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Secretos de un alumno y un profesor por Masterred 2

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Notas del capitulo:

Hola a todos!!!

 

Por lo que he visto mucha gente en Amor Yaoi está perdiendo sus cuentas... qué cosa mas extraña...

 

En fin, ahora mismo estoy devorando un paquete de salchichas yo sola y paso a explicarles el por qué de mi ausencia y falta de seguimiento del fic: Vacaciones... vacaciones... vacaciones...

 

Con las vacaciones (aunque hermosas) se vuelve a los problemas de antes: mucho público en frente de la computadora (o sea renunciar totalmente de leer manga yaoi o ver anime...) y el unico tiempo q tengo para escribir es la siesta, cuando mi hermana menor no me quita la computadora para jugar videojuegos... 

 

Les pido disculpas, les agradezco su paciencia y les prometo que el próximo capítulo será el capitulo final...! ^___^

 

Saludos!!! 

Capítulo 11 – Escribiendo el final…


 


 


Nowaki apartó la computadora portátil y se levantó para ir en busca del helado de crema que había comprado esa tarde. Mientras hurgaba en el refrigerador pensaba en que lo que había logrado escribir con ayuda de Hiro no era demasiado… y sólo faltaban 2 días para la fecha de entrega.


Se llevó el helado, una cuchara y la computadora a la sala de estar y se preparó para leer una vez más:


 


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Hiroki se despertó de un sueño reparador y se encontró entre los brazos del ojiazul. Nowaki dormía profundamente con sus brazos alrededor del cuerpo del profesor y la venda en su cabeza se había corrido un poco…


_ ¿Cuánto tiempo me dormí…? _susurró el castaño, observando que afuera ya era prácticamente de noche.


Con cuidado de no despertar a Nowaki se levantó y mientras la cama crujía un poco, lo contempló un poco.


“Es tan lindo cuando duerme… Es como un bebé…” pensó. “¿Bebé…?”, entonces recordó: ¡Himeko iba a ir con ellos a hacer un día de campo! ¿Cuánto tiempo había pasado?


_ Es tardísimo… _Hiroki consultó su reloj de bolsillo plateado.


Era prácticamente la hora de cenar. Sin hacer ruido salió de la habitación del más alto, y fue a buscar a la pequeña. La buscó por gran parte de la casa y finalmente pensó en ir a su habitación, quería disculparse por no haber realizado el día de campo que habían prometido y a cambio leerle todos los cuentos que ella quisiera.


Pero sólo estaba su niñera, que salía sigilosamente de la habitación de la niña:


_ Disculpe…


_ ¡Oh, cielos! _la mujer dio un salto_ ¡Me ha sobresaltado, Sr. Kamijou!


_ ¿En dónde está Himeko? _preguntó el profesor sin darle mucha importancia al sobresalto de la niñera.


_ Se ha quedado dormida, la pobrecilla ha tenido un día muy duro… ¿No le parece? _respondió con una gran sonrisa_ Cenó y me pidió que la cambiara para acostarse.


_ Entiendo… ¿Ella parecía… digamos, molesta o algo? _preguntó el profesor con algo de culpa_ Por no haberle cumplido lo del día de campo…


_ ¡Oh no, para nada! Lo entendió perfectamente. _la niñera carraspeó_ ¿Le gustaría cenar?


_ No, gracias. Me iré a dormir directamente yo también... _anunció pasando de largo_ Buenas noches.


_ Buenas noches.


El castaño caminó por el pasillo y se detuvo a medio camino para salir al balcón. La brisa fresca y la luna llena estaban muy agradables, pero lo que quería era pensar un poco en lo que haría de ahora en adelante…


Además si volvía a la habitación y se volvía a dormis al lado de Nowaki, podía ser que éste se despertara primero y que se aprovechara de la situación besándolo, desvistiéndolo, haciéndole “cosas” para nada inocentes…


“¡Me estoy desviando del tema!!” se reprochó Hiroki al sentir las mejillas calientes. “Maldito Nowaki, odio la manera en que… me arrastras…”.


No había más opciones. No podía volver a dejar a Nowaki aunque quisiera, porque sabía que debía protegerlo de Tsumori.


_ No permitiré que él te haga más daño… _susurró, recostándose contra el borde del balcón_ Además yo…


“…Te amo con todo mi ser, Nowaki” finalizó en su mente.


