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Secretos de un alumno y un profesor por Masterred 2

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Capítulo 2 – ¿¡Nowaki lo sabe?!

 

 

 

Primero sintió una delicada caricia en su cabello lacio. Luego un beso suave en los labios acabó de despertarlo:

 

_ Hiro-san… Hiro-san… _lo llamó una dulce voz.

 

Hiroki entreabrió los ojos. La luz le molestó al instante, pero Nowaki acercó su cara a la de él para atajar el sol y de paso observarlo detenidamente.

 

Las hojas del borrador de Akihiko estaban desperdigadas por todo el suelo. Hiroki se desperezó;

 

_ Ummm… Nowaki… _le dolía el cuerpo por haber dormido en el sillón.

 

Nowaki le acarició el cabello dulcemente y le sonrió. Adoraba despertarlo con un beso, como a un bello durmiente…

 

Ya iba a besarlo otra vez cuando Hiroki se incorporó en el sillón bruscamente:

 

_ ¡¿Qué hora es?! _exclamó y miró el reloj de la cocina_ ¡Voy a llegar tardísimo, nunca había llegado tan tarde antes!!!

 

Intentó incorporarse y bajar los pies al suelo pero Nowaki lo detuvo;

 

_ ¿¡Qué estás haciendo?!  _gritó, furioso_ ¿¡Y por qué no intentaste despertarme?!

 

_ Hiro-san, es realmente tarde… _repuso Nowaki con calma_ Ya llamé a tu trabajo para avisar que hoy no irías…

 

_ ¡Oh, no…! _Hiroki se dejó caer en el sillón y se tapó la cara con uno de los almohadones_ ¡Qué  vergüenza! ¡Nunca antes me había dormido de ésta manera!

 

Nowaki sonrió;

 

_ No hay de qué avergonzarse Hiro-san, les dije que estabas enfermo… _comentó recogiendo las hojas tiradas sobre la mesilla_ Aunque estabas como muerto cuando yo llegué y no pude despertarte… ¿Qué es lo que te ha tenido despierto hasta tan tarde?

 

Hiroki le quitó las hojas antes de que se le ocurriera verlas con detalle:

 

_ Es el trabajo de un alumno… _mintió rápidamente_ Quería terminar de corregirlo cuanto antes…

 

Las guardó en el sobre donde habían llegado la hojas con expresión disgustada. Debía hablar urgente con Akihiko y luego de arrojarle uno o dos objetos pesados en la cara, le pediría algunas explicaciones…

 

Ya antes había intentado meterlo en una novela romántica, ¡bastaba descuidarse para que el muy idiota lo intentara de nuevo! ¡Ya vería Akihiko!

 

¿Pero por qué se la mandaba a él para que la leyera? Y además incompleta…

 

¿Sería por la simple diversión de hacerlo enojar…?

 

Nowaki acomodó la sábana con la que lo había cubierto;

 

_ ¿Te apetece comer algo? _ofreció_ Ya preparé el desayuno…

 

_ Creo que me quedaré en el sofá un rato más… _se cubrió la cara con la sábana_ Estoy muy molesto conmigo mismo…

 

_ Bien, entonces ¿puedo acompañarte? _Nowaki se las arregló para ubicarse junto a él y se estiró a su lado_ No te mortifiques, Hiro-san. Ahora podemos pasar la mañana juntos, y disfrutar de tu “enfermedad”… 

 

Hiroki le respondió con un gruñido:

 

_ ¿No quieres empezar a comer sin mí…? Debes tener más hambre que yo…

 

El ojiazul lo abrazó y aspiró el perfume de su pelo.

 

_ Primero quiero una buena dosis de Hiro-san… _rió.

 

 

 

*-*-*-*-*-*

 

Ésa misma tarde Hiroki tomó el bus que lo llevaría hasta el departamento de Akihiko.

 

Allí sacó la última hoja que le faltaba leer antes de que se quedara dormido en el sofá la noche anterior. Sólo tenía una carilla llena.

 

Había tratado de llamar a Akihiko a su casa para ver si se encontraría allí, pero como sólo le respondió un contestador se conformó con dejar un mensaje lleno de amenazas y palabrotas…

 

_ Veamos cómo termina ésta cosa… _murmuró estirando el papel.

