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Dragonia por kaleido_dance

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Notas del capitulo:

Nuevo capitulo!!! me encanta esta parte de la historia de Allen!!! me encanta Allen!!

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El Amante Dragón

 

 


Por la tarde, Kyon ya se sentía mucho mejor y pudo levantarse para ir a tomar un relajante baño con Allen, aquel día había resultado ser muy agradable a pesar de todo, y hacía tiempo que no pasaban tanto rato juntos.

Llenaron la bañera y se metieron juntos, el cuerpo de Allen seguía siendo muy juvenil y suave, Kyon disfrutaba especialmente cuando le abrazaban en el agua tibia.

-¡Tienes que contarme que pasó luego! ¿Acudiste a la cita con mi padre...?-

El amante se rió por la curiosidad del niño, a veces casi se olvidaba de que en verdad era muy joven aún y se le escapaban algunos detalles un poco fuertes, pero tal vez era por eso que se había interesado tanto desde el principio. Se decidió a seguir con la historia.


-Pues verás, yo estaba muy emocionado ese día, no pude comer nada por los nervios, pasé las horas que faltaban para la cita cepillandome el pelo para que estuviera perfecto, no me atreví a maquillarme lo más mínimo pero me perfumé y me bañé cuiadosamente en mi nueva habitación de futuro amante...


A la hora que me habían dicho me presenté en la puerta de su torre, era una puerta enorme y hermosa, completamente blanca y con detalladas esculturas talladas como decoración. Me abrieron los sirvientes y me escoltaron amablemente hasta una sala tambien bastante majestuosa donde me esperaba Aon sentado en un sofá exquisito, todo estaba ordenado y pulcro a su alrededor, el ambiente era exhuberante y magnífico pero no pude apartar mis ojos del heredero. Cerraron la puerta al entrar yo y nos quedamos a solas. Hice una reverencia perfecta y bastante digna, sin desviar la mirada.


-Buenas tardes, Allen, has sido muy puntual....puedes acercarte.-

Extendió una mano invitándome a sentarme a su lado, mientras me acercaba no perdí detalle de su aspecto, era tan elegante y hermoso, su cabello Negro, su piel perfecta y su ropa lujosa, contrastaban deliciosamente con la mirada traviesa que me dedicaban sus ojos. No podía dejar de recordar imagenes de su cuerpo desnudo siendo ensuciado por Ethien mientras yo les miraba...aún me temblaban las rodíllas y estaba haciendo lo imposible por no excitarme allí de repente.

Al llegar hasta él me arrodillé y le besé el dorso de la mano, llevaba diversas joyas. Me senté a su lado sin atreverme a romper el contacto visual, él me recorrió con la mirada, sonreía prepotentemente pero complacido por mi aspecto.

Durante un minuto entero no hizo ni dijo nada, yo ardía en deseos de que me besara, que me desnudara allí mismo o que me susurrara al oído, lo que fuera estaría bien. Pero tampoco me atreví a hacer nada por mi mismo. Despues de mucho cavilar, me decidí a abrir la boca.

-Ha sido todo un poco repentino... pero gracias por invitarme, amo Aon...estoy muy feliz...-

Sonreí intentando contener las lágrimas, estaba muy nervioso, no tenía ni idea de lo que sucedería aquella tarde entre nosotros, me pregunté si me desvirgaría allí mismo.


-No hace falta que me agradezcas...ahora me perteneces, y aunque no sea correcto que vivas conmigo aún, debes venir aqui cada día para acompañarme.-

Me miró con una sonrisa superflua y me pareció sentir un tono arrogante en su voz, pero nada de aquello me distrajo de mi adoración infinita. Aún así intenté hacer algo más atrevido, estaba probandome a mi mismo en aquella situación.

