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¡A los Dioses les flipa el Lemon! por kaleido_dance

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Notas del capitulo:

Oh! el segundo capi despues de tanto tiempo, k lenta soy, pero prometo escribir más seguido.


que conste que para hacer este fic me estoy documentando un monton y por tanto podeis confiar en la veracidad de mis palabras!!


este capi es muy diver, a mi me encantó escribirlo, estsos musos son la hostia!!

II 

Apolo y los musos    

A la mañana siguiente Amor me indicó el camino, bordeando el río llegaría en algunos días a Delfos, aunque debiera pasar la noche en el camino. Antes de irse me regaló una manzana dorada.       

-Es una de las manzanas de mi madre, Afrodita, cuando tengas hambre come cuanto quieras que no se acabará nunca y siempre será jugosa y fresca.-

Me beso una vez más y me acarició el pelo.       

-Recuerda que los dioses estamos de tu lado, no temas por nada, tan solo sigue adelante porque tu destino te aguarda gloria y felicidad. –

Y sin decir nada más abrió sus alas y alzó vuelo, perdiéndose en la luz del sol. Me pregunté si alguna vez lo volvería a ver.        

 

Siguiendo el río comencé mi larga travesía en busca de Fileas, aún no tenía ni idea de las increíbles aventuras que me esperaban. “No te preocupes Fileas, pronto nos volveremos a ver, y estaremos juntos por siempre, no dejaremos que nadie nos vuelva a separar” pensé para mi mientras colgaba en mi cuello el precioso collar con la concha.

Las horas pasaban y yo continuaba mi camino, de vez en cuando paraba para refrescarme en el río, a veces sentía que alguien me espiaba y oía risas, pero cuando me giraba para ver no había nadie más que yo. Si tenía hambre comía de la manzana dorada de Amor, era deliciosa, y me recordaba a él, a sus caricias, a sus ojos divinos, y me sentía protegido.         

 

La tarde comenzó a caer, apuré el paso para avanzar cuanto pudiera antes de que anocheciera pero unas voces lejanas me hicieron detenerme, me escondí entre los árboles mientras buscaba de donde provenían las voces.

Al otro lado del río entre los árboles frondosos ví unos extraños destellos, y figuras que se movían, escuché risas y gritos, pero no eran las voces que a veces me acechaban, eran voces más reales, voces de jóvenes. Empujado por la curiosidad me zambullí en el agua, nade a lo ancho del suave caudal, no era demasiado profundo ni amplio, pude llegar hasta la otra orilla sin dificultad. Cauteloso, me acerqué a los árboles de donde provenían las voces, ahora mucho más claras.       

-¡Ay, déjame…para ya…no me hagas eso…!-

Decía una voz de chico entre carcajadas.        

-¡Ven aquí, ahora verás…!-

Decía otro.  

Sentí moverse los arbustos delante de mí, asi que me escondí detrás de un árbol, y de pronto vi a un joven, desnudo, caer al suelo, seguido por otro que, igualmente desnudo, cayó sobre él. Ambos eran muy hermosos, uno de risos dorados y el otro de cabellos castaños, el que estaba debajo no paraba de reír y el de arriba le mordisqueaba los pezones y le hacía cosquillas por todos lados.

Entonces de la nada aparecieron otros dos, también desnudos, se echaron encima del que atacaba al de rizos dorados y lo sujetaron por los brazos alzándolo, el chico que estaba en el suelo se levantó de un salto y cogiendo a su acosador por los pies se lo llevaron entre los tres por donde habían venido entre carcajadas.   

 

 Luego de presenciar una escena como aquella, mi curiosidad creció aún más, y sin dudarlo los seguí.

Detrás de los arbustos fui siguiendo las risas por entre los árboles, hasta llegar a un claro donde una enorme fuente de piedra emanaba unos chorros de agua cristalina, que bajo la luz del sol centelleaba y formaba pequeños arco iris entre los surtidores.

Pude distinguir al grupillo de tres que llevaba al joven castaño sujeto por los brazos y los pies, y lo echaban al agua en la fuente, salpicando a otros jóvenes que también se estaban bañando allí. Eran unos cuantos, no los pude contar porque se movían por todos lados, algunos corrían alrededor de la fuente, otros se bañaban dentro, incluso en una parte detrás de un gran surtidor de piedra pudo ver a un par de ellos que estaban besándose.

Sorprendido por el espectáculo me acerqué para ver mejor y uno de ellos me vio y se me acercó.         

-Hola –

Me dijo

- ¿Cómo te llamas?-

Su mirada alegre y desierta me recordó la de un niño, pero su cuerpo varonil y adolescente despertó en mí cierto pudor, me avergonzaba estar delante de alguien desnudo y que tenía tanta belleza, además su piel y sus cabellos estaba mojados.         