 

 

 

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Días después…

 

 

 

Tsumori entró en la biblioteca con gesto atormentado. Nowaki al verlo, se levantó de la silla en que estaba de un salto. En su rostro ojeroso se adivinaban varias noches sin dormir por la preocupación y la ansiedad;

 

_ ¿Y bien? ¿Lo encontraron? _preguntó ansioso.

 

El rubio lo miró a los ojos, luego miró el suelo:

 

_ No. _respondió en voz apenas audible_ Y temo que ya no van a buscarlo…

 

_ ¿Qué? ¿Pero qué dices? _Nowaki lo sacudió por los hombros_ ¡Tienen orden mía de seguir buscándolo hasta que lo encuentren! ¡No pueden…!

 

_ Nowaki… _lo interrumpió el rubio_ Ya no van a buscarlo porque… él está…

 

_ ¿Qué…? ¿Qué…? ¡Dilo de una vez, Tsumori!

 

_ Está muerto, Nowaki… _dijo al fin_ Lo siento…

 

EL ojiazul sintió esas palabras como una bofetada. El color desapareció de su cara unos instantes. Seguía observando atónito al rubio, todavía sin poder creer lo que oía:

 

_ Mis hombres lo encontraron a un lado del camino, no muy lejos de aquí… _relató el rubio_ Creen que unos bandidos intentaron robarle y como se resistió se deshicieron de él… Esto es lo único que no le quitaron…

 

Tsumori le enseñó el anillo con la enorme piedra. Nowaki al ver el anillo se tambaleó hacia atrás como si le hubieran dado un golpe, a duras penas consiguió llegar hasta la silla, donde se desplomó.

 

_ No… No… _murmuró mirando el vacío_ No puede ser cierto… E-esto no puede estar pasando…

 

El rubio se acercó a él y lo rodeó con sus brazos;

 

_ Cuanto lo siento, Nowaki… _susurró_  Si no se hubiera ido de tu lado esto no le habría pasado. Ojala me hubiera dado cuenta antes de que pensaba marcharse…

 

Nowaki estalló en un llanto descontrolado mientras ocultaba el rostro en el pecho del rubio. Las lágrimas empaparon en apenas segundos la ropa de Tsumori;

 

_ Hiro-san… Por qué… _gimió mientras su corazón se partía en dos_ Hiro-san…

 

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Hiroki guardó la hoja en el sobre con una mueca;

 

_ Vaya… Esto no está bien… _murmuró en voz baja.

 

Si había algo que elogiarle a Akihiko en todo ése asunto, era que había creado al perfecto villano con la imagen del Senpai de Nowaki, claro que sí…

 

“¡Pero yo no le conté sobre el golpe que le di a ese Senpai con el bolso para que creara el villano de una historia!!!” pensó cruzándose de brazos.

 

¿Se terminaría allí la historia? ¿Qué pasaría con Nowaki? Es decir, con el Nowaki de la Historia…

 

Eso era otra cosa que le molestaba… Que su Nowaki también estaba mezclado en todo ese rollo. Y hasta sentía lástima por el personaje que llevaba su nombre. Qué tontería…

 

El bus se detuvo en el lugar indicado y Hiroki se bajó con el sobre bajo el brazo. Ingresó en el edificio y tomó el ascensor. Al bajar en el piso correcto y acercarse a la entrada del departamento observó que la puerta estaba abierta, y que se oía a una mujer gritando sola adentro.

 

Se asomó a la puerta y se quedó mirando a la mujer que hablaba y caminaba por todo el living de la casa del escritor;

 

_ ¿¡Cómo que de vacaciones?! ¡No puedes irte de vacaciones a la mitad de un trabajo! _pausa_ ¡Ni se te ocurra echarle la culpa a Misaki! ¡¿Qué dices?! ¡No te atrevas ni a pensarlo! ¿¡Y dónde pusiste el manuscrito?! ¿Se lo diste a quién…?

 

_ Disculpe… _Hiroki trato de llamar su atención_ Vengo a ver a Akihiko…

 

La mujer lo miró entre sorprendida y avergonzada de que la hubieran visto en medio de semejante estado de histeria. Era muy guapa, pelirroja y estaba vestida de manera muy coqueta.

 

_ ¿Es usted Hiroki Kamijou…? _preguntó.

 

_ Sí, soy yo… ¿Se encuentra Akihiko?

 

Akikawa hizo una mueca:

 

_ Hace segundos estaba hablando con él… me ha colgado…

 

_ ¿Y dónde está…?