-Debo admitir....- Me incliné ligeramente hacia él, intentando alcanzar su oído mientras mi mano se deslizaba furtivamente sobre la suya entre los cojines, puse una voz inocente y continué: -...que estoy bastante nervioso aún, solo por estar a tu lado...-

El se puso serio de pronto, pero su mirada se suavizó y abrió los labios lentamente, como si fuera a decir algo en voz baja, me rozó apenas la boca y justo en ese momento llamaron a la puerta. Aquello había estado muy cerca, pero entraron los sirvientes con el té y nos quedamos sin hacer nada hasta que se marcharon. Aon cogió su taza y bebió dando pequeños sorbos, yo hice lo mismo, pero volví a dejar la taza rápidamente.

-¿Deseas algo de mí, amo Aon? ¿te gustaría verme bailar? haré lo que me pidas. -

Volví a susurrarle acercandome un poco más en el sofá, sin atreverme a tocarle aún, pero me aterraba la sola idea de que pudiera aburrirse conmigo. Utilicé mis miradas más seductoras y moví la cabeza suavemente para que mi pelo brillara bajo la luz de la tarde.

El no contestó. Se acabó todo su té y dejó la taza en la mesilla otra vez. Se reclinó comodamente en el sofá y con suma elegancia se abrió un poco el cuello de la túnica, dejando entrever su deliciosa piel. Yo me excité solo con aquel gesto, él me miró intensamente mientras lo hacía, y luego añadió.

-Tengo calor, abanícame.

Durante unos segundos me quedé ensimismado por su imagen, me enloquecía verle así tan elegante y Formal...con cierta torpeza extraje mi abanico más hermoso del cinturón de mi túnica y lo desplegué para darle aire con moviemientos suaves y rítmicos. Me incliné ligeramente sobre su cuerpo para apoyarme en el respaldo del sofá, él cerró los ojos y me dejó hacer. Sabía que estaba intentando provocarme, estaba jugando conmigo para ver de lo que sería capaz por un beso suyo...lo abaniqué dulcemente mientras recorría su cuerpo con la mirada. Luego me acerqué un poco más para olerle, él se abrió un poco más el cuello, dejandome ver la superficie de uno de sus pectorales hermosos. Cada vez sentía mi entrepierna más dura.

-Quiero un dulce.- musitó sin abrir los ojos siquiera. Rapidamente cogí una almendra glaseada de las que habían traido los sirvientes, pero no supe bien que hacer con aquello, temí ensuciarla con mis dedos. Pero al mirar a Aon, ví como suavemente abría sus labios otra vez, esperando el dulce sin más. Aquello era demasiado erótico, habría dado lo que fuera por devorar su boca en ese instante, pero me limité a depositar con sumo cuidado la almendra sobre la punta de su rosada lengua. El se la comió lentamente, y luego me miró a los ojos otra vez, sentí como me ardía la cara por aquella mirada.

-Ahora quiero chocolate, pero tendrás que darmelo con la boca...-

Mi pulso se disparó exageradamente, y con manos temblorosas me puse el chocolate en la boca, cogiendolo firmemente entre los dientes, busqué una pieza pequeña para poder tocarle al menos y me incliné sobre su rostro. No aparté la mirada ni un instante mientras nuestros labios se rozaban nuevamente, sabía que mi expresión debía ser implorante en aquel punto, pero no me importaba nada ya. Le acaricié la cara y me decidí a besarle de una vez. No aparté mis labios mientras el chupaba el cacao, lentamente, y poco a poco fuí introduciendo mi lengua hasta acariciar la suya, él se dejó hacer, movía su lengua delicadamente compartiendo conmigo el dulce sabor. Me dejé caer sobre su pecho sin despegarme de su boca, y lo besé hasta que ya no quedara nada del chocolate. Mi pene estaba completamente tieso y sabía que Aon debía estar sintíendolo contra su muslo. Mi tunica estaba tambien más caída y procuraba que él pudiera ver tambien la piel de mi pecho.

-Quiero más...- Me pidió sin dejár de mirarme.

