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Velocidad por danyleo

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Notas del fanfic:

 

SOLO DIGO QUE SE LO DEDICO A MI HERMOSA MADRE… ¡Te quiero okaa-san!

Es un bonus extra por hacerte esperar con el otro fic.

 

Un día más en la facultad. Maldecidos y condenados fueran los filósofos que inventaron tantas reglas para Química aplicada y la Biología Selecta.

 

Envidiaba tanto a Shion Kosmidis; Ese niño lindo mega-inteligente que estudiaba ingeniería petroquímica era su mejor amigo desde la guardería, pero ahora que estaban en la Universidad ya no quería ni verlo. No lo odiaba, no, eso jamás. Pero es que él, Manigoldo Cannavaro, se había ido a estudiar criminología porque Shion dijo: “Sería genial verte resolviendo casos como en los programas de la TV” [Shion era adicto a ver: “Bones”, “Dr. House”, “The Law & Order”, CSI, “Criminal Minds”]

 

--No sé cómo logra manipularme…--Susurró para sí.

 

Llegó a su dormitorio; las clases habían terminado ya y quería dormir una hora antes de comenzar con sus proyectos pendientes.

Se quitó la ropa y se dio una ducha rápida para ponerse algo cómodo y comerse una rebanada de pastel. Shion lo convenció de probar cosas dulces y ahora era un adicto.

 

 

Shion iba exhausto. Todos los alumnos de semestres más altos no lo dejaban en paz, siempre acosándolo para ir a comer o a fiestas aún cuando sabían que jamás aceptaría. Llevaba dos semestres en la misma situación, y si bien había salido con casi la mitad del campus, comenzaba a desesperarse.

 

Lo único bueno en todo, era que su mejor amigo siempre estaba ahí, estudiando junto a él. Manigoldo Cannavaro era el hijo de Mauro Cannavaro, dueño de la compañía cervecera más importante del país y mejor amigo de su padre. Le encantaba pasar las tardes con él. Ya fuera viendo una película, comiendo postres, haciendo tarea, durmiendo en el suelo alfombrado… Nada como estar juntos.

 

Llegó al dormitorio y encontró a su compañero dormido en el sillón con el tenedor en la mano.

 

--Ay Manigoldo…--Le quitó el cubierto de la mano y sigilosamente recogió los trastos—Un día de éstos te suicidarás por tus antojos.

 

Se cambió de ropa y comenzó a trabajar en su tarea.

 

Manigoldo despertó al escuchar el sonido de una soda al abrirse.

 

--¿Shion?—Se restregó los ojos y fue hacia el pequeño escritorio--¿Ya es tarde?

 

--No, te faltaban dos minutos para que despertaras por ti mismo… ¿Quieres algo de tomar o comer? Hay spaghetti y refresco de cola, así que sírvete.

 

El peliazul observó a Shion mientras escribía ágil. Fue a la cocina y se sirvió. Ambos hicieron su tarea hasta terminar y luego llegó el tiempo de las series de Shion.

Se quedaron dormidos en el tapete en medio de los cojines, abrazados como de costumbre.

 

Los días continuaron y aunque les costó estar juntos por las tardes, debido a múltiples tareas y clases, el fin de semana lo pasaron juntos en la piscina de la escuela.

 

Todos sus amigos cercanos ya especulaban que ellos tenían una relación más íntima que la de amigos, pero no podían probar nada, ya que Manigoldo siempre estaba desvistiendo chicas en los salones y laboratorios y Shion se la pasaba recibiendo gustoso los regalos de los demás chicos.

 

--Entrarás en coma diabético si sigues comiéndote cada chocolate que te regalan—Le decía Manigoldo mientras se sentaba junto a él en la sala.

 

--Pero me siento mal si los rechazo, además siempre comparto todo contigo.

 

Se comieron casi dos cajas de chocolate. Por la noche, Manigoldo fue a darse una ducha para dormir y se colocó los audífonos como siempre. Shion estaba entretenido lavando trastos y dejando limpio todo.

 

El peliazul cerró los ojos y se distrajo en sus canciones. Se sentía algo excitado ese día, ya que estuvo jugueteando con unas chicas en la tarde pero sin terminar. Además, Shion llevaba un suéter grande y un short muy poco masculino que lo hacía lucir muy sexy y… ¡Wow, wow, wow! ¡Espera un segundo! ¿Desde cuando creía que Shion era sexy?

 

Bueno, el otro siempre había sido lindo, muy lindo. Una risa acudió a él. Manigoldo era un acosador y Shion era un acosado.

