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Sin ti por Aurora Kaioh

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Cap. 1 – ¿Cómo comenzó?


El pasado, el cambio, todos esos momentos trascendentales vuelven cuando menos quieres recordarlos…


Hace seis meses


-Ruka, Haruka, ¡HARUKA TENOH DESPIERTA!- gritaba Ayame mientras la zarandeaba, -pero que floja es- pensó…


-Uhmmm…Ayame que quieres- pregunto la rubia que aun mantenía los ojos cerrados, -Todavía es muy temprano, déjame dormir quieres…- dijo mientras se daba vuelta tratando de volver a dormir.


-Nada de dormir, prometiste que me llevarías a ver a tía Azumi, hoy es su cumpleaños, ya se te olvido…- pregunto la peli negra.


-Uhhmmm….- fue la única respuesta.


-¡Ya me hartaste!- dijo empujándola, Haruka cayo de la cama, se levanto furiosa con el ceño fruncido, se disponía a gritarle cuando vio que Ayame estaba frente a ella con una gran sonrisa –Ya despertaste, que bueno arréglate mientras termino de preparar el desayuno…- sin darle oportunidad a Haruka de pronunciar palabra salió de la habitación.


-Ya me las pagaras después pequeña…- dijo Haruka mientras se dirigía de mala gana hacia el baño, se quito la pijama, abrió la regadera y dejo que el agua recorriera su cuerpo, -Con que hoy es tu cumpleaños tía Azumi- en su rostro se formo una gran sonrisa, -Que mala sobrina soy… pero por lo menos no he olvidado mi promesa…-


Azumi, la dulce hermana de su padre, como la extrañaba, después de todo si no fuera por ella quien sabe donde estaría, es decir estarían, ella fue quien las acogió desde aquel día….


*** FLASHBACK ***


-No te lo permito, Haruka Tenoh, soy tu madre y no me faltaras al respeto de esa manera- gritaba furiosa la señora Tenoh.


-Yo no te he faltado al respeto, simplemente te estoy diciendo la verdad, estoy harta de que controles mi vida como se te da la gana, no me importa lo que digas, o lo que hagas, yo no te lo voy a seguir permitiendo me oyes, me voy de aquí…- grito todavía mas fuerte Haruka, dirigiéndose hacia la salida…


-Ruka, no te vayas…- escucho desde el segundo piso la voz de su hermana, que hacia un esfuerzo sobre humano para no llorar. Ayame bajo corriendo las escaleras y abrazo a Haruka.


-Pequeña, ya hable de esto contigo, no puedo seguir mas aquí…- respondió Haruka, mientras acariciaba su rostro, en su voz se denotaba tristeza, esa niña era lo único que extrañaría.


-Y… yo tampoco quiero seguir mas aquí ya te lo dije, yo no quiero…- Dijo mientras hundía su cabeza en el pecho de su hermana y comenzaba a llorar desconsoladamente.


-Eso si que no lo voy a permitir- dijo el señor Tenoh que hasta ahora se había limitado a observar, -Ayame tú te quedaras aquí- dijo con un tono autoritario. La única respuesta que obtuvo fue una mirada de odio por parte de Haruka.


La señora Tenoh la tomo del brazo halándola con fuerza, -Ayame…- dijo sorprendida al ver como la niña le clavaba una mirada inyectada de veneno, la señora retrocedió un poco a su sorpresa.


-Yo no me voy a quedar aquí… ya no tengo ni una razón para quedarme en esta casa…- fue la respuesta de la niña – Haruka tiene razón, toman el control de nuestras vidas, y nos creen tontas, creen que no nos damos cuenta de lo que hacen… creen que no se que ya me comprometieron con el tonto de Kenji…- grito furiosa para el asombro de los presentes.