Volví a ponerme el chocolate en la boca, pero esta vez en el fondo, para que al ofrecerselo él tuviera que buscarlo más intensamente. Nos besamos con ardor durante varios minutos otra vez. Yo abrí un poco más el pecho de su ropa y descubrí sus pezones dilatados y suaves. Los masajee delicadamente mientras mi boca se aventuraba en las marcadas líneas de su cuello. Me estaba exitando demasiado, me frotaba contra su cuerpo descaradamente ya y él comenzó a gemir cuando mi boca alcanzó su pezón izquierdo, también pude notar su miembro bajo la tunica y me atreví a desatar el cinturón dorado para abrir del todo su ropa, debajo no llevaba nada. Su hermoso cuerpo estaba ya casi tumbado sobre el mueble, conmigo sobre él contemplandole maravillado. Noté una sonrisa divertida en su frigido rostro, pero mi mirada no paraba de desviarse hacia su entrepierna, y se me hacía agua la boca solo de imaginarme lamiendole.

-Hazmelo.-


Sus palabras eran certeras y deliciosas para mí, él era un Dios y me estaba permitiendo jugar con su cuerpo. Cuando recién le conocí en la fiesta fue muy diferente, él intentó acercarse a mí como un semejante, pero ahora me estaba desvelando su naturaleza divina y su superioridad absoluta, tenía el semblante de un Dragón, yo a su lado no era más que una criatura temblorosa.

Bajé mis rodillas al suelo para no molestar a mi amo mientras le daba placer. Su pene estaba tan recto y tan duro...y el olor que desprendía me embriagaba de una forma enloquecedora. Acaricié sus muslos lentamente y acerqué la punta de mi lengua a sus hinchados testículos mientras él me miraba. Le dí varias lamidas mientras mis dedos jugaban con su glande, pero no pude aguantar mucho tiempo antes de lanzarme con mi boca, realmente estaba deseando chuparselo, no paraba de salivar y rápidamente lo empapé con mis fluidos mientras saboreaba los suyos. Él me cogió del pelo con cierta brusquedad y movió mi cabeza más fuerte, me empujaba hacía abajo para que no me saliera más de lo necesario, y tardó pocos minutos en correrse en el fondo de mi garganta. Sentí como su semen me bajaba espeso y caliente, ni siquiera pude notar el sabor apenas. Pensé en lo increíble que sería meterle un dedo mientras le daba sexo oral, o incluso meterle la lengua suavemente. Estaba seguro de que ardía en deseos de sentir aquellos placeres en su trasero, pero también sabía que era demasiado arrogante para dejar que cualquiera se lo hiciera, posiblemente Ethien fuera el único capaz de hacerle algo así.


Apenas si había gemido mientras se corría, su pecho estaba brillante de sudor, y los cabellos negros se le pegaban al cuello vulgarmente, habría dado lo que fuera por quedarme allí a darle placer toda la tarde, hasta que ya no le quedara ni una gota para derramar.
Pero se estaba comportando de una forma fría conmigo, despues de lo cariñoso que estuvo aquella mañana, y en la fiesta...deseaba sentir su amor también, si es que en algún momento sintió algo por mí, necesitaba saberlo.

-Amo Aon...- susurré cogiendo su mano, aun de rodillas en el suelo junto a su cuerpo desnudo, le miré implorante, volviendo a besar sus nudillos reales.- Mi alteza....solo puedo pensar en satisfaceros...por favor dime lo que deseas de mí...haré lo que sea por vos...- Mi voz temblaba por la emoción, aquella indiferencia suya me estaba matando.

El me cogió la mano con que le acariciaba, me hizo ponerme en pié mientras él mismo se sentaba con más rectitud en el sofá, no se molestó en cubrir su cuerpo, pero lentamente deshizo el nudo de mi túnica para desvelar mi desnudez. Me hizo deshacerme de mi ropa interior también, y abrazó mi cuerpo mientras me sentaba sobre sus piernas. Sentí su piel tocando mi miembro y me estremecí al abrazarlo también.

