-Nunca podrán vencer a mi precioso Jörmundgander… con ese nivel tan bajo- acerco su espada a su boca para pasar la punta por el filo delicadamente.
-¿Jörmu… que?- a Naruto le pareció un nombre realmente extraño y algo chistoso, nunca había oído tal nombre y si no fuera por la situación en la que se encontraban ya se hubiera soltado a reír con gran entusiasmo.
-Serás dobe… eso lo enseñaron en la academia… la mitología según los antepasados antes de que el mundo shinobi apareciera… Jörmundgander es una gigantesca serpiente que rondaba lo que era Midgard, el continente perdido, se dice que le rey del país al ver semejante monstruosidad lo lanzó al mar que rodea Midgard, donde quedo atrapada. Jörmundgander creció tanto que mordiéndose la cola podría abrazar toda la tierra- explico Sasuke lo más breve posible.
-¿Estas queriendo decir que esta cosa es un monstruo mitológico?- el rubio ahora sí que captaba rápido la situación.
-Basta de charlas… convoquen a sus bestias… no quiero que piensen que gane porque no les di la oportunidad de invocar- si Sasuke en la mayoría llegaba a un nivel muy alto de prepotencia esta tía le ganaba con todas las de la ley.
-¿Qué bestias?- la pregunta de Sasuke logro que la irónica sonrisa de la joven de ojos ámbar desapareciera.
-¿No tienen… bestias?- pregunta que ya tenía respuesta desde que él Uchiha pregunto primero.
-Somos ninjas… podemos invocar con un jutsu pero no podemos hacer lo que tu… ¿Que eres?- esta vez la pregunta y comentario surgieron de la boca de Naruto.
-“Estos tipos… ¿Me están viendo la cara?”… ¡No bromeen!... ¡Ustedes… tienen que invocar!... No se hagan los del rogar- sus nervios se estaban empezando a alterar, jamás se había esperado que los jóvenes no tuvieran la capacidad de invocar; su princesa no se lo había dicho.
-Te estoy diciendo que no se dé que rayos hablas- el cambio de comportamiento por parte del enemigo hizo que Sasuke se empezara a relajar, ya que este estaba mostrando algunas aberturas por donde atacarle y así poder dar la retirada, puesto que a pesar de vencer a la chica dudaba que pudieran con el ser viperino.
-Sasuke… ¿Cuál es el plan?- sorprendía como Naruto comprendía rápidamente el asunto además de que este pudo sentir que el cuerpo del pelinegro no estaba tan tenso como antes.
-La única forma de salir de aquí es noqueando a esta tipa… pero a la vez necesitamos que Jörmundgander no nos ataque… para que sea una retirada más rápida- agradecía que Naruto estuviera tan apegado a su cuerpo así el enemigo no podía oír lo que hablaban.
-Entendido… a mi déjame a la serpiente esa- contesto el rubio, admitía que no le gustaba entablar una conversación con Sasuke a pesar de que era de vida y muerte pero le había prometido a su padre que no moriría y menos en su primera misión.
-Sea lo que estén planeando no les dará resultado… Jörmundgander es uno de los animales celestes más rápidos de su mundo- la espada empezó a cimbrar con fuerza obligándola a marcar más las pequeñas aberturas que marcaban la separación de los pequeños filos. Leila la empezó a blandir con fiereza, ya no le importaba si sus oponentes estaban en desventaja, les mataría y le demostraría a su princesa que ella podía ser de más confianza, más que el impasible de Yoru. La espada ataco como si se tratara de un látigo, solo que este era bastante filoso.
-¡¡AHORA!!- ordeno Sasuke mientras se quitaba un poco su máscara para que su ojo izquierdo mostrara el Sharingan e hiciera contacto con los ambarinos de la chica. Un pequeño remolino de arena envolvió a ambos chicos desapareciendo ante los ojos de la chica además de que la espada no logro infligir algún daño.