-Pero como… lo sabes…- pregunto su padre, dirigió su mirada hacia Haruka, pero ella parecía tan sorprendida como todos, si tenia la intención de contarle, de todas formas era su vida, su futuro, pero no había encontrado el momento, como era que ella…


-Deberían bajar la voz cuando hablan, o por la menos hacerlo a puerta cerrada… lo que mas coraje me da es que ni siquiera me preguntaste, ni siquiera hablaste conmigo al respecto….TE ODIO, LOS ODIO, COMO PUED…- fue lo que alcanzo a pronunciar antes de que la mano de su madre golpeara su rostro, cayo al suelo en shock, sintió un sabor a sangre en su boca y pronto llevo su mano a la zona golpeada, al parecer le había roto el labio.


-¡Como te atreves!- grito Haruka total y completamente enfurecida, se disponía a devolverle la bofetada a su madre pero sintió como unas fuertes manos detuvieron su brazo, su padre sin duda, -¡Suéltame!, que no ves lo que acaba de hacer- .


-Lo vi, pero debe aprender a comportarse- fue la respuesta de su padre. Haruka se libero de su padre con violencia, ayudo a Ayame a levantarse, no se veía bien parecía perdida, en ese momento vio como en su rostro se formo una sonrisa amarga.


-Comportarme, comportarme, siempre ser la pequeña princesa de los prestigiosos Tenoh, encerrada en una jaula de oro, sin poder vivir, ¡si quieres que me comporte debiste enseñármelo tu!, siempre ocupados en sus negocios y demás, demasiado ocupados como para ver a sus hijas, pues ahora soy yo la que no quiere verlos, y no van a poder detenerme, me voy les guste o no- sin decir mas se dirigio hacia la puerta, abrió mientras una sonrisa de formaba en su rostro, se encontró con Azumi, pero por alguna razón la pequeña no parecía sorprendida.


-Azumi… que haces aquí…- pregunto el señor Tenoh asombrado de la presencia de su hermana.


-Que crees que hago, vine por mis sobrinas, no voy a permitirles que arruinen sus vidas- dijo Azumi, se dirigió a abrazar a Ayame, luego se inclino para revisar su labio, había sido un golpe bastante fuerte.


Haruka parecía ajena a la escena, se sentía culpable de que esto la hubiese ocurrido a su hermana, después de todo este escándalo se armo por su culpa.


-No te preocupes, no es tu culpa…- era la voz de su tía, por alguna extraña razón ella siempre sabia como se sentían las personas por mas que estas lo ocultaran, -Hiroshi…- dijo mientras dirigía la vista a su hermano, -Me las llevare, te pido que no intentes detenerme, no hay nada que puedan hacer ya, solo dejarlas ir…- .


-¿QUE?, no puedes estar hablando enserio- respondió la señora Tenoh –Si crees que dejare que te lleves a mis hijas estas completamente equivocada-.


-Llévatelas- dijo el señor Tenoh con tristeza ante la mirada atónita de su esposa, Ayame e incluso de Haruka, que ahora no podía pronunciar palabra, -como es que nos esta dejando ir- pensó.


-Ya me harte, si tan mal padre les parezco, lo mejor es que se vallan- grito furioso, -pero les advierto que no vuelvan a buscarme, lo único que conservaran de mi es mi apellido- fue lo ultimo que dijo antes de subir las escaleras camino a su habitación.


La señora Tenoh se limito a mirar a sus hijas y su cuñada, su mirada estaba llena de ira y frustración, -Váyanse- dijo, luego volteo su vista hacia a Haruka, -Espero que estés contenta, también arruinaste a tu hermana-, finalmente siguió a su esposo hacia la habitación.


-Yo… Ayame… yo no…- susurraba Haruka con la vista fija en el suelo. En ese momento sintió una cálida mano posándose sobre su hombro. Azumi.