-Quiero que dejes de hablarme así...está bien ser formal de cara a los demás, pero ahora ya no tienes nada que demostrarme, ya te he escogido, bajo todos tus defectos y virtudes.-

Me acarició él pelo con una pequeña sonrisa.

-Quiero que seas más confiado y que me seduzcas en todo momento...quiero que decidas la mejor forma de satisfacerme por tí mismo...-

Sus labios se acercaron a mi boca peligrosamente, me acarició con ellos sin dejar de susurrarme:

-Quiero que dejes de pensar en lo que yo quiero de tí, y que me digas que es lo que quieres de mí...-

Me besó tan suavemente que me sentí en el cielo, su voz me penetraba con tanta dulzura que me costaba concentrarme en lo que decía pero me recordó al Aon con quien compartí mi cuerpo dos noches atrás.

-¿Es esto lo que deseas en tu vida...? Allen....dime lo que buscas...dime que esperas conseguir de mi...-

Me besó el cuello y la oreja esperando mi respuesta, yo no podía concentrarme del todo, no tenía ni idea de lo que debería decir ante una pregunta como aquella, nunca lo había pensado.

-No espero conseguir nada de ti...amo Aon...no busco nada ni deseo....nnh ah....- Intenté confesar lo que realmente sentía estando allí por fin con él, pero me estaba excitando demasiado otra vez. -no hay nada que desee realmente...solo quiero estar contigo mi amo.-

Su boca me acariciaba el oído, y sentí como suavizaba el tono de su voz para que apenas si pudiera oirle.


-Debes confesarme tus más secretas ambiciones si quieres que te acepte en mi familia, Allen...-

-No hay nada....ah...no ambiciono nada...lo único que quiero es ser amante de mi amo...-


-¿Y antes de conocerme también deseabas serlo aún sin saber nada de mi? ¿No ambicionabas poder ni fortuna...?

-No...-

Sus manos me recorrían libremente, cada vez se acercaba aún más a mi entrepierna y me estaba volviendo loco con tanta delicadeza.

-¿No había nada que desearas en tu vida antes de mi....? Debes confesar, Allen....-

-Sí, deseaba ser amado por alguien....- Su mano bajó directamente asta mi pene y me acarició lentamente.

-¿Y ahora sigues deseandolo....? -

-No, ya no me importa....ah..Aon....yo solo quiero estar junto a la persona que amo...nnh-

Su mano me masturbaba, su boca me lamía el cuello, pero nada era tan intenso como la confesión que me estaba arrancando tan cuidadosamente.

-¿Quien es esa persona, Allen...?-

Se apartó ligeramente para mirarme a los ojos con una sonrisa indagadora y traviesa.

-¿A quien amas....? - Se me había acercado demasiado, ya no podía esconderme mas.


-Te amo...te amo a ti...Aon...aaah,...-

Me besó al sentir mis palabras, al principio cuando fui allí me pareció que no estaba interesado realmente en mí, que solo quería divertirse un rato, pero luego todo se volvió tan intenso que creí caer dentro de un hermoso sueño. Pero no era un sueño, el me besaba, yo acababa de dscubrirle mi corazón, y un violento orgasmo me devolvió a la realidad.

-Tendrás que demostrarmelo cada día, Allen...durante el resto de tu vida...-

Me besó otra vez y me dejó caer a su lado para recuperar el aliento. El se levantó y fue a buscar una toalla para limpiarse las manos y limpiarme también, su túnica negra era amplia y pesada, pero su hermoso cuerpo se movía con soltura entre las aberturas, era sensual en todos los aspectos posibles. Nos sentamos juntos abrazados nuevamente.


-¿Me quieres Allen...? - Me preguntó con un tono suave.