 

Poco a poco el sueño lo venció.

 

Shion terminó de limpiar y fue a ducharse, pasó frente a la cama de Manigoldo observando que sus oídos estaban cubiertos.

 

--Gracias Dios…Sólo tú sabes cuánto lo amo…

 

Se bañó de forma rápida, ya que se daría una ducha más larga después.

 

Se recostó en el lecho adornado de sábanas color lila. Su pijama se sintió ajustado; una vez más debía auto-complacerse.

 

Se había vuelto una costumbre el hacerlo. Manigoldo había madurado en muchas formas y se volvió muy atractivo a partir de la secundaria. Ahí se dio cuenta que le gustaba mucho pero nunca se lo dijo ya que no tenía caso. Siempre pudo disfrutar de abrazarlo al dormir, darle besitos en la mejilla, vivir en el mismo cuarto con él y ser de máxima importancia en su día. Con eso bastaba.

 

Observó a Manigoldo dormir y una de sus manos descendió lentamente por su abdomen, sobando sus pezones y luego buscando su miembro algo despierto. Unos gemidos escaparon de su boca, pero no le preocupó porque confiaba en el sueño profundo del otro. Siguió acariciándose lentamente y su mano libre llegó a su boca, depositando un par de dedos que comenzó a chupar, mientras imaginaba que eran los dedos de Manigoldo. Su propia técnica y excitación lo vencieron, logrando aumentar su temperatura. Los gemidos y jadeos aumentaron también, tanto que perdió la noción del lugar en donde estaba y lo único que le importaba era calmar sus ansias.

 

Cuando sus dedos estuvieron suficientemente lubricados, los guió hasta su entrada. Su pantalón fue retirado hasta sus tobillos y su camisa estaba abierta. Metió primero uno… La sensación era incómoda pero algo deliciosa y cuando se acostumbró, introdujo el segundo, sin dejar de tocar su miembro.

 

Unos momentos después, los dos dedos entraban y salían fácilmente. En la mente del pelilargo sólo se repetía un nombre y una escena: Manigoldo poseyéndolo.

 

--Mmm… Nnnhhh… Ah… Ma-manigol…do… Ah…

 

Sentía el clímax próximo y no quería detenerlo. Poco a poco, el placer lo inundó por completo, y alcanzó a gritar ahogadamente el nombre de su compañero.

 

--¡Manigoldo!

 

Su respiración era agitada, pero comenzó a tranquilizarla y se dio cuenta que su abdomen estaba manchado. Retiró sus dedos y supo que estaba muy mal hacerlo, pero no se podía evitar.

 

Se sentó en la cama y sintió una mirada sobre su cuerpo…

 

¡¡OH POR DIOS!! ¡No vergas putas pinches mames cabrón! ¡¿Cómo penes se olvidó que Manigoldo estaba ahí a un metro de distancia?!

 

Su compañero estaba sentado al borde de la cama, con una cara de asombro y morbo, aparte de una tremenda erección.

 

 

Su lista de reproducción terminó y todo quedó en silencio. Aunque sus audífonos cubrían por completo sus oídos, logró escuchar el movimiento de la cama de Shion. Quizás estaba enfermo. Se quitó el aparato y lo puso a un lado, se irguió y cuál fue su sorpresa al notar que el lindo y siempre recatado Shion Kosmidis estaba manoseándose y gimiendo su nombre. Su mente decía que no mirara pero su cuerpo reaccionó de manera inmediata con un espasmo en su pene que lo recorrió de placer por todo el cuerpo.

 

Tragó saliva y dejó su mente volar. Imaginó que era su mano entrando en esa boca y luego acariciando lugares prohibidos…

 

Se ensimismó tanto que cuando vio al peliverde terminar, su boca estaba seca y se relamió los labios de manera inconsciente.

 

 

Ninguno se atrevió a decir algo. ¿Qué pasaría a partir de ese punto?

 

--Yo…--Comenzó Shion--… Voy a ba-bañarme…

 

Quiso irse pero el fuerte brazo del pelicorto no lo permitió.

 

--¿Por qué?

 

--¿Eh?

 

--¿Por qué hiciste eso?

 

--Manigoldo yo…

 

--Sólo contesta.

 

No tenía caso ocultarlo ya. Ahora o nunca. Respiró hondo, quizás para obtener valor.

 

--Me gustas… Me gustas y mucho… Por eso yo…

 

--¿Y si te gusto, por qué nunca dijiste nada?

 

Eso lo tomó por sorpresa.

