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Dragonia por kaleido_dance

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Notas del capitulo:

Bueeeeno, llevaba muchisiiisimo tiempo sin actualizar este fic, pero tuve problemas con las contraseñas de word y necesite un programa de recuperacion de contraseñas para volver a abrir el archivo y acabar de escribir el capi.

ademas estuve tan ocupada con los nuevos fics, que este casi casi que se me olvida ajjajajajaja pero mi fiebre de incesto me lo ha recordado asi que aqui esta el nuevo capi1!!

super mega pervvvvvvvvvvv!!!!!

 


IV


Curiosidad


 


 


  La vida de Kyon fue volviéndose mas interesante a medida que iba creciendo, su padre Aon junto con su amante Allen, lo amaban mucho, mientras crecía le enseñaban a amar a los de su mismo sexo, tenía tutores hombres que le educaban en arte, literatura y política, tenía sirvientes masculinos y hermosos y atendían todos sus deseos, y pronto comenzaría a conocer jóvenes amantes entre los cuales escoger al amor de su vida.


 Cuando supo caminar y hablar perfectamente ya estuvo preparado para recibir a su propio dragon. La noche que fue iniciado había luna nueva, fue llevado a la torre mas alta del palacio, y junto con Aon y On, el también sufrió la metamorfosis del dragon, y alzó vuelo junto con su padre y su abuelo.


 Y luego de los primeros días el bonito cuerpo de Kyon sufrió cambios sorprendentes, sus verdes ojos claros y lucidos se volvieron completamente negros, profundos y se afilaron en los lados, imitando la forma de los ojos del resto de miembros del clan, su rostro también se afiló, con una nariz muy delgada, labios finos y cejas negras y bien delineadas también, su rostro había cambiado muchísimo, pero aun se identificaba en el la inocencia y dulzura de su madre. Su cuerpo era aun el de un niño, y no sufrió cambios visibles hasta que comenzara la pubertad. Pero lo mas llamativo fue cuando perdió sus preciosos rizos dorados, se le cayó todo el pelo, y comenzó a crecerle poco a poco una hermosísima melena negra, lisa y brillante, igual  a la de su padre. Había heredado todos los rasgos propios de la tradición del dragón. Y sin duda lo mas importante de su transformación fue la inmortalidad que le dio su dragón, ya no era como otros elfos, quienes llegaban a vivir miles de años, Kyon ahora viviría eternamente, su cuerpo se desarrollaría normalmente hasta alcanzar la edad adulta de un elfo, pero cuando el momento de envejecer llegara, el no lo haría, seguiría siendo siempre joven y a la vez maduro.


 Aon y Allen eran una pareja feliz, y cuidaban del pequeño Kyon, le enseñaron a besar, a acariciar, a tocarse y explorar su propio cuerpo, y a saber lo que quería de otro hombre. Muy pronto aprendió también a dar placer, su propio padre le enseñaba como comportarse en la cama, dormían desnudos con él para familiarizarlo con su sexualidad, toda su vida giraba en torno a la sensualidad de su cuerpo.


 Era un niño travieso y muy enérgico, le encantaba sobretodo nadar en el es tanque, y solía pasear su cuerpo desnudo por las estancias de la torre de Aon, donde solo habitaban los amantes segundos de éste, y algunos sirvientes muy cercanos. Todos lo querían mucho y él se divertía robándoles besos a escondidas de su padre, porque un futuro heredero tenía demasiada pureza como para regalarse a cualquiera, y sobretodo lo que mas le habían enseñado era que debía mantenerse virgen hasta que llegara el momento de florecer.


 Un día, cuando pocos años le quedaban a Kyon para llegar a la pubertad fue descubierto por Allen con un simple sirviente, un joven de su edad que aun era aprendiz y que no pudo negarse a las perversiones del heredero. Una tarde muy calurosa, en una de las habitaciones vacías de la torre de su hermano los dos desnudos sobre la cama se acariciaban entre besos muy lentos y suaves. La inquieta curiosidad de Kyon le llevó a querer tocar otro cuerpo como el suyo,  y sentir los placeres que en secreto había visto que su padre disfrutaba con su amante y otros jóvenes.


  -¿Has hecho el amor alguna vez?- Le preguntó mientras juntos se masturbaban sentados uno frente al otro, entre besos y lamidas tímidas.


 -No, amo Kyon…nunca…- El joven estaba algo nervioso de hacer aquello con el heredero del clan, era un placer prohibido para los de su clase, un niño hermoso de sangre real tocándole y besándole a escondidas de todo el mundo, aunque realmente deseaba muchísimo a su señor habría preferido poder negarse, para salvar su cabeza, y rezaba porque no los descubriera nadie. Pero no tuvo esa suerte.


