por los adolescentes que bailaban sin parar ni descansar al compás de la fuerte y ruidosa música.
El bar, estaba lleno de gente también, esperando sus bebidas, o simplemente tomando y platicando amenamente. Más alejado de ahí, se encontraban las mesas, y como todo el lugar, también estaba lleno, uno que otras mesas estaban desocupadas, pero no pasaba ni un minuto en que las volvían a ocupar. Nuestro objetivo se encontraba en una de esas mesas. Aquella mesa de la que estaba lo más alejado de la gente...
-¿Dicen que no es peligroso?-preguntaba con un pequeño toque de nerviosismo.
-¡Qué va, por supuesto que no!-le animó con una palmada en la espalda.
El chico miró a los que se encontraban a su alrededor y una sonrisa nerviosa ocupó sus labios, su conciencia le gritaba fuertemente que no les hiciera caso, sin embargo la curiosidad le carcomía vivo, no podía evitarlo, tenía que hacerles caso, si lo hacía, al fin podría ser parte de ellos.
-B-bueno...-asintió decido ignorando la pequeña voz de su conciencia, estiró la mano y tomó delicadamente aquella bolsa de contenido blanco.
-Haces bien, "el polvo de Dios" es lo mejor-sonrió falsamente.
-¿E-enserio?-preguntó mirando el contenido.
-Claro, además, si quieres ser parte de nosotros, tendrás que inhalarlo-sonrió de lado y cerró sus aperlados ojos-. A menos que ya no quieras...-terminó ensanchando su sonrisa.
Las risas de sus compañeros no se hicieron esperar, sus amigas se taparon la boca evitando la risa burlona.
-¡No, no, no! ¡Sí quiero!-gritó regañándose a si mismo por dudar de ellos.
-Bueno, entonces ¿por qué dudas?
El chico miró al pelirrojo, ¿por qué dudaba?
-Además no estarás solo, estaremos nosotros contigo, ¿verdad chicos?-miró a los chicos de su alrededor y ellos asintieron con una sonrisa.
-¿Pero, cómo lo hago?-se sentía muy avergonzado, seguramente ellos ya no lo admitirían por no saber como inhalar esa cosa.
-Sasuke te ayudará, ¿verdad bastardo?-sonrió mirando a su amigo quien estaba alejado de todo eso.
-Hnm.
-¿Enserio?-miró feliz al pelinegro.
Suspiró y quitó la pequeña bolsa que tenía el chico en sus manos, la abrió y echó un poco en la mesa.
-Lo haremos juntos, ¿entendiste?-miró profundamente al ingenuo chico, este asintió rápidamente, para después hacer lo mismo que Sasuke-.Observa.
Las pequeñas risas de sus amigos hicieron acto de presencia en sus oídos.
Sasuke apretó con su dedo una fosa nasal, el chico lo imitó acercándose al pequeño montón de polvo blanco que había dejado caer en la mesa hace unos segundos.
-A la cuenta de tres...-anunció Sasuke-. Uno, dos... ¡tres!
Hizo el ademán de inhalar, sin embargo nada entró por su fosa nasal, en cambio el otro chico aspiró todo el montón de cocaína que había en la mesa, sintiendo su fosa nasal arder por la fuerza con la que había inhalado ese amargo polvo.
Sus compañeros no aguantaron la risa y rompieron a carcajadas, Sasuke se incorporó con una sonrisa de lado y miró a sus compañeros orgullosamente.
-¡Esta vez lo has hecho, Sasuke!-sonrió ampliamente mientras le palmaba la espalda, sin detener su carcajada.
-¡Pobre ingenuo!-gritó una chica rubia que se encontraba a su lado-. ¡Se lo creyó todo!
Aquel pobre chico miró a todos interrogante, ¿qué era lo que había sucedido?, Sasuke no había inhalado aquel "polvo de Dios" que le había ofrecido ese tal Sai con la condición de que si lo hacía sería uno más del grupo de populares. Su vista poco a poco se hacía borrosa, sus fuerzas se iban cada vez más, se sentía como si flotara, pero algo no andaba bien...
Las risas se fueron apagando lentamente al ver que los ojos del chico se ponían blancos, su cuerpo dejo de tener fuerzas y cayó en la mesa haciendo un gran estruendo, que aunque hubiera sido fuerte no fue escuchado por el lugar por el fuerte sonido de la música, sin embargo los que se encontraban alrededor de la mesa, se levantaron asustados.
-¡¿Qué le está pasando?!-gritaba una de las chicas.
-¡Hay que salir de aquí, tiene un ataque de epilepsia!
En efecto, el pobre chico comenzó a tener pequeños brincos en su cuerpo que pronto se fueron bruscos, mientras que de su boca le salía extraña saliva blanca espumosa que era desparramada por la mesa.
-¡Vámonos!-gritó el chico de ojos aperlados, mientras agarraba a las dos chicas, una rubia y la otra pelirrosa de las muñecas pasa salir de ahí.
El pelirrojo siguió al anterior chico llamado Sai, pero se detuvieron al ver que el último no se había movido de ahí, es más se encontraba tirando los vasos de cristal y demás cosas de la mesa para que aquel chico no se lastimara con algo mientras tuviera el ataque.
-¡Sasuke! ¿Qué haces? ¡Vámonos!-gritó el pelirrojo.
-¿Qué crees que estoy haciendo, Gaara?-gruñó.
Sasuke frunció el ceño y comenzó a desabrocharle los botones de la camisa para que pudiera respirar sin dificultad, más no pudo hacer otra cosa más ya que fue jalado por Gaara y Sai, dejando el chico a su suerte.
