Parte 1
Aquella mañana el pequeño naruto se despertó lleno de energías, saltó de la cama y se vistió a toda prisa, para no llegar tarde a un día tan especial. ¡¡El maestro Kakashi les iba a llevar a una excursión especial sorpresa!! Estaba tan emocionado…en sus 5 años de vida no recordaba un día de clases tan increíble, se preguntaba a donde irían…
Al llegar al colegio ya estaba allí su amigo Sasuke, de la misma edad, aunque él no parecía tan emocionado.
-¡Sasuke-kun! ¿A dónde crees que nos llevrá el maestro Kakashi este verano?-
-¡Pues yo que sé…! Pero a mi tanto me da…el año pasado fuimos a ver vacas a una granja, y el año anterior fuimos al jardín botánico de la villa vecina…ya ves, menuda fiesta…llevaba todo el año esperando este día…-
-¡Yo también, Sasuke, es el mejor día del año!-
-¡Naruto, baka! ¿Nadie te ha enseñado lo que es el sarcasmo?-
-¿Qué sacamos que…?-
-¡No, baka!¡Sarcasmo!¡Sar-cas-mo!-
-¿Sarcasmo?
-¡Hola, niños!-
-¡Kakashi-sensei!¡Llegas tarde!- Los dos niños chillaron al unisono mientras iban a abrazar a su maestro.
-Imposible, habíamos quedado aquí a las 9…-
-¡No, habías dicho a las 8!- volvieron a chillar los niños al unisono.
-¿Dónde esta sakura…?-
-¡Kakashi-san, kakashi-san!- Iruka apareció corriendo por la puerta –Ha llamado la madre de Haruno, dije que Sakura no podrá venir, parece que se rompió la crisma ayer en su clase de patinaje sobre hielo.
-¡Vaya, pobre Sakura!- Naruto y Sasuke no podían evitar reírse pensando en la niña de cabellos rosas cayéndose de culo sobre el hielo.
-Bueno, pues tendremos que irnos sin ella…suerte que aun no había comprado los billetes del bus…-
-¡Si! ¡Nos vamos sin la petarda de sakura-chan!-
-¡Naruto! ¡Un respeto! Luego iremos todos juntos a llevarle flores a su casa.-
-Jo, no….Kakashi-sensei, tengo clases de yoga…-
-¡pero qué mentiroso eres!-
-Maestro Kakashi…¿podemos irnos ya?- Sasuke comenzaba a impacientarse.
-Claro, niños…a ver, ¿habeis traido los permisos firmado por vuestros padres?-
-¡Pero si somos huérfanos!- se quejaron los niños al unísono.
-¡Ah, sí..! ¡vaya…! Bueno los firmare yo…no, no puedo arriesgarme a si os pasa algo sea responsabilidad mía…mmh…Iruka-san, guapo, ven aquí un momento-
-¡Sí, kakashi-san!- el joven moreno se acercó rápidamente con un fuerte sonrojo en sus mejillas oscuras –Dime, kakashi-san…-
-¿Te he dicho ya cuanto admiro tus dotes de docencia…?¿mi apuesto compañero…?¿Porqué no me ehcas aquí unos autógrafos?-
-¡Ay, kakashi-san…claro que sí…!-exclamo muy acalorado, mientras firmaba las autorizaciones sin quitar los ojos de su secreto amor Hatake Kakashi.
-Muchas gracias, los guardaré celosamente…¡bien niños ya podemos inos!¿Habeis traido un buen almuerzo como os dije ayer?-
-¡Pero si dijiste que viniéramos sin comer!- se quejó el pequeño Uchiha.
-¡Sí! ¡Dijiste que nos enseñarías a comer bien en la naturaleza, cazando y pezcando!-le apoyó el inocente naruto.
-Mmmh…vale…si, creo que hemos tenido un malentendido, bueno ya veremos como va todo pues…pero debemos irnos ya que sino se nos hará tarde y no podremos hacer nada…¡andando!-
Y los tres juntos caminaron hasta la estación de autobuses donde el maestro compró los billetes, y luego se subir al vehiculo, marcharon felices a donde kakashi le diera ganas de bajarse. El jounin se echó una buena siesta, y luego de un par de horas se despertó y se encontró con un hermoso paisaje de playas y costa marina.