 Kyon se cansó de jugar con las manos y recostándose hacia atrás obligó a su sirviente a inclinarse sobre él, cogiendo su excitado miembro, le acarició la cabeza acercándola a su entrepierna.


 -Házmelo con la lengua.- Le ordenó.


 El temeroso joven no pudo negarse y bajando la mirada abrió sus infantiles labios para besarlo, y con su lengua húmeda y caliente acarició tímidamente el glande rosado cubriéndolo de saliva. Kyon se estremeció ante el tacto suave de su boca y extasiado soltó un gemido, acariciando la cabeza del chico ligeramente mas fuerte para que siguiera lamiendo. El envolvió su pene con caricias mojadas y besos muy calientes, dejando a su pervertido amo extasiado y ansioso de más placer.


 -Abre la boca…- Le dijo luego, el sirviente obedeció sin dudarlo, y la mano de Kyon empujó su cabeza hacia abajo, introduciendo su pene entre sus labios. El joven inexperto intentaba mantener la boca abierta y continuar lamiéndolo, pero le resultaba muy difícil y salivaba muchísimo, mojándole la entrepierna al heredero. Kyon comenzó a moverle la cabeza tirando de sus cabellos con suavidad, sin quitar la vista de los dulces labios que lo envolvían, recordó la forma en que Allen se lo hacía a su padre, como le miraba a los ojos.


 -Mirame…- le susurró al pequeño sirviente. Este alzó la vista y cruzó sus ojos castaños con los afilados orbes negros de su amo. Pero no sentía nada mirándole de aquella forma, en cambio al ver su suave trasero meneándose un poco mas abajo, le entraron ganas de explorar aquel sitio prohibido hasta ese momento para él. Durante los baños que se daba con sus padres, veía como Aon le acariciaba los glúteos a Allen,  y este muy sonrojado le besaba con pasión. Mientras el pequeño sirviente seguía chupando su miembro torpemente, él dirigió su mano hasta las nalgas sonrosadas del niño, y las acarició con cuidado, eran blanditas y muy suaves, y tocarlas lo ponía muy caliente.


 -Amo Kyon…ah…esto no está bien…-intentó advertirle el joven, pero Kyon no le hizo caso alguno, incluso encontró algo que deseaba aún mas. Entre las nalgas descubrió el ano tierno y virgen del futuro amante, se contraía temerosamente ante su tacto, pero Kyon no era alguien de quien pudieras esconderte.


 -Ven aquí.- Le dijo suavemente, mientras tiraba de sus brazos, poniéndolo a su misma altura, asi ambas manos podían concentrarse en su trasero. Besó los labios del joven para mantenerlo callado y sumiso mientras exploraba aquella zona tan deliciosa. Pero estaba demasiado seco y cerrado para poder entrar. Llevó sus dedos a la boca del niño y le ordenó:


 -Chúpalos.-


 Se los metió en la boca sin darle elección y los untó con su saliva, para volver a llevarlos a su entrada, donde lo mojó generosamente con el fluido. Separandole los glúteos con ambas manos fue introduciendo poco a poco su dedo, el pequeño temblaba y muy nervioso intentaba quejarse, pero la boca de Kyon le aprisionaba los labios. Muy curioso introducía su dedo mas y mas profundamente, tocando las paredes de su interior, sentía como los músculos lo succionaban hacia adentro, envolviéndolo con sus deliciosas carnes húmedas y calientes. Movió el dedo en círculos, intentando dilatar el orificio para meter otro dedo, consiguiéndolo fácilmente. Tumbó al chico sobre la cama, abriéndole las piernas sin sacar los dedos de su interior, y comenzó a jugar con su pene erecto. Quería que se corriera, dentro de su ano podía sentir un rincón hinchado que cuando lo tocaba enloquecía de placer a su joven víctima, se introdujo el miembro chorreante y duro en la boca, chupándolo con voracidad, mientras con los dedos le daba golpecitos certeros y suaves a su próstata en el interior de su trasero. El niño chillaba demasiado, asi que tuvo que taparle la boca con la mano mientras lo masturbaba,  podía sentir como temblaba descontrolado debajo de sus caricias, y de pronto toda su espalda se arqueó grotescamente al sentir como su semen se liberaba dentro de la boca de Kyon. El joven heredero tuvo que tragarlo todo, para no dejar evidencias en la cama, maravillado por la forma en que había se había corrido el precioso sirviente, apenas se percató de los pasos de alguien que se acercaba por el pasillo. Rápidamente empujó al niño hacia un costado, echándolo de la cama con brusquedad, lo escondió debajo de la misma, justo un segundo antes de que la puerta se abriera.