–Ya te lo dije, esto no es tu culpa, Ayame tomo su decisión impulsada por la tuya en parte, pero la verdad es que lo que mas anhelaba ella era su libertad, y ahora ambas son libres, pero creo que debemos dejar la celebración para después, a sido una larga noche y debemos descansar…-


Haruka miro a su hermana, esta le sonrió y ella le devolvió el gesto, tomo sus maletas, y acompaño a Ayame a hacer las suyas, solo se llevo lo necesario, y así partieron para siempre de la casa en la cual crecieron, hacia un nuevo futuro, uno que crearían con sus propias manos…


Vivieron esos dos últimos años con su tía Azumi que por desgracia hace seis meses murió a causa de una enfermedad que la aquejo desde que era muy joven. Pero justo antes de morir se reunió con Haruka, tenía una última misión antes de marcharse…


-Azumi, querías verme…- pregunto Haruka mientras avanzaba por la habitación y se sentaba junto a la cama de su tía.


-Haruka, necesito pedirte algo muy importante…- dijo muy seria, algo que en verdad extraño a la rubia.


-Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea… que es lo que necesitas…- dijo igualmente seria.


-Necesito que la olvides, que vuelvas a creer- dijo. Al oír esto Haruka se quedo paralizada, sabia muy bien a lo que se refería, todavía no podía olvidar lo sucedido con aquella chica, Natsumi, quien después de 1 año de relación la dejo, como si nada, Haruka se prometió a si misma no creer mas en algo tan efímero como el amor.


-Ya te lo dije Azumi, yo…- no pudo terminar la frase, su tía coloco un dedo sobre sus labios, tal y como solía hacerlo cuando era pequeña, para que no cometiera imprudencias.


-Escúchame muy bien, tu mas que nadie sabe que algunas veces pueden ocurrirnos cosas malas, pero también sabes que podemos luchar contra ellas…- se detuvo por un momento, tosió, luego continuo diciendo –Haruka prométeme que serás feliz, que sin importar lo que pase buscaras la felicidad y que no dejaras que el resentimiento dañe tu corazón…-


-Yo…- dudo por un momento, en su corazón había tanto dolor, pero tenia razón, no valía la pena, ella no merecía sus lagrimas, pero… podría volver a amar. Después de unos cuantos minutos de silencio por fin respondió, -Lo prometo, luchare, y cuando encuentre a esa persona tu serás la primera en saberlo, te lo prometo…


*** FIN FLASHBACK ***


Su padre fue al funeral, tal vez esperaba que sus hijas volvieran, pero no. Haruka se había convertido en una gran corredora de autos, lo que siempre fue su pasión, y Ayame por otra parte era una gran escritora, a la corta edad de 15 años ya se había publicado su primer libro el cual fue todo un éxito, esto provoco que ambas fueran becadas en el prestigioso colegio mugen, además de que gracias a su creciente éxito ya podían mantenerse por si mismas.


Haruka cerró la llave, salió de la ducha, se vistió y se dirigió a la comedor donde la esperaba Ayame con el desayuno ya servido.


-Bien come y podremos irnos- dijo Ayame con su característica sonrisa.


-Uhmm…- dijo mientras levantaba una ceja –no se si sea buena idea, después de todo lo cocinaste tu…-


-Que estas tratando de decir, además si no querías que yo cocinara debiste levantarte temprano y hacerlo tu…- dijo evidentemente enojada, no soportaba cuando su hermana hacia esa clase de comentarios.


-Esta bien comeré, pero si algo me pasa quedara en tu conciencia…- y sin decir mas se sentó a la mesa, desayuno rápidamente, Ayame dejo de lado su enojo y también se sentó a la mesa.


Salieron de casa y subieron al convertible amarillo de Haruka, en media hora llegaron al cementerio caminaron hacia la tumba, hasta que estuvieron enfrente de aquella lapida que custodiada por un bello ángel. Ayame se sentó junto a la tumba y dejo una hermosa rosa blanca sobre ella. En ese infinito silencio que las rodeo Haruka recordó su promesa sonrió al pensar que ahora debería llevar aquella persona a un cementerio…-Una promesa es una promesa- pensó.


