Estaba muy oscuro y no podía ver nada. Sentía un piso firme bajo mis pies. Sabía que mis ojos estaban abiertos, sin embargo pestañee para confirmarlo. No estaba asustado; me molestaba la situación.
-En donde estoy...?- Susurré suponiendo que estaba solo y nadie me oiría. Pero me equivoqué. Unos brazos rodearon mi cintura por detrás y sentí una suave respiración sobre mi cuello. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y pude sentir como esa persona sonreía y se apretaba más a mi. Subió su brazo y tomó mi cuello con una de sus manos. Noté que tenía largas uñas, como pequeñas garras.
-Observa con atención- Su voz era fuerte y decidida.
Entonces, vi una celda, circular, que me rodeaba. No había mucha luz, pero podía ver una gran puerta de acero a unos metros. De repente sentí mi cuerpo extraño, como si me hubieran colocado un gran casco sobre mi cabeza y mis brazos fueran sujetos con muñequeras de metal. Pesaban. Intenté moverlos, pero de ellas tiraban unas largas cadenas. Me empezó a faltar el aire, no podía respirar... Me soltó el cuello y todo desapareció. Solo veía oscuridad otra vez.
Luego pasó algo que me dejó atónito. Me arrojó al suelo, tomándome de las muñecas, y se colocó sobre mi! Yo seguía sin poder ver nada pero deduje que tenía el cabello largo porque lo sentía caer sobre mi rostro. "Liberame...amo" pronunció... contra... mis labios, y luego...
Los tres amigos se miraron. La campana que anunciaba el fin del receso estaba sonando y debían volver a su salón.
-Mejor volvamos al salón- Ichigo, el joven de cabellos anaranjados se dio media vuelta y comenzó a caminar.
-Queeeee?! Yo quiero saber que pasó luego!!- Criticó Miharu haciendo uno de sus chibi berrinches.
-Pero ahí terminó el sueño Miru...- Confesó Lir entre risas - Ven, volvamos a clases.- Mentira. Pero Lir no quería hablar más de eso, solo se los había contado porque sino Miharu no iba a dejarlo tranquilo. Ese sueño le daba escalofríos.
Lir, Miharu e Ichigo. Los tres amigos de la infancia. Aunque Miru tenía amigas mujeres, era inseparable de aquellos dos. Ichigo, por el contrario, no tenía mas amigos ya que decía que no los necesitaba, pero si se llevaba muy bien con su equipo de baloncesto. Y Lir era Lir. Se hablaba con todo el mundo y las muchachas morían por salir con él, por supuesta que Ichigo las espantaba a todas ya que no soportaba a las "mujeres en manada", como el solía calificarlas.
- Podrías habernos esperado! - Dijo Miharu al entrar al salón. Ichigo estaba afuera, apoyado sobre la pared, serio. Parecía preocupado.
- Lir - Dijo dirigiéndose a su amigo - Parece que ese sueño te preocupa -
-No, estás exagerando! - Le contestó el castaño con una sonrisa nerviosa. Quería dejar de pensar en aquel sueño, pero realmente estaba taladrándole el inconciente. No hablaron más sobre eso y entraron a clases, pero de camino a casa, una vez finalizada la mañana escolar, Miharu dio su opinión.
-Yo creo que fue...una fantasía sexual! - Ichigo comenzó a reír pero a Lir no le hizo ninguna gracia.
-No me gustan los hombres, paso...- A Miru e Ichigo casi se le salen los ojos de la sorpresa.
- Queé?!?!- Gritaron al unísono.
-Callen! Los va a oír medio país! Si, era un muchacho, no jodan más! - Dijo Lir mientras caminaba, ahora enojado. El del sueño sin duda alguna era un chico. Y le había dicho "amo". Y aparte de eso... casi lo besaba! Se sentía extraño, porque nunca había soñado tal cosa. Rara vez soñaba y casi nunca recordaba nada. La conversación terminó y nadie volvió a decir una palabra. Se despidieron y cada uno se fue por el camino correspondiente a su casa.
