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Keep On Smiling por kaleido_dance

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
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Notas del fanfic:

Oooohh!! porfin lo he publicadooo!!! me moría de ganas de hacerlo pero no sabía si le gustaría a alguien!


Esta historia es todo lo contrario de mi otra serie, hasta la forma de ecribir me cambia...!


Me divierto mucho escribiendolo, suelo hacerlo mientras escucho los beatles...sus canciones me inspiran, sobretodo esa de ob-la-di ob-la-da!!!


 Aqui esta la img de Rui que había prometido!!


 


Notas del capitulo:

Aclaraciones del capitulo:

 

Ooh! que ilusión el primer capítulo, espero que le guste a alguien, reviews please!!!

1

Ángel

 

Era un día soleado, el cielo brillaba muy intensamente y con un color azul jamás visto. Los cerezos estaban en flor y con la brisa los pequeños pétalos llovían de los árboles suavemente.

Un momento propicio para el enamoramiento y el romanticismo entre las parejas del instituto Sakurakoji, pero el famoso heredero de las increíbles acciones de los Saurakoji y del enorme y prestigioso colegio privado de la familia, no tenia ganas de andarse con amoríos por aquellas fechas.

No hacía más que evadir y evitar a cualquier chica que pudiera pretender seducirlo, incluso intentaba mantener las distancias con su mejor amigo, de quien no solo se dudaban preferencias sexuales, sino que además ya había perpetrado algún que otro intento poco disimulado de seducción. Por lo que en aquel momento se escondía en un pequeño rincón de los alrededores del edificio del instituto, muy bien guardado por un grupo de cerezos y junto a una fuente vieja y seca.

Sakurakoji era un joven de complexión atlética, con una belleza poco frecuente en hombres, de razgos tradicionales japoneses, piel ligeramente tostada y suave, unos ojos afilados y largos cabellos negros como la noche. Era considerado una personalidad dentro de la escuela, no solo por su prestigio familiar sino tambien por su atractivo indómito que solía acarrearle grupos de fans y seguidores obsesivos allá a donde fuera.
Por eso siempre que pudiera intentaba huir de las masas, le gustaba recostarse en la hierba y leer tranquilamente, pero aquel día poco le importaban las finanzas, el mundo de la bolsa y el estado de las acciones, un par de días atrás, en la tediosa misa del domingo el sermón fue dedicado a los ángeles y su poder de alivio espiritual, no es que creyera en todo aquello, ni siquiera creía en Dios, de hecho lo obligaban a ir a misa, pero aquella vez se preguntó si podrían o no existir realmente los ángeles.
Había escuchado tantas historias, quizás no fuera una estupidez pensar que seres divinos, inspiradores de paz y amor, se escondieran entre la gente normal para hacer del mundo un lugar mejor…


Mientras pensaba en todo esto no podía dejar de fijarse en el cielo, aquel día estaba hermoso, Pero nuevamente sus pensamientos se vieron interrumpidos al fijarse en algo redondo y anaranjado que caía desde el infinito justo hacia donde él estaba.

No pudo reaccionar a tiempo y su rostro recibió el impacto de una pelota de baloncesto.

Muy adolorido se llevó una mano a la cara y con horror descubrió que su nariz comenzaba a sangrar, maldiciendo furioso no se dio cuenta de que alguien se le había acercado.

-Perdona…¿estas bien…?-

Una suave voz le hizo alzar la vista hacia quien le hablaba, pero no pudo contestar a su pregunta porque se había quedado sin palabras.

Tal vez fuera por alguna lesión en el cerebro luego del golpe o por algún milagro inexplicable, pero se quedó mirando al niño que le hablaba, parecía pequeño, le calculó unos once o doce años, pero al ver su uniforme le sorprendió que fuera un estudiante de instituto. Piel blanca, cabellos dorados y unos ojos del mismo brillante color índigo del cielo en aquel hermoso día de primavera.
El chico lo miró con una sonrisita tímida, y Ken Sakurakoji cayó en la cuenta de que su boca estaba abierta.

-N…no pasa nada…estoy bien.-

La verdad era que le preocupaba su nariz que comenzaba a sangrar más abundantemente, salpicándole la camisa.

- ¿Esto…me devolvería mi pelota, senpai?-

El pequeño sonrió alegremente mientras el otro le daba lo que pedía, y tras una reverencia y un “lo siento mucho” se fue corriendo por donde había venido.

Ken se quedó pensando en aquella tímida sonrisa y en sus ojos risueños, y recostándose en la hierba nuevamente volvió a considerar la posibilidad de que realmente existieran los ángeles, tal vez escondidos detrás del rostro de un pequeño alumno de instituto.

Pero no pudo quedarse mucho tiempo reflexionando sobre ello porque su nariz seguía sangrando y era mejor no tardar demasiado en ir a la enfermería.

