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Regreso de un amor pasado por LycanZero

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Notas del capitulo:

Gomen U.U no tengo excusa por mi ausencia, solo que no me encontraba con animos U.U la perdida d mi otra cuenta hizo que

mis animos se fueran por los suelos TTwTT pero prometo actualizar mas seguido si que sip

Los días pasaron hasta convertirse en semanas, los entrenamientos habían sido duros para todos, pero al fin y al cabo tenían que hacerse más fuertes si querían vencer a Jiraya; Naruto ya estaba asimilando la idea y mas cuanto su relación con Sasuke dio un giro grande y significativo. Desde la noche en el festival se profesaban su amor cada vez que podían.

Lo cual, en cierta forma, era malo tanto para Fugaku como para Minato, ya que al no tener hijos que dejaran descendencia, Kushina y Mikoto insistían en tener una niña; ambos hombres le agradaba la idea de hacerlo con sus mujeres todos los días, pero al ver la desesperación de ellas que no quedaban embarazadas insistían en que tenían que aumentar la sesiones para tener más probabilidades.

-En otro momento me hubiera gustado estar feliz por la unión de tu hijo con el mío- comento Minato que se estaba escondiendo en la cocina junto con Fugaku.

-Lo mismo digo… pero después de que anunciaron su relación, estas mujeres se volvieron más locas de lo que ya están- oyeron los precipitados pasos de sus mujeres que bajaban de las escaleras y como alma que persigue el diablo, Fugaku y Minato emprendieron rápidamente la huida por la puerta de atrás. Era humillante ver como shinobis de gran elite como ellos huían de unas mujeres que lo único que deseaban era sexo más de una vez al día para estar embarazadas.

-Podría jurar que les había oído por aquí- Kushina entro a la cocina seguida de Mikoto, ambas tenían cuerdas y cadenas para atrapar a sus esposos, ya que cuando avisaron del aumento de sesiones desaparecieron misteriosamente.

-No te preocupes Kushina… hemos de atraparlos tarde o temprano- y con fuego en los ojos salieron del lugar disparadas como balas. La aldea era grande pero eso no evitaría que buscaran en cada rincón a sus maridos.

*****

En el campo de entrenamiento, Sasuke y Naruto estaban teniendo una pequeña pelea, donde estaban usando a bestias del tamaño de un caballo. Uno era un zorro blanco de hermosos ojos azules, y el otro era un feroz tigre de ojos rojos. Ambas bestias ya estaban bien dominadas por los chicos; esto no era de sorprenderse, según Sakura, puesto que Kyo y Sora habían mostrado su habilidad para dominar a las bestias en poco tiempo. Lo que si nadie se esperaba era que pudieran reducirlas de tamaño, esa si fue sorpresa.

-¿Cómo van?- Yoru apareció detrás de la pelirosa y la abrazo por la espalda mientras ocultaba el rostro en el arco del cuello. Sakura estaba más que feliz con su relación; el pelinegro todos los días le mostraba que la quería… o más bien que la amaba con todo su ser. Y cada que se presentaba la ocasión podía mostrárselo de más de mil maneras (en el buen sentido).

-Avanzan muy rápido… ya están listos para la batalla- aseguro la joven que intentaba, de forma juguetona, levantar el rostro de Yoru para poder besarle, pero este entendiendo el juego se negaba a obedecer, puesto que le agradaba cuando la pelirosa le pedía como niña pequeña que el diera un beso.

-¿Dónde está Gaara?- el pelinegro seguía resistiendo ante los pequeños y suaves golpes que Sakura le propinaba para que levantara su rostro.

-Fue a ver a Sai… ese tipo todavía se encuentra en el hospital… la pelea que tuvieron no termino de la mejor manera- contesto la joven desesperada porque su novio no levantaba el rostro—ya Yoru, quiero que me des un beso—suplico la joven.

-Como desees- y con esto le beso, siempre eran besos tiernos que con el avanzar de los segundos se hacían más apasionados.

Naruto esquiva una tajada que Sasuke le propina, para luego atacarle simultáneamente con sus espadas. El pelinegro con más velocidad que antes esquiva dichos ataques apareciendo detrás de su amante, suelta la katana y le abraza con ternura. Luego le empezó a propinar varios besos y mordiscos en el cuello; el rubio simplemente se dejaba hacer aunque estaba pensado que tal vez era mejor parar, si Sakura veía que no estaban entrenando les daría una golpiza y regañada tremenda.