Las risas resonaron por el campus y aún no había tocado para entrar a clases. Los alumnos caminaban por los pasillos, la entrada principal y algunos ya estaban en sus salones esperando el timbre.
-¿Qué le habrá pasado?-preguntaba una de las anteriores chicas que habían participado en la noche pasada.
-No sé ni me interesa-suspiró exhausto, cerrando de paso sus ojos aguamarina, ayer no había podido dormir bien.
-Al igual que Sakura, yo igual tengo curiosidad-comentaba nerviosa la rubia.
-Saben, olvidémoslo. Él se lo merecía, todos saben que nadie más puede se parte de nuestro grupo-comentó sonriente con las manos en la cadera, mientras sonreía ampliamente.
-Sí, pero si no fuera por Sasuke-kun, ese chico ya estuviera muerto, ¿no?
-Sakura, las personas no mueren por un ataque de epilepsia-comentó el chico de ojos aperlados.
-Aún no se sabe, Neji-miró con los ojos entrecerrados al castaño, quien suspiró resignado.
-Y... Ahora ¿qué vamos hacer?-comentaba aburrido la rubia.
-¿De qué hablas?-preguntó curioso Gaara, mirando a la chica rubia quien tenía una extraña mirada.
-Bueno, ya que nuestra diversión terminó, ¿por qué no empezamos con otra víctima?-sonrió maliciosamente.
Aunque no quisiera admitirlo tenía una pequeña pizca de curiosidad, tanto que dirigió su oscura mirada en la azul de su amiga, podía ver en sus ojos una gran maldad que era opacada por esos ojos azules.
-Continúa.-habló Neji interesado.
-Bueno, yo pensaba que como todos menos Sasuke-kun hemos enamorado y desechado a uno de los pobres nerds del resto...
-¡Excelente idea, Ino!-gritó emocionado Sai interrumpiendo a Ino, quien la miró emocionada.
Sasuke bufó ante eso, ya sabía lo que venía, sabía que iba a llegar el momento en que le tocara, lo sabía, maldecía con toda su alma a Ino por ocurrirle esa estúpida idea.
-¡Bastardo, te toca a ti enamorar y desechar a un ingenuo(a)!
-Es cierto-rió Gaara, siendo acompañado por Neji.
-¡P-pero...!
-Nada de "peros", Sakura, al bastardo le debía de tocar desde hace mucho-cayó con su dedo los labios de Sakura, quien bajó la mirada.
Ella lo amaba, y no quería ver a otra u otro al lado de su Sasuke-kun, eso la mataba de celos, pero sabía que Sasuke no quería nada con ella, eso ya se lo había advertido desde hace bastante tiempo.
-¿Y bien que opinas, Sasuke-kun?-preguntó Ino sentándose al lado de Sasuke quien la fulminó con la mirada.
-...-gruñó furioso-. Mientras más rápido sea mejor.
-¡Así se habla, bastardo!
-Y ¿quién va ha ser el o la elegida(o)?-preguntó neutro Gaara, aunque en realidad se moría de emoción por dentro.
-¿Qué les parece, Uzumaki?-rió burlonamente Ino.
-¿Uzumaki?-repitió Neji-. ¿El chico tarado de ropa extraña que no tiene amigos?
-Ese mismo-asintió Ino-¿Qué piensas tú, Sasuke-kun?
-Tsk... quien sea.
-¡Entonces está dicho, el bastardo de Sasuke conquistará al nerd de Uzumaki y luego lo desechará como una basura que es!-gritó Sai alzando los puños triunfalmente, siendo acto de las risas de sus compañeros menos del mencionado.
-¡Shhh! Ahí viene el nerd...-dijo en voz baja Ino.
La rubia tenía razón, aquel chico llamado Uzumaki, venía caminando.
Sasuke giró la mirada hacia el chico del cual sería su próxima víctima, Uzumaki Naruto, o más bien conocido como el nerd, matado y tonto de la escuela, una de las personas más estúpidas que sobraban en esa escuela, aquel chico que si desaparecía por alguna extraña razón nadie se percataba de ello y ni le tomaría ninguna importancia, jamás lo había visto con alguna persona caminando a su lado o hablando con él. Estudiaba en su mismo salón, y siempre se sentaba en la parte de adelante apartado de todo el mundo, siempre lo veía entregar todas sus tareas y siempre sacaba buena calificación. A Sakura y a veces a Ino le servía de ayuda en los exámenes y aunque lo fuera, el rubio nunca se enteraba de lo que hacían detrás de él. Siempre estaba atento a la clase, y ni tenía idea de que Sakura e Ino le lazaban un vistazo a su examen para copiarle todo. Gracias a él, Sakura e Ino siempre estaban en el cuadro de honor junto con él y el estúpido rubio.
No sabía nada de su vida, más que su padre era el reverendo de la iglesia de la que iba con su familia.
Aquel chico era de un extraño aspecto, era rubio de ojos azules más fuertes que el de Ino, tez bronceada y unas extrañas marcas en cada mejilla, su cuerpo era totalmente tapado por una extraña chamarra de color naranja junto con unos pantalones holgados, no había ninguna parte del cuerpo de Naruto de la que se pueda ver un poco más de piel además las manos y cara.
-Linda chamarra-comentó Ino al mismo tiempo que el rubio pasaba enfrente de ellos.
Sakura rió bajito al igual Sai, viendo como el rubio tonto se había sonrojado y había pronunciado un diminuto "Gracias, ttebayo." Sin percatarse de que el comentario de Ino era puro sarcasmo.
-No puedo evitarlo, Sasuke-comentó sonriente Neji-. Te ha tocado el chico más tonto y estúpido de la escuela.
Sus amigos rieron.
Tenía que aceptarlo, Neji tenía toda la razón.
Continuará...