-¡Este sitio me encanta…creo que será perfecto!¡Conductor, pare el autobús, nos bajamos aquí!-
-¡Entendido!- El viejo conductor detuvo el autobús en el acto y despidió a los únicos 3 pasajeros que bajaron en aquel desierto paramo en la playa.
-¿Pero que mierda de sitio es este?- se quejó Sasuke haciendo puchero con su malhablada boquita.
- ¿Quién te ha enseñado a hablar asi, niño? ¡menudos modales teneis los críos hoy en día!-
-¡¡Nunca había venido a la playa!!¡ES EL MEJOR DÍA DE MI VIDA!- El pequeño rubio saltaba sin parar por la arena junto a la carretera, chillando y bailando.
-¿Por qué no puedes ser igual de feliz que Naruto?-
-¡Porque no soy idiota!-
-Bueno, tú mismo, puedes estarte toda la tarde enfurruñado o disfrutar del sol y del agua como naruto y yo, ¿eh Naruto, verdad que si?
-¡Si!¡Sol, agua, arena!-
Juntos se encaminaron hacia la orilla, seguidos por el malhumorado uchiha, mas molesto aun porque se le metía arena en las sandalias ninja.
-Podeis quitaros las zapatillas, niños, esta es una playa virgen asi que nadie viene aquí a tirar basura…y nosotros no seremos los primeros, asi que tendremos mucho cuidado con lo que hacemos.-
-¡Yo voy al agua!- chillo naruto mientras se deshacía de toda su ropa mientras corría camino al agua, se calló un par de veces intentando quitarse los pantalones, pero se levantaba feliz para seguir su recorrido hacia la satisfacción.
-¡Venga, Sasuke, únete tu también a la fiesta…ven al agua…!- Kakashi intentaba animar al moreno mientras el también se quitaba su ropa para ir a nadar, no sin antes recoger las prendas que naruto había ido dejando regadas por la arena, para juntarlas en un improvisado campamento.
-Bueno…ire…¡pero podrías haber avisado, asi me traía un bañador o algo…!-
-¡Pero como te quejas…yo no veo que a naruto le moleste en absoluto! Ven aquí, ya verás como te diviertes…- Cogió con sus fuertes brazos al pequeño moreno y comenzó a quitarle la camiseta, los pantaloncitos, la ropa interior, y luego una a una las saldalias, mientras el niño chillaba y pataleaba, incluso intentó morderle, pero Kakashi ignorándolo completamente se lo cargó sobre los hombros y corriendo se dirigió a la orilla donde se zambulló junto a naruto.
Naruto también se acercó a su maestro, celoso de que Sasuke tuviera toda su atención, y comenzaron a jugar juntos, salpicándose agua unos a otros, saltando desde los hombros del mayor, persiguiéndose bajo el agua, los tres completamente desnudos pero sin vergüenza alguna, se tocaban y rozaban entre sí, abrazandose, colgándose de los fuertes musculos del maestro kakashi.
Pero pronto tuvieron hambre y volvieron a la orilla para preparar algo de comer, completamente improvisado como la excursión misma. Sasuke encendió el fuego con la única técnica que le había enseñado su padre, luego con kunais afilaron unas estacas para cazar algunos peces, y luego de estar un buen rato en el agua los tres consiguieron una buena pezca ensartada. Los pusieron a cocinar sobre el fuego mientras bebían unos refrescos que casualmente kakashi llevaba en la mochila, eso para los niños, él tenía un par de cervezas calientes (algo es algo).
-Bueno, niños, creo que tengo una bonita historia que contaros…-comenzó Kakashi, algo alegre por el alcohol que disfrutaba, junto al pescado, mientras comían lo tres- La verdad es que esta playa no es virgen, ni tampoco es cierto que llegaramos aquí de casualidad, la verdad es que yo ya había estado aquí antes, cuando tenía vuestra edad…-
Yo tenía unos 5 o 6 años, no lo recuerdo muy bien, estaba aun en la escuela ninja, pero en verano a veces hacíamos excursiones con profesores mas experimentados, yo estaba muy emocionado porque íriamos a una playa secreta con el mejor maestro de todo el mundo: Minato-sama.
