*****En Tokio*****
El despertador sonó con fuerza, intentando despertar al durmiente que se hallaba en la cama, moviéndose con pesar, pues no quería levantarse de la cama. Deseaba dormir un poco más, no deseaba ir a la escuela a pesar de que sería su primer año de preparatoria. El despertador insistió.
-¡Joder!... no dejan dormir a uno a gusto- quito las cobijas que el cubrían para dirigirse al baño, tenía que darse una ducha rápida al igual que el desayuno. Cuando hubo acabado de asearse empezó a vestirse con el uniforme. Consistente en un pantalón azul rey, al igual que su saco, la camisa era blanca y una corbata roja era el último detalle, después se puso sus zapatos y bajo las escaleras.
-Buenos días… pensé que no te levantarías- dijo una mujer mientras servía un jugo con pan tostado al joven. Ella era una mujer de cabellos rosas con ojos azules como el cielo. Iguales a los del joven que tenía enfrente.
-No molestes Nadeshiko… prometí ante las tumbas de mis padres que no llegaría tarde en ninguno de los días de la preparatoria- recrimino el joven haciendo puchero. Era un chico bastante atractivo, sus ojos eran hermosos zafiros, llenos de vida, su piel bronceada los hacía resaltar a un mas, sus cabellos rubios parecían ser sedosos y en sus mejillas tenia características marquitas parecidas a unos bigotes.
-Pues espero le eches ganas Naruto- Nadeshiko acaricio gentilmente la cabeza del joven.
-Ya me voy… deséame suerte- dicho esto tomo la ultima rebanada de pan tostado sobre su plato, recogió sus cosas y salió corriendo del pequeño departamento en donde vivía. El es Uzumaki Naruto, tiene quince años, es huérfano de ambos padres ya que estos murieron en un accidente de auto; vive con su prima Nadeshiko quien es una famosa conductora de radio.
Acaba de entrar a la preparatoria, tiene buenas calificaciones, la cuales le ayudan con una beca para que el pago hacia el instituto no sea tan pesado. Su sueño es ser piloto de aviones, le gusta mucho el sobrevolar los cielos aunque también es muy bueno en los deportes y más en lo que se refiere a la esgrima, es como si tuviera un don nato para el manejo de las espadas.
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Por otro lado de la ciudad otro chico salía de una gran mansión, estaba algo retardado en lo referente a la llegada de su nueva escuela. No le quedaba de otra, tendría que irse en la limosina se deseaba llegar a tiempo.
-Buena suerte Sasuke- dijo un chico de cabellos negros y ojos de colores totalmente diferentes uno era azul y el otro era de color gris, piel blanca como la porcelana.
-No la necesito… Nii-san, me voy- Tsuki Sasuke, un chico apuesto, de cabellos negros con reflejos azulados cuando le pegaban los rayos del sol, sus ojos negros parecían unos atrayentes posos vacios, su piel era blanca y daba la impresión de ser suave, sus facciones eran perfectas al igual que su cuerpo, vestía el mismo uniforme que Naruto. El era un chico prodigio de gran inteligencia, su sueño era estudiar sistemas computacionales, le agradaba el mundo cibernético, pero eso no le quitaba lo atlético.
El fue reconocido en sus años de secundaria como el junior del tenis, era muy bueno en ese deporte pero también en el manejo de las espadas, un genio en la esgrima, de eso no había duda alguna para muchos de los expertos en la materia. Kai era su primo y único familiar que siempre estaba con él, puesto que su hermano mayor había huido por fraude hacia su padre. Le había robado así la mitad de la fortuna de la familia.
-Engreído- fue lo único que dijo Kai al ver como su primo se alejaba. Tomo el celular y marco un numero que le era muy bien conocido—ya va para la preparatoria, esperemos se encuentren—después de eso colgó y entro a la mansión.
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La bienvenida y los discursos estuvieron más que aburridos para cierto rubio que luchaba para no quedarse dormido, pero lo veía realmente imposible ya que él no era del tipo de personas que agradaran de escuchar todo ese tipo de rollos a los que no les encontraba sentido alguno. Agradeció cuando todo hubo terminado y oyó al profesor decir que se fueran a sus respectivas aulas.
Cuando salió del gimnasio empezó a buscar su salón, por sus calificaciones le habían asignado el “B” en lo que al respectaba no era nada incomodo, el estaba orgulloso de mantener una calificación más o menos estable.
-Creo que ya me perdí- dijo para sí al no encontrar su aula, lo cual le molestaba de alguna manera ya que pronto comenzarían las clases.
-Dobe estorbas- le oyó decir a una voz a sus espaldas… enojado por el insulto volteo a enfrentar al que le había insultado. Pero quedo estático al verlo. Era un apuesto joven de cabellos y ojos negros, piel blanca que deseaba ser tocada. Su mirada se perdió en los posos vacios de aquel joven.
-Sasuke- musito el rubio, el mencionada salto en su lugar sorprendido porque aquel extraño conociera su nombre. ¿Quién era?
-Jóvenes vayan a sus salones- ordeno un profesor al ver que ambos chicos no se movían, Naruto reacciono y dio media vuelta para pedir ayuda al profesor; tenía que encontrar su salón. El hombre de buena manera le indico donde se encontraba su salón, cuando volteo a ver al azabache, este había desaparecido.
Sasuke caminaba con rapidez hacia su salón, buscando una explicación lógica ante la pronunciación de su nombre de los labios de aquel extraño. Por alguna razón su corazón empezó a latir con fuerza, emocionado porque el rubio había mencionado su nombre; él no sabía el porqué de tal reacción, deseaba saber, deseaba recordar donde le había visto. Y como su fuese una película, pasaron extrañas pero fantásticas imágenes de ninjas, bestias y joyas.
