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Just To Hurt You and Hurt me! por blastbunny

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Notas del fanfic:

Soy nueva asi que no sean muy crueles y lean la historia, que estoy segura que le gustara

Estaba oscuro no podía ver nada, éramos solo sombras sumergidas en la oscuridad del elevador, nuestra respiración cada vez se agitaba mas, nuestras caras se acercaron hasta el punto de que nuestros labios se podían rozar. Pensé inmediatamente en robarle un buen beso, sin embargo no sabia por que mi cuerpo no respondía a la petición que mi mente expresaba a gritos.  Me di cuenta como las dos esquivamos nuestras bocas en la oscuridad.

Fue cuando regreso la luz en todo el edificio y el elevador empezó a moverse de nuevo, casi beso a una completa desconocida,  aunque este tipo de cosas nunca me había importado.

 Pocos minutos antes me la había encontrado en la entrada del edificio, venia tan cansada de la escuela que choque al abrir la puerta de mi coche con ella que cargaba unas cajas,  le pedí disculpas , le ayude a recoger sus cosas y al alzar la mirada me encontré con su sonrisa y sus ojos color marrón que me hicieron tartamudear  diciendo  Que lili..Lindos ojos tienes.

No solo tenia  linda sonrisa y lindos ojos, su cabello era color castaño claro, su piel era blanca, un cuerpo bien formado, sus labios gruesos y rosas me parecieron bastante apetecibles y una pequeña nariz  terminaba de adornar su hermosa cara.

Ella contesto con un sonrojo por mi mirada acosadora que trataba de comérsela en ese momento, me devolvió el cumplido admirando mis hermosos ojos color gris con pequeñas partes ámbar, el color de mis ojos era responsable de una enfermedad llamada heterocromia  que a pesar de que mi madre y mi padre no presentaban este color, mi abuela había padecido la misma enfermedad aunque ella tuvo que usar lentes, yo había heredado su color de ojos pero no tenia ningún problema con mi vista.

No quiero sonar egocéntrica o narcisista, pero desde pequeña he sido hermosa y mis ojos solo eran una pequeña parte de mis encantos, siempre fui popular con chicos y chicas, en secundaria me di cuenta de que me iban bien los dos, por lo tanto siempre tenia citas con los chicos y uno que otro desliz o relación clandestina con una chica, en realidad no me avergonzaba sin embargo no había llegado la persona que me sacara del closet por así decirlo  o por la que arriesgara la herencia que me dejaría mi padre, mi madre sabia de mis gustos, al fin mi madre la persona que me tuvo 9 meses en su vientre y ni uno mas, ella se dio cuenta de mis preferencias sexuales cuando iba en tercero de secundaria, me encontró en mi cuarto en una situación algo incomoda con una chica de la cual apenas conocía su nombre, desde entonces ella siempre me apoyo aunque me terapiaba cada que podía, era lo único que odiaba de que ella fuera psicóloga , por otra parte mi  padre un reconocido doctor por el cual yo debía  “guardar compostura” o por lo menos aparentar ser la hija perfecta. Por uno que otro comentario que le había escuchado decir sobre la homosexualidad  prefería no decirle y no arriesgarme a que me desheredase.

Retomando lo sucedido decidí ayudarle a llevar sus cajas a su apartamento para terminar de disculparme y para poder saber quien era la nueva inquilina del edificio con la cual yo esperaba dormir esa noche. Había subido dos pisos el elevador cuando ocurrió lo del apagón y mi cuerpo no respondió a la voluntad de besarla cuando se lo pedí, lo cual hizo que cuando regresara la luz el silencio que llevábamos desde el estacionamiento se volviera mucho mas incomodo.

-Me llamo Ximena Bentley. Dijo amablemente mientras me extendía su mano rompiendo por fin el silencio. 

Su apellido se me hizo familiar pero le reste importancia, nunca me habían gustado las formalidades pero le correspondí el saludo.

-Mucho gusto, soy  Scarlet Schneider, para servirte.- tome su mano y se la bese

-Scarlet Schneider!!!Eres familia del el doctor Egmont Schneider? , pregunto curiosa, sorprendida y con cara apenada.

-Si, ese mi padre, al parecer lo conoces.- conteste un poco fastidiada.

-No tengo el honor de conocerlo en persona, pero se que es un doctor y alguien importante en la facultad de medicina.- Contesto ella, mientras salía del elevador.

-Estas en la misma planta que yo, que suerte- dije restándole importancia a lo que ella comento sobre mi padre.

-Si, en el apartamento 507- decía mientras sonreía.

Terminamos siendo vecinas, su apartamento estaba a cinco apartamentos del mío, una razón más para   interesarme en esta chica,  abrió la puerta de su casa, entramos,  deje la caja que llevaba en la mesa más cercana.

-¿Quieres algo de beber? Tengo  cerveza y soda- dijo amablemente

-una cerveza-respondí rápidamente.

Saco dos cervezas de la nevera, pero mientras se acercaba a mi, se tropezó con una caja que estaba en el suelo, fue cuando la sostuve en mis brazos y la luz se volvió a ir, dejándonos una vez mas sumergidas en esa oscuridad. Esta vez la tome de la cintura, la pegue a mi cuerpo como si mi vida dependiera de ello y me acerque a su odio para susurrarle.

-¿estas bien?

Ella no reacciono, solo puede escuchar como su respiración se agitaba, su piel empezaba a calentarse y como apoyaba su cabeza en mi pecho, eso hizo que yo esbozara una enorme sonrisa pero de repente sentí como se desplomo en mis brazos. Esto me sorprendió, me encantaba hacer que las chicas se sintiera incomodas ante mi presencia,  que me miraran con deseo, sin embargo ninguna antes se había desmayado.

Regreso la luz,  la tome  entre mis brazos para cargarla, empecé a buscar un sillón o algo donde recostarla, pero al parecer los de la mudanza no habían traído sus muebles aun, me acerque a los cuarto que habían a buscar su cama sin embargo no había cama por ninguno de ellos, decidí que lo mejor seria llevarla a mi apartamento a que descansase  o por lo menos a que recuperara la conciencia.

 


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