“Yo sólo puedo ser feliz si estás a mi lado, es la única manera”; eso es lo que el ojiazul le había dicho.


Mientras esas palabras resonaban en su mente, dejó que su mirada paseara por el jardin cubierto de sombras. Había comenzado a tener frío y a punto estaba de entrar otra vez cuando distinguió algo sobre el césped, algo así como un pequeño trapo.


Con toda la paciencia del mundo dio la vuelta a la casa y caminó sobre el césped mojado, para descubrir que se trataba de una de las muñecas de Himeko.


La recogió amorosamente y la sostuvo entre sus manos:


_ Himeko nunca la habría dejado aquí tirada… _reflexionó acomodando el vestidito de trapo_ En fin, no estaría mal devolverla a su lugar.


Hiroki entró de nuevo a la casa y fue hasta la habitación. La niñera ya no estaba, así que sin hacer ruido abrió la puerta y se acercó de puntillas a la cama, donde se distinguía un pequeño bulto bajo las sábanas.  


Las descorrió con cuidado para dejar la muñeca a su lado pero…


_ ¡Himeko no está!! _esclamó el profesor al ver sólo una montaña de ositos de felpa y más muñecas bajo la sábana.


_ ¿Qué está haciendo aquí? Creí que dijo que iría a dormir directamente. _dijo una voz femenina a sus espaldas.


Hiroki se volteó y vio a la niñera parada en la entrada:


_ ¿Dónde está Himeko? ¡Más vale que lo sepa!!!!


_ Claro que lo sé. _dijo la niñera entrando en la habitación_ Verá, yo también soy profesora igual que usted. Pero sin recomendaciones, sólo puedo hacer trabajos patéticos… como una simple niñera. _explicó tranquilamente_ A cambio de obtenerlas, a veces tengo que ayudarlo en cosas como éstas.


_ ¿Ayudar a quién??


_ Al Sr. Tsumori, por supuesto…


_ ¡¿Eres su cómplice?! ¿¡Tú?! _el castaño no podía creerlo_ ¡Hmp…!!


Entonces alguien le pasó un pañuelo por encima de la cabeza y lo amordazó. El jardinero había aparecido por su espalda y lo sujetaba para que pateara lo menos posible mientras ella le ataba las manos:


_ ¡Qué mal! _exclamó la niñera mientras ataba los pies y las manos de Hiro_ ¡Esto no era parte del plan, Tsumori no estará nada contento con esto!


_ No tenemos otra opción. _dijo el jardinero_ Ya se dio cuenta de que Himeko no está aquí…


_ ¿Pero qué harás con él?


_ Tenemos que esconderlo… _repuso él_ De momento lo llevaré con el amo Tsumori, él nos dirá qué hacer…


La niñera de Himeko le dio un rápido beso en los labios antes de que saliera:


_ Apresúrate. Yo cuidaré de que el Sr. Kusama no despierte…


 


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En el momento en que Nowaki terminaba de leer, Hiroki apareció en la sala de estar y vió el enorme recipiente con helado de crema:


_ ¡Hey, no te lo acabes todo! _se quejó_ ¿Me das un poco?


Nowaki le dio todo el recipiente y la cuchara, pero a cambio Hiro debió acceder a sentarse en su regazo…


_ ¡Qué molesto! _se quejó el profesor, no muy conforme con el intercambio.


_ ¿Por qué no quieres admitir que te gusta mi regazo tan amplio y cómodo…? _lo molestó el ojiazul, muy sonriente.


_ Oh, cállate ya pervertido… _refunfuñó el profesor hundiendo la cuchara en el postre_ ¡Hug, tiene pedazos de fruta!


_ Son cerezas. Puedes dármelas a mí si no te gustan… _propuso el más alto.


Hiro apartó las cerezas con expresión pensativa y comió unas cucharas antes de volver a hablarle;


_ Vi que estabas releyendo el capítulo…


_ Sí. _admitió Nowaki_ Sigo estancado. No se me ocurre nada…


_ A mi tampoco… _el profesor contempló la pantalla de la computadora.


_ Entonces no hay opción, nuestras ideas se acabaron. Tendrás que pedirle a Akihiko que te ayude… _dijo el más alto, muy serio.


_ ¿Te molesta que lo haga? _le preguntó el profesor.


Nowaki negó con la cabeza. Contra todo pronóstico, no estaba celoso ni enojado, sólo un poco triste…


_ No me molesta, es su trabajo y es necesario para poder terminar la historia sin problemas… _explicó_ Además, debe respetar la fecha de entrega.