-¿Dónde están?- su mirada ahora llena de ira surco el mar de arena mientras que su criatura se empezaba a arrastrar hacia ella. Cuando se hubo acercado lo suficiente Leila le acaricio con carriño. Le tenía mucho aprecio a su… “mascota”- mi pequeño…búscalos- ordeno la joven y al instante Jörmundgander se fue enterrando en la arena, para luego desaparecer por completo.
-La tal Leila no nos ve… ¿Es cosa tuya?- tanto Naruto como Sasuke estaban en el mismo lugar desde el principio no se habían movido para nada.
-Sí… fue el Magen: Kyoten Chiten (Ilusión demoníaca: Espejo del cielo y cambio de la tierra) (8)… esta técnica tiene dos funciones, esta es la primera, estamos rodeados de una ilusión tipo espejo… así no distinguirán que somos nosotros- explico el Uchiha.
-Bien… entonces ¿cuál es el siguiente paso?- quería salir de ahí a como diera lugar.
-Tendrás que hacer un clon que me suplante… quietare la capa y te mostrare a ti junto con el clon que me suplantara… harás que la serpiente y la chica se centren solo en ti…mientras yo intento noquearle- era una buena estrategia, Naruto debía admitirlo además de que tenía que probar su nueva técnica y esta era una buena oportunidad para ello.
-Entendido… es mas quería probar algo nuevo… y esta será la ocasión- agradecía que tenia la máscara y así el pelinegro no viera su sonrisa sádica.
-De acuerdo… usa lo que tengas que usar… pero recuerda que lo primordial es que los distraigas… al menos lo suficiente para que yo me acerque a la chica- Naruto solo asintió, uso su Kage Bunshin no Jutsu (Multiplicación oculta de cuerpos) y luego combinarlo con el Henge no Jutsu (Transformación). El silencio volvió en todo el ambiente y esto le dio mala espina a Leila pero no se movió de su lugar… su “pequeño” encontraría a esos shinobis.
-¿Listo?- Sasuke estaba listo para retirar la barrera, Naruto solo asintió al igual que el clon. El pelinegro tomo una bocanada de aire e hizo una posición de manos haciendo que su compañero quedara al descubierto y en ese instante el rubio empezó a correr con el falso Sasuke a su lado.
-¡¡¡NO LES DEJARE ESCAPAR!!!- sentenció la chica elevando su mano ordenando a su bestia capturar a sus enemigos. Esta surgió con fuerza de las arenas y empezó a perseguir a los dos shinobis.
Naruto con gran velocidad empezaba a formar sus sellos, para luego empezar a decir algunas cosas poco entendibles para el clon, que lo único que hacía era lanzar shurikens y kunais como el “otro” Sasuke le había dicho. De repente el rubio paró en seco y volteo para quedar… cara a cara (¿?) con el monstruo y decir entusiasmadamente.
-Kyû Ryū no Kaze Hakai [Viento destructor de los nueve dragones (esta técnica la cree yo, así que no crean que será alguna técnica que aparezca en un futuro en el anime y manga de Naruto)]- nueve poderosos y fuertes tornados aparecieron de repente, haciendo que grandes cantidades de arena se levantaran por los cielos, empezando a formar una enorme tormenta de arena que comenzaba a confundir a la bestia. Sus silbidos ensordecedores no eran nada comparados con los soplidos del furioso viento. Naruto movía las manos como si recitara o algo así, puesto que sus manos se movían acompasadamente con los movimientos de aquellos tornados que salvajemente se dirigirán a la serpiente.
Leila se mantuvo en su lugar pues estaba muy segura que ni esa técnica extraña dañaría a su querido pequeño, pero se equivoco ya que los tornados empezaron a rodear a Jörmundgander para luego empezarle a lanzar filosas y rápidas cuchillas de viento que lograban perforar la fuerte armadura escamosa de aquel reptil, pero hemos de aclarar que mínimo se necesitaban tres cuchillas en el mismo lugar para que en verdad se profundizara la herida. Esto estaba haciendo enojar mucho a la chica ¿Cómo se atrevía a dañar a su hermoso Jörmundgander?