Lir vivía con su madre Kumiko y su tía Naoko en su-no-muy-humilde-casa-de-tres-pisos-con-gran-jardín. El muchacho no entendía como su casa siempre estaba en orden con tantas habitaciones para limpiar!
Entró y llamó a su madre, pero no obtuvo respuesta. Lamó a su tía pero tampoco respondió. Subió las escaleras y fue a su habitación. "Seguro salieron" pensó. Se enojó al ver que habían acomodado su habitación, odiaba que lo hicieran. Prendió el monitor de su PC, que siempre estaba encendida ya que era necesario en su rutina. Su amiga de EE.UU le había dejado un mensaje recordándole que en dos días él cumpliría 17 años y le enviaría un obsequio. Abrió su cuenta en facebook. Mucha gente le había firmado para recordarle lo mismo y para que no se olvidara de ir ese día a la noche a MILENIUM ya que todos querían saludarlo y festejar su cumpleaños junto a él. Estaba un poco cansado de ellos. A muchos los detestaba por ser tan superficiales. Porque se sentía obligado a serlo también. Como no tenía ganas de contestar cerró todo y puso música. Se acostó en su cama y, finalmente, se quedó dormido.
Comenzó a sentir frío. Ya no se encontraba en su habitación. Había vuelto a ese extraño lugar. Tal vez su sueño significaba algo. "¿Habré ingerido demasiada azúcar? Debería tomar menos gaseosa" Pensó.
Alguien comenzó a reírse y al castaño se le aceleró el corazón.
-Quién está ahí?!- Preguntó.
-Tienes miedo...-
-Pre-pregunté quién anda ahí?!- Si, tenía miedo. Una luz se encendió. Delante de él se encontraba la celda en la cual él había estado. Daba escalofríos. Dentro había alguien.
-La hora se acerca...amo- Le dijo aquella persona.
-Quien mierda eres?!- Lir solo quería despertar.
-Va a despertar y no vas a poder controlarlo-
-No entiendo de que hablas!!- Lir comenzaba a desesperarse. No quería oír nada más, quería despertar ya pero, indeciso, caminó hacia la celda. Estaba seguro de que era el muchacho de la otra vez. Se horrorizó al verlo ahí dentro, encerrado de tal manera. ¿Qué había hecho para merecer tal castigo?. Lir empezaba a dudar de que aquello fuera un sueño.
-Porqué...?-
-Calla, no me queda mucho tiempo- Sentenció el desconocido.
-De qué hablas...?-
-Ella. Está intentando romper la conexión...-
-Qué?- Lir estaba confundido.
-Supongo que le cuesta hacerlo porque el despertar se acerca... "amo"...- Su voz se oía cansada.- Libérame... en el sótano... amo...-
Lir ahogó un grito. Había despertado.
Usualmente durante la cena se hablaba sobre lo que se había hecho durante el día, pero esa noche, un gran silencio llenaba el comedor. Naoko era una persona algo misteriosa y esa noche en particular se la notaba muy tensa y algo alterada. Kumiko, por el contrario, siempre estaba muy tranquila pero atenta en cada detalle. Esa noche parecía estar en las nubes. Ambas actuaban muy raro (más de lo normal) y Lir quería respuestas.
-Madre... puedo hacerte una pregunta...?- Kumiko miró a su hijo intrigada.
-Dime, hijo - Le contestó la mujer.
-Qué hay en el sótano...?- Naoko, alterada, le explicó que no tenían sótano y que por esa razón guardaban las cosas viejas en el altillo, pero Lir le contestó:
-No mientas, yo te he visto bajar - Mintió. Su tía palideció.
-Lir, no seas metido. Hay cosas de tu tía que son privadas. Así que está prohibido bajar y se terminó la discusión- Sentenció su madre.
-Yo no estaba discutiendo madre, solo preguntaba...- Respondió el castaño algo enojado.
Era estúpido seguirle la corriente a UN SUEÑO. Pero era cierto... había un sótano. Y eso, le causaba escalofríos.
¿Qué tan irreal era ese sueño?