-¿tú qué Sesshoumaru?
-yo... yo te a....
-vaya vaya que pero que imagen más placentera soy capaz de observar.
De entre los arbustos salió nada más y nada menos que Naraku quien no parecía muy sorprendido por la imagen.
-Debí imaginarme que tanto odio entre ustedes era tan solo una fachada para ocultar lo que de verdad sentían uno por el otro.
-¡¿Qué demonios haces aquí Naraku?!
-Ho vaya recibimiento, tan solo me aburría en mi castillo y me escape a dar una vuelta, me alegra tanto haberlo hecho, o jamás hubiera podido presenciar tan bello espectáculo.
Sesshoumaru abrazo celosamente a Inuyasha al percatarse de que Naraku no le despegaba la vista, e Inuyasha se refugiaba en su pecho como lo haría un pequeño con su madre.
-Ho Inuyasha pero ¿Qué te ha pasado?
-¡eso no es asunto tuyo!, ¿Por qué mejor no te vas por dónde has venido y nos dejas tranquilos?
Inuyasha por supuesto avergonzado de que lo encontraron en semejante escena no podía ni dar la mirada, únicamente se sostenía fuertemente de su hermano quien lo rodeaba con sus brazos.
-sigo sin poder creérmelo, ustedes dos que no hacían otra cosa más que jurarse odio y destrucción ahora son amantes, más que eso son hermanos y no les importa, esto sí que es una sorpresa y que conveniente para ti Sesshoumaru que él sea un niño, no te parece.
-¡será mejor que te largues Naraku!
-Ho descuida no tengo intenciones de distraerlos de sus asuntos.
Y dicho esto desapareció entre las sombras.
Mientras tanto Inuyasha que seguía aferrado a Sesshoumaru recibió una caricia en la cabeza.
-descuida ya se fue, ya pues voltear.
Lo bajo al suelo y se arrodillo para vestirlo y acomodarle el cabello, entonces noto una mirada bastante triste en su hermanito.
-¿Qué te sucede?
-nada, es que bueno el nos interrumpió y...Sesshoumaru que.... ¿que era lo que ibas a decirme?
Sesshoumaru lo observo directamente a los ojos mientras lo sostenía de la cintura, pero al mismo tiempo las palabras de Naraku lo invadieron "más que eso son hermanos".
-no era nada solo vámonos está comenzando a enfriar aquí.
Termino de vestirse y lo cargo en brazos camino de regreso a su hogar, llegando ahí y por lo poco que resto del dia Sesshoumaru no le dirigió la palabra a Inuyasha en lo absoluto, tan solo le daba vueltas a lo que había dicho Naraku.
Son hermanos, son hermanos, inevitablemente ambos eran hermanos, el vio crecer a Inuyasha formo parte de su infancia, formo parte de su desarrollo y tratando de convencerse de que lo que sentía por su hermano no era amor, si no cariño, un cariño que despertó al verlo como niño nuevamente, un tierno y lindo niño.
-si eso debe ser, eso tiene que ser, yo no puede amar a Inuyasha, no puedo amar a mi propio hermano.
Se puso el firme propósito de no volver a tocarlo de forma indebida, ¿pero como haría en las noches en que Inuyasha recuperaba su forma original?
-¿Sesshoumaru?
El llamado de su hermanito lo hizo volver en si, al voltear a verlo, nuevamente su corazón comenzó a latir fuertemente, allí estaba el tan pequeño y frágil, vistiendo un diminuto kimono blanco con las mangas largas que le sobresalían y hacían lucir tan tierno, con su pecho medio descubierto que dejaba ver lo semi rosado de su piel y sus piernas que sobresalían en la abertura que daba paso la larga cola del kimono.
-¿Sesshoumaru no vienes ya casi es hora?
-¿hora?, ¿de qué?
Y entonces se percato, el amanecer no estaba lejos, y la invitación de Inuyasha era muy provocativa, aun se preguntaba por qué después de que lo violo tan violentamente no le demostraba miedo o rencor, seria acaso que...no de ninguna manera Inuyasha lo podía amar, eso era algo imposible, el tenía que ser fuerte y no doblegarse ante sus impulsos.
-si ya voy no tardo, ve y adelántate.
Por otra parte Inuyasha ya no le importaba si fuera niño o adulto, no mientras Sesshoumaru estuviera con él, luego de esa experiencia en el lago en donde Sesshoumaru se mostro tan atento y gentil con el así como romántico, tenía muy en claro sus sentimientos por Sesshoumaru caso contrario para su hermano, quien se debatía internamente.
Finalmente llego la noche e Inuyasha seguía en el dormitorio esperando a Sesshoumaru, quien seguía sin llegar, para cuando finalmente entro en la alcoba se encontró con un Inuyasha adulto recostado en el futon con un kimono blanco que lucía sensualmente que solo le cubría hasta cierto punto su trasero con una cola que se deslizaba por sus piernas y el kimono medio cerrado por el frente.
(Sesshoumaru pensando)-¡MALDITA SEA!
...................CONTINUARA