 -Kyon…¿Qué haces aquí tu solo…?-


 Le preguntó el joven amante al verlo desnudo sobre la cama. Kyon cubriendo sus partes inocentemente, se ruborizó un poco.


 -Solo buscaba algo de intimidad…para tocarme…-


 Allen sonrió dulcemente y se acercó a la cama, sentándose a su lado y abrazando su cuerpo sudoroso y desnudo, cogió su mentón con una mano y le hizo alzar la vista para mirarlo a los ojos.


 -Sé muy bien cuando mientes…mi pequeño           Kyon, has estado jugando con alguien.-


 Kyon desvió la mirada avergonzado, nunca había podido mentirle ni a él ni a su padre. Se soltó del abrazo un momento para agacharse y ayudar al sirviente a salir de debajo de la cama. El niño muy sonrojado y cubriéndose sus partes se escondía detrás de su amo.


 -Sabes que no nos gusta que hagas estas cosas a escondidas, y menos con extraños…-


 -¡Solo sentía curiosidad!- intentó defenderse Kyon.


 Allen se puso de pie y cogió las ropas del sirviente del suelo, se acercó a él para ponérselas con cuidado, luego lo acompañó hasta la puerta y lo dejó marchar. Le puso a Kyon una túnica de seda y se lo llevó a su habitación con Aon.


 -Cuando tu padre venga hablaremos con él…-


 -Allen, yo quiero tener un amante ahora, quiero hacer las cosas que tú y mi padre haceis por la noche…quiero conocer otros chicos como yo…-


 El rubio amante suspiró abrazando al pequeño Kyon con mucho cuidado, recostándolo en la cama a su lado.


 -No tengas prisa por descubrir el amor, dentro de poco será tu momento y podrás tener todos los amantes que quieras, pero aún eres muy joven y puro…puedes confiar en Aon y en mí para jugar contigo, sabes que nos encanta…-


 Con mucho cuidado lamió los labios del niño, introduciendo la lengua en su pequeña boca, acariciando su cuerpo desnudo. Pero el inocente heredero lo apartó con las manos.


 -No lo entiendes, Allen…ninguno lo entendeis, quiero un amante para mí solo, no quiero jugar más con vosotros.-


 Enfurruñado se giró hacia un costado, encontrándose con la seria mirada de su padre Aon, quien acababa de entrar en la habitación. Se fue acercando lentamente a la cama, mientras se quitaba su larga túnica de terciopelo, para quedar solo con su camisa y los finos pantalones.


 -Si tan decidido estás, quizás sea el momento de que me entregues tu virginidad, Kyon.-


 Le dijo suavemente al sentarse a su lado. El niño se incorporó en la cama, sorprendido.


 -¿Mi virginidad? ¿Y cuando ya no sea virgen podré tener mis propios amantes?-


 -Así es, hijo…tendrás todos cuantos quieras, pero eso será cuando cumplas la edad para independizarte. Mientras duermas con nosotros solo podrás entregarte a Allen y a mi.-


 El heredero mayor abrazó con ternura a su amante de dorados cabellos, éste alzó sus labios para dejarse robar un pequeño beso.


 -¡Entonces tal vez quiera irme ahora!- se quejó el niño quien veía lejos la posibilidad de alcanzar sus caprichos.


 -No te irás de esta torre hasta que no te hagas un hombre y eso no sucederá nunca si no te entregas a mí.-


 -¡Pero yo quiero tener un amante ahora!-


 Aon suspiró pacientemente, y con gran amabilidad rodeó el pecho desnudo de su hijo, acercándolo más hacia sí.


 -Nunca podrás amar a nadie, si no sabes lo que es el amor.-


  Allen también le abrazó desde un costado, acariciando sus alborotados cabellos negros.


 -Nosotros te enseñaremos a amar, pequeño Kyon…tu padre y yo sabemos mucho sobre el amor.- Con una mirada cómplice rozó sus labios con los de Aon.


 -Pero eso no será hasta dentro de muchos años…-


 Se quejó el niño, reclamando atención.


 -He estado hablando con mi padre y los consejeros sobre ti…me han dado permiso para hacerlo antes de tiempo, si tanta prisa tienes.-


 Ante estas palabras, Kyon sonrió ilusionado.


 -Entonces no quiero esperar más.-


 Su padre al verle sonreír, no pudo evitar robarle un dulce beso.


  -Lo haremos esta noche, los tres juntos…-


 


 Con sus fuertes y varoniles brazos envolvió a sus dos grandes pasiones en un tierno abrazo.


 

Notas finales:

gracias por haberlo leidooo se aceptan reviews!!!! xddxdxdxdxdxdxdxd


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