 

--…Creí que lo arruinaría y si te alejabas de mi lado, no podría vivir con ello.

 

El más alto ya no contestó. Jaló hacia su cuerpo al peliverde y le plantó un beso profundo, pero se dio cuenta que a pesar de todo, su mejor amigo era un niño todavía. ¿Acaso jamás había besado?

 

--Parece que fuera tu primer beso…

 

--Lo es—Un jadeo salió. El estar en esa situación era algo abrumador. Talvez se había quedado dormido, pero no quería despertar.

 

¡¿QUÉ?! Salir con decenas de chicos y ¿Nunca había besado? Si que tenía suerte.

 

Unas caricias sobre el cuerpo tibio y desnudo del peliverde, lograron que se excitara de nuevo. Montó a Manigoldo para poderse rozar con la erección que se notaba a través de la bermuda.

 

Siguieron besándose de manera salvaje, uno enseñándole al otro y el pelilargo simulando la penetración por encima de la ropa. Estaba casi desnudo, sólo su camisa de pijama abierta lo cubría, aunque no es que quisiera taparse, al contrario, buscaba que el otro lo terminara de desnudar.

 

Las caricias previas se realizaron. El pelicorto jamás imaginó que las piernas y la cintura de Shion fueran tan apetecibles. Tocó tanto como pudo y cuando ya no lo soportó más, comenzó a estimular su entrada de nuevo.

 

--¡Aaahhh!

 

--Estás muy sensible…

 

--Quiero probarte antes… Por favor…

 

Manigoldo entendió. Dejó que el otro lo recostara en la cama y retirara su playera y la bermuda. Shion se deslizó por el pecho, dejando un camino de saliva hasta llegar adonde estaba su objetivo. Lo meditó un poco, jamás hizo algo así y no era lo mismo que con sus dedos. No se desanimó y comenzó a masajear suavemente la virilidad del otro, observando la textura y percibiendo el calor que desprendía.

 

--Sh-shion… No… Yo… ¡AAAHHH!

 

Un lengüetazo en la punta lo desubicó. Poco a poco, Shion tomó confianza, se dejó guiar por sus instintos y logró un buen trabajo, porque Manigoldo se corrió sin poder prevenirlo.

 

El líquido caliente rebalsó de su boca y eso fue tan erótico que el pelicorto no lo resistió y lo besó hasta limpiarlo por completo. Fue tan erótico el momento que Shion gemía como si ya estuviera desesperado por tenerlo dentro… Y eso iba a suceder.

 

El peliazul le dio la vuelta y recostó el delgado cuerpo sobre las sábanas. Besó su cuello, dejando marcas de su propiedad, jugueteó con los pezones tan hermosos y le dio placer oral pero sin llevarlo al clímax. Todavía no.

 

Llevó un dedo a la pequeña entrada, que según él, lo esperaba de manera ansiosa. Usó su lengua para lubricar por completo y fue tan satisfactorio para ambos que los jadeos, gemidos y gritos se habrían escuchado hasta la siguiente ciudad.

 

Preparó un poco más y masajeó su miembro. Estaba listo. La cara de Shion decía que esperaba con ansias, así que decidió complacerlo y entró de una sola estocada.

 

--¡AAAAHHHH!

 

--¡Nnnhhh!

 

Tanto placer parecía derretir a ambos, así que tuvieron que esperar un poco o se correrían sin poder evitarlo. Cuando ya se tranquilizaron, Manigoldo comenzó a moverse de manera pausada pero profunda, logrando que Shion gimiera y temblara descontrolado. Llevó una de sus manos a la entrepierna del pelilargo y lo estimuló al ritmo de sus estocadas.

 

La próstata del pelilargo era estimulada de manera maravillosa. Jamás sintió ese placer cuando se complacía.

 

No controló su voz. Sus tobillos eran sostenidos por los hombros de Manigoldo y su cuerpo se movía al ritmo de su compañero. Su corazón casi se detuvo cuando entre tanto placer, un espasmo lo sacudió por completo… Creyó que moriría, estaba tocando el cielo con sus manos.

 

Su cuerpo quedó inmóvil sobre la cama. El orgasmo lo dejó casi inconsciente.

 

Manigoldo no había sentido tanto placer con nadie. El interior de su compañero era muy cálido y lo succionaba de manera deliciosa. La entrega de Shion no se comparaba con nada. Sólo atinó a moverse conforme a su instinto y cuando el orgasmo lo alcanzó, se dejó caer sobre el cuerpo del pelilargo.

 

Ambos buscaron tranquilizar su respiración y Manigoldo se hizo a un lado para abrazar cuidadosamente a su compañero.