 

_ Se ha ido de vacaciones a una playa, ¡en medio de un importante proyecto!

 

_ ¿Qué? ¡No puedo creerlo! _Hiroki se abstuvo de maldecir, aunque la mujer que tenía enfrente parecía tan dispuesta como él a dedicarle algunas groserías al escritor_ ¡Tenía que hablar con él urgente!!!

 

_ También yo… _suspiró la pelirroja sentándose_ Siéntese por favor. Una de las pocas cosas que conseguí que me dijera es que le dejó el trabajo a usted… ¿Sabe de qué está hablando?

 

_ Bueno, sí me dejó el manuscrito… _Hiroki le tendió el sobre_ Pensé que quería una opinión, pero está sin terminar…

 

_ ¡Es por eso que estoy tan alterada! _Akikawa tomó el manuscrito, feliz de que  estuviera en buenas manos_ Akihiko debería terminar esto en el tiempo pactado, si no lo termina tendré grandes problemas… ¡Y juro que él también!!!

 

Akikawa preparó té para ambos y le contó brevemente su relación con el escritor, y por qué estaba tan preocupada. Akihiko siempre había hecho cosas como ésas, de escaparse y hacerla pasar malos ratos, pero siempre cumplía. Y ahora…

 

_ Al menos la mitad del manuscrito está a salvo… _miró con afecto el sobre_ No lo entiendo, parecía muy entusiasmado con el proyecto al principio…

 

_ ¿Qué pretenderá éste idiota…? _murmuró Hiroki luego de escuchar toda la historia_ Intentaré llamarlo desde mi celular, tal vez al ver que soy yo no me cuelgue…

 

Se apresuró a marcar los números en el celular y esperó…

 

_ ¿Hola…?

 

_ ¡Akihiko! ¿¡En dónde demonios estás?!

 

_ También me da gusto hablar contigo, Hiroki… _respondió el escritor con toda la calma del mundo_ En estos momentos conduzco hacia la playa; con ésta ola de calor a Misaki se le ocurrió que sería lindo tomarse unas vacaciones…

 

_ ¡Me refería a  ir a la playa EN las vacaciones, Akihiko!!! _oyó que gritaba otra persona del otro lado de la línea_ ¡Tienes un trabajo que terminar y yo debo preparar un examen!!! ¡Alguien rescáteme de este idiotaaa!!!

 

Akihiko se cambió de mano el teléfono:

 

_ Ignora eso. Está molesto porque lo traje a la fuerza… _le dijo a Hiroki como su fuese el comentario más común_ Dime, ¿leíste ya la historia? 

 

_ Akihiko, ¿qué pretendes? _le preguntó con los nervios de punta_ Dejando un trabajo por la mitad, escribiendo sobre Nowaki y sobre mí y además…

 

_ ¿La leíste sí o no? _se impacientó el de pelo gris_ Responde o cuelgo.

 

El castaño suspiró largamente antes de responder:

 

_ Sí… La leí.

 

_ Perfecto, a que es una historia espléndida ¿verdad?

 

_ ¡No lo es!! ¡Ya antes impedí que me pusieras en una novela romántica gay y lo impediré de nuevo!!!

 

_ ¿Y cómo harás eso…? Si tú vas a terminar de escribirla…

 

_ ¿¡Qué?!

 

_ Para eso te mandé el manuscrito… _explicó Akihiko_ Quiero que termines la historia siguiendo mis instrucciones. ¿Quién mejor para seguirla que alguien que ha leído todos mis manuscritos y conoce mi estilo…?

 

_ ¡Estás totalmente loco, o el fumar te ha matado todas las neuronas…! _Hiroki estaba horrorizado_ ¿Por qué estás tan seguro de que voy a hacerlo?   

 

_ Porque si no lo terminas por mí no sólo perjudicarás a Akikawa, sino que además la terminaré yo en el futuro y no le cambiaré los nombres a los personajes. Seguirán siendo “Hiroki y Nowaki”…

 

_ ¡Pero…! _Hiroki ya no supo cómo discutirle_ Yo… Yo no soy un escritor… Nunca podría…

 

_ Confía, Hiroki… _lo animó Akihiko_ Sé que harás un excelente trabajo si te lo propones…

 

_ No tienes idea de cuánto te odio en éste momento…

 

_ Óyeme bien, tu primera instrucción es arreglártelas para que Hiroki se libre de los bandidos que Tsumori mandó tras él y llegue sano y salvo hasta un pequeño pueblo lejano.