_ ¿Entonces por qué pones ésa cara? _Hiro le pasó una cereza entera.


_ Es que… es una lástima que no podamos terminarla nosotros después de todo. _Nowaki sonrió con tristeza_ Al fin y al cabo, ésta es “nuestra” historia.


_ Pero fue Akihiko quien tuvo la idea  y comenzó a escribirla.


_ Sí, pero nosotros “reunimos” a los personajes principales, e hicimos la mayor parte del trabajo reconciliándolos… _señaló el más alto_  Y todo por lo que pasamos escribiendo esto… en retrospectiva creo que fue divertido. _finalizó con una sonrisa.


_ Lo que quieres decir es que valió la pena realizar el trabajo nosotros, ¿no es así…? _preguntó el profesor.


Nowaki lo miró a los ojos:


_ Sí, eso es lo que trato de decir… ¿Y tú también ya habías pensado en todo esto antes, verdad?


El castaño suspiró y le limpió con el pulgar un poco de helado que tenía a un lado de la boca;


_ Sí. Lo había pensado. _admitió_ Pensé que sólo era mi orgullo, queriendo demostrar que podía terminar la historia sin su ayuda… pero también pensé en lo que acabas de decir.


_ Está bien, no debemos sentirnos mal. _Nowaki lo besó en el cuello cariñosamente_ Después de todo es sólo una historia, y no hay posibilidad de que le escribamos un final digno en una sola noche…


_ Sí… Es verdad… _Hiro se recostó contra él.


Se quedaron un momento así, callados:


_ ¿A qué hora irás a ver a Akihiko mañana? _preguntó el ojiazul.


_ Supongo que a la tarde, cuando salga de dar clases… _dijo el profesor_ ¿Me acompañas…?


_ Quisiera, pero a esa hora debo ir al hospital…


_ Está bien, no te preocupes.


_ Y me quedo allí toda la noche… Lo siento. _se disculpó.


_ ¿De qué hablas? Es tu responsabilidad. _concluyó Hiro poniéndose de pie_ ¿Quieres más helado?


_ No, gracias…


_ Entonces lo guardaré antes de que se derrita. _el castaño se alejó en dirección a la cocina.


El más alto se quedó sentado en el sillón, oyendo cómo se cerraba la puerta de la heladera. Casi creyó que Hiroki estaba decepcionado, porque no podía acompañarlo mientras escribía el final de la  historia… pero entonces oyó su voz desde la cocina:


_ Nowaki… Tengo frío…


 


* * * * * * * * * *


 


Tal como lo había planeado, Hiroki salió de la universidad con la computadora portátil en un bolso y comenzó a caminar hasta la casa del escritor. Sólo había avanzado un par de cuadras cuando un auto se detuvo a su lado:


_ ¿Te llevo Honey…? _le preguntó el profesor, tan sonriente como siempre.


_ No voy a mi casa realmente, voy un poco más lejos... _dudó el castaño.


_ Entonces con más razon deberías aceptar mi ofrecimiento… _Mitagui abrió la puerta del acompañante_ Vamos, no voy a aprovecharme de ti, ni nada por el estilo. A menos que tú quieras… _bromeó.


_ Idiota Miyagui... _refunfuñó Hiro antes de subir.


Miyagui arrancó y condujo en la direccion que le dio Hiroki. En un momento dado lo observó de reojo:


_ ¿Estás bien? Luces un poco deprimido…


_ No me ocurre nada. Es sólo su imaginación… _Hiroki esquivó la pregunta y se recostó contra la ventanilla del auto.


La verdad era que sí estaba un poco molesto… ¡Tener que pedirle ayuda a Akihiko! Su orgullo lo estaba molestando más y más a cada momento que pasaba. Pero lo que mas le molestaba, era no poder terminar de escribir la historia con la persona que realmente deseaba…


Nowaki… No pensó que poner esa palabrita “FIN” al final de la historia se convertiría en algo tan importante para ambos. Al final habían sido ellos los que habían puesto todo su empeño en escribir… ¡Si hasta habían llegado a pelearse una vez!


“Nowaki tiene razón… Es una lástima que no podamos terminarla juntos, pero no hay otra opción…” pensó el profesor cuando llegaron a destino. Se depidió de Miyagui agitando la mano y entró en el edificio de Akihiko Usami.