Y ese día solo estábamos mi mejor amigo Obito y yo, porque nuestra compañera también se había roto la crisma en sus clases de patinaje sobre hielo. Y los tres nos subimos a un autobús, Nos propusimos que cuando contaramos 100 nubes nos bajaríamos del autobús, pero aquel era un día muy despejado, y luego de contar unas 7 nos cansamos y decidimos bajarnos. Estabamos perdidos aquí mismo en esta playa desierta y hermosa, nos bañamos juntos desnudos, jugando los tres…Pero Minato había cometido el error de traer solo cerveza en su mochila, y con la sed nos pusimos un poco cubas todos, pero no nos importaba nada mientras nos bañábamos bajo el sol.
Yo a pesar de estar algo borracho me sentía nervioso por la presencia de Minato-sama, era tan sexy y tan varonil, ojala lo hubierais conocido, nunca pude confesarle mi amor, pero debo reconocer que fue el gran hombre de mi vida, nunca he vuelto a conocer a nadie igual…
Tenía el cuerpo mas hermoso de toda Konoha, se sabía con certeza que todos le admiraban, nadie se perdía la oportunidad de poder espiar sus increíbles musculos y belleza sin par, por eso era muy raro que alguna vez se atreviera a ir a las aguas termales de la villa, siempre temía ser acosado, el en verdad era algo tímido...Obito y yo nos sentíamos tan afortunados de poder verlo allí, sin nada cubriendo su cuerpo increíble…tenía una pierl hermosa, dorada y muy suave, un cuello grande y robusto, pectorales amplios y fuertes con unos preciosos y extremadamente duros pezones, debajo tenía unos abdominales tan marcados como los adoquines de las calles de Konoha, con una delgada cintura perfecta. Sus brazos eran vigorosos y llenos de musculos, y unas manos grandes y de finos dedos. Sus piernas eran muy largas y viriles, con formas perfectas también, fuertes y macizas, pero lo que mas impresionaba de toda su anatomía era algo grande y formidable que había en su entrepierna, y que Obito y yo intentábamos tocar descaradamente haciéndonos los inocentes. Pero el maestro Minato no era nada tonto, y sabía muy bien lo que queríamos sus estudiantes…Nos llevó hasta la orilla donde el agua no nos llegaba ni a las rodillas y tumbándose sobre la arena dejó que nos recostaramos sobre él. Y allí nos regaló a los dos los primeros besos de nuestra vida…sabían a sal…
Obito y yo acariciábamos su hermoso cuerpo salpicado por el agua cristalina, él nos acariciaba a nosotros a su vez, estábamos allí desnudos entre el agua y la arena, acariciándonos bajo el sol, empezamos a sentirnos muy calientes. Pude ver delante de mis ojos como su miembro enorme se excitaba, enseñándonos su dulce color rosa, hinchado y erecto, al ver que lo mirábamos impresionados, el joven y apuesto Minato se sonrojó visiblemente . Y yo me sentí tan apasionado al ver su timida sonrisa que me eché sobre él, empujando a Obito y comencé a besarlo metiéndole la lengua hasta el fondo, había visto muchas películas para adultos donde hacían esas cosas. Obito se enojó y me empujó también, poniéndose el sobre el maestro y haciendo lo mismo con su boca, yo lo cogí por los pelos y nos revolcamos por el agua peleando por el amor de nuestro sensei. El mismo tuvo que separarnos al ver que los dos éramos tan celosos, nos besó a los dos para calmar nuestra rabia, pero eso no solucionaba nuestro problema de celos.
