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Regreso de un amor pasado por LycanZero

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Notas del capitulo:

Aquí os dejo la conti ^w^ esta larga puesto que me ausentare toda la semana a causa de mis examenes U.U por lo que la actualizacion seria hasta el viernes en la nochcecita ^w^

-Sakura- Naruto apareció enfrente de la pelirosa.

-Naruto-sama, felicidades domino rápidamente el agua… la verdad pensé que le constaría más trabajo… pero me alegra haberme equivocado- dijo la chica mientras le hacia una reverencia llena de respeto.

-No hagas eso, es muy incomodo- contesto el chico con cierta pena.

-Solo esperemos a que Sasuke-kun y Gaara terminen este combate y daremos todo por terminado en este día… ya que el festival va a empezar- dijo la chica alegre. Se veía emocionada, tal vez nunca había ido a un festival y tal vez estaba así de feliz porque iba a ir con Sasuke, por un momento dudo en llevar a cabo sus planes para competir por el amor de Sasuke con la pelirosa. Ella jamás había tenido una vida normal y ahora que podía el simplemente se lo quitaría ¿Sería capaz de llenarla de infelicidad? Empezó a pensar que tal vez lo mejor era desistir de todo y dejar que Sasuke fuese feliz con Sakura. Si en verdad quería a sus amigos… tenía que sacrificar su felicidad por la de ellos, eso era lo correcto ¿No es así?

Después de un largo rato de espera para que Sasuke y Gaara dieran por terminado el encuentro, Sakura y Naruto se dirigieron hacia la mansión del primero para empezarse a arreglar e ir al festival; mientras que Sasuke y Gaara hacían lo mismo pero en la mansión de los Uchiha. El pelinegro había quedado en ir por Sakura así que más o menos se tenía una media hora para arreglarse completamente.

-Pero ahora que m acuerdo no tengo nada que ponerme- comento Sakura con pesar cuando hubieron entrado a la mansión. Yoru se encontraba en la sala.

-¿No compraste nada?- el rubio estaba aguantando las ganas de burlarse de la desgracia de su pobre amiga.

-Lo hubiera hecho si no me hubiera ofrecido a entrenar a ciertas personitas- sus ojos se volvieron hacia Naruto para verle con apariencia espeluznante. El chico lo único que hizo fue retroceder de miedo y con una gota enorme resbalándole por la cabeza mientras reía nerviosamente. Yoru se levanto del sillón y dirigió a su princesa.

-Sakura-sama—llamo el joven para atraer la atención de la mencionada.

-¿Qué pasa Yoru?- pregunto de forma triste, en verdad quería ir a festival.

-Yo… yo me… me tome la molestia de… de comprarle un kimono…como la vi muy ocupada con el entrenamiento, deduje que no había comprado nada… así que… me atreví a comprar… a… algo para usted- Yoru estaba de lo más nervioso, además de que estaba sonrojado y eso le hacía ver de manera tierna. Sakura alegre por la noticia rodeo el cuello del chico con sus brazos y luego le planto beso en la mejilla.

-¡¡Muchas gracias!! ¿Está en la habitación?... lo quiero ver- dicho esto corriendo se fue a la habitación, parecía niña pequeña feliz por su regalo. Yoru solo la observo desaparecer tras subir las escaleras, y sonrió con ternura.

-¿Por qué no le dices que te gusta?- la pregunta directa de Naruto le hizo volver a la normalidad.

-No se… de… de que me… habla- su cara morena paso a ser una de un rojo vivo.

-Si sabes de que hablo… si la quieres nada pierdes con decírselo- el rubio le miro de forma picara, tal vez no tenia porque no intentar luchar por el amor de Sasuke, simplemente pediría ayuda y el más indicado era Yoru el cual no era muy bueno ocultando sus sentimientos.

-Tal vez tenga razón… pero se le ve muy feliz a lado de Sasuke-sama, así que he decidido no entrometerme… el por el bien de ella- contesto el pelinegro con pesar.