-¡Has de morir ahora!- levanto la espada para lanzarla, no importaba que estuvieran a veinte metros de distancia; la espada podía estirarse hasta los treinta así que no habría problema alguno… sin embargo algo la detuvo, un pequeño golpe detrás de su nuca hicieron que su mundo empezara a tornarse de color negro, que sus ojos empezaran a cerrarse involuntariamente y que su cuerpo cayera contra la arena dejándola completamente inmóvil. Sasuke se había acercado a ella tan sigilosamente que esta no había notado para nada su presencia, elevo su mirada para ver la sorprendente técnica del rubio mientras que, a su vez, aquel animal viperino desaparecía tras cristalizarse y hacerse añicos.
-¿Quién es?- por fin pregunto Naruto después de una larga mirada a la ya atada e inconsciente chica.
-No lo sé… pero ella esperaba a… a que invocáramos- Sasuke tenía la vista perdida en la gema hexagonal que residía en medio de los pechos de la chica, pero el mal observador de Naruto pensó otra cosa, y esto a su vez causo un enorme enojo hacia el pelinegro.
-¿Ah sí?... supuestamente tu ¿Qué quería que invocáramos?- el Uchiha se extraño por el tono de enojo que el rubio utilizaba pero decidió no preguntarle por aquel cambio de humor, sintiendo que metería aun más la pata de lo que ya estaba metida; por lo que solo opto por contestar la pregunta.
-Supongo que… una cosa igual a la que ella tenía- volvió a fijar su mirada en la gema e intento cogerla pero Naruto en si ya estaba muy enojado por las… observaciones “pervertidas” por parte del pelinegro hacia la chica así que sin poder contenerse más le dio un fuerte golpe en la cabeza que, lógicamente, Sasuke no pudo esquivar puesto que no esperaba el ataque.
-¡¡¡ ¿QUÉ TE PASA DOBE?!!!- Sasuke empezó a sobarse el sito donde el golpe impacto para luego mirar muy enojado a un rubio que tenía una mirada muy furiosa.
-¡¡¡LE ANDAS VIENDO A LA TIPA ESTA!!!- fue lo único que soltó en su defensa contra la mirada furiosa de Sasuke, pero al oír dicha excusa rio internamente; no eran nada, así que podría molestarle cuanto quisiera ¿no?
-¿Y eso a ti que te importa?... debes admitir que esta- elevo las manos e hizo ademan con ellas para formar invisiblemente la forma de una mujer perfecta; Naruto se puso rojo pero de cólera ¿Cómo se atrevía ese bastardo a decir eso? Después de… de eso.
-Eres un pervertido de lo peor- fue lo único que soltó conteniendo toda ira.
-¡Hmp! Lo que haga no es tu asunto… dobe- se acerco a la chica, quería tener esa gema en sus manos, pero algo le detuvo. Un joven de cabellos negros que empuñaba un estoque medieval (9) apareció medio metro del pelinegro, este asombrado por el silencioso movimiento de aquel extraño dio un paso hacia atrás situándose a lado de Naruto que ya había sacado una kunai y puesto en forma de combate.
-Tranquilos… no pienso atacarles… solo vengo por la chica- la espada desapareció para transformarse en una piedra de topacio de talla princesa (10) que residía en una pulsera de oro, pero lo que más asombro a los ANBU fue su ojo derecho, color rojo y con una espiral negra de pupila. Otro tío raro había aparecido, sin embargo eso de que no pelearía con ellos les clamo de alguna forma. Si algo había aprendido con la tal Leila, es que las gemas esas podían ayudarle a invocar sus armas y bestias.
-¿Qué rayos quieren de nosotros? ¿Por qué nos atacaron? ¿Quiénes son?- tres preguntas que exigían respuesta, al menos para Naruto, sus ojos mostraban cierto desconcierto, pero esto el chico no lo podía ver a causa de las mascaras. El misterioso joven se acerco con prudencia hacia la chica y la cogió en sus brazos. Tanto Sasuke como Naruto instintivamente reaccionaron y elevaron más sus kunais hasta que estas estuvieron enfrente de sus narices.