 

_ Uf… ¿No es más fácil dar por terminada la historia? Ya tienes un bonito y dramático final, como en Romeo y Julieta…

 

_ ¿Y que gane el villano? No me dan premios por dejar que el villano gane en las novelas… _repuso el de pelo gris_ Mira, puedes utilizar el recurso que quieras: un hada madrina, giros, poderes mágicos, lo que quieras. Sólo cumple mis instrucciones y te saldrá bien. Pídele ayuda a Akikawa también, ella conoce la historia…

 

 _ ¿Ella ya la leyó???

 

_ Sí, controla todos mis manuscritos y me da su opinión… Le encantó la escena de cama especialmente…

 

_ ¡Akihiko, eres un…!

 

_ Debo colgar, estoy llegando al hotel… ¡Adiós!

 

Akihiko colgó dejando a Hiroki con la palabra en la boca. El castaño se desplomó sobre el sillón bajo la mirada ansiosa de Akikawa;

 

_ ¿Qué dijo…? _le preguntó ansiosa.

 

_ Quiere que yo… _tomó aire_ Termine la historia por él… Dice que yo sabré arreglármelas mejor que nadie…

 

_ ¿Y lo hará…?

 

_ No lo sé.

 

_ ¡Oh, hágalo por favor! _le pidió juntando las manos_ ¡Yo lo ayudaré en todo lo que pueda! ¡Hasta le pagaré! ¡Pero debemos terminar éste proyecto!

 

_ Tengo que pensarlo seriamente… _Hiroki se levantó_ Es tarde y debo regresar…

 

 

 

Akikawa decidió dejarlo marchar luego de pedirle su dirección y teléfono y que por favor volvieran a encontrarse. Lo observó alejarse y tomar el ascensor.

 

¿Sería ésa persona capaz de terminar el proyecto de Akihiko…?

 

Y lo que era más importante…

 

¿Aceptaría seguir escribiendo…?

 

 

 

*-*-*-*-*-*

 

Hiroki abrió la computadora sobre sus rodillas, luego de sentarse en el sofá de la sala de profesores. Sobre la pequeña mesilla descansaba el almuerzo que Nowaki había preparado para él y un par de paquetes de cigarros que Miyagui había dejado olvidados.

 

El castaño sudaba tratando de encontrar una idea que le permitiera seguir con la historia, continuarla. Ya comenzaba a preocuparse porque ése fin de semana debía reunirse con Akikawa para controlar lo que había escrito… y la verdad era que no había escrito ni dos palabras pese a los miles de intentos…

 

¿Cómo se libraba un profesor de literatura de un grupo de bandidos sin armas, trucos o alguna intervención mágica…? (Porque había decidido no utilizar éste último recurso)

 

_ Hola corazoncito… ¿Estabas triste sin mi…? _saludó Miyagui desde la puerta y se sentó junto a él.

 

Hiroki se apresuró a cerrar el documento antes de que lo viera. Miyagui lo abrazó, con ánimo de molestarlo y hacerlo enojar:

 

_ ¿No estás feliz de verme?

 

_ Acabo de verlo hace veinte minutos… _gruñó_ ¡Suélteme de una vez ya le he dicho que no quiero que me abrace!!!

 

_ Yo siento como si hubieran sido años desde que no te tengo cerca… ¡El día se me hace eterno cuando no puedo admirar tu bello rostro! _recitó_ Ni tu extraordinario almuerzo…

 

_ Ni siquiera lo piense… _Hiroki tomó la bandejita que contenía la comida y empezó a comer delante del otro profesor, para torturarlo.

 

_ ¡O por favor Kamijou…! ¿No me convidas aunque sea con el arroz…?

 

_ No.

 

_ ¿Compartirás el postre conmigo?

 

_ Déjeme en paz.

 

_ Vamos, ¡por favor! Es mucha comida Kamijou, sabes que si comes de más te vas a poner gordito… _bromeó_ ¿Me lo cambias por mi ensalada de repollo?

 

_ ¿Te refieres a esa cosa mal cocinada…? No lo creo…

 

_ Ufff… Me rindo… _Miyagui se desplomó en el sillón y encendió un cigarrillo.