-Respeto tu decisión, pero sabes… en verdad se lleno de felicidad al enterarse que le habías comprado algo… puedo asegurar que será un muy preciado tesoro para ella- dicho esto el joven Namikaze también se dirigió hacia las escaleras, el también tenía que darse un baño rápido y vestirse. Esa noche seria donde todo se tenía que aclarar porque se tenía que aclarar.

*******

Sakura se hallaba en su cuarto feliz, el kimono que Yoru le había comprado era en verdad muy bello, al menos para ella, era de color lila con bellas y pequeñas flores de cerezo de un suave rosa, el obi era de un rosa metálico que claramente se distinguiría del resto del kimono. En verdad estaba feliz, era la primera vez que Yoru le regalaba algo, sin duda alguna, ese sería un maravilloso tesoro que guardaría para siempre. Sin más se metió a bañar, ya deseaba ponerse su kimono.

-Sakura-sama ¿puedo pasar?- Yoru toco ligeramente la puerta con los nudillos.

-Sí, adelante- contesto la joven usando un tono de total alegría. El chico obedeciendo se metió  la habitación, pero no paso del marco de la puerta, pues al ver a su princesa con el quimono simplemente se había quedado ahí, petrificado por la impresión. Sakura se veía hermosa, el cabello, que ya no estaba muy corto, le alcanzo para hacerse una pequeña cola de lado derecho en la cual reposaba un hermoso prendedor de una rosa roja con doradas hojas, sus labios tenían un ligero tono rosado también.

-¿Co… como me veo?- la chica dio una vuelta completa, sus mejillas estaban encendidas por la pena.

-Se… se ve muy hermosa- el chico tampoco pudo evitar ruborizarse, el kimono le quedaba perfecto, mascaba muy bien la silueta de su preciada princesa.

-¿Tu no vas a ir?- la pelirosa por fin había notado que su “sirviente” no estaba cambiado para la ocasión.

-No, es mejor que yo me quede… usted es la que debe divertirse- el chico bajo la mirada no deseaba que Sakura viera su tristeza.

-Tú también tienes que divertirte… ven con nosotros- mas que orden sonó a suplica, Yoru vio como la pelirosa ponía un semblante muy triste amenazando con incluso llorar.

-Lo siento pero no iré… usted puede disfrutar la velada junto a Sasuke-sama, yo la esperare aquí- fue la contestación del joven. Sakura enojada se le acerco y planto una fuerte bofetada, el chico sorprendido lo único que hizo fue poner su mano en la zona golpeada para ver de nuevo a su princesa.

-¡¡ERES UN GRAN IDIOTA!! ¡¡DICES SER MI FIEL SIRVIENTE PERO NI SIQUIERA SABES MIS VERDADEROS DESEOS!! ¡¡TE ODIO!!- dicho esto la joven empujo a un anonadado Yoru y se dirigió a la parte baja de la casa, solo faltaban cinco o menos minutos para que Sasuke llegara por ellos. Así que era mejor esperar en la sala.

-Y luego dicen que el idiota es uno- Naruto se encontraba fuera de la habitación, recargado en la pared. Llevaba una yukata (para hombre claro está) de un hermoso azul celeste mientras que el obi era de un azul marino.

-¿Idiota?- el joven no comprendía la indirecta de rubio.

-Está más que claro que ella desea que fueras con nosotros… te dije que la vi inmediatamente feliz cuando le dijiste que le habías comprado un kimono… es más que lógico que pensara que también irías para disfrutar de la ocasión juntos… al fin y al cabo ni tu ni ella tuvieron una infancia muy feliz… pero deberías estar feliz, por amargarle la ocasión… en mi cuarto hay otros mas, por si cambias de opinión- dicho esto Naruto bajo las escaleras, puesto que había oído la voz de Sasuke, por lógica, significaba que ya había llegado.

-Naruto-sama apresúrese… quiero ir ya al festival- la chica tenía un semblante lleno de alegría, como una niña visitando un zoológico o una feria.

