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Retando al destino por aliossha

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Notas del capitulo:

Ya estamos en la recta final...

Ahora si, este capitulo es algo mas complicado, pero tambien explica algunas cosas. Como sabran, no he leido el manga, asi que no se de que va todo eso en el <<guion>> original, aunque, para eso son los fics ^^

Disfrutenlo, se los dedico a todos ustedes (:

Gracias a los que siguen diciendome lo que les ha gustado, me hacen el dia ;)

Capitulo 14.


- Seimei


 


- ¿Que pasa hermanito? ¿Tantos años hablandole a una tumba y no eres capaz de venir a saludarme?  - rio Aoyagi Seimei en persona. Ritsuka lo observo, temblando hasta la medula. ¿Como era posible? El lo habia visto morir, devorado por el fuego, en el asiento que el ocupaba en el colegio...


- No parece estar tomandoselo bien - comento Botan.


- Silencio Nisei... es natural. No esperaba menos de el - lo miro divertido. ¿Ni siquiera un abrazo? - le hizo un gesto burlon a su hermano menor. Ritsuka trago saliva, pero camino con lentitud hasta el, mirandolo con atencion. En efecto, detras de aquella expresion cruel podria encontrarse su hermano. 


- Desatame - fue lo unico que dijo al quedar frente a el.


- ¿Y que escapes? ¿Estas demente? Te necesito. Cuando cumplas tu parte, regresas a tu mediocre vida...


Hubo unos segundos en los cuales intercambiaron miradas desafiantes. Si de algo les habia servido la vida a ambos, habia sido en endurecerlos. Se fulminaron con la mirada. 


Ritsuka siempre se habia preguntado que haria si un dia volvia a ver a su hermano (aunque lo consideraba imposible) y claro esta, pensaba que seria algo muy ameno. Que hablarian todo el tiempo, que su hermano lo consolaria de la crueldad que le rodeaba y le haria una persona mas alegre, como solia serlo de mas joven. Al verlo ahora, supo que no solo habia estado equivocado, sino que Seimei no era la persona que el creia y por consiguiente, no era capaz de seguirle el paso. Porque la vida tambien le habia enseñado que hay lazos que no vale la pena continuar, cuando te hacen tanto daño que amenazan con destruirte y arrastrarte hasta un fatidico lugar.


Aun asi, habia una sola que queria saber...


- ¿Porque? - pregunto Ritsuka. 


Seimei lo miro con desden.


- ¿Y porque no, hermano menor? ¿De que se trata la vida si no haces algo para sobresalir, para hacerte del poder? Mi vida en ese momento era enfermiza, y odiaba practicamente todo lo que me rodeaba. Odio a mis padres. Odio las instituciones. Odio a la Orden... - rio audiblemente - y cuando no quisieron escucharme por las buenas, tuve que ingeniarmelas para darme paso. Fingir tu muerte es algo muy sencillo cuando tu mano derecha es un maldito asesino a sangre fria. Tengo que admitir que desde ese punto de vista, le debemos mucho a Soubi. 


Ritsuka se quedo helado. Seimei lo noto y acaricio su mejilla.


- Y es que el no puede negarse a una orden, ¿verdad? Admito que no parecia feliz cuando se lo propuse, pero cuando le explique mis motivos... casi lo hizo con alegria. Pero sabia que habia un cabo suelto... Tu. Asi que le ordene que te encontrara, y que se enamorara de ti. Asimismo, que te obedeciera en todo siempre y cuando esa orden no entrara en conflicto con las mias. Veras, Ritsuka, tu podras ser el mundo de ese bastardo. Pero yo soy su dios. 


- Y si tan dios eres, ¿entonces porque no esta aqui lamiendote los zapatos? - espeto Ritsuka con rabia. 


- Mocoso impertinente - comenzo a decir Nisei, jalando a Ritsuka del brazo, lo hizo arrodillarse ante su propio hermano. 


- Hasta el discipulo mas devoto un dia entiende que los dioses no escuchan - contesto tranquilamente Seimei - y tampoco entienden de piedad... 


Seimei camino alrededor de el, luego hizo una seña con la mano y Nisei lo subio a un auto diferente, un Porsche Cayenne negro. "Estos tipos tienen problemas con los autos negros" penso Ritsuka. Lo dejaron en el asiento del copiloto, mientras el pensaba como podria escapar de ahi. Todo esto le daba mala espina y si no habia entendido mal, su hermano planeaba darle una tarea a realizar...


