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Regreso de un amor pasado por LycanZero

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Notas del capitulo:

num dos

 

-¿Tan impactado te tiene el rubio, hermanito?- una voz varonil le hizo romper todo contacto con el que fuera… “un recuerdo” de su vida, o al menos eso quería creer, porque sino ¿Cómo era podría ser posible que esa misteriosa chica estuviera en lo más profundo de su mente?

-No te metas donde no te llaman… Nii-san- fue lo que contesto el Uchiha menor, frio y cortante. El mayor solo se encogió de hombros importándole muy poco la actitud que tenía su pequeño hermano hacia él, ya estaba acostumbrado a esos “desplantes” por llamarlos de alguna manera… sarcástica.

-Itachi… Sasuke, no se queden ahí… vayan a felicitar a Naruto por su ascenso- dijo una mujer de cabellos negros, al igual que sus ojos, de tez nívea igual la de Sasuke, con rostro alegre, jovial y amable. En pocas palabras una mujer perfecta, una mujer hermosa.

-Ha eso íbamos… ¿No, mi tonto hermanito?- Itachi Uchiha, el mayor de los hermanos, conocido como genio entre genios, lo mejor del clan, nadie en su historia (la del clan) había mostrado tanta habilidad como él, el orgullo de su padre, de todo el clan y también de Konoha, después de Naruto claro.

-¡Nii-san!- amenazo Sasuke, le tenía un gran cariño y respeto a su hermano mayor, pero al ser un Uchiha no se podía dar el lujo de demostrarlo abiertamente por lo que lo hacía de otra forma… muy peculiar cabria decir.

-Ya… ya… vamos a felicitar a Naruto-kun- paso su brazo por el cuello de su hermanito y se dirigieron a donde el rubio, lógicamente Sasuke se resistía a la muestra de afecto.

-Suéltame Nii-san- fue lo que oyó el rubio antes de voltear a ver como Sasuke junto con otro chico, de unos 23 años (no pienso poner a mi Itachi-sama como un anciano ¬¬), se le acercaban.

-¡Hola!... felicidades Naruto-kun… tal vez no te acuerdes de mi… soy Itachi Uchiha… hermano mayor…

-¿Del Teme?- interrumpió Naruto con su pregunta tan obvia.

-¡¿A quién le estás diciendo Teme, Uzurantonkachi?!- replico Sasuke, soltándose por fin del abrazo de su hermano.

-¿Y tú a quien llamas Uzurantonkachi?- como perros y gatos, eso era lo que pensaba la gente en general. Esos chicos tenían un gran lazo aunque estos no lo admitieran. Muchas de los presente pudo distinguir que el que se reñía con Naruto era nada más y nada menos que Sasuke Uchiha, el otro prodigio del clan; después de Itachi, Sasuke era uno de los mejores shinobis jóvenes de la aldea… un genio mas del famoso y poderoso clan Uchiha.

-¿No crees que deberíamos detenerlos?- pregunto Minato despreocupadamente a Fugaku mientras bebía de su copa de vino.

-No, déjalos que se conozcan mejor- contesto este, sin tomarle mucha importancia a la situación.

-Se ven lindos así- decía Kushina con como niña pequeña, observando cómo su hijo y el de Mikoto seguían insultándose (para ser mas especifica imagínense a ustedes cuando ven una pik sasunaru muy tierna ^^U).

-Serán grandes amigos en un futuro- afirmo Mikoto con tranquilidad y alegría. Después de todo, la señora Uchiha era la más expresiva de la familia con lo que respecta a las emociones.

-Cálmense por favor- inútilmente Itachi intentaba que dejaran de pelear pues esto podría llegar a otra cosa que no fuera una pelea de palabras.

-Naruto es tu cumpleaños… por primera vez en tu vida compórtate- una voz suave pero a la vez varonil se oyó a espaldas de el rubio, este volteo y no pudo evitar que una gran sonrisa surcara su rostro, para luego abalanzarse contra la persona, abrazarla y decirle…

-¡Viniste, Deidara -niisan!- un joven de ojos azules y cabello largo y rubio, peinado de tal forma que le tapa el lateral izquierdo de la cara, le correspondió el abrazo al pequeño Namikaze.

-¿No creerías que me perdería el cumpleaños de mi querido hermanito, o si?- acto seguido le froto la cabeza, alborotando las hebras doradas de Naruto.

Deidara, joven shinobi proveniente de la Aldea Oculta de las Rocas, sus padres eran los mejores amigos de Kushina pero al morir en la guerra fue adoptado por la pelirroja, por lo que se considera parte de la familia Namikaze, es muy amable y sobreprotector cuando a Naruto se refiere. Tiene 22 años. Es un miembro de la organización Akatsuki, es decir, pertenece a una organización secreta creada por varias aldeas para mantener la paz en todo el mundo shinobi.