-Sasuke… si Sakura nos ve… ¡aahh!- el pelinegro de mordió con más fuerza, no deseaba que lo interrumpieran.

-No importa… además… ella también lo está haciendo- el rubio como pudo viro su rostro para ver que era cierto, Sakura a cada beso que se daba con Yoru, avanzaban peligrosamente adentro del bosque, deseando mas intimidad.

-Pero si Gaara viene- Sasuke ya estaba infiltrando su mano dentro de la playera del rubio para acariciar su piel, lo cual daba entender que si seguían así las cosas, Sasuke le tomaría ahí mismo importándole poco que los vieran en plena acción.

-Debe estar en el hospital… desde que peleo con Sai le hecho visitas diarias… nunca pensé que fuera a tener remordimiento de conciencia por casi matar a la copia barata- el Uchiha frunció el entrecejo. Recordaba con sumo detalle lo que Gaara le había comentado de cómo se había efectuado la batalla.

***flash back***

-Yo los destruiré… tu encárgate de este- Sakura desapareció, dejando al pelirrojo y al pelinegro totalmente solos; el viento comenzó a soplar fuerte y cuando termino de dar un pequeño aullido ambos jóvenes chocaron para comenzar una extensa batalla.

Gaara había sacado una kunai, la cual choco estrepitosamente con la ninjato de de Sai. Chocaron una y otra vez, el pelinegro estaba preguntándose el porqué el pelirrojo no el atacaba con la arena, puesto que ese era su mayor poder. Pero los grandes poderes tienen grandes debilidades; era un festival así que no podía cargarse una tinaja de arena por todo el lugar, así que decidió dejarla en la casa de Sasuke. Ahora, si quería utilizar arena, tenía que esperar un poco hasta que esta terminara de hacerse de los minerales de las rocas.

-Veo que por estos momentos tengo ventaja- Sai rio d forma falsa, dibujo con rapidez una enormes bestias y las mando contra el pelirrojo.

-Te he dicho que no me subestimes- su joya brillo y de ella salió con rapidez un tridente el cual utilizo para destruir a las bestias de tinta—si tanto quieres arena te la daré—su tridente se deshizo por completo y se formo una buena cantidad de arena, al menos la suficiente para defender y atacar al mismo tiempo.

-Creo que debería de aprender a mantener la boca cerrada por unos momentos- musito Sai quien pensaba tenía mucha ventaja en la pelea ya que Gaara no tenía la suficiente arena; pero gracias a su provocación ahora si la tenia. Gaara empezó a mover sus brazos y la arena empezó el ataque, Sai se movía entre los arboles pues bien sabia que ah la arena no podía moverse con mucha facilidad, además era de noche y estaban cerca de los arboles lo que significaba un aumento en la humedad del entorno.

-No escaparas- tenía poco tiempo su quería vencer a Sai, o más bien detenerlo para que no fuera tras sus amigos. El no era un protector del amor pero si uno de la amistad, haría lo que fuera para que sus primeros amigos fueran felices.

-No pretendo hacerlo- contesto el pelinegro, que saltaba de árbol en árbol, haciendo un círculo alrededor de Gaara, este no comprendía el movimiento pero sabía que algo planeaba. Después de un tiempo se dio cuenta del plan, su arena estaba súper lenta; la humedad de los troncos poco a poco se había traspasado a su arena. Y como creía innecesaria la creación demás, había detenido momentos antes la elaboración de la misma en las rocas.

-Eres un maldito- aplicando gran cantidad de chakra en la arena, esta aumento la velocidad y atravesó el cuerpo de Sai, el cual nuevamente se trasformo en tinta. El pelirrojo abrió sus ojos con sorpresa, no se había dado cuenta en qué momento el chico había realizado dicho movimiento.

-Y no me apena serlo- contesto Sai atravesando la defensa de arena, tomando a Gaara de los hombros y luego besarlo. Le beso con demasiada lujuria, incluso llego a morder el labio inferior del shinobi de Suna para que este gritara de dolor y pudiera meter la lengua en su cavidad. Gaara luchaba por soltarse, mandar a su arena para que le destruyese, pero al sentir aquel musculo moviéndose dentro de su boca, perdió toda la concentración y se dejo llevar.

