-Uchiha, Sasuke ¿verdad? ¿ese es tu nombre?-
Una aspera y sibilante voz resonaba en la oscuridad, provenía de un lado a la derecha a un par de metros de donde estaba Sasuke.
No sabía donde se encontraba, tenía los ojos cubiertos por una gruesa venda negra, sentía las manos atadas en la espalda con cuerdas fuertes y lo que mas le preocupaba: no llevaba mas indumentaria en su cuerpo que la venda y las cuerdas.
-Contestame cuando te hable Uchiha, ¿eres tu Sasuke?-
-Si…-
-Señor, di siempre sí, señor ¿entendido?-
-Sí, señor…-
Por el sonido de la voz podía sentir como se acercaba mas y mas hacia donde él estaba.
-¿Cuántos años tienes?-
-6 años…señor…-
Tenía muchísimo miedo, no podía imaginar lo que sucedería pero seguramente no sería nada bueno, solo quería que aquello si era una pesadilla, acabara ya mismo, despertándose en su cama de siempre…
Pero no se despertaba por mucho que esperaba.
Entonces sintió como el dueño de la profunda voz se sentaba cerca de él, sentía su calor muy cerca, y bajo sus rodillas sentía deformarse la superficie blanda que seguramente sería un colchón viejo.
-Eres muy hermoso, Sasuke…llevaba un tiempo queriendo cogerte, pero no se presentaba la ocasión…-
La voz sonaba aterradoramente cerca, susurrando en su oído casi, incluso pudo oler su aliento poco agradable y caliente.
Pero se estremeció de verdad al sentir unos frios dedos apartar los negros cabellos de su frente, despacio y con cuidado.
-Sasuke, se que eres muy pequeño, pero a partir de ahora vivirás aquí, trabajarás para mí, yo cuidaré de ti y tu me satisfarás…no te preocupes si no sabes como hacerlo, aquí te enseñaremos y serás amado cada día…-
El pequeño sasuke no entendía de que le hablaba aquel desconocido, pero no estaba concentrado en sus palabras, sino en lo que sentía en aquel momento de oscuridad, sentía la piel fría y desnuda de alguien mucho mayor que él rozandose contra sus pequeños hombros, una mano acariciaba sus muslos cerrados, y un rostro igualmente gélido se restregaba por sus mejillas tiernas, haciendo castañetear los dientes del niño por el miedo.
Aunque pronto dejó de hacerlo cerrando fuertemente sus labios al sentir una afilada lengua intentando lamérselos, paralizado por el miedo quiso echarse hacia atrás o soltar sus manos del amarre pero fue imposible, los fuertes brazos de su captor lo estrujaban acariciándole perversamente.
-¿Qué… esta haciéndome…?- preguntó tímidamente Sasuke con su infantil vocecilla.
-Eres tan inocente…No puedo esperar mas para hacerte mio…-
Sin agregar mas palabras cogió con fuerza la cara del chico para abrir su boca y besarle con su larga lengua, frotando sus mojados labios con los suyos, llenándole la mandibula de babas que se deslizaban por su cuello, lo único que sasuke podía sentir era un asco tremendo y ansias de escapar.
Pero las manos del mayor misterioso se movían impávidas por todo su cuerpo, abriendo sus piernas abrazandolo contra su desnuda piel, dirigió sus largos dedos al diminuto miembro del niño para tocarlo lujuriosamente intentando excitarlo.
Durante un momento el beso fue interrumpido, para que la larga lengua lamiera los dedos de la mano que aun estaba libre, luego de mojarlos a conciencia los deslizó por su columna hasta llegar a su expuesto ano, y retomando el húmedo beso, mojó su entrada con la saliva de sus yemas.
Entonces la boca que besaba se deslizó por el cuello del besado para continuar esparciendo sus babas, mientras los húmedos dedos jugaban con la suave piel de su entrada y la otra mano continuaba masturbando su pene.
-¡Aaah..nh..aah..esto..esto es muy…raro..!-
-¿Te gusta, Sasuke..?-
-¡Pare…porfavor…me siento muy raro…!-
Pero lejos de parar, sasuke sintió como lo arrojaban sobre la maloliente cama incapaz de evitarlo, por mucho que se retorciera, las manos que lo controlaban eran grandes y fuertes.