Seimei hablo un momento con Nisei. Para impresion de Ritsuka, se despidieron con un beso en los labios, y luego aquel hombre que se le habia presentado con el alias de Botan subio a su auto y salio de ahi. Seimei tomo asiento a su lado y comenzo a conducir. 


- Ritsuka, cuando miras las noticias, llega el momento en que piensas que todo esta hecho una mierda, ¿no es asi? Piensas que el mundo esta lleno de corrupcion, que es injusto, y que alguien deberia hacer algo al respecto. No piensas "debo hacer algo" sino "alguien debe hacer algo" y te quedas justo como estas, tan solo quejandote, aunque las cosas se pongan aun peor. 


>>Algo parecido me ocurria a mi al estar en la Orden. Haciamos el trabajo sucio, y descubri muchas cosas que me hicieron sentir inconforme. Pero no podia quedarme asi como asi. Sabia lo que planeaban hacer no solo con nosotros, los luchadores y los sacrificios, sino con el resto del mundo, y me negue a seguir su juego. No te negare que habia algo de ambicion en mi... despues de todo, si me libraba de ellos, podria reclamar enteramente mi derecho al poder. Lo ansiaba. Y trabaje para ello...¿te puedes imaginar que hice? 


>>Lo primero fue meter discordia. Confundirlos. Hacerlos debilitarse. Para eso, primero hubo que debilitar sus armas mas fuertes. Mi querido Loveless, tu y Beloved fueron de gran utilidad en ese aspecto. Luego me encarge de los subgenerales, les extraje informacion que me dio pauta a desarrollar un nuevo plan. Convenci a Nisei de ser mi luchador - rio - Le dije que si me ayudaba, el tambien se volveria Beloved, y estariamos juntos para siempre. Pff, claro que lo creyo, e hizo de todo, de todo, para ganarselo. Es facil para mi controlar peones, en realidad. 


>> Una vez dañada su fuerza externa, encontrarlos fue muy entretenido. Les hice una visita a cada uno de ellos, en la cual contestaron muchas preguntas. Y luego, los mate.


Ritsuka gimio asustado. ¿Quien era el? ¿Donde estaba su hermano comprensivo y cariñoso? 


...Y ahora estan todos muertos, Ritsuka - prosiguio Seimei - excepto uno, que al final se arrepintio de las cosas que hizo y no quiso completar la ultima orden que le di. ¡Era sencillo! Ir y encontrar al otro Loveless. Llevartelo. Y regresar a mi. Luego, hariamos desaparecer a nuestros padres y nos asegurariamos de que trabajases para nosotros. Tienes iniciativa. Y somos de la misma sangre... y ese estupido tuvo que arruinarlo. Asi que ahora la va a pagar.


Seimei miro a Ritsuka. Estaciono el auto. No sabia donde estaban, pero si que era un lugar muy lejano y tenebroso.


- Ahi es donde entras tu - dijo Seimei - Ritsuka, quiero que asesines a Soubi.


Inmediatamente comenzo a negar con la cabeza.


- ¡¡No lo hare!! - ¡¡Eres un enfermo, un enfermo de poder, un asesino!! No hare nada por ti - enfatizo.


- ¿Y porque no? ¿Acaso no te dejo? ¿No te engaño todo este tiempo? 


- Si, pero...


- ¿Acaso no te habria asesinado si yo se lo hubiese ordenado?


- El...


- ¿Acaso no vales menos que escoria para el?


Ritsuka temblo por un momento. 


- Aun asi, yo no puedo hacerlo. No quiero hacerlo - lo miro desafiante - puedes torturarme si quieres, pero no me haras obedecerte Seimei. Quiza hace unos años tu tambien eras el mundo para mi. Habria hecho de todo solo porque tu me lo pedias. Pude haber perdido mi humanidad con tal de que te quedaras conmigo. Pero he cambiado... hemos cambiado. Tal vez seas el dios de Soubi, Seimei... pero no el mio. 


- Tan obstinado como siempre, ¿huh? Nadie puede huir de su destino Ritsuka.


- No creo en tales niñerias - refunfuño. 


- El que no lo creas no lo hara desaparecer. 