Luego se dirigieron a la escuela, pero al llegar había algo extraño, -No deberían estar tus admiradores aquí ya- dijo Haruka en tono burlón a su hermana, después de todo todos los chicos de su edad la seguían a todas partes.


-Al parecer por fin lograste espantarlos- dijo riendo, -pero parece que yo no lo consigo todavía…- continuo mientras veía como un montón de chicas se acercaban llevándose lo que fuera y a quien fuera por delante….


-No puedes culparme, soy genial- respondió Haruka sonriendo. Ayame rio, -Si claro, eres tan genial como humilde… bueno adiós- sabia que bebía salir de allí o la montaña de chicas la aplastaría.


Haruka solo la vio marcharse mientras reía, de repente se encontró rodeada de chicas, sus fieles admiradoras, que por momentos no la dejaban ni respirar, no les importaba que fuera mujer, ya mas de una se lo había dicho, pero ellas no dejaban de verla como el mas "guapo" de la escuela.


-Señoritas buenos días- dijo cordialmente.


-Buenos días- dijeron en unísono. Sin más todas se abalanzaron hacia ella. Milagrosamente logro salir, ya se le había hecho costumbre andar a escapando de ellas.


Todavia faltaban 15 minutos para que se iniciaran las clases, así que iría a la azotea, no solo para alejarse de sus admiradoras, era donde siempre solía ir a pensar, -¿Qué es este presentimiento?- no dejaba de preguntárselo, desde esta mañana que tenia esa extraña sensación.


En la azotea, se podía ver la delicada figura de una bella chica cuyos cabellos aguamarina eran delicadamente alborotados por el viento, con la mirada perdida en el horizonte no dejaba de preguntarse una y otra vez -¿Qué es este presentimiento?... es como si el viento tratara de decirme que todo estará bien… pero- suspiro –yo se muy bien que no será así…-


Regreso a la realidad, se hacia tarde y siendo este su primer día no podía darse el lujo de retrasarse, ya se ocuparía después de ese sentimiento, después de todo en estos momentos tenia cosas mas importantes en que pensar.


Se dio vuelta, de repente se topo con esa penetrante mirada verde esmeralda, quedo totalmente impactada, esos ojos, se perdió en ellos y sintió que su corazón hacia el mas grande esfuerzo por salir de su pecho, no podía explicarlo, pero algo en esa mirada la hacia sentirse segura y llena de esperanza…


Haruka no era excepción, aquella diosa, sentía que se ahogaba en el azul de sus ojos, pues si se estaba ahogando no le importaba morir siendo llevada a las profundidades por aquella bella sirena… no podía, mas bien no quería despertar de aquel hermoso sueño, pero un rayo de lucidez llego a ella…


-Lo lamento, no quería molestarte…- dijo mientras trataba de ocultar todo lo que había sentido, después de todo no sabia ni siquiera porque se había acercado a esa chica. Se disponía a dejarla cuando sintió como la tomaron de por la muñeca con delicadeza, un escalofrió recorrió su espalda y su corazón volvió a acelerarse.


Por que había hecho eso, ni siquiera ella lo sabía, esa calidez que le produjo ese joven era inexplicable. –Este… no tienes porque disculparte… yo, bueno… la verdad es que estaba algo perdida…- dijo tratando de excusarse.


-Entonces eres nueva, cual es tu nombre preciosa-, dijo tratando de que pareciera simple formalidad, pero en realidad se moría por saber quien era esa perfecta diosa marina.


-Kaioh, Kaioh Michiru, es un placer conocerte…- dijo con algo de nerviosismo mientras soltaba el apuesto joven.


-Soy Haruka Tenoh, y el placer es mío- dijo mientras el corazón regresaba al pecho…


Sus miradas volvieron a encontrarse, el tiempo pareció detenerse, pero el timbre sonó, así que muy cortésmente Haruka se ofreció a guiar a Michiru, sin saber que sus vidas estaban apunto de cambiar para siempre, y así se perdieron en los pasillos mientras conversaban…


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