 


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Minutos después…


 


 _ ¡¿Está durmiendo?! ¡Pero que falta de responsabilidad!!! _exclamó cuando Misaki le abrió la puerta_ ¿No puedes ir a despertarlo?


Misaki tragó saliva:


_ La verdad, preferiría no hacerlo Profesor… _explicó_ Se pone de mal humor cuando lo despiertan a la fuerza… ¡Por favor no se moleste conmigo! _le pidió.


Hiroki suspiró y se masajeó las sienes. Akihiko estaba durmiendo cuando había prometido ayudarle, y encima el que le abría la puerta no era otro que unos de sus alumnos más aplazados: Takashi Misaki.


Aunque se moría de ganas de despertar al escritor a patadas, prefirió respirar hondo y  guardar la compostura: no iba a permitir que uno de sus alumnos lo viera en una situación como esa…


_ ¿Te molesta si espero a que despierte…? _le preguntó.


_ No, claro que no… _Misaki hizo un pequeño gesto como invitación_ Pase y siéntase como en su casa profesor…


Misaki claramente estaba nervioso, pero no era sólo por el hecho de tener que tratar con el “Demonio Kamijou”, sino también porque había algo que deseaba proponerle… pero no sabía cómo…


_ Volveré enseguida y le traeré una taza de té… ¿O prefiere café? _dijo el estudiante.


_ Té está bien, gracias.  _respondió Hiro, que ya había sacado el computador portátil y se disponía a revisar el capítulo por última vez_ Emmm… ¿Ese conejo siempre anda suelto por la casa?


_ ¿Qué? _Misaki miró en la dirección que señalaba el profesor_ ¡Oh no, escapó de su jaula otra vez!


La más reciente adquisición del escritor –un conejo blanco que habían adoptado durante el viaje a la playa- no se dejó atrapar tan fácilmente y Misaki tuvo que perseguirlo un rato hasta que finalmente fue Hiro quién capturó al animalito:


_ Aquí tienes. _se lo entregó a Misaki.


_ ¡Lo siento, lamento que haya tenido que ayudarme a atraparlo! _se disculpó Misaki_ Es que no le gusta demasiado su jaula y no quiero que ande suelto por la casa tampoco…


_ No hay problema. Es lindo… _opinó el profesor mientras acariciaba la cabeza del conejito.


_ Él siempre tiene la costumbre de adoptar mascotas por puro capricho… _se quejó Misaki, refiriéndose al escritor_ Ya tenemos marimo, una anguila, ositos de felpa… y ahora un conejo. ¿Es una locura verdad? _sonrió.


_ Sí, lo es… _Hiroki pasó por su lado y volvió a sentarse en el sofá.


Misaki se quedó a un lado, sintiendo que el ambiente se había relajado un poco. Y luego haciendo uso de todo su valor, se volvió a hablarle;


_ Profesor… ¿Usted se está haciendo cargo de la historia que Akihiko dejó sin terminar verdad? _preguntó.


_ ¿A qué viene esa pregunta? _se extrañó Hiroki.


_ Pues… yo no la he leído en verdad, pero sé de qué va la historia, y tengo una idea para aportar… _dijo.


Al ver que Hiroki no respondía sino que alzaba las cejas confundido, se apuró en explicarle:


_ Verá… Estoy acostumbrado a aparecer en las novelas BL de Akihiko contra mi voluntad, y siempre soy algo así como el personaje más “frágil” o “sensible”. _explicó mientras se sentaba frente al profesor_ Y cuando se lo reclamo el siempre me responde lo mismo: “porque quiero”…


_ Bien, no es algo difícil de creer... _acotó el profesor, que ya conocía esa faceta del carácter de Akihiko_  Pero, ¿qué tiene que ver conmigo?


_ Si usted está aquí hoy, y mañana es la fecha de entrega… entonces es porque no ha podido terminar la historia usted solo. _dedujo el más joven_ Así que… me gustaría ayudarlo a escribir profesor. Si usted me lo permite, claro…


_ Me estás pidiendo que tú y Akihiko aparezcan en la historia, pero que sea él el personaje más “sensible”… _adivinó Hiro.