Sai que muchas veces había leído libros con referente al amor deseaba sentirlo, puesto que era un sentimiento que él jamás había conocido. Al saber que se sentía muy bien en compañía de Naruto creyó que este era su amor verdadero, sin embargo cuando le besaba no sentía nada, su corazón no latía desbocado como lo marcaban sus libros, no sentía las típicas mariposas en el estomago. Pero ahora, que esta besando al pelirrojo, pudo sentir esas deliciosas sensaciones que desde siempre había deseado experimentar… le pelirrojo era le indicado, era su amor.

-¡¡Ahah!!- se separaron, el oxigeno exigió su presencia. Sai observo los ojos aguamarina del menor, estaban llenos de confusión. Sin embargo antes de que este dijera algo, se vio envuelto en arena y apretujado hasta que sintió que todos los huesos se rompían.

-Eres un grandísimo idiota- al parecer Gaara no había tomado muy bien el robo de su primer beso- Gokusamaiso (Prisión de arena) —Sai pudo jurar que oyó con mucha fuerza el romper de sus huesos y tal vez algunas perforaciones en sus órganos. Gaara estaba rojo a tal punto de competir con el rojo de su cabello. Su corazón latía con fuerza amenazando con salir del pecho, su estomago sentía raras pero placenteras cosquillas en el estomago. Poco a poco fue suavizando la prisión de arena. No podía matar a esa rara persona.

***Fin Flash Back***

-Sasuke- el mencionado había detenido total actividad. Así que Naruto empezó a actuar pues deseaba la atención total de su novio.

-Hm- fue lo único que salió de la boca del pelinegro; observo como los hermosos zafiros de Naruto le veía con detenimiento.

-¿Vamos al bosque?- acerco sus labios al oído del mayor, que la sentir el aire que estos emanaban no pudo evitar que la piel se le erizara.

-Claro… deseo un buen descanso y… si se puede…una pequeña ración de leche- ambos jóvenes se adentraron al bosque, perdiéndose entre los árboles, olvidándose de todo, incluso de que sus bestias habían quedado fuera y estaban echadas en el pasto durmiendo plácidamente. Cuando sus amos se acordaran, volverían a su mundo.

*****Un mes después*****

Había tensión en todos los aldeanos, la historia acerca de las reencarnaciones había tomado fuerza por todo el mundo shinobi, pero solamente Konoha conocía al verdadero enemigo de los jóvenes Uchiha y Namikaze. Era aquel que antes era uno de los más respetados shinobis, Jiraya. Minato deseaba con toda el alma ir en ayuda de su hijo, pero como Hokage estaba primero su pueblo y sabía muy bien que su hijo jamás le perdonaría si algo le pasaba a la aldea por culpa de su sentimiento protector paterno.

-El puede… regresara con nosotros- afirmo Kushina que abraza por detrás a su marido. Estaba en su despacho y por la gran ventana veía de frente a su querida aldea. La evacuación había comenzado, a pesar de ser solo un individuo Sakura aseguraba que sería una pelean en verdad complicada y que era mejor poner a todos en un lugar seguro.

-Lose… sé que no nos abandonara- el rubio mayor dio vuelta y quedo frente a frente con su esposa, con su mano acaricio con adoración su mejilla, amaba a esa mujer y más ahora que esperaban a un hijo mas. Después de tantas huidas y sesiones largas en la cama Kushina logro hace poco quedar nuevamente embarazada.

-Hokage-sama—un ninja ANBU apareció frente a la pareja.

-¿Qué sucede?

-Mire el cielo—fue la única contestación del ninja, Minato enarco una ceja puesto que no tenía ni dos minutos que había contemplado el hermoso y tranquilo cielo. Con extrañeza viro su rostro y sus ojos se abrieron de golpe. Bien en el centro de Konoha se estaba haciendo un remolino negro mientras que el viento empezaba a soplar más fuerte, como si intentara succionar a la aldea.

-¿Pero qué es esto?- pregunto exaltado, Kushina solo ahogo un grito de horror, todavía había aldeanos en proceso de evacuación—manden a todos los ninjas cerca de la zona… tiene que poner a salvo a los civiles—ordeno Minato y el ninja así como aprecio desapareció.

-Minato- llamo la mujer, el rubio solo la abrazo con fuerza y desaparecieron del lugar. Lo primordial ahora era poner a su mujer a salvo y luego iría a ayudar a los de más.

*****

Sasuke, Naruto, Sakura, Yoru y Gaara veían con total a asombro al pequeño remolino que empezaba a succionar todo y al mismo tiempo se hacía más grande. Eso no era nada bueno, los aldeanos todavía estaban ahí; sin pensarlo siquiera los cinco jóvenes fueron en ayuda de los que no podían moverse gracias a la fuerte corriente de viento.