 -Kalei –Le respondí –Me he perdido-

no era cierto pero quería saber donde estaba y quienes eran aquella gente.         

-Estás de suerte, este es el…-

 pero no pudo acabar la frase, otro de los alocados jóvenes bañistas vino corriendo perseguido por algunos de sus compañeros y se estampó de lleno contra su espalda, los otros que venían detrás también se echaron encima de él, y por tanto de mí. Yo debajo de todos ellos casi no podía respirar, pero mis aplastantes se partían de risa.           

-¿Y ese quien es?-

 preguntó uno al percatarse de que yo también estaba en ese revoltijo de piernas y brazos.          

-Se llama Kalei-

dijo el que me había hablado

–Se ha perdido…es muy guapo, ¡me lo pido para que sea mi sirviente!-           

-¡¿Qué? Ni hablar! ¡yo tambien quiero un sirviente tan guapo!-           

-¡de eso nada, aquí el mayor soy yo, por eso me quedo con el sirviente guapo!-           

-¡¡Sobre mi cadáver…!!-            

-¡¡Ahora verás, nenaza…!!-     

Empezaron a pelearse por mí, todos ellos, y otra vez me ví envuelto en una maraña de manos que me llevaban de un lado a otro y se pegaban entre ellos, uno incluso me beso, otro me tocó el trasero y un tercero intentó desnudarme.

 A todo aquello habían llegado más personas, todos jóvenes apuestos y enseñando sus esplendorosas partes rebosantes de juventud.       

 

Creí que me acabarían matando o peor aún desmembrando, pero entonces una sombra grande y poderosa se cernió sobre mí, sujetandome con brazos fuertes y vigorosos, envolviéndome contra su pecho desnudo y varonil. Todos los adolescentes se callaron y miraron expectantes a la figura autoritaria del hombre hecho y derecho que me protegía.

Lo miré, su semblante serio y duro reflejaba su enfado, sin duda se hacía respetar por aquella pandilla de salvajes, pero lo más impresionante fue la elegancia de sus rasgos, una belleza superior a la de todos aquellos primores, solo comparable a la del hermoso Amor.       

 -¿Qué os he dicho acerca de tratar a los demás como objetos?-

 preguntó con voz grave y madura.      

-Que no somos nadie para tratar a los demás como cosas nuestras, que debemos ser respetuosos, educados y obedientes.-

corearon los chiquillos apesadumbrados.       

-Bien ¿Y quien os ha dado permiso para disputarse la vida de este joven? Yo soy vuestro dios Apolo y debéis respetarme y obedecerme, no sois nadie para tener nada, me pertenecéis y debéis ser sumisos ante mi voluntad y enseñanzas. ¿Os he enseñado yo a coger cualquier persona que pase por delante y hacerla vuestra esclava?          

-Pero tu haces lo que quieres con nosotros…-

 se atrevió a decir uno de ellos.          

-¿Te atreves a cuestionar mi autoridad divina…? Esta noche te quedarás sin jugar, por bocazas.-          

-¡¡Eso no es justo..!!-          

-¡Febo, no seas tan cruel…!-          

-¡No era su intención cuestionarte…!-  

Los gritos de protesta de sus compañeros se alzaron en el claro por sobre el murmullo de la fuente.              

-¡Aquí yo soy la ley, y quien no  cumple la ley es castigado…!no obstante si te esfuerzas puede que levante tu pena y te deje ser partícipe de nuestros juegos de cama esta noche.-

Apolo alzó una mano en señal de palabra de honor, y todos los chiquillos sonrieron felices.              

 -Ahora ya basta de peleas, Kalei necesita nuestra ayuda y nosotros le regalaremos con nuestro favor, pero antes voy a presentarnos. –

Apolo me miró con sus ojos azules y sonrió ampliamente, sus blancos dientes me deslumbraron, aquella boca de labios carnosos y seductores atrapó mi mirada, tenía una piel morena muy suave y unos cabellos ondulados castaños enmarcaban su rostro de fuertes mandíbulas y mentón con hoyuelo.          

-Yo soy el Dios Apolo, señor de Sol y la luz, providencia de la medicina y la adivinación, llevo la razón y el arte a las mentes de los más grandes genios de la humanidad con ayuda de mis musos inspiradores de belleza y harmonía.         

 

  En este punto cabe aclarar un pequeño pero imprescindible detalle: aquellas personas que sepan de mitología dirán “¡Oh, ¿pero como es posible? habré leído mal, porque estoy seguro/a de que los ayudantes de Apolo eran musAs y no musOs” y es verdad, la distinguida concurrencia que lee este fic en estos momento tiene toda la razón.