-Bueno, no puedo besaros a los dos a la vez…lo siento chicos pero ahora toca un beso entre ambos…- Con una pervertida mirada, nuestro experimentado maestro nos juntó los rostros cogiéndonos de la barbilla, obligándonos a unir los labios, y mientras intentábamos besarnos bajo su atenta mirada, él nos acariciaba la espalda suavemente con sus húmedas manos. Sintiendo sus caricias de esa forma nos fuimos poniendo muy calientes, cogiéndonos de las manos dejamos que Minato nos acariciara, y nos estremecimos al sentir sus dedos acariciándonos el trasero, manoseando nuestras infantiles nalgas blancas, incluso nos dio pequeños golpecitos a los que respondimos con nuestros dulces gemidos
-¡Minato-sama!- exclame excitado, besar a óbito no me satisfacía todo lo que yo quería, yo quería jugar con Minato…me eché sobre él y aferré su miembro chorreante con mis pequeñas manitas, insuficientes para tanto vigor, Obito celoso, se echó también sobre Minato poniendo sus manitas junto a las mías aferrando con fuerza el imponente miembro.
-¡Kakashi-baka! ¡Dejame a mi, tú no tienes ni idea de cómo hacer esto…!-
-¡Dejalo tu, Obito!¡Yo también tengo uno de estos y me lo meneo mucho…tengo experiencia!-
El joven maestro en cambio parecía muy divertido por la escena, y sabía como sacar provecho de tantos celos.
-Tranquilos, podeis compartirlo, hay suficiente para ambos….-
-¡Ya verás como lo haré muy bien, sensei!-
-¡Ni hablar!¡Yo soy el mejor…soy muy bueno en esto!-
Y juntos comenzamos a acariciar con las lengüecitas el enorme glande de aquel maravilloso pene, acariciándolo con nuestras manos suavemente, jugando con los testículos y subiendo por el tronco lentamente. Poco a poco fuimos reemplazando el sabor a sal por el de nuestras dulces salivas, mientras lo cubríamos de babas, entre besos y lametazos.
-¡Aah…niños…sí, sí, que bien lo haceis! Me..ah…nh…me correré pronto…-
Minato nos acariciaba las cabecitas sin perderse detalle de tantas atenciones, mientras yo me metía la punta en la boca, intentando chupar y lamer a la vez aquella cosa tan grande, Obito lamía el resto y lo masturbaba con ambas manos subiendo y bajando por el tronco. Luego el también quiso chupar la punta y compartimos un beso sobre el glande, lamiendo su deliciosa carne.
Y porfin ya no pudo mas, cogiéndonos por los cabellos y con un fuerte gemido que resonó en toda la playa se corrió en nuestras caras, llenándonos la boca y las mejillas de su blanco semen, espeso y caliente…
-…Y nosotros nos lo chupamos el uno al otro para limpiarnos la cara, mientras Minato se quedaba exhausto recostado sobre el agua.-
-Kakashi sensei…eso no es algo que pueda contarse a niño pequeños…-Le riñó Sasuke visiblemente sonrojado y nervioso, ocultando sus partes delatoras con la camiseta de naruto, que era la que tenía mas cerca.
-Kakashi sensei…esta historia hace que mi cosita de hacer pipí se ponga muy dura…- Naruto también parecía caliente y sonrojado, pero no escondía su pequeño pene crecido y rojo, mas bien se lo miraba con asombro.
-¡oh…!perdonad…no pensé en el contenido de la historia cuando comencé a contarla, pero es que me trajo un excelente recuerdo estar aquí con vosotros.-
-¡Queremos saber como sigue…!- Chilló naruto emocionado.
-¡¿eh..? eso solo lo quieres tú, naruto! ¡eres un pervertido!-
-¡Mentiroso, mentiroso!- Exclamo el rubito saltando, se cercó a su amigo y le arrebató la camiseta dejando al descubierto otro pequeño miembro duro y sonrosado, que Sasuke intentó ocultar con las manos rápidamente -¡¿Ves? Tu también quieres que siga!-
-¡N..no es cierto!-Chilló Sasuke alterado y enrojecido.
-¡Ja, ja, ja!¡sois muy graciosos, niños! Pero seguire con la historia después de comer…sino se nos podrían quemar los pescaditos…¡a comer!-
-¡Sí!- Chillaron los niños al unísono mientras el sensei les repartía la comida.
Juntos disfrutaron del delicioso banquete, mientras discretamente se espiaban el uno al otro comparando entrepiernas.