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Vuelta al colegio por XDeidaraXD

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Notas del fanfic:

Lo escribí después de que me pasase lo que cuento en la primera mitad del fic; estaba cabreadísima y fue una buena forma de desahogarme.

Notas del capitulo:

Es de hace dos años y hay cosas que ahora no pondría, pero prefiero respetar a mi yo de antaño y no cambiar nada, así que si queda muy cutre, ¡tened en cuenta que era muy pequeña! En realidad no, pero bueno XD

Espero que os guste ^^

Esta es una historia que me pasó hace ya muchos años. Yo era, como aún sigo siendo, directora de un colegio.


Todo empezó con un chico estudiante, se llamaba Haku; tenía 12años y sacaba muy buenas notas. Todos estaban encantados con él, aunque yo, siendo sincera, nunca le había conocido en persona.


Iba bien, no había ningún problema, pero un día, sus padres consiguieron hacer una gran fortuna. El colegio en el que estaba era público, y sus padres querían que su hijo pudiese estudiar en un centro mejor, ahora que se lo podían permitir; así que, de un año a otro, Haku se fue. Tampoco es que me importase mucho, aunque pensé que si se había ido él, tendría que mejorar los servicios para que ningún otro alumno decidiese tomar el mismo ejemplo.


Pasaron los años, exactamente 3, y el colegio sólo mejoró el primer año después de su ida, más tarde, a todos se nos había olvidado, cuando el 4 de febrero, Haku apareció, a primera hora de la mañana.
Fue a visitar el recinto, entró con sus antiguos compañeros, quienes estaban encantados de que estuviese ahí, y se quedó en las dos primeras clases. Yo, por supuesto, no me había enterado de nada, hasta que en la tercera hora, una profesora, con quien estaba Haku, me vino a avisar de lo que ocurría.


-Señora directora, un chico que dice ser ex-alumno está ahora mismo en mi clase y se niega a salir.


-¿Ex-alumno? ¿Cómo dice llamarse?


-Haku ¿lo traigo aquí?


Asentí, sorprendida por la noticia, y me quedé esperando en mi despacho.


-¿Perdón?-asomó la cabeza después de haber tocado la puerta.


-¿Si? ¿Tú eres Haku?-asintió- Bien, siéntate.


Estaba enfadada pero me intentaba controlar, todos decían que era un santo.


-¿Qué es lo que haces dentro del colegio?


-Simplemente quería hacer una visita- parecía triste, frágil, que lloraría en cualquier momento- Mi intención era entrar, ver cómo estaban todos y luego marcharme, antes del inicio de las clases; pero cuando me iba a ir... mis amigos me sujetaron y me sentaron en un pupitre, diciendo que no pasaría nada. Vino el profesor, y al ver que no me dijo nada, me quedé. Vino la siguiente, y tampoco pareció importarle, así que creí que no sería nada grave, pero...


-Ya, comprendo...- me sonaba a excusa barata, pero decidí no decir nada- Lo que pasa, como deberías comprender, es que tenemos que proteger a nuestros alumnos. No podemos dejar pasar a nadie sin permiso, así que, por esta vez no pasa nada, pero para el próximo día, procura venir antes hacia alguno de los profesores y te daremos permiso para poder quedarte en el recreo ¿de acuerdo? Ahora podrás estar en el recreo, pero después te tendrás que ir.


Asintió cabizbajo. Antes de marcharse, pude oir un leve “lo siento”
Y ya está, todo se solucionó. En el recreo visitó a los demás amigos y profesores y después se fue.


El día pasó normal, me sentía satisfecha conmigo misma. “Soy una buena directora, sí. Las cosas hay que solucionarlas hablando y sin gritar ¡Ese es el ejemplo que les queremos dar a nuestros alumnos!” Y con ese pensamiento en mente, fui escaleras arriba para controlar un poco. ¡Qué susto me llevé! Entre la multitud de 3ESO estaba Haku otra vez. La furia que sentí en ese instante hizo que estallara de repente y sin control, haciendo que gritara.


-¡¡QUÉ HACES TÚ AQUÍ OTRA VEZ!!


No sabía qué es lo que le veían de encantador y bueno a ese chico, simplemente me parecía un desvergonzado que incluso después de haberle llamado la atención volvía a la escuela.


-Yo... yo no quería...


Excusas baratas.


-¡¡VAS A SALIR AHORA MISMO DE AQUÍ Y NO VAS A VOLVER NI EN LOS RECREOS!!


Lo saqué a rastras mientras él intentaba justificarse.


-¡De verdad, me han arrastrado tres personas! ¡Yo no quería estar aquí, pero ellos han insistido y después de que me negara me arrastraron entre tres!


-¡¡Tú tienes tu propia fuerza de voluntad, así que cállate!!


-¡¡PERO POR MUCHA VOLUNTAD QUE TENGA NO PUEDO CONTRA TRES PERSONAS YO SOLO!!


