En el medio del bosque un caserón se asomaba entre los árboles donde habitaban unas pocas personas.
-¡MI AMOR!!!!!!!!!!!!- se escucho un estruendoso grito proveniente desde dentro de una de las habitaciones de la casa; una mujer de tez pálida, cabello y ojos negros de contextura delgada y porte elegante era la culpable de ese enorme grito.
Un joven rubio de ojos azules con unas marquitas en cada mejilla corría con todas sus fuerzas para llegar a la habitación de donde provenía el estruendoso grito el sabia que nadie más atendería a la petición de la mujer ya que ninguno de los demás ocupantes le hacía caso a menos que se les dirigiera personalmente y no es que fuera un tonto el peón más querido de la señora, pero él lo hacía porque la quería la adoraba tanto que era capaz de desvivirse por ella dejar a un lado su ser para hacer feliz a aquella mujer no sabía porque se cuestionaba siempre, pero eso le daba igual al final siempre pasaba lo mismo…
-mmm…- se disponía a gritar de nuevo, pero se contuvo al oír unos pasos aproximarse rápidamente adonde se encontraba –pase- fue lo único que atino a decir
-si ama- respondió cortés el rubio con una tenue sonrisa
-dile a tus hermanos que nos vamos a mudar-
-claro señora- dicho esto se dispuso a retirarse
-mi amor- lo llamó nuevamente
-si señora- contesto el rubio cortés
-por favor llámame por mi apodo querido dijo esto colocó en su rostro la más hermosa de las sonrisas
-sí… madre- dijo esto más que feliz brindándole una sonrisa parecida para luego retirarse de la habitación
----------MAMÁ----------
“como les digo esto” pensaba un rubio algo preocupado mientras caminaba hacia unas habitaciones “espero que no lo tomen tan mal”
TOC TOC TOC (n/a: sip pésimos efectos de sonido lo sé u.u)
-¡¿Qué?!- pregunto una voz desde el interior de una habitación – acaso quieres que te repita que no me moles…- no pudo terminar al ver el semblante de su hermanito sabía que no era nada bueno- no me digas hun- dijo con un poco de fastidio tratando esconder su evidente tristeza
-madre dice que empaques tus cosas- dijo esto serio y afligido mientras miraba a su hermano este era un joven rubio de ojos azules bien parecido con cabellos largos y una coleta baja (n/a: como antes de “unirse” a Akatsuki)
-está bien- bufó con molestía- será mejor que le digamos o si no se podría…-fue interrumpido por una voz proveniente de las sombras
-¿o si no qué?- pregunto tranquilamente un joven pelirrojo de ojos aguamarina con kanji en el lado izquierdo de su frente- Deidara ¿no vas a contestar?- preguntó con algo de fastidio el pelirrojo
-bu-bueno…- dijo un poco nervioso el rubio
-madre dice que empaques tus cosas- dijo cortante el rubio menor
-está bien yo me retiro- dijo el rubio encerándose en su habitación
-igual yo hasta luego Naruto- dicho esto desapareció entre las sombras
“bueno, será mejor que le avise antes de que se enoje y de paso lo ayudo a arreglar la maleta” pensó el rubio saliendo de la casa “solo espero que me deje ayudarlo siempre se hace el fuerte, pero es tan frágil” pensó con una sonrisa nostálgica.
----------MAMÁ----------
Salió de la casa y se encaminó hacia la parte de atrás de esta sabia que nadie se asomaba por ese lugar por eso confiaba en que no sería observado; se detuvo enfrente de una puerta como de madera algo antigua, pero seguía muy resistente sacó de su bolsillo una llave algo antigua y la introdujo en la puerta giró el pomo con cuidado de no hacer ruido, asomó y observó los escalones que bajaban en línea recta tomó una de las antorchas que se encontraban ahí y se dispuso a bajar de espacio las escaleras hasta llegar a una puerta de color blanco con unos dibujos de copos de nieve en un tenue celeste una sonrisa se enmarcó en su rostro sabía quien estaba allí adentro y eso le causaba una gran felicidad, pero al igual tristeza al saber las condiciones de la persona que se encontraba adentro.
Entro con cuidado sin hacer ruido y observó el interior del cuarto, era un cuarto de color celeste decorado con hermosos adornos de cristal en casi todas partes una cama al fondo y un enorme armario de madera a la izquierda, observó la habitación buscando a la persona que allí habitaba y la encontró un joven de no más que 19 años de pelo negro largo y ojos café claro, piel blanca como la nieve.
-¿Naruto?- preguntó el joven desde el suelo donde se encontraba arrodillado -¿Qué ocurre? ¿Algo le paso a mamá? contesta.
-…- se quedó callado por un momento, pero al ver que el joven volvería a hablar continuó-madre dice que arregles tus cosas nos vamos- dijo mirándole a los ojos; el pelinegro solo asintió y así sin más ambos comenzaron a arreglar el equipaje del joven.
-dejame ayudarte con eso- dijo el rubio
- ¡no…yo puedo solo!- dijo un poco frustrado del comentario de su amigo y comenzó a levantar la maleta, pero su organismo falló en ese momento y se desmayó en el acto.
-yo se que puedes…- dijo el rubito atajándolo con los brazos –pero todos alguna vez necesitamos ayuda ¿no?- dijo esto dándole una sonrisa al inconsciente pelinegro para luego colocarlo en su cama.
----------MAMÁ----------
-¿están todos listos?- preguntó una pelinegra observando a sus “hijos”
-si madre- respondieron al unisonó
-bien nos vamos- dicho esto entraron a un auto y se instalaron en el
Cada uno observó aquella casa que los vio en aquellos últimos meses
-“adiós a la casa de la paz”- pensó el rubio
-“adiós a un hogar apartado y acogedor”- pensó el pelirrojo
-“digamos adiós a casa nuestra casa hermano querido” dijo esto observando su collar
-“digamos adiós de nuevo hijos míos”…