-Te extrañe mucho- fue lo único que dijo el rubio, pues las lagrimas de felicidad querían surcar su rostro, ¿Cuánto había pasado? ¿Tres meses? ¿Medio año? No lo recordaba, pero tenía mucho tiempo que no veía a su “hermano mayor”

-Ya, ya… no empieces a llorar que harás que yo también llore- Deidara intentaba reír con toda su fuerza de voluntad, pero ante la cara de Naruto esta voluntad se iba doblegando.

-¡Hijo mío!- grito en forma maternal su “madre” adoptiva, quien con lagrimas en los ojos le recibió en un fuerte abrazo. Un extraño sentimiento de ternura empezaba a surcar los corazones de todos los presentes puesto que la familia Namikaze, al igual que la Uchiha, era una de las familias más unidas, tiernas y perfectas de la aldea.

-¿Naruto-kun, quien es él?- Itachi sonaba interesado, pero Naruto por la emoción no lo sintió.

-Es mi hermano, Deidara - niisan… es un Jounin de elite… se había ido a una misión de largo plazo, y tenía semanas que no sabía de él… por un momento pensé que no vendría a mi fiesta, pero fui tonto al dudarlo… él nunca se pierde una de mis fiestas… nunca- se notaba a leguas que Naruto le tenía mucho cariño. Pero eso al Uchiha mayor no le interesaba, lo que le interesaba era el chico mismo, su esbelta figura le hacían ver como una delicada doncella y su cabello largo ayudaba mucho para esa expectativa.

-¿Tan impactado te tiene el rubio, Nii-san?- repitió Sasuke sarcástico haciendo que su hermano le viera con una sonrisa de medio lado en son de complicidad; Sasuke respondió de la misma manera… quién lo diría los hermanos Uchiha interesados en los hermanos Namikaze.

La fiesta estaba pasando muy lentamente pero eso los invitados no lo percibían, Itachi decidió acercarse más a Deidara para conocerle mejor y tal vez, en un futuro no muy lejano, ser buenos amigos. Sasuke por otro lado seguía molestando a Naruto quien se defendía con unos “lindos” pucheros (según Sasuke) de las ofensas. Después de un larga noche todos los invitados se fueron, menos los Uchiha claro está ya que Minato les insistió para que se quedaran esa noche en su mansión.

-Tu habitación esta a lado de la de Naruto Sasuke-kun… Naruto llévale-  Kushina mostraba una mordaz sonrisa, algo que a su pequeño hijo no le pasaba desapercibido. Pero sin decir nada guio a Sasuke a donde tenía que llegar. Nadie dijo nada en el transcurso del recorrido, ya que los insultos se habían acabado.

-Aquí es- anuncio Naruto, al llegar a una puerta corrediza.

-¡Hmp!- fue lo único que Sasuke emitió de su boca, luego entro en la habitación y la cerro en las narices de Naruto esto, lógicamente, molesto al rubio quien intentando contenerse duro unos cuantos segundos parado enfrente de la puerta sin embargo no pudo con el enojo así que abrió la puerta de sopetón para reclamarle al Uchiha el que le haya cerrado la puerta en su cara, pero no pudo ¿Por qué? Simple, cuando Naruto irrumpió en la habitación el pelinegro se encontraba semidesnudo, es decir, estaba mostrando su bien formado cuerpo, el abdomen, su pecho… se veía seductoramente atractivo. El pobre kitsune se quedo ahí pegado al piso sin poder moverse; Sasuke volteo a verlo con ojos de indiferencia.

-¿Qué te pasa, dobe?- pregunto molesto mientras se acercaba a el rubio, este instintivamente retrocedió hasta chocar con la pared. Este acto le pareció divertido al Uchiha puesto que Naruto tenía un tierno color carmín tiñendo sus mejillas. Se acerco más y más hasta que por fin acorralo completamente a Naruto entre el duro muro y su cuerpo.

-Sa… Sasu… Sasuke… ¿Que… que ha… haces?- un apenado rubio sintió como la mano del pelinegro se infiltraba en su playera para acariciar su torso y luego se atrevió a pellizcar una de sus tetillas, haciendo que Naruto sintiera un placentero cosquilleo en su vientre. Luego sintió como el aliento caliente de este pegaba en su moreno cuello.