_ Es sólo una pequeña lección, tampoco lo dejaré tan mal… _se apresuró a aclarar Misaki_ Sólo es una chucharadita de su propia medicina…


Hiro se lo pensó un momento y luego abandonó su cara seria para sonreír maliciosamente;


_ Me parece bien. De paso aprovecharé y me divertiré un poco con él yo también, se lo merece por estar durmiendo cuando debería ayudarme con la historia… _el profesor volvió a tomar el computador portátil en sus manos_ Bien, Takashi… Veamos que tienes en mente…


 


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El jardinero le cubrió la cabeza al profesor con una bolsa de tela y le ató también ambos pies. Con su “carga” bien asegurada se lo cargó al hombro y atravezó la casa con él hasta llegar al jardín y luego a los establos, donde sacó a “Baby” de su corral y lo preparó con su silla y riendas.


Mientras todo esto pasaba el profesor no reprimió un solo grito ni paró de retorcerse y quejarse,  pero todo era en vano porque el pañuelo en su boca ahogó todos sus gritos y quejidos. Ni siquiera pudo hacer algo al respecto cuando el jardinero lo cargó encima de “Baby”  como si fuera equipaje y emprendió la marcha hacia la guarida de Tsumori…


 


*  *  *  *  *  *  *


 


Una hora después…


 


La casa que Tsumori había adquirido estaba casi en el centro de la ciudad, pero aún así seguía manteniendo un aspecto lúgubre y deshabitado, como si fuese una gran mansión embrujada. Pese a su tenebroso aspecto, no era para nada despreciable la arquitectura ni los ornamentos, ni mucho menos el tamaño de su adquisición… porque la verdad nunca le habían heredado el lugar como Nowaki pensaba, sino que él la había adquirido gracias a sus negocios.


 Como estaba completamente rodeada de rejas, el jardinero estuvo un rato hasta dar con la llave correcta de todas las que Tsumori le había entregado. Luego tiró de las riendas del caballo y entró con su valiosa carga sin ser visto por nadie en el medio de la solitaria noche.


Un par de guardias le salieron al paso una vez dentro pero al reconocerlo lo dejaron pasar y cuidaron de Hiroki –que estaba algo maltratado y mareado por el paseo nocturno y además siendo llevado como equipaje- mientras él le comunicaba a Tsumori las noticias:


_ ¡¿Qué?! ¡¿Y lo trajiste?! _rugió Tsumori cuando se enteró que habían traído a Hiroki hasta su casa.


El muchacho retrocedió al ver la cólera en el rostro de su amo;


_ No tuvimos otra opción… _explicó_ Se dio cuenta de que la niña no estaba en su cama e iba a decirle al Sr.Kusama… ¡teníamos que evitarlo!


¡Maldita sea! ¿Por qué no podía encontrar ayudantes que hicieran las cosas bien al menos por una vez en la vida? Tsumori estaba furioso… pero no tenía demasiadas opciones en ése momento. Además no podía distraerse con otros problemas cuando aún no había terminado el trabajo anterior…


Respiró hondo y procuró calmarse. Un hombre de negocios como él debía mantener la frialdad y sacar el mayor provecho de este contratiempo…


_ Bien. Gracias a tu incompetencia ahora tendré que resolver esto yo mismo. _declaró_ Dile a mis hombres que lo traigan aquí…


El jardinero no esperó a que se lo repitiera y cumplió con sus órdenes. Uno de los guardias entró con el profesor en la habitación y lo sentó en una silla para luego atarle las manos en la espalda. Por último le quitó la bolsa de la cabeza y desató el pañuelo que le tapaba la boca…


_ Kamijou Hiroki… _lo saludó Tsumori_ Al fin podremos hablar como personas civilizadas.


Hiroki abrió los ojos  y sintió que todo se movía a su alrededor. Trató de enfocar la vista y lo primero que vio fue un escritorio en el centro de la habitación, más tarde distinguió el rostro del rubio que lo observaba con los codos apoyados:


_ Tsumori… _suspiró el profesor y al moverse un poco recordó que tenía las manos atadas.


_  ¿Estás cómodo? Me he tomado la precaución de atarte a la silla para que no saltes sobre mí y me golpees como la última vez… _comentó.


_ ¿Qué le has hecho a Himeko? _exigió saber el profesor en cuanto se recuperó del mareo_ ¡¿Qué has hecho con ella?!


_ Tranquilo, ella está bien. No le he hecho ningún daño, por supuesto. _explicó tranquilamente_ Sólo quería hacer sufrir un poco a Nowaki… pero como es tu costumbre siempre estás complicando las cosas. Dime, ¿cómo fue que volviste de la muerte para fastidiarme?