- No voy a ceder


Seimei sonrio de lado. Saco un arma del auto. Comenzo a conducir de nuevo, momento que Ritsuka aprovecho para intentar zafarse de su amarre. Le dolia a mil demonios el tener que deslizar su mano, pero ya casi lo lograba. Diviso una luz lejana, espectral. Conforme se acercaron, supo que era de un auto. Las puertas estaban abiertas.


- Mierda - gruño Seimei a su lado.


El auto se freno terriblemente. Ritsuka se golpeo en la cabeza, sin hacerse demasiado daño. Le dolio, pero no se quejo. Cuando iba a levantar la cabeza, su hermano lo obligo a quedarse agachado. 


- ¡¡Dejalo ir!! - grito una voz familiar.


- Soubi - susurro Ritsuka. 


Seimei busco con la mirada a Nisei...lo hallo inconciente fuera de su propio auto. Soubi le habia devuelto el favor del puente al que lo habia arrojado la ultima vez.


Ritsuka noto que Seimei cargaba el arma con una sola mano. Aterrado, se removio en su lugar e intento detenerlo. Seimei lo golpeo con el mango de la pistola en el rostro. Soubi hizo ademan de moverse, pero Seimei fue mas rapido. Lanzo un disparo que le rozo la oreja.


- Si te mueves un centimetro mas idiota - amenazo Seimei - te volare la cabeza. Es una promesa, y sabes que jamas he fallado un tiro.


- Por favor - suplico Ritsuka - Seimei, por favor, dejalo ir, no lo lastimes.


- Y otra vez....¿No te explique ya que tengo que matarlo? Es una amenaza para mi.


- Yo... yo se que si lo dejas ir no te hara nada - miro a Soubi.


- No lo conoces en lo absoluto si piensas eso hermanito - rio con ganas Seimei - estas viendo al mejor asesino y mentiroso del mundo... tengo que admitir que es incluso mejor que yo...


- No es que este orgulloso - interrumpio Soubi.


- Si si - movio el arma - todos sabemos lo bien que te ha ido ahora que ya eres un hombre de etica y moralidad correcta.


- Seimei, porfavor...


Su hermano lo miro y algo en su mirada le hizo alarmarse. Lo tomo del brazo, que habia logrado liberar del amarre, y lo saco del auto. Soubi quiso moverse, pero Seimei le apuntaba todavia con el arma y no se le ocurria una buena distraccion.


Para sorpresa de todos, cuando estuvieron a pocos metros, Seimei golpeo con fuerza a Ritsuka en un punto debil entre el cuello y el hombro con su codo, lo que hizo que cayera de rodillas. Soubi decidio avalanzarse contra Seimei pero cuando se disponia hacerlo, el aludido apunto el arma hacia su propio hermano.


- Dame un motivo Soubi. Anda, acercate un poco mas.


Soubi hizo de sus manos un par de puños.


- Bastardo... - sintio un frio contacto en su espalda. Nisei se habia recobrado y le apuntaba con un arma. No habia manera de ganar esta batalla.


- Ahora hermanito - dijo en voz burlona - puedes redimirte y hacer lo que te pedi... es solo un disparo.


Solo un disparo.


- Hazlo - dijo Soubi, sacandolo de sus pensamientos - solo apunta al pecho, y jala el gatillo. 


Ritsuka lo miro congelado. ¿Como podia creer que lo asesinaria? Seimei le extendio el arma, la miro...


No era un juego. Todo dependia de su desicion. Sabia las consecuencias del camino que eligiera a partir de estos cruciales segundos, pero tampoco le importaban ya las consecuencias. Debia estar demente por sentirse asi, pero estaba mas que seguro que no era capaz de hacerle eso a Soubi. Tampoco estaba dispuesto a ser el perro faldero de Seimei por el resto de su vida. Miro a su hermano, y tomo sus manos, apuntando el arma hacia el.


- Si vas a asesinar a alguien, que sea a mi. 


- ¡No! - grito Soubi - ¡Ritsuka, haz lo que te dice!


Ritsuka nego con la cabeza. Se sentia asustado. Tenia un nudo en la garganta que le impedia hablar con claridad, y la cabeza comenzaba a dolerle.


Seimei lo miro con determinacion.


- No - fue su unica palabra antes de preparar el arma y apuntarla a la cabeza del rubio. Ritsuka tomo uno de sus brazos.