-“Eres muy buena, ocultando tu dolor”- pensó el rubio mientras observaba a Sasuke y a Gaara. El pelinegro llevaba una yukata completamente de un azul marino, bueno con el símbolo de su clan en la espalda, y Gaara tenía una de color verde opaco.

-Apresúrate… dobe- dijo el Uchiha con una sonrisa arrogante.

-Ya voy… teme- esa noche seria de aclaraciones sentimentales, fuera como fuera y nadie, absolutamente nadie lo evitaría. De eso se encargarían tanto Sakura como Gaara.

Ya en el festival, Sakura anduvo de un lugar a otro, observando los dulces, jugando algunos de los juegos. En pocas palabras no deja de ir de aquí para allá. Los tres jóvenes que la acompañaban la observaban como si se tratara de una niña pequeña a quien deberían cuidar para que no se metiese en problemas; se notaba muy bien que Sakura jamás había disfrutado de este tipo de festividades.

-Sasuke-kun, Naruto-sama, Gaara… vamos a la casa del terror- la pelirosa se acerco a los tres mencionados. Estaba harta de intentar separar del pelirrojo de los otros dos sin ningún resultado, esta era la única opción que quedaba.

-Yo aquí los espero- dijo Naruto con nerviosismo, todos le miraron con incredulidad, hasta que Sakura sonrió de forma maliciosa.

-Ahora que recuerdo… a Sora no le gustaba nada referente a fantasmas… Naruto-sama ¿no será que usted también les tiene miedo?- Sakura se acerco al rubio.

-Pe… pero que dices… no… no es por eso.

 -Gaara acompaña a Sakura… yo me quedo aquí con el dobe- el rubio dio un respingo al ori eso pero no pudo replicar nada ya que los mencionados salieron volando del lugar hacia la casa del terror. Sasuke era rápido al sentir las oportunidades que sus amigos le estaban otorgando para quedar a momentos a solas Naruto.

Sin decir más el pelinegro tomo la mano del rubio y lo alejo del lugar, este algo desconcertado se dio cuenta muy tarde de que se estaban alejando del festival para ir a un lugar más solitario. Hubo un silencio total en el camino.

-Sasuke- llamo casi en susurro. El mencionado no contesto pero le dio a entender al rubio que le estaba escuchando. El rubio tomo aire--- ¿A dónde vamos?

-Tenemos que aclarar algunas cosas- fue la única contestación por parte del pelinegro.

-Eso no responde a mi pregunta- defendió el menor. El Uchiha no contesto, tomo con más fuerza la mano de su compañero y siguió caminando; el rubio entendió y solo se dejo guiar.

*****

Sakura y Gaara salieron de la casa del terror y buscaron con la mirada a Sasuke y Naruto, pero al no encontrarlos sonrieron a un mas. Su plan había funcionado, ahora lo único que les quedaba era esperar a que el pelinegro arreglara las cosas. Ellos, olvidándose del tema temporalmente se dirigieron a las demás atracciones para seguir divirtiéndose, cuando estaban a punto de llegar al lugar donde podían atrapar a un pequeño pececito, se dieron cuenta de que Sai saltaba de tejado en tejado buscando a alguien.

-Esto es un problema- dijo Sakura mientras cerraba los ojos y ubicaba a los dos tortolos; para su desgracia Sai se dirigía directamente a ellos.

-Tenemos que detenerlo- ordeno el pelirrojo, la chica solo asintió y ambos comenzaron a correr, las ropas no les evitaban para nada moverse con velocidad y gracilidad. Sai podía sentir como e chakra de Naruto se sentía más cerca, pero para su total desagrado junto a él estaba el del Uchiha, tenía que evitar que ese tipo se saliera con la suya.

-Hasta aquí llegas- sentencio la pelirosa apareciendo enfrente del pelinegro.

-¿Quién eres?- una pregunta sin sentido, la conocía muy bien. Era al “novia” del Uchiha, era al amiga de Naruto de hace muchos años, era el estorbo que le impedía acercarse a su rubio y a Sasuke.