 

Luego de unos minutos en silencio, a Hiroki se le ocurrió una idea…

 

_ Sin embargo, usted podría ayudarme… Y yo podría darle una porción de mi almuerzo… _dijo.

 

_ ¿Humm? ¿De qué se trata?

 

_ Supongamos que alguien va por el bosque… Y otra persona mandó a tres bandidos para matarlo… ¿Cómo esperaría que se librara de los bandidos y llegara a salvo a su destino?

 

_ ¿Es un acertijo?

 

_ No exactamente… Pero si usted lo estuviera leyendo en un libro, ¿qué sospecharía que fuese a pasar?

 

_ Pues… ¿La persona a la que van a buscar los bandidos está armada?

 

_ No.

 

_ ¿Es peligrosa?

 

_ Cuando la hacen enojar… _comenzó a decir Hiroki_ Pero no es el caso…

 

_ O sea que estamos hablando de alguien inofensivo…

 

_ Más o menos…

 

_ Mmmm… ¿Qué tal si toma un camino diferente al que pensaba tomar al principio? Así despistaría a sus perseguidores…

 

_ No sé… La verdad es que no sabe que lo persiguen… Sería demasiada casualidad que tomara otro camino por su cuenta…

 

_ ¿Y esa persona es lindo/a?

 

_ ¿Qué? ¿Y eso qué tiene que ver?

 

_ Mucho, porque si estamos hablando de algo así como una doncella lo ideal es que su príncipe la rescate y la saque del problema…

 

_ Oh… Serviría pero… Su príncipe no puede rescatarla de momento…

 

_ ¿Y qué tal la ayuda de un nuevo personaje? Un amigo o un desconocido, da igual…

 

_ ¡Sí! ¡Eso podría funcionar!!! _se entusiasmó el castaño. En su mente las imágenes comenzaban a tomar forma rápidamente, una detrás de otra, en una secuencia que al fin encajaba.

 

_ ¿Soy brillante verdad? Anda, di que soy brillante… _sonrió Miyagui estirándose.

 

_ Ni lo sueñe… _rió Hiroki_ Pero gracias por su ayuda…

 

_ No olvides nuestra parte del trato…

 

Hiroki le cedió una parte de su almuerzo;

 

_ Ahora váyase, tengo que trabajar…

 

_ ¿Estás escribiendo una historia?

 

_ No… _gruñó_ Y qué le importa…

 

_ Anda Kamijou admítelo, estás trabajando en una historia, lo sé…

 

_ ¿Cómo está tan seguro de lo que dice? _Hiroki lo miró con el seño fruncido_ Más le vale que no me esté espiando…

 

_ No es eso pero, siempre que paso por aquí a la hora del almuerzo estás ahí sentado con la computadora en las piernas, mirando la pantalla y con el seño fruncido, igual que los escritores cuando no se les ocurre nada. ¿Es una historia de amor?

 

_ ¡Váyase de una vez! O le contaré a ese niño con el que sale sobre sus declaraciones de amor hacia mí…

 

_ ¿Cu-cuál niño? _se hizo el tonto Miyagui_ ¿De qué hablas Kamijou?

 

_ Usted no es el único aquí que puede espiar, Profesor… _le advirtió Hiroki.

 

 

 

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“Los tres hombres que Tsumori había enviado alcanzaron el carruaje donde viajaba Hiroki rápidamente. El conductor del carruaje era cómplice así que encontraron al profesor exactamente en el camino que habían acordado…

 

Cuando los bandidos le dieron alcance al carruaje los caballos que lo tiraban se asustaron y frenaron el paso, haciendo que la carreta se balanceara violentamente.

 

Uno de los hombres le dio una patada a la puerta y sacó al profesor, pese a que éste pataleaba y gritaba. Lo subió a su caballo y emprendió el recorrido a toda velocidad.

 

Los otros dos le dieron alcance minutos más tarde… 

 

*-*-*-*-*-*-

 

 

 

_ ¿Había algo de valor en el carruaje? _preguntó uno de los hombres de Tsumori.

 

_ Nada, sólo libros… _respondió su compañero_ Veamos si él tiene algo…

 

_ ¡Suéltenme! ¡Aléjense de mí! _Hiroki se retorcía y le daba codazos al hombre que lo sujetaba, que tenía todo el rostro arañado.

 

_ ¡Apresúrense, no puedo tenerlo mucho tiempo quieto! _les  advirtió.