-Creo que sí...no había sentido nunca algo así...-

-¿No has amado a nadie antes?-

-Sí que he querido a otras personas...pero no de la misma forma...ni tan intensamente supongo...-

-¿A quien has querido antes que a mí?-

No podía entender porque me interrogaba de aquella forma, pero lo estaba haciendo con un tono tan íntimo y dulce que al contestar sentía que era todo mucho más trascendental de lo que pudiera ser, aquel era el momento más importante de mi vida casi.

-Quiero a Tan...al principio creí que era algo similar al amor y no pensaba que hubiera nadie mejor para mí...pero al conocerte a tí me di cuenta de que aquello era solo amistad si lo comparo con lo que quiero tener contigo...es tan diferente...-

-¿Te da pena tener que separate de él? ¿has pensado en que ahora vuestra amistad será diferente?-

La conversación estaba desviandose hacia un tema mas triste pero que sin duda era una oportunidad para mi.

-No quiero separarme de Tan, pero jamas podría renunciar a ti Aon...tengo miedo de que no me permitas volverle a ver...pero aunque así fuera yo te seguiría amando...solo desearía poder tenerlo cerca al menos...-


El me miró con cierta seriedad.

-Sabes que ese niño ya no podrá ser amante aqui, el hermano de Ethien nos ha dicho que sería expulsado de la escuela si se descubría al final, y esas cosas suelen descubrirse facilmente...-

Se me hizo un nudo en la garganta mientras me decia todo aquello, intente parecer impasible pero era muy duro.

-Pero si Ethien decidió hacer lo que hizo fue por una razon, me ha dicho que quiere a ese niño como su sirviente especial...y el nunca había tenido ninguno, jamas había querido atarse a nadie por miedo a herir a los demas, pero tengo un buen presentimiento sobre esto...aunque aún falta que hablen, pronto sabremos que pasara entre ellos supongo.-

Sentí un alivio y una alegría tan grande al oir aquello que me quedé sin palabras....todo parecía ser perfecto.

-Lo único que debes hacer es mantener el secreto...deja que Sean ellos quienes lleguen a algo juntos. -

Me besó con una pequeña sonrisa, estabamos ya mucho más cerca que cuando recién nos conocimos, yo comenzaba a sentir algo muy grande dentro de mí.

-Ven, ¿quieres que te enseñe mi torre?- Cogió mis manos con una sonrisa.

-sí...- tímidamente le devolví el gesto y me levanté con cuidado, él me volvió a poner la túnica y yo se la puse a él, nos arreglamos un poco y salimos de la sala. Volvimos a los pasillos por donde me habían conducido al llegar, había tantas salas y habitaciones que me costaba creer que aquello fuera simplemente una torre. Me enseñó las habitaciones donde habíamos estado la primera noche, el baño grande aquel, más salas para el té, atravez del jardin había aún más pasillos e incluso me enseñó las escaleras que conducían hacia la torre sagrada donda cada luna nueva su dragón emprendía el vuelo.

Luego me acompañó hasta la puerta y nos despedimos con un discreto beso.


Al volver a mi habitación le dije al sirviente que no cenaría ese día, y que podía marcharse, en cuanto se fue, salí rápidamente de vuelta a los dormitorios de la escuela para encontrarme con Tan, le pedimos a Lin que nos trajera la cena a la habitación.

Tan ya no estaba triste, sino todo lo contrario, sonreía lleno de vida y yo creía saber porqué. Me explicó que Ethien había enviado a buscarle para tomar el té, y él fue muy intrigado, no fueron a la torre de Aon donde vivia Ethien, sino que estuvieron en una sala a parte los dos solos. Allí volvieron a hacer el amor y el amante le pidió que se convirtiera en su sirviente especial para vivir juntos en la torre como pareja. Tan había aceptado con muchisima ilusión, y luego hablaron sobre los arreglos necesarios para que pudiera dejar la escuela sin demasiadas complicaciones.