-No dejaremos que intervengas- Gaara apareció detrás de la pelirosa, Sai solo pudo observar sorprendido, aquel pelirrojo también se hallaba ahí, estorbando.

-No quiero pelear… solo quiero ir por lo que es mío- sonrió maliciosamente.

-Lamentablemente Naruto-sama no es tuyo… pertenece a Sasuke-kun- aseguro la joven, mientras invocaba a sus Claymore.

-Eso no… Naruto es de mi pertenencia- Sai saco su pergamino y lanzo enormes bestias hacia los otros dos jóvenes, sin embargo Sakura, más rápida que un rayo, destrozo completamente a esos seres de tinta. Sai comprendió en ese momento que Sakura sería un gran problema; debía alejarla del pelirrojo y en un momento dado huiría y buscaría al rubio.

-Investiguen donde están- dicho esto de su pergamino salieron muchos ratones, para total desagrado de la pelirosa, pero debía evitar que averiguaran donde estaban sus dos amigos; con trabajo había conseguido que esos dos se quedaran solos, no permitiría que la “copia barata” arruinara todo.

-Yo los destruiré… tu encárgate de este- Sakura desapareció, dejando al pelirrojo y al pelinegro totalmente solos; el viento comenzó a soplar fuerte y cuando termino de dar un pequeño aullido ambos jóvenes chocaron para comenzar una extensa batalla.

Sakura corría y esquivaba todo árbol que se le ponía enfrente, debía destruir a esas desagradables criaturas de tinta. De todos los animales a Sai se le había ocurrió escoger especialmente las ratas, definitivamente esta era su misión más complicada.

-Esto del amor es algo muy difícil- dijo para sí, detectando a unos cinco metros de ella a unos diez ratones— hora de trabajar—de nuevo, y con rapidez, destruyo a los pequeñitos animales. Pero esos solo eran al tercera parte, había muchos más.

-Los demás ratones ya han sido destruidos… mi princesa- la voz de Yoru la hizo respingar, no se esperaba la ayuda de ese subordinado. Con lentitud volteo su cuerpo entero, para observar la silueta del chico, la cual era remarcada por la yukata negra que llevaba puesta.

-Yoru- la chica acaricio el nombre, como si se tratara de una hermosa palabra. El chico sintió nervios.

-Me disculpo por lo que paso en la mansión y… también por… por lo que voy a decir- respiro hondo y luego dejo salir un gran, pero pesado, suspiro--- Te quiero Sakura… lo supe desde siempre, pero sabía que lo nuestro… era algo imposible, referente a las posiciones pero aun así deseaba decirte… como me siento…- ya no pudo seguir con lo que sería un gran y conmovedor monologo puesto que la pelirosa se acerco a él con velocidad, rodeo su cuello con sus brazos y le beso, un beso tierno, cariñoso y lleno de amor.

-Di mi nombre… dilo de nuevo- cuando la chica se separo observo a un atónito Yoru, sus ojos verdes estaban humedecidos, pero las lagrimas que salían de ellos no eran de tristeza, ni de enojo y mucho menos de coraje; eran de profunda felicidad, felicidad al oír su nombre de la persona que desde siempre había estado con ella.

-Sakura… mi Sakura- el pelinegro sonrió, la pelirosa le abrazo aun más y de nuevo se fundieron en un beso amoroso, que poco a poco se fue tornando pasional. Ahora ya nada importaba, solo querían estar los dos ahí, en su pequeño pero hermoso mundo. Se separaron para tomar aire.

-Yo también te quiero- Sakura pego su rostro en el pecho del que fuera desde ese momento su amante, este solo rodeo el pequeño cuerpo de la pelirosa con sus brazos en forma protectora (se olvidaron de todo, inclusive de que Gaara está peleando con Sai ¬w¬).

*****

Naruto no comprendía muy bien el porqué rayos se había dejado guiar por el pelinegro, ahora sí que podía decir que estaban completamente solos. Se alejaron prácticamente del lugar donde habitaban los aldeanos para dar lugar a un profundo bosque pero no muy lejos de ahí se hallaba una pequeña pero rustica cabaña. El Namikaze no tuvo tiempo de ver ms detalles del lugar ya que Sasuke entro en la cabaña y dejo sentar a Naruto en uno de los sillones de la pequeña sala.