 

Revisaron las ropas de Hiroki y hallaron el reloj plateado que Nowaki le había obsequiado:

 

_ Pero qué tenemos aquí… _el bandido observó el reloj en la luz_ Esto valdrá sus buenas monedas…

 

_ ¡No! _Hiroki vió cómo guardaba entre sus ropas el único objeto que le quedaba de Nowaki_ ¡Devuélvamelo! ¡Por favor! ¡Les daré cualquier otra cosa! _ofreció desesperadamente.

 

El hombre que lo sujetaba vio agotada su paciencia y lo golpeó en la cabeza, cerca de la nuca. Hiroki se desplomó a sus pies con un quejido.

 

_ ¿Y ahora qué sigue? _preguntó el que tenía el reloj, observando al profesor.

 

_ Debemos acabar el trabajo… _dijo el bandido que tenía el rostro lastimado_ ¡El dinero que nos prometieron no vale la pena sólo por matarlo! ¡No llevaba nada de valor más que ese reloj y repartido entre los tres es muy poco dinero!

 

_ Sin mencionar que te arañó todo el rostro y que casi te arranca una oreja…

 

_ Yo conozco un lugar en donde podríamos venderlo… _propuso el que tenía el reloj_ Nos pagarían bien por él; y además tendríamos también el dinero por matarlo…

 

_ ¿No es un poco viejo ya para que a alguien le interese comprarlo como esclavo…?

 

_ No creo que importe… Mira ése cabello. Y su piel… Es buena mercancía… _dijo_ Además es imposible salir de ésos lugares una vez que se entra, nadie nos descubriría…

 

Los tres concordaron en que era un excelente negocio vender el indefenso profesor. El que había tenido la idea sería el encargado de llevarse a Hiroki, y los otros dos de ir a cobrar a Tsumori por su trabajo no realizado.

 

Luego de acordar en dónde reunirse se marcharon cada uno por su lado…

 

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Hiroki abrió los ojos lentamente. Estaba sentado contra un árbol, a un lado del camino. El dolor en su cabeza a causa del golpe y las manos atadas detrás de la espalda lo hicieron consiente de que aún estaba a merced de los ladrones; y lo invadió el miedo…

 

Con algo de esfuerzo logró ponerse en pie apoyando la espalda contra el árbol. De pronto oyó una voz;

 

_ Ahh… Veo que despertaste… _Hiroki reconoció la voz del bandido que le había quitado el reloj de Nowaki. Se acercaba a él llevando a su caballo de tiro_ Paramos un minuto para que mi caballo bebiera agua y te dejé un rato solo…

 

_ ¿A… a dónde me lleva…? _preguntó el castaño sintiendo el sudor frío en su espalda. El ladrón lo miraba de una forma nada tranquilizadora y lo que era peor, se estaba acercando a él…

 

_ No querrás saber…  _repuso el ladrón mientras se quitaba la capucha gris. Le tomó el mentón con una mano y observó su lindo rostro asustado_ Vaya… Sí que eres lindo…

 

_ ¡Suélteme! ¡Aléjese de mí! _estalló el profesor, preso del pánico.

 

El hombre lo tomó con rudeza entre sus brazos y lo pegó a él;

 

_ Creo que voy a divertirme un poco contigo antes de venderte… _murmuró contra su cuello de cisne. Hiroki sintió su lengua acariciándole debajo de la oreja y sollozó de desesperación_ Oh sí…

 

Hiroki se retorcía violentamente, gritaba pidiendo ayuda mientras el ladrón lo mantenía preso y lo tocaba por todas partes. Cuando comenzó a tironear su ropa sollozó y las lágrimas acudieron a sus ojos:

 

_ No… Por favor…

 

Trató de patearlo en una rodilla, pero el hombre sólo se rió. Era mucho más grande y fuerte que él; cuando trató de empujarlo el ladrón se rió nuevamente. Era una risa cruel...

 

Por favor, por favor que alguien me ayude…” pensó.

 

Como si su deseo se cumpliera mágicamente, el hombre se quedó quieto un momento y luego cayó muerto a sus pies.

 

¿Muerto…? ¡No!

 

Había alguien parado detrás del ladrón, sosteniendo una pesada enciclopedia en alto.

 

_ ¿Se encuentra usted bien? Oí sus gritos de auxilio… _dijo.

 

Era alto y parecía algo mayor que Hiroki. Iba vestido muy elegante, tenía el cabello negro y los ojos color café.