Pero YO, la autora del fic, ars creatoris, he decidido cambiar el sexo a los personajes que me convenga de la mitología grecorromana con el fin de poder ampliar la trama de esta historia y posibilitar escenas de ingente contenido erótico homosexual de especial agrado para el público. Por tanto las musas aquí son musos, hombres salvajes, machos impúdicos y viriles, con “cosas” varoniles entre las piernas. Ahora prosigamos con la historia.           

 -Y estos són mis musos: Clio, muso de la historia, Thalío, muso de la comedia, Erato, muso del amor lírico, Euterpe, muso de la música, Polymnio, muso de la poesía, Calíope, muso de los cantos heróicos, Terpsícore, muso de la danza, Uranio, muso de la astronomía, y Melpomeno, muso de la tragedia, todos ellos me acompañan siempre y son mis pequeños aprendices. –

 A medida que los iba nombrando los jóvenes musos, que eran nueve, se fueron acercando a mi y me besaban las manos, eran todos demasiado hermosos y diferentes entre sí, algunos más altos, otros más bajos, rubios, morenos, castaños, pelirrojos, de tez blanca, tez dorada y tez parda…para todos los gustos.           

-Febo, ¿se quedará Kalei a dormir en nuestro palacio esta noche?- preguntó uno de ellos abrazandome.           

 -¿Y podremos jugar con él?-

Otro me abrazó tambien, eramos de la misma edad y estatura, pero ellos eran inmortales y yo no.           

 -¡Yo tambien quiero jugar con él!           

-¡Y yo!          

-¡Y yo tambien!           

-No molesteis a Kalei, él ya dirá si quiere jugar con vosotros, ahora iros a la fuente a seguir con vuestras cosas.-

Apolo los empujó un poco para apartarlos de nuestro alrededor, algunos se fueron corriendo y volvieron a las andadas, comenzaron de nuevo las risas, los gritos y los chapuzones. Apolo me llevó aparte para hablar conmigo, o eso pense yó, pero lo primero que hizo fue abrazarme y besarme, me dejé tocar por sus manos amables y varoniles, me sorprendió mirándole la entrepierna desnuda, él sonrió.            

-Desnúdate, desentonas llevando esa ropa entre todos nosotros, no te preocupes ninguno te hará nada que no desees. –

Me quitó mi túnica y las sandalias y me miró de arriba abajo, rodeándome con sus brazos me volvió a besar.             

-Hueles a Amor –

Me dijo luego

- A veces yo voy a su palacio en las nubes y lo violo sin que se pueda resistir, yo se que en realidad le gusta que se lo haga, sino se habría quejado a su madre y Zeus me reñiría, pero no es más que un golfo al que le gusta hacerse el difícil. Es igual que los chavales estos, pero ellos se arrodillan ante mí para que yo les de lo que quieren, como verás esta noche, todos aquí me aman y tú me amarás tambien.-  

Me besó con lujuria, lamiendo mi lengua de forma ordinaria y presumida, con maestría, acariciandome los costados, me aferré a su cuello sin osar omponerme a la voluntad de un Dios, él era mi Dios y yo para ser merecedor de su favor debo hacer cuanto él desee.                  

-No te preocupes –

Me dijo al oído

– Sé que estás enamorado, sé que buscas a tu hombre y que darías hasta tu vida por volverlo a ver, yo te dejaré ir mañana, pero pasarás la noche en mi lecho y me complacerás, probarás el amor de tu Dios Apolo, muchos lo darían todo por estar en tu lugar. ¿Accedes a mis condiciones, Kalei?-                  

-Sí, Dios mío, cumpliré todos tus deseos para ser digno de tu amparo-

y demostrando la veracidad de estas palabras me acerqué a su boca y le ofrecí mis labios mojados, él los mordió y lamió, abrazándome.                  

- Vamos a la fuente para que te diviertas con los musos, no temas, no te harán daño. –        

Fuimos al manantial de aguas cristalinas y nos metimos en el agua, los jóvenes se me acercaban y me abrazaban, algunos me pedían que los besara, yo accedí a todas sus peticiones, nadamos juntos y jugamos toda la tarde, Apolo también se divertía con nosotros, a veces cogía a uno de sus musos y se lo llevaba a algún rincón apartado, o detrás de un surtidor, o a la parte superior de la fuente, y allí se besaban y acariciaban, luego volvía el chico a junto a los demás todo sonrojado y contento.       

 

Al caer la noche se hacía difícil ver y Apolo decidió que era la hora de volver al palacio, así todos salimos de la fuente y nos adentramos entre los árboles siguiendo un caminito iluminado con antorchas, hasta llegar al gran palacio del Dios Sol.

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

y attention: en el proximo capitulo super mega orgía con 11 personas y muuuuuucho lemon, será la primera vez que describa una orgía,, jeje, espero k me salga bien

 

si teneis dudas sobre lo que sea o quereis que pase esto o lo otro dejad reviews!!!


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