-¿Por qué estamos aquí, teme?- el rubio pudo observar que la cabaña por dentro también era pequeña, la sala solo tenía tres sillones individuales de terciopelo rojo alrededor de una mesita de centro. Si ladeaba su rostro hacia la que sería su izquierda podía notar que una barra separaba a la salita de una cocina que solo tenía necesario para sobrevivir unos días.

-Ya te lo dije dobe… tenemos que hablar- Sasuke movió la mesa de centro, arrimo su sillón para estar prácticamente pegado al de Naruto.

-¿Y de que se supone que… vamos a hablar?- los nervios poco a poco lo estaban dominando, y con toda la fuerza que tenia estaba evitando ruborizarse por la cercanía del Uchiha.

-De nuestros sentimientos- la palabra fue sacada con rapidez, haciendo que el corazón de Naruto palpitara como un caballo desbocado.

-¿Sentimientos?- Naruto se empeñaba a hacerse el desentendido. Deseaba ese momento desde que aclaro lo que sentía por el Uchiha, pero si este solo quería dejar bien claro que solo quería ser su amigo, su corazón se haría añicos y jamás habría alguien que lo dejara como estaba.

-No te hagas el dobe… quiero saber que sientes por mi y por Sai- esa pregunta hizo que el rubio respingara en su ligar. El teme le estaba exigiendo una explicación ¿Y el que? ¡¡El también tenía derecho!!

-¡¡Que te importa teme, no quiero que te metas en mi relación con Sai!!- Naruto intento incorporarse pero en ese instante, cual felino, Sasuke se puso encima de él, logrando que el rubio se volviera a sentar en el sillón con el Uchiha sobre sus piernas.

-No quiero que nadie te toque… tu solo tiene es que ser mío- el pelinegro se dirigió al lóbulo derecho del menor y comenzó a lamerlo y morderlo. Naruto uso todas sus fuerzas para que no saliera de su boca un suspiro lleno de placer. Sasuke simplemente le estaba dando lo que con tanto deseo había querido desde la primera vez que estuvieron juntos, pero el pelinegro todavía le debía explicaciones.

-No entiendo… ¿no andabas… con Sakura?- el pelinegro seguía entretenido con la oreja del rubio.

-Ella solo ayudo a comprobar algo… cada que se me acercaba tú te enojabas, lo que significa que te ponías celoso… eso me da más argumentos para saber que tú tienes que ser nada mas mío…

-¿Quién te dijo que me ponía celoso?- pregunto Naruto alterado, el Uchiha dejo su labor y miro a su compañero de abajo; sus ojos hipnotizantes volvieron a atrapar al rubio, quien no se percato que el mayor se estaba apropiando de sus labios. Poco a poco el beso fue tomando ritmo, Naruto estaba correspondiendo con rapidez, hasta que llego el momento de las lenguas interferir para hacer más pasional aquel beso.

-Tu solito lo dijiste… además si yo te pertenezco… es justo que tu también me pertenezcas a mi ¿No?- su mano se infiltro por la parte baja de la yukata de Naruto y comenzó a masajear sus piernas.

-¿Me perteneces?- se oyó como un niño inseguro.

-Totalmente- musito Sasuke en los labios del menor antes de volver a besarlos con gran lujuria. Naruto ya no se restringió más e inmediatamente correspondió al beso como si su vida dependiera de ello. Naruto también deseaba tocar el cuerpo del pelinegro, pero en ese lugar tan pequeño no podía; como pudieron se levantaron del sillón y caminaron a tientas hasta llegar a una puerta, la cual daba lugar a una habitación.