 

 

 

-¡Eh!...¡Eh! ¡Seiji, Yamato, Keitaro! No os imaginais quién me devolvió la pelota cuando se nos fue cerca de la fuente vieja…-

El pequeño Rui Takato al llegar junto a sus amigos con el balón en las manos, no cabía en sí de la emoción, una enorme sonrisa cruzaba su rostro confiriéndole una inocencia tan inmaculada como el azul de sus ojos. Dando pequeños saltitos en el sitio mantuvo el suspense para sus amigos que lo miraban extrañados, finalmente se decidió a soltarlo:

-…¡¡¡Sakurakoji-sama!!! –

Las miradas perplejas de los otros se transformaron en copias idénticas de la emoción de quien había hablado el primero, y procurando no dar saltitos ni chillar demasiado, prorrumpieron en un torrente de preguntas y exclamaciones:

-¡¿Estaba solo?!-

-¡¿Qué te dijo?!-

-¡¿Qué le dijiste?!-

-¡¿Qué estaba haciendo?!

-¡Oh, ¿porqué no habré ido yo a buscar el balón?!-

-¡¿Le has pedido un autógrafo?! ¿Puedo tocar el balón..?-

-¡No, déjame a mí tocarlo…!-

-¡Yo había pedido primero…!-


Sobre este punto cabe aclarar un par de detalles a cerca de Sakurakoji-sama, Ken sakurakoji, para ser exactos, no solo era enormemente rico y famoso por los títulos y propiedades de su familia, sino que además era el capitán del mejor equipo de baloncesto del instituto, y esto le había ganado la admiración de todos los jóvenes deportistas a su alrededor.

Retomando la historia, mientras los pequeños jovenzuelos de primero se peleaban por el balón que había chafado la nariz del Gran Sakurakoji-sama, este muy preocupado por su integridad física esperaba en la enfermería a ser atendido por el médico del colegio.

El facultativo, un apuesto joven en prácticas de la misma universidad Sakurakoji, le taponó el orificio nasal con un algodón y le aconsejó que se quedara recostado en la camilla una media hora para que dejara de sangrar.

-No es más que una pequeña hemorragia nasal, se te pasará enseguida, no te preocupes.-

Le dijo con una sonrisa, y luego se marchó para ir a atender a otros desventurados estudiantes y alguna que otra pesada alumna sin otra dolencia que la de los efectos de la primavera en plenos brotes de pubertad femenina.

Hablando de sufrimiento, un ataque al corazón estuvo a punto de sufrir el mejor amigo de Ken al saber que su amado, adorado e idolatrado colega había “llegado a la enfermería desangrado, casi inconsciente y al borde de la muerte”, como fuentes muy confiables le habían asegurado minutos antes.

-¡Ken.., Ken…! ¡Caro mio, no me abandones, resiste…!

-¡Qué no me muero todavía…! deja de hablar como si todo fuera una drama…y no chilles tanto que hay gente delicada cerca.-

-¡Ay, perdón ¿Tan grave es…?!¡No me abandones…!-

El recien llegado se echó a llorar sobre las sabanas de la camilla de la enfermería, con un dramatismo tan realista que verdaderamente parecía que alguien se estuviera muriendo.

-¡Mira que llegas a ser marica…!-Le reprochó el herido, mientras le hacía levantar la cara y le secaba las lágrimas con la manga de la camisa.


Shootie era el mejor amigo de Ken desde la infancia, aunque la mayoría de las veces era dificil entender como dos personas tan distintas podían estar juntas. Desde pequeño Shootie se había declarado abiertamente bisexual y fue ganando muchisima fama entre chicos y chicas por ser el alma de todas las fiestas donde acudía, que eran muchas, demasiadas...llegando a ser considerado el bizarro Rey del instituto. Gracias a esto cuenta con inumerables fans de distinto género que lo adoran y siguen a donde él vaya. Por esto shootie es considerado como una especie de consolador público, desvirgador de muchos futuros semes o ukes o simplemente jovenzuelas de faldas cortas, y amigo infalible de la diversión esporádica y lujuriosa.

Además su fisico le acompaña, con un cuerpo delicioso y bien cuidado, la piel dorada y tersa, con un peinado siempre a la última moda de colores por lo general muy llamativos, pero siempre cayendole graciosamente sobre un lado del rostro para darle más misterio, y diversos piercings y complementos que escandalizan a los profesores y alumnos más estirados.

A pesar de las diferencias y del declarado amor de Shootie por Ken, ambos continúan siendo amigos.

Una vez hubieron salido de la enfermería los dos amigos se dirigían a sus últimas clases de aquel segundo año de instituto superior, sin más preocupaciones que el cómo ocupar el resto de la tarde de aquel último día…

Pero Ken ya sabía en qué aprovechar su ultima tarde de colegio, no podía dejar de pensar en él, necesitaba volver a ver a su ángel particular.

 

 

 

 

 

Notas finales:

bueno...muy pronto la continuación


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