 

Hiroki demoró un poco en reponerse del susto, por lo que sólo atinó a asentir lentamente con la cabeza. Su salvador procedió a desatarle las cuerdas y el castaño se frotó las muñecas, lastimadas de tanto forcejear:

 

_ Gracias… por salvarme… _dijo. Miró al ladrón_ ¿Cómo se acercó sin que lo oyera…?

 

_ Bueno, es que estaba tan concentrado en lo que hacía que no se hubiera dado cuenta aunque me hubiese acercado a caballo… No sabe ni qué lo golpeó…

 

_ Oh…  _Hiroki miró el pesado libro usado como arma y sonrió_ Muchas gracias de nuevo…

 

_ ¿No está muerto verdad…?

 

_ Eso no me importa para nada… _Hiroki se inclinó junto al ladrón y tanteó su ropa hasta dar con el reloj. Se lo quitó y lo apretó contra su pecho, sonriendo.

 

“Éste reloj es lo único que me queda…” pensó triste y a la vez aliviado de haberlo recuperado.

 

_ Por cierto, soy Miyagui… _el hombre que lo había rescatado extendió su mano.

 

Hiroki se la estrechó:

 

_ Kamijou Hiroki…

 

_ ¿Adónde se dirige usted Kamijou…? _preguntó.

 

_ ¿Yo? Pues… Asaltaron el carruaje donde yo viajaba… _se lamentó Hiroki, tratando de no contar el verdadero motivo de su viaje.

 

_ ¿Qué? ¿Eran más de uno?

 

_ Eran tres ladrones. No sé qué pasó con los otros dos… _dijo_ Lo peor de todo es que me  robaron todos mis libros… _se quejó.

 

_ Hay muchos libros adonde yo me dirijo… _propuso Miyagui y el castaño lo miró intrigado_ Voy a un pequeño pueblo cerca de aquí, me ofrecieron trabajo como profesor en una escuela… Y me dijeron que tienen una biblioteca bastante grande…

 

_ ¿Cree que tengan trabajo para mí? ¡También soy profesor!

 

_ Pues, hay que averiguarlo ¿no cree…? _le respondió con una sonrisa_ Venga conmigo, me aburro viajando solo aunque… ¿No se dirigía ya a un lugar antes de que le robaran?

 

_ No importa, en serio… Vámonos…

 

Hiroki tomó  “prestado” el caballo del bandido que aún yacía inconsciente el suelo y acompañó a Miyagui; sintiendo que al fin desde que había abandonado a Nowaki sentía un poco de consuelo... había encontrado un amigo…”

 

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Cuando terminó de trabajar y regresó por fin a su casa, Kamijuou Hiroki se sentía exhausto pero de alguna forma con un peso menos encima. La mayor parte del capítulo ya estaba medio cocinada…

 

Como de costumbre caminaba hasta el departamento que compartía con Nowaki, a paso rápido y constante y llevando su pesado portafolios en una mano.

 

Ahora sólo le quedaba relatar brevemente los años que el Kamijou Hiroki de la historia pasaría junto a Miyagui, enseñando en una pequeña y humilde escuela hasta que… 

 

“Vaya… No tengo idea de cómo seguiré después…” pensó  “¿Deberían reencontrarse alguna vez…? Le preguntaré a Akikawa cuando me reúna con ella…”.

 

El castaño llegó a las puertas del departamento y buscó las llaves en su bolsillo:

 

_ ¡Hiro-san! _lo recibió alegremente Nowaki.

 

_ Hola… Veo que llegaste antes que yo… _Hiroki cerró la puerta tras él. En la casa se escuchaba una suave música de fondo_ Huele rico…

 

_ Sí, hoy terminé un poco más temprano. Estaba esperando a Hiro-san para empezar a comer… _repuso el ojiazul_ ¿Quieres ducharte primero? Yo guardaré esto… _propuso tomando el portafolio entre sus grandes manos.

 

_ ¡Ten cuidado! Traigo mi computadora ahí dentro…

 

El ojiazul lo miró con el seño fruncido:

 

_ ¿Otra vez trajiste trabajo a casa Hiro-san? _preguntó.

 

_ ¿Acaso tiene algo de malo…?

