Key is a bitch
Lo sabía.
Era demasiado obvio para él, y para todo quien viera la escena que se presentaba tan descaradamente ante sus ojos.
Key era una perra. Una descarada y desvergonzada perra.
Que movía sus caderas tal cual una bailarina árabe, que meneaba su trasero a vista y paciencia de los espectadores, que se sacudía de manera insinuante, candente, despampanante.
Y era obvio para él, que lo hacia a propósito.
Porque Key nunca les bailaba a los chicos cuando estaban a solas, y con mucha suerte lo hacia en alguno que otro programilla mas famoso que otro. Porque estaba al tanto de lo codicioso y divo que podía volverse a veces, consciente de lo mucho que disfrutaba torturándolo. Aun si no lograba conectarse a la situación que tan desesperado lo tenia.
Si, desesperado. Key era una perra demasiado sexy para sus sentidos, y le desesperaba que todas las miradas del país pudiesen devorarlo como a un vil bocadillo nocturno.
Pero era lo que Key quería, porque todo estaba meticulosamente planeado. Justamente para esa “inesperada” reunión de la SM emitida vía televisión, donde de casualidad surgió la idea de mostrar los talentos de quien se ofreciera para ello. Donde por esas jugadas del destino, él levantó la mano, y ofreció bailarles una canción de bandgirl.
El asunto era, que el baile debía hacerse a todos. Incluyendo niños, adolescentes, abuelos y abuelas de todo el jodido país. Donde todos podían desnudarlo con la mirada, tocarlo, poseerlo… imaginarlo en todas las posiciones habidas y por haber.
Como esos pensamientos impuros e insanos que de pronto ocuparon la mente de Jonghyun, llenos de desenfreno y deseo por poseer tal cuerpo. Celoso a raudales por saberse uno de los muchos espectadores de tal presentación.
Key era una perra. Una maldita, codiciosa y enferma perra. Que lo torturaba, incitaba, y obligaba a presionar cierta parte sobre sus pantalones que de pronto se levantó. Colocando las manos sobre su vergüenza, haciendo uso de su poca estatura para escabullirse entre el grupo de gigantes que miraban estupefactos el maravilloso espectáculo.
Pero Key era una perra con una meta. Y en cuanto su visión se vio carente de Jonghyun, esta se vio interrumpida. Y cesó sus insinuantes movimientos al instante, alegando sentirse cansado, desapareciendo de las babosas miradas de todos los espectadores, escabulléndose entre la oscuridad otorgada por lo desconocido.
Y llegó hacia el baño, donde los sonidos orgásmicos de quien deseaba inundaron sus sentidos. Quien al instante volteó, y sonrió de la manera más pervertida que alguna vez pudo apreciar.
Jonghyun lo devoró de pies a cabeza, saboreando su presencia. Key se acercó a paso firme pero lento, decidido a disfrutar cuanto pudiera de aquella situación tan agradable a la vista. Y se posó frente a su hyung de baja estatura, dándole la espalda al segundo y maniobrando uno de los sexys movimientos que mostró en el escenario.
El choque de cuerpos fue inevitable, y esperado. Key sonrió con lascivia y repitió la acción, recibiendo con inmensa satisfacción el sonoro gemido que escapo de los labios de Jonghyun.
Y supo entonces que su misión estaba cumplida.