-Me llamo Yoru… pertenezco a la organización Shoku (eclipse)… les atacamos… porque así nos lo ordenaron- tomo un poco de aire para continuar- ustedes son un obstáculo para mi princesa, y ella hará lo que sea por eliminarlos… les diré que Leila es un simple peón y por lo mismo le vencieron… si quieren sobrevivir deben aprender a invocar con las gemas… la sombra del viento les puede ayudar- con esto concluyo su discurso y desapareció en lo que fuera una enorme llamarada de fuego.
Sasuke y Naruto se quedaron atónitos por unos cuantos minutos más, dejando que el caliente viento besara sus cuerpos. La pelea que habían tenido casi les costaba la vida, bueno no tanto, pero la chica en verdad les había dado un buen susto y ahora este tipo les salía con que era un peón, la pieza más débil del ajedrez; y no solo eso sino que su “princesa” los consideraba un estorbo ¿Para qué? No lo sabían pero ¿Por qué? No tenían idea, lo único que comprendían era que más personas extrañas iban a ir por ellos. Y eso significaba más monstruos de esos que, posiblemente, atacarían la aldea y a sus seres queridos con tal de darles fin a ellos.
-Tenemos que ir con el Kazekage… él es el único que nos puede explicar qué rayos pasa- el silencio había durado lo suficiente por lo que Sasuke decidió romperlo primero.
-La sombra del viento- fue lo único que Naruto dijo, es como si no hubiera oído lo que Sasuke antes había mencionado. Pero esto no era importante para ninguno de los dos, es decir, tenían que hacer algo rápido puesto que si esa maldita organización decidía atacarlos de nuevo tenían que defenderse de alguna manera, es mas no por ellos, sino por sus familias. Si esos tíos de Shoku querían en verdad matarles significaba que no les importara el lugar ni a quienes se vieran involucrados.
-Yo no pienso dormir… pretendo llegar a Suna al amanecer- sentencio Sasuke, el rubio elevo sus cabeza y (literalmente) fijo su mirada en el Uchiha, agradeciendo que él tampoco se hubiera quitado la máscara ya que esos ojos negros le atraían de una manera inexplicable.
-Sí, pienso lo mismo… tenemos que llegar… antes de que el sol salga de nuevo- ambos jóvenes en silencio y a una carrera rápida se dirigieron hacia la Aldea Oculta de la Arena, con la esperanza de que el Kazekage les dijera que era lo que pasaba en realidad con esa extraña organización que los quería desaparecer.
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Lejos de ahí, en el ya conocido campo de flores protegido por la madre naturaleza, llego Yoru con Leila todavía en brazos. Sakura se levanto con delicadeza, cogió su capa y se cubrió con ella todo el cuerpo, puesto que la noche empezaba a caer y ya empezaba a sentirse frío el soplar del viento.
-¿Perdió?- la voz de Sakura sonaba falsamente incrédula.
-Sí… ¿Qué desea que haga?- Yoru a pesar de ser una persona impasible, con Sakura siempre había de mostrar una mirada tierna y llena de respeto. Los ojos jade de la pelirosa se fijaron por unos momentos en el cuerpo de la chica, luego viro y empezó a caminar por la única salida que aquel campo mostraba.
-Enciérrala… saldrá hasta nuevo aviso- fue lo único que Sakura dijo; Yoru hizo una pequeña reverencia y desapareció nuevamente entre las sombras de los arboles. La pelirosa caminaba con cierta gracia, como si estuviera flotando sobre los verdes pastizales; con su mano derecha acariciaba su gargantilla de oro puro, bien pegada a su cuello, en el centro de esta residía una hermosa piedra de esmeralda con el tallado de Naveta solo que en forma horizontal. Poco a poco se fue perdiendo en la oscuridad del manto estelar que empezaba asurcar los cielos.