-Sakura ven conmigo- ordeno Naruto, la chica le siguió sin cuestionar siquiera, sabía perfectamente que era lo que deseaba hacer el rubio.

-Esperemos funcione- comento la chica pelirosa.

- ¡¡¡Kazegaeshi!!! (Devolución del viento)- gritaron al unisonó, en ese instante otra corriente de viento aprecio y empezó a chocar con la del remolino, por ser dos la corriente de Sakura y Naruto era más grande pero aun así no podían contrarrestar por mucho tiempo el viento contrario.

- Suna no Tate (Escudo de arena)- la arena que Gaara tenía en su poder empezó a elaborar mas arena del suelo, con mucha rapidez, debía salvar a los aldeanos de esa buena aldea. Su arena pronto se vio más grande en cantidad y utilizando toda la fuerza que tenia, logro poner un escudo más grande que el diámetro del remolino, el cual estaba a casi mitad de aldea.

-Bien hecho Gaara- felicito Yoru, quien tenía entre sus brazos a dos pequeñas niñas que no dejaban de llorar.

-intentare cubrir toda la aldea… pero tienes que llevarlas de todas maneras al refugio- el pelirrojo cerró los ojos y comenzó a elaborar mas arena, gracias a que era un Jinchuriki tenía chakra d sobra.

Sasuke y Yoru tomaron a las pequeñas y empezaron a correr rumbo al refugio, en su carrera vieron como muchos shinobis iban hacia el centro para otorgar su ayuda. Ambos pelinegros aumentaron el poder en sus piernas y corrieron con mucha más fuerza. Sasuke había evitado por todos los medios ver a su familia ese día, para él seria doloroso despedirse, aunque sabía que regresaría algo en su interior le marcaba que si los veía era como decirles adiós.

-Hijo- cuando hubo llegado con niños en brazos, su madre lo recibió con un fuerte abrazo, tanto ella como Kushina había quedado embarazadas, solo que ella apenas tenía una semana.

-Madre… ¿está bien?- la mujer estaba al borde de las lagrimas.

-¿Cómo quieres que este bien, sabiendo que tu e Itachi van a ir solos a una pelea?- no deseaba ver a su madre llorar, no quería hacerlo ya que dudaría si lo hacía.

-Mikoto, deja que se vaya… el e Itachi ya tomaron su decisión- Fugaku fue en ayuda de su hijo pequeño.

-Gracias padre… me voy- con una reverencia respetuosa salió del lugar sin mirar atrás, cuando hubo cerrado la puerta escucho los llantos de su madre. Cerró los ojos con fuerza y siguió caminando, Yoru podría darle alcance luego; él tenía que salir  de ese lugar lo más rápido posible. Los llantos de su madre le herían lo más profundo de su alma.

****

Sakura y Naruto estaban casi al límite, el maldito remolino no deseaba detenerse por nada, tenían que hacer otro movimiento rápido sino querían que ese hoyo negro se tragara a la aldea. A Gaara le faltaba poco para cubrir a aldea pero eso no aseguraba la salvación completa de esta. Tenían que destruir esa cosa fuera como fuera; sabían muy bien que era un truco de su enemigo  o tal vez una trampa pero no podían simplemente ignorarla… el deber de un shinobi y de un líder era proteger a su pueblo.

-Sakura aléjate… Kyû Ryū no Kaze Hakai (Viento destructor de los nueve dragones)- nueve poderosos remolinos aparecieron de los suelos, Naruto comenzó a mover sus manos ya recitar intangibles palabras; los remolinos esta vez no arrojaron cuchillas como la primera vez en el desierto, en esta ocasión de se dirigieron directamente al centro del aquel que parecía ya más un agujero negro, que un remolino succionante. En el transcurso los remolinos de Naruto fueron tomando la forma de los dragones, sus ojos resplandecían de un hermoso amarillo y sus fauces se abrían con desmesura.

-Destrúyelo- rogo la pelirosa. Los dragones de adentraron en el agujero y de repente el viento ceso, se hizo un total silencio, nadie se movió, nadie hizo algo… solo esperaron. Hasta que de repente se oyó una explosión, el agujero que permanecía inerte en el cielo empezó a mostrar unas especies de grietas de las cuales salieron de forma viperina los remolinos en forma de dragón. Salían y adentraban en el remolino destruyéndolo por completo.