_ No tengo que responderte nada a ti, Tsumori.


_ Claro que tienes que responderme. No olvides que estás en mi casa, por lo tanto mi territorio… y puedo hacer lo que quiera contigo.  _Tsumori se levantó del escritorio y lo rodeó para sentarse sobre él y quedar más alto que Hiro_ ¿Lo comprende bien, profesor?


Hiroki siguió sin dirigirle una sola palabra, algo que a Tsumori no le cayó para nada bien:


_ En verdad pensé que habían acabado contigo… _reflexionó en voz alta_ Pensé que te habían aniquilado como era el trato, pero me cobraron por un trabajo sin terminar… si no hubiera estado tan ocupado consolando a Nowaki y organizando tu funeral tal vez me habría dado cuenta…


_ ¿Por qué le hiciste todo ese daño a Nowaki? _Hiroki levantó la vista para observarlo fijamente_ Lo hiciste pasar por todo ese dolor, sabiendo que yo no pensaba volver nunca a ése lugar…


_ No podía arriesgarme. _los dedos de Tsumori jugueteaban con una pluma de escribir_  Y hablando en serio, ambos sabemos que él habría salido corriendo a buscarte. Necesitaba eliminar el problema de raíz…


_ ¡Eres un despreciable y odioso…!


_ Ahorrese el sermon, profesor. _le cortó el rubio_ El único problema aquí siempre has sido tú, interponiendote en mi camino hacia Nowaki. ¡Primero tú, luego Ahikawa y luego tú de nuevo! ¡Ya estoy harto!


Tsumori se levantó, dio una vuelta al escritorio y mientras hablaba sin parar:


_ Lo único que siempre he querido es que Nowaki sea mío... ¡Y siempre hay alguien de por medio! _exclamó_ ¡Cuando al fin me deshago de ti, Nowaki va y de la nada se casa con Ahikawa…! ¡Y encima la deja embarazada! No podía creer en mi mala suerte… Por suerte ésa situación se resolvió por si sola y hasta pude aprovechar la llegada de esa niña para mis planes con Nowaki.


_ No podrías haber ocupado mi lugar nunca, Tsumori… _le señaló Hiro_ Aunque hubieses tenido la posibilidad de intertarlo.


Tsumori le aferró el cuello de la camisa y casi lo levantó de la silla en un ataque de rabia. El profesor se temía que lo golpeara o lo arrojara al suelo, pero aún así le sostuvo la mirada… y esperó.


Sin embargo el rubio –aunque la sangre le hervía por las palabras de Hiroki- no descargó su ira sobre el profesor, sino que de improviso su rostro se relajó y sonrió maliciosamente:


_ Tal vez tengas razón… Pero no discutiremos el asunto ahora, en vista de que tengo otros asuntos que arreglar, como por ejemplo qué voy a hacer contigo. _declaró soltando el cuello de la camisa de Hiroki y volviendo detrás del escritorio.


La verdad era que acababa de ocurrírsele un uso útil para el profesor… no tendría el placer de matarlo el mismo con sus propias manos, pero a cambio de renunciar a ése privilegio solucionaría otro problema más urgente;


_ Quizá te preguntes por qué mi casa tiene tanto aspecto de prisión por dentro. Nowaki piensa que me la heredaron, pero en realidad decidí comprarla yo mismo con mi dinero… _comenzó a contarle_  Para mis “negocios” viene muy bien una casa de este tipo, con un sótano que es casi un laberinto lleno de mazmorras…


El rubio abrió un cajón de su escritorio y revolvió el contenido hasta sacar el papel que quería. Mientras tanto siguió hablando;


_ En fin, aunque Nowaki confiaba tanto en mí que me dejaba gastar todo el dinero que yo quisiera… sabía que “por si acaso”  debía empezar un negocio propio. _Tsumori mojó la pluma en el tintero y escribió rápidamente_ Así que aquí como me ves, resultó que éste negocio era lo mío.


_ ¿De qué clase de negocio estás hablando? _se atrevió a preguntar el profesor, que no se le ocurría qué tipo de negocio implicaba guardias y una casa llena de calabozos.  