El sueño los venció sin que se resistieran.

 

Shion se despertó primero. Estaba muy cálido el lugar donde estaba y se sentía agradablemente cansado. Lentamente abrió los ojos y casi se desmaya al ver quien era la persona que le servía de almohada.

 

¡¡Ma-manigoldo estaba desnudo junto a él!!

 

El pelicorto abrió sus ojos y observó adormilado a un pálido Shion que lo miraba con un gesto de incredulidad. Cuando despertó completamente, reaccionó casi igual que el otro. ¡¿Qué hacia Shion desnudo ahí en su misma cama?!

 

--Shion… ¿Q-qué haces aquí? ¿Po-por qué estás desnudo?

 

--¡Eso es lo que yo iba a preguntar! ¡Pervertido!

 

--¡¿Qué?! ¡¿Pervertido?!

 

--¡Si! ¡Tú seguramente me desnudaste y…!

 

A su mente llegaron los recuerdos de la noche. No podía creer que hubiera… ¡Cielo santo!

 

--Esto… Creo que debemos aclararnos un poco…

 

Shion se metió al baño y se lavó cuidadosamente. Luego fue el turno de Manigoldo.

 

Ambos fueron al comedor y se prepararon algo de café. Se quedaron en silencio por un momento pero ya no había nada qué retrasar.

 

-Yo… En serio que no se qué decir Shion… No sé cómo disculparme contigo…

 

--No hay nada qué disculparse… Soy yo quien te provocó y… Tú reaccionaste, nada más—Desvió la mirada porque sentía vergüenza.

 

--¿Cómo que sólo reaccioné? Espera un segundo, ¿Acaso tú estás insinuando que no siento nada y fue pura calentura el que lo hiciéramos?

 

--Pues si soy sincero…

 

--¡No! ¡no! ¡NO! Déjame aclararte algo… Al principio si fue porque estaba excitado pero el que lo hiciera contigo no fue puramente físico… Yo, me gustas también… Creo que no me había dado cuenta o no quería aceptarlo… Y es que siempre hemos estado juntos, pero ahora logro entender el por qué me enfurecía verte con otros tipos… Por eso no aceptaré que me rechaces…

 

--Manigoldo…

 

--Dime, Shion… ¿Es verdad que te gusto?

 

--…Si…

 

El pelicorto sonrió. Luego besó de manera apasionada y tierna a su amigo, bueno, a estas alturas amante.

 

Ese día faltaron a sus clases y se quedaron en el dormitorio repitiendo la escena de la noche anterior.

 

Talvez no era algo sorprendente para muchos, pues ya se lo esperaban, pero les abrumó el cambio tan repentino en los aspectos de ambos. Shion era mega-ultra-lindo y ahora se había puesto incomparablemente sensual y sexy. Su cuerpo desprendía un aroma y aire de erotismo que era percibido por cualquier pretendiente del campus. Manigordo por su lado estaba siendo cortejado por cuantas chicas se encontrara; se veía más alto y atractivo. Tenía un alto nivel de testosterona que mareaba, sus rasgos eran más profundos y con cada gesto que hacía, era un símbolo sexual.

 

Ambos disfrutaban de ser el centro de atención de todos, aunque era realmente incómodo cuando los interrumpían en su momento erótico en el laboratorio, los salones de clase y el sanitario.

 

Sin duda, su relación era satisfactoria… Pero lo que más disfrutaban era recordar la velocidad con que el amor había surgido.

Notas finales:

 

¡Gracias por leer!

Espero le guste a mi mamita preciosa. El lemon fue pensado en el manga “Katekyo!” en su capítulo 11. ¡Dioses! Qué recuerdos…

 

Cuando digo que estaba agradablemente cansado, no sé si se de a entender… Aunque su humilde servidora lo ha experimentado.

 

Yo sé que “alguien” se identificará con el lemon ¬///¬U. Lo siento, sólo de imaginar esa parte con ya sabes quién… ¡¡¡Me derrite!!! Juro que me encantaría escuchar que esta historia escrita se hace realidad ¡Ohoho!

 

Ya me alargué demasiado. Les prometo actualizarme, estaré pensando en qué hacer con mi fic de Oro, el número 50. Si alguien quiere dedicatoria o aportar una idea, deje review y estará en la lista.

 

Una cosita más, perdón en serio por las groserías de arriba, pero es que mi primo se puso a ver “Vete a la versh” en esos momentos y el capítulo 16 es de mis favoritos… Aún así, lo siento mucho T_T.


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