-Me impresionas… Naruto- el rubio se quedo estático al oír esas palabras, conocía muy bien la voz de aquel anciano.

-Ero-senin- en sus ojos azules se vio reflejada la imagen de su padrino. Pero este tenía una mirada fría y llena de rencor hacia el chico. Sakura se puso en guardia, se hallaban prácticamente arriba de la aldea así que no era un buen lugar para empezar una pelea.

-Hola… Sakura-sama- detrás del anciano apareció el que antes fuera uno de sus subordinados; la mirada maliciosa de sus ojos dorados podían mostrar la lujuria que en ellos encerraba.

-Kalim- la palabra salió con asco, le repudiaba ver a ese chico; fue todo un traidor la no cumplir con su parte, sus demás compañeros sacrificaron su vida para dar una lección a todos los Jinchuriki fuera de la organización, pero él, cómo vil, cobarde abandono tal deber.

-Parece enojada… princesa- se relamió los labios con depravación, Sakura solo pudo sentir un escalofrío recorrerle la columna pero no lo demostró, tenía que mantener la cabeza bien fría en esos momentos.

-Ero-senin… ¿Por qué haces esto?- Naruto dio dos pasos hacia enfrente, deseaba conocer el motivo de tal pelea, ya sabía que eran las reencarnaciones de antiguas personas de poderes maravillosos, pero ellos también tenían vida propia… podían decidir.

-Naruto, tu estas fusionado con el alma de Sora… pero mantienes tu conciencia, algo que no logro tu padrino… el que ves enfrente de ti, es un consejero codicioso que busca la desaparición total de los descendientes vivos de Sora y Kyo- fue la contestación de Jiraya. Naruto se vio caer en un oscuro abismo, su padrino había perdido ante la maldad del otro Jiraya.

-Naruto- la mano de Sasuke sobre su hombro le hizo reaccionar, volvió a su mundo lleno de luz. Cierto, ahora recordaba porque estaba peleando, deseaba salvar su aldea, su vida en ella y a la persona amada. No permitiría que un alma maligna le quitara lo que con esfuerzo logro construir y tampoco permitiría que utilizara el cuerpo de su padrino como residencia.

-Jiraya… pienso matarte- sentencio el joven rubio, haciendo resplandecer su joya para que aparecieran sus espadas. Los demás prácticamente le imitaron, arriba del escudo de arena ya se encontraban Yoru, Itachi y Deidara. Gaara por su lado decidió quedarse en el centro de la aldea, tenía que mantener su escudo fuese como fuese ya que en Konoha había encontrado su segundo hogar y no permitiría que un anciano lunático lo destruyera.

-Inténtalo… mocoso- Jiraya saco a relucir una joya, era negra. Un color singular en una gema. Pero cuando solo la sujeto en dos de sus dedos los presentes pudieron notar que se trataba de un diamante… un diamante negro.

-Yoru… yo seré tu oponente- Kalim se fue alejando del escudo de arena y siguió corriendo hasta el bosque, se notaba que no quería involucrase en una pelea mayor.

-Voy contigo- no fue pregunta ni petición, Sakura le dio una orden a Yoru, al cual no le quedaba otra más que acatarla, sería su novia y amante, pero seguía siendo su princesa, su superior.

-De acuerdo… tengan cuidado- dijo Yoru a los otros cuatro presentes que solamente asintieron ante la petición. La pareja desapareció por unos cuantos minutos ya que luego parecieron tres enormes pero elegantes bestias en los bosques.

-Este diamante negro… es muy peculiar ¿saben?... fue traído desde las puertas del infierno… la cual contenía encerrada a una poderosa bestia… es la más fuerte de todas las bestias infernales- sus ojos mostraban total locura al igual que su sonrisa, estaban totalmente desbocadas de todo lo racional.

-Vamos, Naruto- sus ojos negro s se clavaron por unos cuantos segundos en los azulinos del mencionado, este solo asintió y comenzaron a correr para darle frente a Jiraya. Itachi y Deidara les siguieron ambos ya tenían sus guadañas. Sus miradas no mostraban otra cosa que determinación y las ganas de matar; no permitirían que sus hermanos murieran en ese lugar, les protegerían fuera como fuera.