Tsumori se encongió de hombros, muy divertido:


_ Ya sabes... tengo que hacer lo que a nadie le gusta hacer personalmente: deshacerme de gente entrometida, secuestrar y vender personas, extorsionar a gente con dinero… _enumeró_ Es un mercado muy amplio. Y deja buen dinero, aunque claro, al principio tuve que invertir el dinero de Nowaki para comenzarlo.


A continuación alargó el papel hacia Hiroki, para que pudiera leerlo sin tener que ser desatado: 


_ Por supuesto que el dinero que me proporcionó Nowaki sirvió para contratar a subordinados que sí cumplieran mis órdenes, no como en el pasado… _comentó mientras dejaba la pluma en el tintero_  Ahora que puedo contratarlos yo mismo, no cometeré errores contigo. _prometió_ Bien, esto es lo que quiero que hagas por mí: firma éste papel al final.


_ ¿Qué demonios es ésto? _Hiro no estaba dispuesto a firmarle nada de nada, pero aún así leyó rápidamente el papel.


_ ¿No entiendes mi caligrafía? _se quejó el rubio_ Es un documento en el que confiesas practicar maleficios y brujería. Es algo muy común en estos días, y ésos fanáticos cazadores de brujas me darán mucho dinero por entregarles al brujo que buscan desde hace un tiempo. 


_ ¡¿Qué?! _el profesor no podía creer lo que escuchaba.


_ En realidad el que buscan es un niño llamado Takashi Misaki, que trabajaba en casa de la familia Usami. Seguro que has oído hablar del asunto... 


Hiroki había estado un poco aislado ésos días que estuvo alojado en la casa de Nowaki; pero había llegado a escuchar algunas historias que las sirvientas encargadas de hacer las compras en la ciudad traían: había escuchado algo sobre un niño capaz de hacer que cualquier hombre se enamorara de él, y que había hechado el maleficio en los dos hermanos de la familia Usami...


Por supuesto, el profesor escuchó todo ésto por pura casualidad y nunca le atribuyó la menor importancia ya que no creía en brujerías y cosas por el estilo.


_ Todo el mundo cree que escapó y anda por ahí de fugitivo, pero lo que hice en realidad fue agarrarlo antes de que los cazadores de brujas lo encontraran. _le contó el rubio.


_ ¿Por qué lo ayudaste si dan una recompensa por él...?


_ ¿Ayudarlo? _Tsumori alzó una ceja_ No fué nada de eso, hay alguien más dispuesto a comprármelo por el triple del dinero de la recompensa... Imagínate: el triple del dinero y además el dinero de la recompensa por entregarles al posible fugitivo. _el rubio lo señaló_ No eres ni tan joven ni tan lindo como él, pero servirás para que los cazadores de brujas se calmen y dejen de buscar a Misaki por un tiempo.


_ ¡Eres un monstruo! _le gritó el profesor_ ¡No voy a firmarte una puta mierda, me escuhas! ¡No firmaré nada! 


El rubio levantó un dedo y lo miró con toda la tranquilidad del mundo:


_ Se te está olvidando un pequeño detalle. _le dijo y luego se dirigió al guardia de la puerta_ Tráeme a la niña...


El guardia salió de la habitación y volvió con Himeko en brazos unos minutos después. La niña estaba totalmente dormida y no se despertó ni cuando el guardia la dejó en brazos de Tsumori;


_ Como verás está sana y salva, aunque muy dormida... Le he dado algo de vino dulce y jugo para que se quedara así. _comentó, cargándola en sus brazos_  Se la devolveré a Nowaki, por supuesto. Pero sólo si cooperas conmigo, Hiroki.


Hiroki abrió muy grandes los ojos al ver a la pequeña, su corazón se tranquilizó tanto al verla sin un rasguño que no se dio cuenta de que el rubio se impacientaba al no oír respuesta;


_ ¿Vas a firmar, sí o no? _Tsumori sacó un cuchillo de la nada y lo apoyó contra la cara de la niña.


_ ¡Sí, lo haré! ¡No la lastimes! ¡Firmaré lo que sea!


_ Recuerda que no necesito matarla... _amenazó_ Sólo con dejar una horrible cicatriz en su linda carita bastaría para...


_ ¡Ya te dije que lo haré, voy a firmar el documento! _Hiroki se retorció en su silla_ ¡Firmaré ahora mismo! ¡Por favor... no le hagas daño a Himeko!


Tsumori sonrió y dejó el cuchillo a un lado. Le encantaba hacer sufrir así al profesor:


_ ¡Qué bueno que lleguemos a un acuerdo! ¿Entonces firmarás?


