Al llegar a la mansión entro Ling seguido por Edward hasta el comedor donde estava el castaño esperándolos con una expresión seria y algo enojada muy pocas veces vista hasta para su hermano mayor y no había ni que adivinar el porqué, a Al le costaba mucho aceptar nuevas parejas para su hermano, al único que siempre aprobó fue a Roy, por lo que nunca habían tenido problemas, pero con lo que había pasado la noche anterior seguia desilusionado de su hermano, aunque el fuhrer lo hubiera engañado no tenia porque hacer lo mismo, además el castaño sospechaba que todo lo había mandado a hacer Ling, despues de todo tenía muchos sirvientes a su mandato para hacer lo que quisiera sin que nadie se diera cuenta.
Aun viendo esa expresión por parte de Al, Edward se sentó frente a él para disponerse a comer lo primero que le sirvieran, despues de comer podría aclarar mejor las cosas con su hermano, hasta entonces solo podia aguantarse esa cara de enojo hasta que se le pasara.
No pasaron ni dos minutos cuando el plato de comida fue servido para los invitados y el dueño del enorme lugar. El castaño sin probar un bocado solo miraba a su hermano atragantándose con lo que sirvieron que ya no savia ni lo que era porque estava todo dentro de la boca del rubio. Ling solo con una sonrisa miraba a Ed mientras comía un poco.
Al terminar de tragar todo el ojiamarillo levanto la mirada encontrándose con el incomodo enojo de su hermano menor.
-etto… y... Tu ¿donde habías estado Al?, no te vi en todo el dia jeje. Le pregunto Ed tratando de romper el incomodo silencio.
-claro que no me viste en toda la mañana porque estabas no sé donde con Ling, yo estuve dentro, viendo la estructura de la casa. ¿Tú dónde estabas hermano? Le cuestionó el castaño aun enojado.
-jeje… yo estava viendo el jardín. Respondió algo nervioso, casi nunca veía asi a su hermano.
Ling solo veía a los dos mientras terminaba de comer, cuando termino se levanto en silencio para encerrarse en su alcoba, dejando a ambos Elrics en la mesa.
-Al… pasado mañana ya nos vamos, no sigas enojado por favor, Ling te explico que paso ¿verdad? Comento el rubio tratando de defenderse un poco.
-Aunque Roy te hubiera engañado, no tienes porque rebajarte y hacer lo mismo que te hizo como si fueras un niño inmaduro, sabes muy bien que no ves a Ling de esa manera y es malo que le des esperanzas.
-Bueno, en ese momento no pensé bien las cosas y estava confundido. Pero Al, ya lo pensé bien y la verdad es que estoy cansado, si Roy me pidiera volver… tal vez lo perdonaría, una parte de mi lo odia, pero la otra lo dejaría jugar con migo un millón de veces más, porque esa parte de mi… sabe que todo estará bien si es él, porque si él juega con migo y me lastima solo él me puede arreglar y si él no regresa pidiéndome otra oportunidad prefiero quedarme solo. Le dijo el oji-sol con una ligera sonrisa melancólica. -…Si no es el, nadie más podrá lastimarme o hacerme feliz, eso ya se lo explique a Ling.
Al escuchar esas palabras una ligera sonrisa se dibujo en el rostro del castaño, savia que su hermano podia salir delante de lo que fuera siendo fiel a sus principios y sin rendirse.
-Bien. Respondió Al, levantándose de la mesa mientras tomaba su plato para llevarlo a la cocina.
Unos minutos despues el rubio se levanto, quería explorar mejor el paisaje del lugar sin toparse con el dueño de este. Decidió subir por las escaleras hasta el piso más alto que había, pero estas parecían no tener fin, piso tras piso se asomaba por los ventanales, viendo cada vez mejor el hermoso jardín que había visitado hace unas horas. Entusiasmado por verlo mejor el menor continuo subiendo por las escaleras que estavan diseñadas con un estilo caracol, por lo que no le parecía tan fatigante. Al llegar al cuarto más alto se topo con un hermoso balcón tipo terraza, con piso de madera, dos sillas y una mesita, en medio de estas. El lugar estava decorado de forma muy sencilla, pero era relajante ver el paisaje desde allí.
Una ligera sonrisa se dibujo en el rostro de Ed mientras se pegaba al barandal para ver mejor el jardín, al ver del otro lado del jardín noto otro pequeño jardín, parecía como un pequeño laberinto, no era tan grande como el que había visitado con Ling, pero era igual de peculiar, en el centro del pequeño laberinto noto que había otra fuente, pero esta era más grande que la del jardín de al lado, con mas salidas de agua y una estatua de una sirena en el centro.
Despues de contemplar ambos jardines el rubio se sentó en una de las sillas, alrededor no se escuchaba ningún sonido, solo el del viento que acariciaba sus cabellos. Sin dificultad alguna el sueño lo venció, sin darse cuenta el tiempo pasó y anocheció mientras el seguia dormido allí.
Horas más tarde el pequeño rubio abrió sus expresivos ojos dorados y en cuanto vio a su alrededor se dio cuenta de que estava en el cuarto que le había asignado el dueño de la casa. Lleno de sorpresa se levanto para ponerse una de sus pijamas, mientras se cambiaba trataba de analizar quien lo había llevado de vuelta a su cuarto, ya que nadie savia en donde estava no entendía porque despertó allí.
-nock, nock Edward, ¿puedo entrar? -Escucho el toque de la puerta mientras Ling pedía permiso para entrar.
-¿m?, ¿para qué? Respondió el menor terminando de abotonar su pijama.
-bueno, solo quería preguntarte si puedo hacer una fiesta de despedida mañana por la noche para ti y Alphonse. Respondió el moreno desde el otro lado de la puerta.
Al escuchar eso una leve sonrisa se dibujo en el rostro del rubio. – ¡Claro!, ne, Ling ¿sería como los de la edad media? -Pregunto el menor entusiasmado.
-Claro, será como tú lo quieras Ed. Ahora me voy, descansa. Finalizo Ling, regresando a su alcoba.