-Jigoku no chika (Averno infernal)- Jiraya tiro la gema y cuando toco la arena se formo un circulo de color negro, del cual empezaron a salir largas manos. Todos se detuvieron y pusieron en guardia; tenían la apariencia de manos humanas pero con las unas transformadas en garras, y como si fueran serpientes, serpenteando se dirigieron a los chicos con intenciones claras de desgarrarlos.

- Katon: Gokakyo no Jutsu (Elemento fuego: Gran bola de fuego)-la técnica lanzada por Sasuke comenzó a volver cenizas a las largas manos, que desaparecían lentamente.

-Eso no es nada- musito Jiraya, ya que del circulo volvieron a salir unas cincuenta manos mas.

-¿Qué demonios es todo esto?... Kyû Ryū no Kaze Hakai (Viento destructor de los nueve dragones)- los remolinos en forma de dragón atacaron si piedad a todas esas manos que deseaban la muerte de su creador.

-No podrás destruirlas todas… son las manos de los muertos… ¿Sabes cuántos muertos hay en el infierno?- el anciano elevo sus manos al cielo y de repente salieron muchas más manos de aquel que parecía ser son un pequeño hoyo negro, parecían ser miles.

-Esto no es bueno- Deidara cortaba cuanta mano se le acercase pero el numero parecía interminable.

-Kyubi- susurro Naruto, la bestia de pelaje rojizo surgió a lado del escudo de arena, sus fauces se llenaron de fuego y las lanzo hacia el agujero, quemando la raíz de todas esas temibles manos, haciéndolas desaparecer completamente.

-Eso no es suficiente- Jiraya observo el cielo, el color negro apareció de repente en él y de entre las nueves apareció una serpiente, con nueve cabezas.

El ser viperino, tenía una apariencia de lo más repugnante, su vientre estaba muy inflado y dentro de él se podía ver sangre, sus cabezas de serpiente miraban todo a su alrededor, mientras que sus fauces soltaban un humo de color morado que marchitaba rápidamente a los arboles, haciéndolos perecer. Naruto llamo a Kyubi para que se resguardara en la joya, lago le decía que lo que esa cosa expulsaba les iba a causar problemas.

-Ella es la Hidra de Lerna… Bastis, sus nueve cabezas sueltan un poderoso veneno, si lo aspiran será su fin… convoquen a sus bestias, si es que pueden- las manos volvieron aparecer desde aquel profundo agujero negro que el diamante negro había creado. Jiraya estaba dando más problemas de lo que imaginaban; debían buscar una solución al problema y por lo que veían tenía que ser rápido.

-¿Alguna idea?- Naruto tajaba toda mano que se le acercaba al igual que sus compañeros, deseaban invocar a sus bestias pero si lo hacían corrían el riesgo de ser asesinadas simplemente por el potente veneno de esa serpiente.

-Cortemos las cabezas- opino Deidara, sin cabezas no había veneno más bien estaría la victoria. Pero la idea fue descartada, ya que había algo que evitaba cortar las cabezas…

-¡¡ ¿Cómo que le crecen dos cuando le cortas una?!!- los rubios gritaron exaltados.

-Eso mismo… la Hidra de Lerna es un monstruo que tiene una capacidad de regeneración sorprendente… córtale una cabeza y le nacerán dos, las vuelves a cortar y saldrán tres… es como un ciclo sin fin- aseguro Itachi.

-Bien entonces lo único que nos queda… es desviar su veneno cuando ataquemos- comento Sasuke.

-¿Cómo hacemos eso?- pregunto su amante.

Simple, usamos ale viento para desviar el veneno en dirección contraria para hacer un ataque…tal vez sus cabezas se regeneren pero dudo que lo haga su corazón.

-Buena idea hermanito- las joyas resplandecieron dejando ver a un hermoso zorro de pelaje rojizo, un león con marcas tigreñas y dos hermosas liebres de un pelaje blanco y negro.

-¿Se han vuelto locos?... Bastis matara a sus bestias- aseguro Jiraya, Deidara e Itachi junto con las cuatro bestias se dirigieron hacia la hidra. Mientras que Sasuke y Naruto se quedaron ahí, arriba del escudo de arena para pelear con Jiraya. Todo tenía que terminar de una buena vez, tal vez en su pasado los jóvenes no lograron vencer completamente al consejero, pero esta vez lo harían por un mejor futuro, lo harina desaparecer de la faz de la tierra.

-Esto tiene que acabar aquí… ero-senin

Notas finales:

Espero les guste... actualizare el lunes


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