- ¡No Seimei no lo hagas! ¡Te lo suplico! - Seimei lo empujo, y Ritsuka choco de espaldas con el auto. Soubi se quedo quieto. Cuando Nisei bajo la guardia, lo golpeo y le disparo en la pierna y el pie. Seimei disparo una vez, pero Ritsuka le hizo perder el equilibrio, por lo que fue una bala perdida. 


Entonces Seimei tomo a Ritsuka, obligandolo a quedar enfrente de el para que Soubi no disparara, y, tomando sus manos, las aferro como su fueran suyas, obligandolo a tomar el arma, como si le enseñase como debia hacerlo.


- Ahora tendras que hacerlo por las malas - dijo Seimei.


Las lagrimas le caian, rebeldes. No podia hacerlo, no queria ni pensar en Soubi, cayendo muerto...


- ¡NOOOOO! - grito, intentando zafarse. 


- ¿Porque no dejas de moverte con un demonio? - gruño Seimei controlando un poco sus movimientos. 


- ¡Hazlo Ritsuka! - ordeno con desesperacion Soubi.


- ¡¿NO ENTIENDES ESTUPIDO?! - le grito Ritsuka - ¡¡TE AMO!! ¡¡TE AMO Y NO PIENSO VERTE MORIR!! ¡¡ASI QUE PORQUE NO TE HACES UN FAVOR Y HUYES AHORA QUE PUEDES BASTARDO!


Cayo en la cuenta. Se lo habia dicho, al final. 


Seimei lo hizo a un lado, y antes de que el pelinegro pudiera reponerse, alzo su brazo, fuerte y determinado, a su objetivo.


Se escucho un disparo, y el grito de un chico de 16 años que estaba a segundos de perder al amor de su vida.


 


Pero el disparo no habia salido del arma de Seimei, sino la de Soubi, que le habia dado tambien en la pierna. Dejaron caer las armas, y Soubi le lanzo un telefono movil.


- Llama a emergencias. A tu amigo no le queda mas de media hora si sigue sangrando asi.


- Soubi, enserio eres una verdadera molestia - sonrio Seimei. 


Ritsuka temblaba, aun llorando. 


- ¿Y que, a mi no me vas a gritar nada? - le reclamo su hermano. Ritsuka se quedo inmovil - Ah, si, ya me lo suponia. Malditos adolescentes y sus romances - suspiro - Soubi, espero que sepas que esta no es la batalla final entre nosotros.


- Lo tengo muy presente Seimei.


- Una pelea a la antigua seria mas apropiado... considerando las circunstancias.


- Es lo mejor.


- No te lleves el porsche. Tiene valor sentimental.


Soubi corrio al lado de Ritsuka y tomandolo en brazos, comenzo a caminar hacia el auto de Nisei. 


- Una ultima cosa - dijo Seimei - para estar igualados Ritsuka tambien debera renunciar al suyo.


- Lo comprendo - respondio Soubi con un suspiro.


Subio a Ritsuka al auto, y salio lo mas deprisa posible de ahi. El pelinegro no podia reponerse. Miro a Soubi casi sin parpadear, ¿ A que se referia Seimei con "renunciar"? ¿Tenia que dejarlo ir ahora que, por fin, lo volvia a ver? No estaba seguro de querer hacerlo.


- Ritsu... - comenzo Soubi. Cuando dio el semaforo la luz roja, lo miro, y para sorpresa del pelinegro, estaba llorando tambien - por un momento realmente crei que te iba a asesinar. 


- Idiota - sonrio - deberias preocuparte un poco mas por ti.


Antes de que dijera algo mas, y en los pocos segundos de luz roja que quedaban, le beso en los labios. No era nada parecido a los besos de Loveless, era millones de veces mejor, era algo que lo movia desde dentro, que alteraba todos sus sentidos, y pensamientos. Era dulce y amargo, no era correcto, pero era perfecto. Era lo que el queria.


Avanzaron y Soubi condujo alrededor de media hora. Se detuvieron en un hotel y pidieron una habitacion. Se las dieron a regañadientes y porque Soubi cargaba con un ben fajo de dinero con el, porque su estado fisico era deplorable.


Cuando estuvieron en su habitacion y comenzaron a quitarse la ropa para darse una buena ducha, Soubi se quedo sentado al borde de la cama.


- Ritsu, ¿notas algo diferente en mi?