Sasuke recostó a Naruto, no dejando en ningún momento de acariciar las piernas de este, su mano libre se encargo de quitar el obi para dar total apertura a la prenda. Su lengua paso por el bronceado pecho, evitando olímpicamente aquellos botones rosados para el final. Naruto solo soltaba pequeños pero placenteros suspiros. Los toques que le daba el Uchiha eran agradables descargas eléctricas. Su cuerpo temblaba con tan solo sentir el contacto de las suaves yemas de los dedos del mayor.

-Sasuke- susurro con placer. El chico ya había recorrido cada rincón del cuerpo de Naruto con la lengua así que ahora se dedicaba a jugar con los pezones. Los lamia como si fuesen el dulce más sabroso. Pero luego los mordía con lujuria. El rubio lo único que podía hacer era mover su cuerpo ante las caricias placenteras y gemir con total gozo.

-Naruto… contesta… ¿A quién le perteneces?- los labios del Uchiha se acercaban cada vez más a los interiores del mencionado; cuando hubo llegado al objetivo comenzó a lamer su miembro semi-erecto sobre la tela.

-¡¡ahah!!... a… Uchiha…sa… Sasuke- su mente estaba en blanco, no podía pensar en otra cosa que no fuera el nombre de la persona que se había apoderado de su corazón. El placer recorría cada nervio, cada poro de su cuerpo; simplemente no era como la primera vez que lo hicieron, en eta ocasión cada cuerpo soltara más fuego del normal por tanto tiempo de total abstinencia referente a sus sentimientos y a… ya saben ¬w¬

-Sasuke… Sasuke- llamaba una y otra vez, el moreno respondiendo al llamado volvió a subir para besar con hambre los labios del rubio. Esto le sirvió al menor para también desatar el obi de la yukata del Uchiha y poder acariciar con mejor comodidad el pecho de este.

-Naruto- susurro sobre los labios después los empezó a delinear con su lengua. Las manos del rubio no se quedaban en un solo lugar, exploraban con adoración el perfecto cuerpo del que ahora sería su amante; solo se detuvieron cuando sintieron la entrepierna del mayor entre sus dedos. Malicioso, comenzó a masajear aquella sensible parte de Sasuke, quien dejo de besar los labios de Naruto para soltar un pequeño pero sonoro gemido.

-Te gusta- aseguro el rubio que, seductoramente, acerco su boca al oído del pelinegro para lamerlo. Empezó a devolver las caricias que, en su momento, Sasuke le había otorgado. Sin saber cómo, ni cuando ambos chicos se encontraban en una postura muy tentadora (69). Sasuke se relamió los labios para luego tomar sin consideración el miembro del rubio y se lo metió de lleno en la boca.

-¡¡aaa!! ¡¡Mmm!!- arqueo la espalda cegado por el total éxtasis, las varias y rápidas corrientes eléctricas recorrieron todo su cuerpo; con esfuerzo se recobro y con ansiedad bajo la ropa interior de Sasuke para complacerlo también. Entre lamidas, succiones, masajes y gemidos; los chicos no lograron durar por mucho y cada uno termino en la boca del otro.

Sus respiraciones era inestables y rápidas, jadeaban con suma complicación, el placer que ambos estaban sintiendo no era comparada con su primera vez. Sasuke subió de nuevo a la parte superior de la cama para estar frente a frente con su rubio, su mano quito unos mechones dorados que estaban pegados a la frente bronceada por culpa del sudor. No eran perlas salinas salidas por un esfuerzo o mucho trabajo, no, simplemente eran por el placer proporcionado de sus bocas.

-Sasuke- llamo el chico rubio, cuando vio que su amante le ponía total atención, abrió sus piernas hasta donde podía, exponiendo una sonrosada y deliciosa entrada. El pelinegro por instinto de bestia en época de apareamiento se acomodo entre las piernas de Naruto, no eran necesarias las palabras para saber qué era lo que el rubio deseaba y con sumo placer el pelinegro le concedería su deseo.

-¿Lo quieres dentro?- pregunto de forma burlona, mientras una yema de su dedo medio acariciaba la superficie del ano.