-¡Y mira esto...!- Exclamó extendiendo la mano izquierda hacia mí, en el dedo anular lucía un precioso anillo de oro, muy fino y con una delicada filigrana trenzada. Me quedé tan impresionado que tuve que coger su mano para verlo más de cerca- ¡Es un anillo de compromiso! ¡Ha dicho que los sirvientes no solían tener anillos de este tipo, pero que a el no le importaba y que lo hacía porque realmente quería comprometerse conmigo!- Su carita brillaba de felicidad.

Me elgre mucho por él, y lo abracé para desearle la mejor suerte, por fin estaríamos juntos a pesar de todo, no tendríamos que competir como amantes ni nada, podríamos vivir tranquilos...

-Además hay algo...Ethien me ha dicho que quiere ir a hacerte una visita despues de la cena, a tu habitación, para hablarte sobre el compromiso con Aon.-

Sentí como mis mejillas se encendían.

-¿Yo también me comprometeré como amante...? No creo que nunca nos explicaran nada de esto en clase....¿no?-

-Bueno ya lo sabrás cuando vayas a hablar con Ethien ¡Rapido tienes que estar allí para recibirle!-

Muy emocionado me llevó hasta la puerta y me despidió con otro abrazo de la suerte.


Fui por los pasillos medio corriendo para llegar a tiempo, en la habitación me arreglé un poco y me perfumé con esmero por si casualmente venía también Aon junto con el amante, pero no fue así. Llamaron a la puerta y abrí muy nervioso, Ethien se veía elegante y discreto, contrariamente a la imagen que yo tenía de él en la fiesta. Muy educadamente me preguntó si podía pasar para beber una copa juntos, sino hubiera sido porque Tan me había dicho que venía solo hablar no habría estado seguro de dejarle entrar, pero me hice el cauteloso.

-No se si deba permitirme estar a solas con otros hombres a estas horas de la noche.-

Con una sonrisa intenté ser cordial.

-Sé que estuviste hoy con Aon y que te ha pedido que seas su amante, solo pretendo hablar contigo sobre algunas cosas que seguramente no te hayan enseñado en la escuela, prometo ser breve. -

Despues de meditarlo un instante le dejé pasar, él traía una botella de vino, y en una pequeña antesala le hice sentarse a la mesa, servimos un par de copas y me dispuse a escucharle.

- Seguramente ya te habrás encontrado con Tan, sabes que le he pedido que sea mi sirviente por tanto no deberás preocuparte por él, yo me encargaré de todo para que no sufra...-Dió un pequeño sorbo, mirandome fijamente, realmente era un hombre elegante y hermoso, se parecía tanto al maestro que me hizo temblar.-Y aunque tú estés viviendo ahora en esta habitación privada, yo durante estos días me llevaré a Tan a mi propia habitación en la torre, vendrá a vivir conmigo y dejará de asistir a la escuela.-

No acababa de entender porque me decía todo esto pero en general podría decirse que no entendía apenas nada de lo que era ser un amante.

-Yo aún no soy amante de Aon, nadie lo es de hecho, él me ha dado permiso para que te explique el delicado protocolo que seguiría la ceremonia de compromiso.