-Naruto- susurro emocionado, sus ojos negros se inundaron de lagrimas. Había recordado donde había visto a ese extraño rubio, era su amigo, era su ser amado.
Las clases pasaron lentas para ambos chicos, quienes deseaban tener un tiempo libre para irse a buscar mutuamente. Deseaban encontrarse nuevamente. El tiempo y la vida les habían recompensado. Cuando hubo llegado el receso ambos salieron rápidamente de sus salones y comenzaron a buscar, pero al ir siempre al lado contrario no pudieron encontrarse, el receso termino y volvieron las clases.
-Sasuke- el chico recargo una de sus mejillas en la mesita de su pupitre, mirando hacia la ventana. Deseaba ver a SU pelinegro, después de tanto tiempo de no haberlo hecho- “Me recordara”—era el pensamiento del joven rubio.
Las clases terminaron y en ningún momento pudieron encontrarse. Rendidos salieron de la escuela y dirigieron a sus casas. Caminaban distraídamente, sin darse cuenta que ambos se dirigían al parque. El cual estaba ubicado en un pequeño monte que daba una vista hermosa hacia la ciudad, además de que se hallaba un modesto mirador. El pelinegro levanto con lentitud su mirada y se encontró con que el rubio caminaba hacia él con la vista gacha, no se había dado cuenta de que estaba prácticamente enfrente de él.
-Vas a chocar… dobe- dijo con una sonrisa tierna, tenía ganas de llorar nuevamente. Naruto levanto la cabeza casi bruscamente y se encontró con el rostro de su amado, el cual le regalaba una sonrisa de las más hermosas, no aguantando mas se soltó a llorar mientras corría a abrazar a, quien anteriormente fuese, Uchiha Sasuke.
-¡¡Sasuke!!- el mencionado lo recibió con los brazos abiertos, el contacto de sus cuerpos hizo que ambos se estremecieran. El calor de los mismos comenzaba a aumentar. Había sido tanto tiempo.
-Naruto, MI Naruto- las lagrimas recorrían ambos rostros. Encontraron de nuevo sus miradas al mismo tiempo que sus labios se unían en un necesitado beso, las lenguas danzaban cual serpientes lujuriosas, sus respiraciones comenzaron a ser más rápidas.
-Te extrañe… teme- sus frentes se unieron, sin despegar sus miradas. Naruto no cavia de la felicidad, de nueva cuenta se encontraba con su amado; aquel al que había perdido en la guerra, donde defendían a su amada aldea de las garras de un anciano vicioso.
-SI es un sueño no deseo despertar- los dedos del pelinegro acariciaron el rostro del rubio, delineando también sus marquitas zorrunas, sus suaves y deliciosos labios sabor vainilla.
-No, no es un sueño… estamos juntos… y no nos volveremos a separar- afirmo el Uzumaki, viendo suplicante Sasuke.
-Claro, nunca más dejare que te vayas de mi lado… Te amo Naruto… te amo desde siempre- volvió a besar a su pareja, no se cansaba de aquel dulce sabor que desprendían los labios del menor.
-Yo también te amo… en este lugar si seremos felices… nadie nos va a separar- le abrazo mientras ocultaba su rostro en el pecho del mayor, este le cubrió totalmente como intentando alejar el mal de aquel cuerpecito que tenia rodeado con sus brazos.
-Esto fue un regreso… un regreso de un amor pasado y también un nuevo comienzo- tomados de la mano, se encaminaron hacia un lugar más solitario del pequeño parque, deseaban mostrar su amor nuevamente.
-Se merecen total felicidad- un chico de cabellos negros y ojos dorados se fijo en la pareja desde una distancia considerada.
-En esta vida tendrán todo lo que se les fue quitado- Nadeshiko apareció, tomada de la mano de Kai.
-Setsuna, me alegro verte- dijo Kai de manera sincera.
-Lo mismo digo… les invito una copa, ellos estarán bien- y así los tres desaparecieron entre las calles, calles que comenzaban a ser iluminadas con las luces de la ciudad puesto que pronto el manto de la noche caería sobre ella.
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En un lugar solitario del parque, solo se oían gemidos llenos de placer por ambos jóvenes. El tiempo en ese mismo instante se detuvo, solo existía el espacio donde ellos dos estaban y nadie más que ellos tenían la autorización para entrar. Un mundo donde se profesarían su amor cuantas veces fueran necesarias.
-¡¡Aaahh!! ¡¡¡Mmm!!! ¡¡¡Sasuke!!!- sentía el miembro de su amante embestirle con deliciosa lujuria. No importándole que lo descubrieran gemía con fuerza ya que sabía que de esa manera su pelinegro se excitaba aun más.
-Naru… ya…ya no puedo- ambos se corrieron y sellaron su ritual en un beso tierno.
-Sasuke… te amo… te amo con todo mi ser- decía el rubio mientras tomaba el rostro del mencionado entre sus manos.
-Yo también… regresare cuantas veces sean necesarias para volver a verte- se volvieron a abrazar y besar, su único testigo ahora era la luna que resplandecía con intensidad, como celebrando aquella unión que había tenido muchos conflictos en otro tiempo y en otro mundo.
La “Encarnación” es el misterio y el dogma de la Palabra hecha carne. “Reencarnación” es la creencia según la cual el alma, después de la muerte, se separa del cuerpo y toma otro cuerpo para continuar otra vida mortal. “Amor” es un sentimiento que abarca el corazón de las personas y los impulsa a hacer lo imposible por la persona amada. Dándoles fuerzas para seguir adelante y superar cualquier obstáculo importándoles poco si se trata de la vida o el tiempo. ¿Tú crees en esto?