-¡Ah!... si… te quiero dentro… y… que me… ¡¡ahaha!!... me des… fuerte- sus mejillas estaban al rojo vivo, sus ojos semicerrados tenían ya poca luz de razón, siendo mayor el brillo de la lujuria.

-Entonces, ven- Sasuke se sentó y Naruto a gatas se acerco a él. Se había enojado porque prácticamente el haría el trabajo, pero también tenía una ventaja… castigaría a Sasuke por ser tan poco considerado con él. Se acomodo muy bien y después poco a poco empezó a bajar para que atrapar por completo en su entrada al miembro palpitante del pelinegro.

-¡¡mmm!!... ¡¡¡aaa!!!- tomando aire se dejo caer, literalmente, sobre el pene de Sasuke. Quien tomando ese movimiento como algo inesperado soltó un ronco gemido. Se quedaron quietos por unos momentos, hasta que sus labios y lenguas desearon entretenerse mientras el cuerpo del menor se acostumbraba a la invasión que desde hace tiempo no se había hecho.

-Na… Naruto- sintió como las caderas del menor comenzaban a moverse  con lentitud de abajo para arriba, eran movimientos lentos y torturantes, pero el pelinegro no se quejo con la idea de que el rubio lo estaba haciendo para acostumbrarse. Pero después de un tiempo largo transcurrido se dio cuenta de que Naruto solo lo estaba haciendo para torturarle.

-¿Qué pasa…Sasuke?- con mala inocencia impregnada en el rostro del rubio vio como el Uchiha en un movimiento se dejaba caer junto con el rubio en el colchón, el arriba claro está. Subió las piernas del menor a sus hombros y después agarro las caderas de este.

-Eres un… niño muy malo Naruto… y ahora… has de ser castigado- sentencio de forma juguetona el pelinegro; Naruto solo rio divertido pero no dijo nada, solo se dedico a esperar a que el mayor comenzara con rápidas y salvajes estocadas que le harían tocar el cielo muchas veces. Pero nada de eso ocurrió, Sasuke permanecía dentro de Naruto pero ahora solo se dedicaba a besar sus piernas, sin ningún otro movimiento.

-Teme… muévete- ordeno Naruto con un puchero en rostro.

-Te dije que te iba a castigar… así que asúmelo- contesto el pelinegro siguiendo con su sesión de besos. Naruto solo hizo para atrás su cabeza en forma de enojo, momento que Sasuke rápidamente aprovecho para agarrar las caderas del menor y darle una fuerte pero acertada estocada al punto clave de Naruto… ese punto que hacía que su mente se pusiera en blanco.

-¡¡Kyaaa!!- en definitiva el rubio no lo había visto venir, solo alcanzo a arquear sus espalda lo mas que se podía, mientras su mente solo tenía una escena en blanco y las corrientes eléctricas aumentaban su rapidez y potencia. Naruto se encontró en un total transe de éxtasis, donde su cuerpo no reaccionaba con respecto a las ordenes de la mente… más bien contestaba a su “ello” a su libido. Debido a la impresión y el inesperado movimiento, las paredes anales del rubio apretujaron con mayor fuerza el miembro de Sasuke. Que con mucha fuerza de voluntad evito correrse.

-Todavía… es muy… pronto- dijo más para sí que para Naruto. Los minutos corrían, los gemidos aumentaban de frecuencia y de volumen, las estocadas iban de rápidas a lentas y viceversa. Ambos se estaban fundiendo en un solo ser, pero no por un amor pasado, bueno, tal vez tenía algo que ver, pero también era un amor presente que había deseado por mucho tiempo salir. No se habían dado cuenta de cuando se habían enamorado, y tampoco les preocupaba pensar en ese pequeño detalle. El presente era lo más preciado para ellos, donde sus sentimientos salían a la luz y era correspondido.

-Naruto… te amo- el pelinegro se había acercado a la oreja de Naruto y susurro con intenso cariño las palabras.

-Yo… tan… también… te amo- con esto culminaron lo que parcia ser un ritual, uno antiguo y uno que profesaba su amor.

Notas finales:

Dejen comentario sino no actualizo XD


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