Al ser mi segundo amante, yo ya tengo experiencia con esto y al ser vosotros tan novatos hemos pensado que sería prudente que supierais lo que os esperaría ahora que os hemos escogido. El compromiso con un heredero es de por vida, a no ser que éste te rechace, como fue mi caso con el padre de Aon...pero eso no sucederá ahora. Aon no es aún mayor de edad, al ser un Elfo Dragón, alcanzará la madurez igual que un elfo normal pero luego ya no envejecerá y se mantendrá joven eternamente. -
Se acarició el anillo de compromiso que llevaba a juego con el de Tan, como si estuviera reflexionando sobre algo. Luego prosiguió. - Aon tiene un anillo del que se dice que ha trascendido generaciones y generaciones durante cientos de miles de años...es el anillo del Dragón Negro, y se otrorga al heredero una vez su mano es lo suficientemente grande para llevarlo sin que se le caiga, y a partir de ese momento ya es capaz de vivir por su cuenta y comprometerse, independizarse de su padre. Este anillo es único, y se transfiere de padre a hijo de la misma forma como un símbolo de herencia. Todo esto nos conscierne porque cuando el heredero escoge a sus cinco amantes debe entregarles un anillo de compromiso a cada uno, estos anillos serán de rubí, que designa el cometido de un amante de Dragonia. Pero de los cinco habrá uno que no será rojo sino Negro y que es una réplica del anillo de Dragón que únicamente se podrá entregar a aquel con quien el heredero decida formar la familia real y con quien compartirá el resto de su vida y criará al nuevo heredero. Este anillo es el más codiciado de todos, pero nadie sabe quien lo recibirá hasta que el propio Aon haga su entrega en persona, y en ese momento se celebrará el compromiso.-

Fascinado, recordé la forma en que besé la mano de Aon hacía pocas horas ya, no me había fijado en el anillo del Dragón.

-Tal vez no debería decirte esto pero creo saber quien recibirá ese anillo, ya he conocido a todos los futuros amantes y gradualmente os Ira dando los vuestros, el mio será rojo porque yo no seré su pareja nunca, soy como un hermano, para él, o un padre, o un amigo...por eso nuestra ceremonia será la primera, este fin de semana se celebrará la boda en el jardín de su torre, y allí podrás conocer al resto de escogidos.-

El mientras hablaba había ido bebiendose su copa, yo ni siquiera había tocado la mía, absorto en los detalles del enlace con Aon.

-El mismo día de la boda, me llevaré a Tan a vivir conmigo, y no lo verás más hasta que tú mismo te comprometas y te mudes a la torre, allí tendreis libertad para compartir juntos lo que querais...pero hasta entonces os tocará esperar pacientemente, sobretodo tú que no tienes derecho a acercarte a nadie a excepción de Aon.

Me miró como si ya no tuviera nada más que hacer allí.

-Si necesitas hablar de algo más sabes que puedes pedirme lo que sea, supongo que a partir de ahora tendremos que vivir juntos, seremos amigos ya verás...y cuando ya no seas virgen te haré probar mi amor tambien, aunque no se si Aon se desprenda de tí tan facilmente.-

Se levantó para marcharse, yo le acompañé a la puerta un poco sonrojado por lo ultimo que dijo, pero antes de irse me abrazó por la cintura.

-Admiro a mi hermano por haberte tenido entre sus manos en varias ocasiones y no haberte mancillado a pesar de tanta provocación...- Se me acercó al rostro y sentí su aliento con ligeros tonos a alcohol, era alto y fuerte y me sentí indefenso ante él. -Dentro de muy poco te tendré a ti y a Tan a mi disposición y descubrirás que en la torre de Aon no habrá una sola noche en la que duermas intacto...-

Me soltó con una sonrisa codiciosa pero se giró para marcharse, cuando ya estaba en el umbral me miró por sobre el hombo una última vez:

-Hoy soñarás con un Dragón.-

 

Al irse me quedé un poco desconcertado pero profundamente impresionado por todo lo que me estaba sucediendo, de un trago me bebí la copa de vino, y desnudándome lentamente me eché en la cama. Pensé en Aon, los dragones me daban miedo, pero su cuerpo me volvía loco, volví a masturbarme imaginandome con él, susurrando su nombre hasta correrme a la luz de la luna.

Esa noche soñé que la habitación se infestaba de libélulas, y al mirame al espejo la piel se me había cubierto de escamas negras...desperté aterrado y ya no pude volver a dormir hasta que salió el sol.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Espero que os haya gustadooo gracias por leer!!! en los siguientes capis se conoceeran a los otros amantes y habra lemon sexy entre ellos jajaja

 

adios!!


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