Ritsuka le miro unos minutos, y entonces se ruborizo. No podia ser el hecho de que estaba desnudo, o mas musculoso y apetecible...


Cuando lo noto, dio un pequeño salto de sorpresa.


- Tu tatuaje...¡No esta!


- Exacto - sonrio el rubio - eso significa que ahora mismo, no tengo nombre. Cualquiera puede reclamarme como suyo.


Ritsuka se quedo boquiabierto.


- No sabia que era posible...


- Solo si ambas partes estan deacuerdo con eso. 


- Entonces, si yo renunciara a Loveless, y el a mi...


- Sus nombres quedarian borrados - termino la frase Soubi - claro, si eso es lo que quieres.


Ritsuka miro al piso un momento, y despues al rubio.


- Y tu, ¿Que quieres?


Soubi se levanto y lo abrazo con fuerza. Ritsuka se sorprendio. Jamas lo habia visto tan emotivo como hoy.


- ¿Es una broma Ritsu? Lo que quiero es estar contigo... - sonrio y le beso la frente - y por cierto, yo tambien te amo, mi travieso gatito...


- Ah Soubi como puedes decir... - le interrumpio el rubio con un beso largo, lento, y profundo.


Ritsuka le rodeo con los brazos, apegandose mas a el. Extrañaba el contacto de su piel contra la propia, el calor que se generaba, sus suaves caricias y su aroma... y cuando se separaron, le rodeo la cintura y pego el rostro a su pecho amplio y fuerte, cerrando los ojos como atesorando ese momento. 


- Te extrañe - dijo Ritsuka - y lamento no haberte buscado... supongo que aun soy un chiquillo tonto.


- No digas esas cosas... - lo abrazo con mas fuerza - yo tambien te extrañe, no sabes cuanto. Lamento haberte mentido tanto, y no haber hecho algo antes para desacerme de un lazo tan enfermizo. No soy tan fuerte como crees Ritsu. Tenia miedo de muchas tonterias, y no fue hasta que de verdad traspasaron un limite que me di cuenta de lo que estaba haciendo... Solo espero que un dia puedas perdonarme por ser un insufrible mentiroso.


Ritsuka levanto el rostro y le dio un suave beso.


- Perdonado - dijo con una sonrisa - Ahora, no te atrevas a irte de nuevo, porque esta vez te seguire y no te dejare en paz hasta que vuelvas conmigo a donde perteneces.


- No me tientes, quiza lo haga solo para verte persiguiendome - le guiño el ojo.


- Pff...


 


Localizar al otro dia a Loveless no fue dificil. Explicarle la situacion, tampoco. Era un buen chico. Lo acepto y ambos renunciaron el uno al otro, aunque en fondo tenia la esperanza de que un dia reencontrarse con Ritsuka y quien sabe, el si que creia en un destino, tal vez para cuando volvieran a verse el pelinegro lo aceptara.


Con ambos nombres borrados, Soubi le dio a Ritsuka un cuchillo con el que tendria que tallar su nombre. La mano le temblaba, pero se armo de valor y comenzo a dibujar Loveless en el cuello del rubio. Le preocupo la cantidad de sangre, pero Soubi iba limpiandose para que la cosa no se saliera de control. 


Una vez terminado, se lo envolvio con unas vendas. Recordo que maso menos con esa apariencia lo habia conocido, y rio al pensarlo. Tomo su celular y lo atrajo a el, sacando una foto.


- Una foto para recordar el momento - explico al rubio, que le sonrio.


- Bien, andando. Aun tenemos un asunto pendiente con cierto familiar tuyo.


Ritsuka le tomo la mano.


- Estoy listo - le dijo.


- Todo saldra bien - respondio Soubi - Estamos juntos.


Ritsuka sonrio. Si, ahora estaban juntos. Y no importaba que este fuera su ultimo dia con vida, saludaria feliz a la muerte, porque iba del brazo del hombre al que mas amaba en mundo...


Y un par de mariposas azules rebolotearon por encima de ellos, dirigiendose al horizonte.

Notas finales:

¡La batalla final en el siguiente capitulo! D: 

Al fin se lo dijo *__* ok no fueron las circunstancias mas romanticas, pero AL FIN le dijo que lo ama. 

Bueno, yo me despido, nos leemos en el siguiente capitulo...

¡Hasta pronto!


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