 

_ Es que… Últimamente me preocupo… _confesó el más alto_ Hiro-san trabajas mucho aquí en casa, escribes y escribes documentos y pareces muy estresado estos últimos días…

 

_ ¿Eh…? Bueno, yo… No me había dado cuenta de que trabajaba tanto…

 

La verdad era que Nowaki estaba en lo cierto, en las últimas noches había tratado de escribir hasta muy tarde, luego lo intentaba en los almuerzos y en cualquier otro tiempo libre… Se había concentrado mucho en cumplir con Akihiko, quizá demasiado…

 

_ Lo siento, Nowaki… Pero ya no trabajaré más de ese modo, ya solucioné lo del documento… _dijo.

 

_ ¿En serio Hiro-san? _sonrió Nowaki.

 

_ Sí, en serio… _resopló el castaño_ ¿Estás dispuesto a esperar que me de una ducha antes de comer…?

 

_ Sí, claro.

 

_ Bien… _Hiroki ya iba a irse al cuarto de baño_ Esto… Gracias por preocuparte así por mí… _carraspeó.

 

Nowaki sonrió aún más ampliamente y ya iba a dejarlo marchar cuando lo tomó de la mano y lo detuvo;

 

_ ¿Qué pasa…?

 

_ Hiro-san, ¿yo podría darte un beso de bienvenida…? _preguntó poniendo ojos de cachorrito brillantes.

 

_ ¿Qué? _Hiroki se puso rojo_ ¡No empecieses con cursilerías! ¡No quiero un beso de bienvenida!

 

_ Pero sólo uno chiquito… _pidió tironeando del brazo del castaño.

 

_ ¡No! ¡Quítate de encima mocoso! _Hiroki trató de soltarse_ ¡¿Por qué eres tan pegajoso?!

 

_ Porque te quiero mucho, Hiro-san… _sonrió el más alto aprisionándolo contra el y sin darle tiempo a más quejas juntó las bocas de ambos con un dulce beso.

 

_ Nhhh… _Hiroki refunfuñó un poco dentro de la boca de Nowaki pero luego las mejillas se le tiñeron de un suave rubor y su cuerpo tenso por el día de trabajo se estiró entre los cómodos brazos del más alto.

 

La música que pasaban por la radio cambió como por arte de magia a una balada de amor y el castaño suspiró dándose por vencido y ladeando la cabeza para que su Nowaki pudiese besarlo mejor…

 

Sus caras se apartaron lentamente luego de unos segundos:

 

_ Ya está… ¿No fue tan doloroso verdad Hiro-san…? _le preguntó el más alto sonriéndole dulcemente.

 

Hiroki se puso rojo;

 

_ Eres un descarado… _gruñó.

 

_ Eso en el idioma de Hiro-san significa “dame otro beso”… _propuso picaronamente

 

 Nowaki.

 

_ Idiota… _suspiró Hiro mientras apoyaba el mentón sobre el hombro de Nowaki y cerraba los ojos.

 

El ojiazul lo estrechó amorosamente y de repente se sintió más relajado y a gusto que nunca entre sus brazos. Comenzaba a sentir algo de sueño…

 

_ No te pongas demasiado cariñoso o se quemará la comida… _le advirtió.

 

_ ¡Es verdad la comida!!! _Nowaki salió disparado hacia la cocina.

 

Hiroki sonrió y se abstuvo de reírse. Dejó la computadora sobre el sofá y se fue al cuarto de baño…


 


 

 

Minutos después…

 

Hiroki salió del cuarto de baño envuelto en una bata esponjosa y gigantesca. El cabello le goteaba agua. Sabía que salir así del baño y preguntarle algo a Nowaki era como “jugar con fuego”; el más alto siempre encontraba provocativo verlo con esa bata porque quería averiguar si Hiro-san llevaba algo debajo…

 

Pero no había toallas en el baño y de verdad necesitaba saber en dónde estaba el secador de cabello:

 

_ ¿Nowaki no has visto por casualidad el secador de…? _Hiroki se quedó de piedra con la escena que tenía enfrente.

 

Nowaki había abierto su computador portátil y estaba muy entretenido leyendo uno de los documentos. ¡El de la historia de Akihiko!!!

 

El ojiazul levantó la cabeza y lo miró, sorprendido al ser descubierto con las manos en la masa:

 

_ ¡Hiro-san!!! _exclamó con la voz de un niño al que acaban de pillar haciendo travesuras.

 

_ ¡¿QUÉ DEMONIOS ESTÁS HACIENDOOOOOO?!


 

 


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