_ Sí. _Hiro bajó la cabeza, derrotado.


_ Muy bien. _dejó a la niña en brazos del guardia otra vez_ Llévala al piso de arriba. _ordenó. 


Otro hombre desató las manos del profesor y Tsumori le pasó una pluma con tinta. El profesor tomó aire y escribió "Kamijou Hiroki" con enormes letras al final del documento. 


El rubio le hizo una señal al hombre que había desatado las manos del profesor, para que volviera a apresarlo:


_ ¡Qué está haciendo! ¡Déjeme! _se retorció el castaño.


_ Cálmate, Hiroki... _Tsumori tomó el papel y lo guardó en un lugar seguro_ Te daré alojamiento hasta que los cazadores de brujos vengan a buscarte... _anunció_ Debo decir que me conmovió el sacrificio que has hecho por Himeko, aunque...


_ ¿Aunque qué...?


El rubio sacudió la cabeza un momento y luego se peinó con los dedos;


_ Aunque me temo que es por Nowaki por quien no puedes hacer nada. Como te dije, estoy harto de que me rechaze una y otra vez... _dijo muy tranquilamente_ Así que cuando venga por su hija, le daré una última oportunidad de tenerme, y si no…


Tsumori volvió a sacar el cuchillo y contempló en la hoja afilada su propio reflejo:


_ Cometió el error de hecharme así de su casa, luego de todo lo que he hecho por él... _suspiró_ Lo siento, profesor… Pero es algo que tengo que hacer…


Hiroki volvió a retorcerse y a patear en todas direcciones.  “Tsumori está loco.” Pensó mientras luchaba para zafarse del agarre. “Está loco y es un mounstro… Va a matar a Nowaki, ¡va a hacerlo!!!”.


_ ¡Nunca te saldrás con la tuya! ¡No se cómo, pero no te lo permitiré!!! _gritó.


_ Aún cuando tienes todas en tu contra, te esfuerzas por sacar a relucir ése orgullo que tienes… En verdad eres admirable. Pero no puedes hacer nada; para mañana es problable que ya seas un montón de cenizas… _se burló el rubio_ En cuanto salga el sol mi “niñera” hará su numerito y le dirá a Nowaki que su hija y tú desaparecieron durante la noche sin dejar rastro…


_ ¡No!


_ Se encargará de dejar una nota en tu cama que diga: “si quieres a tu hija y a tu amante de nuevo, ven a ésta dirección y no le digas a nadie”.  Así nadie además de la niñera sabrá que Nowaki vino aquí a verme…


_ ¡Sospecharán de ti inmediatamente!


_ No lo creo… Yo aún estoy “de viaje”, ¿te acuerdas, Hiroki? _le señaló_ Es verdad que fui a ver a Nowaki, pero tú hiciste que me hecharan al poco rato y vine aquí directamente. Todo en medio de la noche y sin que nadie me viera ni notase mi presencia…


Tsumori se acercó a él y le tomó el mentón para contemplar mejor su expresión:


_ Así que ya lo ves, no hay nada que puedas hacer contra mí… _le recordó. Luego se dirigió al guardia_ Llévalo a uno de los calabozos. _ordenó_ Y dile a ése inútil del jardinero que venga aquí…


El guardia se llevó a rastras a Hiroki por el pasillo, ya que no dejaba de patear y lanzarle maldiciones a Tsumori. Luego el muchacho que había llevado hasta allí al profesor entró en la habitación:


_ ¿Me llamó, amo Tsumori…? _preguntó.


_ Sí. Ve a casa de Nowaki y dile a la niñera que ya puede ir colocando la nota en su lugar… _le indicó.


_ Sí, señor. Enseguida… _el jardinero iba a marcharse cuando el rubio lo llamó otra vez.


_ Espera, hay una cosa más… _le dijo_ ¿Aún hay espacio en el sótano para esconder uno o dos cadáveres…?


_ Sí, hay espacio suficiente pero…


_ ¿Pero qué? ¡Habla! _se impacientó el rubio.


_ ¿Va a matar también a la pequeña, amo? _preguntó el jardinero, temeroso de la respuesta.


_ No lo sé. Ya veremos, tal vez encuentre qué hacer con ella. _Tsumori observó por la ventana la noche oscura_ Ahora ve y prepara todo lo necesario para atraer a Nowaki hasta aquí…


 


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