No me lo creía, sabía que él había querido entrar por su voluntad. Lo eché y le cerré la puerta, mientras él seguía diciendo cosas.


Sí que no le volví a ver en mucho tiempo.


A la semana, decidí interrogar a los alumnos. Daba la casualidad de que había algunos que decían haber empujado a Haku. Les di una charla bien larga y me sentí satisfecha otra vez. Porque aunque lo hubiesen arrastrado, él había vuelto a fuera del edificio voluntariamente, así que la mayor parte de la culpa fue de él.
Pasaron otros 3 años hasta que supe de nuevo algo del chico. Alguien llamó diciéndome que Haku quería verme. Hasta ese momento no me acordaba de él y volví a sulfurarme. “¿Después de lo que pasó y tiene intenciones de volver?” Abrieron la puerta y Haku apareció por detrás.


-¿Qué querias?- intenté controlarme lo más que pude.


Venía con una cara de miedo, seguramente para pedir perdón y que le dejase volver a ver a sus compañeros. Si así era el caso, creí que sería capaz de aceptar sus disculpas, a fin de cuentas, habría ganado.


-¿Sigue pensando lo mismo sobre lo que hice?- empezó sin siquiera sentarse- ¿Sigue creyendo que yo tengo la culpa?


Me quedé pensativa, no quería ser muy ruda con alguien a quien no había visto en dos años, pero el sentimiento orgulloso que sentía en mí pudo con mis modales educados.


-Claro que sí, no creas que lo he olvidado. Eso es un delito, no puedes hacer algo así.


-¿No cambiará de idea ni aunque le diga que vine a devolver una cosa a un amigo?


-Vaya mentiras que puedes inventarte. Para eso no hace falta pasarse dos años pensando.


Haku calló y miró al suelo. Pasaron los minutos y no dijo nada, hasta que consiguió articular una frase:


-¿Me podría, por favor, levantar el castigo, solo por hoy, y dejarme ver a mis compañeros de nuevo?


Dudé. “Si hoy le dejo, otro día volverá, y al siguiente también, al final hará como que no ha pasado nada. Así que esta es tu estrategia ¿eh? Parece que te lo has pensado bien, pero no voy a ceder de ninguna manera”


-¡¿Pero dónde te crees que estás tú?! ¡¡Ya no eres un alumno de esta escuela, no puedes entrar!!


El silencio volvió durante unos instantes.


-Comprendo. Entonces no me queda más remedio que irme.


Cerró la puerta y desapareció.


-Maldito niñato, de verdad que no sé qué es lo que le vieron a ese.


Al día siguiente, me llegó una carta urgente.


“El centro de educación de primaria, secundaria y bachillerato, ha heredado:
100.000.000.000 €
Por parte del difunto Haku, quien describió en su testamento antes de morir...”


Lo demás ya no me importaba. ¿Difunto? ¿Haku? Junto a la carta venía el periódico del día, abierto en una pagina que rezaba:
“El joven y millonario Haku, 18 años, falleció ayer por la tarde en el salón de su casa”


Seguí leyendo.


“Haku, un joven huérfano millonario, murió ayer a las 18:36 en la sala de estar de su mansión con una foto en sus manos. Parece ser que el joven añoraba a sus amigos y ya sabía que iba a morir. Un día antes de su fallecimiento escribió su testamento, donde declaró que una gran parte de su fortuna, 100.000.000.000€ exactamente, pasaría a ser parte de la financiación de una escuela pública de su pueblo de origen.
Los padres de Haku murieron hace tres años, el 4 de febrero, cuando iban a recoger al chico del antiguo colegio a donde iba, a donde había ido a hacer una visita a sus antiguos compañeros. A partir de ese día, Haku se hizo responsable de la empresa de su padre haciendo que los ingresos a esta aumentaran en un 15%.[...]
A Haku le avisaron de su muerte hace una semana, por depresión; dicen los médicos, que con la presión de la empresa no pudo superar la muerte de sus padres y que esa fue la razón de su muerte. Él, aún siendo joven, hizo su testamento, y por la parte posterior escribió una extraña carta:
Aunque haya muerto pronto y sin haber podido cumplir mi último deseo (que fue despedirme), muero feliz porque tengo la esperanza de que una vez que tú leas esta carta puedas creerme. No lo hacía con mala intención...”


No pude leer más, los ojos no me dejaban. Veía todo borroso, por las lágrimas que se me resbalaban. ¿Cómo iba a poder mirar a sus compañeros a la cara? ¿Cómo un niño, desde sus 12 años de edad, era mejor persona que yo y yo le ignoré? Me arrepiento tanto de lo que hice... Ahora entiendo muchas cosas.

 

Lo siento.

Notas finales:

¿Qué? ¿Muy mal?

Reviews, sugerencias, posibles mejoras (aunque hayan cosas que ya las haya mejorado XD) todo se acepta ^^

Gracias por leer =)

PD: No sé cómo lo hago, pero mis historias casi siempre terminan mal D=


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