-Hueles muy bien, dobe- su voz seductora se hallaba en el oído izquierdo de Naruto, el cual se sintió derretir cuando oyó la voz del azabache tan cerca de él, lo disfrutaba por alguna razón esa sensación no le molestaba, al contrario, la adoraba, no quería que se detuviera. El Uchiha estaba jugando con fuego pues solo rozaba sus labios con los de Naruto, no hacía nada más que provocarlo; Naruto ya ansiaba que le besara ¿Por qué? No quería saberlo y tampoco tenía cabeza para pensar en ello… solo quería sentir a Sasuke, sentir sus caricias, sus expertas manos recorrer su cuerpo.

-Sasuke- no aguantaba ese castigo, solo rozar sus labios no era suficiente, así que sus manos recorrieron todo el descubierto cuerpo de Sasuke, desde el vientre hasta el pecho, luego enredo sus manos en las hebras negras del Uchiha y le obligo a besarle. El pelinegro no se negó, el simple hecho que desde primera vista deseara sentir los labios de Naruto ya era bastante frustrante; no quería pensar en lo que después vendría del beso o si el rubio le dejara de hablar por un buen tiempo, el solo deseaba sentir sus labios… labios que le sabían a vainilla.

El beso que empezó torpemente fue agarrando el ritmo, para luego convertirse en una guerra campal de las lenguas por el dominio, Sasuke puso sus manos en las caderas de Naruto y luego le envolvió completamente para atraerlo a su cuerpo. Deseaba sentirlo, olerlo y… poseerlo.

Pero algo les detuvo, cuando se separaron para tomar un poco de oxigeno se dieron cuenta que ya no se hallaban en la habitación, sino en un lindo campo lleno de flores de todo tipo, con el incandescente sol sobre ellos dicho campo estaba protegido por un enorme circulo de verdes arboles y luego por enormes paredes rocosas que formaban una luna creciente.

-¿Pero qué…?- Sasuke no comprendía que estaba pasando… ¿Qué rayos era eso? ¿Dónde estaba?

-¿Sasuke?- Naruto se hallaba a su lado con la misma cara de incredulidad que el Uchiha tenía- ¿Dónde estamos?- su mirada azulina, curiosa, empezó a observar con más detenimiento el lugar; debía admitir que era hermoso el paisaje y al mismo tiempo sentía que ya había estado en ese lugar. No comprendía que era lo que estaba pasando, tiempo atrás su abuelo (cuando vivía) le decía que provenía de un antiguo y poderoso clan… y que el poseía al espíritu más poderoso, nunca llego a comprender esas palabras pero su abuelo decía que pronto lo haría… y que eso sería cuando su igual le correspondiera la mirada.

Curiosamente estas cosas le estaban ocurriendo después de que, a escasas horas, había conocido al pelinegro. Quería preguntarle a Sasuke si a él le había pasado lo mismo pero por alguna u otra razón no podía, tenía miedo de que el pelinegro le tomara de a loco sin embargo eso era imposible, ya que la ver la cara de asombro que estaba poniendo Sasuke ante el paraje significaba que el también lo estaba viendo ¿no?

-¿Qué rayos es esto?- por fin pudo hablar el pelinegro después de uno momento de total mutismo.

-No lose… pero ¿Te das cuenta?- Naruto clavo su azulina mirada en la negra del Uchiha, este solo alzo la una ceja dándole entender a Naruto que no sabía a lo que se refería- ¡vamos Sasuke!... tu también lo sentiste ¿no?... cuando nos vimos por primera vez, imágenes extrañas aparecen en tu mente, sentimientos que parecían estar dormidos están empezando a surgir.

Sasuke puso una cara de total asombro cuando oyó el comentario del rubio ¿Cómo lo sabía? ¿Cómo sabia que se le aparecían extrañas imágenes? ¿Cómo sabia lo de aquellos sentimientos?

-No sé de qué rayos hablas, Naruto- soltó sin consideración alguna. De repente todo el hermoso campo empezó a desvanecerse hasta que de nuevo la imagen de la habitación había vuelto. Ambos chicos se miraron por unos cuantos segundos más.

-¿Me vas a negar todo lo que he dicho? ¿Y lo que acabamos de ver?- su flequillo rubio le cubrió la mirada, Sasuke seguía impasible. Se alejo de Naruto y se viro para darle la espalda.

-Fue tu imaginación, Uzurantonkachi… no viste nada… y yo tampoco- frio, ese tono era muy frio; logro herir de alguna manera el esperanzado corazón de Naruto. Este ya no dijo nada sino que acomodo sus ropas y salió lo más rápido que pudo de la habitación, no quería ver a Sasuke. Se sentía mal, lo había tomado como a un loco. El sabía que la imagen del campo significaba algo y que las imágenes y sentimientos no eran simple coincidencia; tenía que ver con el encuentro con el azabache, no sabía cómo pero iba a averiguar cuál era su conexión con él.

 

Notas finales:

tardare en poner todos ^^U


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