Mas olvidó completamente sus intentos de liberarse al sentir que la asquerosa boca que lo asfixiaba momentos antes se apoderaba de su pequeño miembro y sus precoces testículos, lamiéndolos con aquella larga y babosa lengua caliente, succionando sus fluidos produciéndole una sensación que no había sentido jamás.
Y cuando creía que no podía ser mas extraño uno de los dedos que había estado jugando en su ano se introdujo con violencia en su cuerpo, llenando sus entrañas, retorciéndose y presionando su interior.
-¡Me… me siento muy extraño! ¡pare porfavor…creo…creo que voy a…hacer pi…!
Pero no fue orina lo que salió de la punta enrojecida de su pene, sino un espeso liquido blanco, acompañado de una increíble ola de placer mucho mayor al que sentía secretamente cuando iba al baño.
-¡¡Aaaah…aah..ahg!!-
Su cuerpo entero se sostuvo unos instantes en una grotesca postura sobre su arqueada espalda, para luego caer rendido otra vez sobre la cama, incapaz de moverse o respirar con normalidad, temblando y entre suspiros.
-¡Qué buen niño eres, Sasuke…! Sigamos un poco mas con la lección…-
Y con sus frias manos lo volteó y alzó sus caderas, haciéndole exponer su suave trasero, pero el pequeño sasuke no se enteraba de lo que sucedía con su cuerpo, aun eclipsado por el primer orgasmo de su corta vida, se dejaba manipular como un muñeco de trapo, hasta que sintió la misma boca que había lamido su miembro, empapando ahora su delicado trasero, lameteando con su impávida lengua la entrada, las grandes manos exprimían sus glúteos blandos, clavando en su carne las afiladas uñas mientras sacudía enérgicamente el cuerpo del niño, que temblaba abandonado a su voluntad.
-Nnh…aah..-gemía el chico sin entender del todo lo que sucedía realmente, solo sentía placenteras sensaciones en su entrada, sentía como calientes hilos de babas se deslizaban por sus testículos y su miembro que volvía a endurecerse.
Entonces la afilada lengua que lo lamía se abrió paso en las dilataciones del tierno ano del niño para adentrarse en su cuerpo, mojandolo por dentro, acariciando sus carnosas paredes con aquella lengua tan caliente, luego introdujo también un dedo, remplazando su lengua, moviéndolo a buen ritmo mientras continuaba meneando sus glúteos.
Luego introdujo un dedo mas, haciendo movimientos circulares para ensanchar la entrada, haciendo que los gemidos de sasuke crecieran, y sin retirar sus largos dedos de dentro de su trasero, separó sus blancas piernecitas para apoyar sus caderas sobre su propia falda, frente a su enorme miembro erecto y chorreante.
Pero se tomó su tiempo deleitándose con sus suaves y enrojecidos glúteos, golpeándolos con su pene palpitante, sasuke no sabía con que lo azotaban, pero le resultaba suave y blando, y sobretodo caliente, mientras su ano se contraía y dilataba del placer.
Sin esperárselo en absoluto de pronto sintió como el suave latigo que lo golpeaba se colocó en la entrada, luego de que lo dedos le dejaran espacio, y se comenzó a introducir poco a poco, hasta meter el glande al completo.
Su tamaño era muy superior al de lo dedos y arrancó de los labios de sasuke un grito ahogado, y pequeños gritos entre suspiros, mientras sacaba la cabeza del pene de dentro de su ano para luego volver a meterla lentamente, y luego dejó escapar un desgarrador gemido al sentir como aquella enorme polla se introducía hasta el fondo de golpe, sin aviso previo, tocando el fondo de su interior dolorosamente.
Entonces dejó de ser un juego placentero para el pequeño uchiha.
El pene que lo torturaba entraba hasta el fondo para luego retroceder sin salir del todo, y volver a empujar hacia adentro, a gran velocidad una y otra vez, cada vez con mas fuerza, zarandeaba su trasero con las frias manos, clavando las uñas en la carne de sus glúteos, o dándole cachetes de vez en cuando.
Luego de unos minutos el ritmo fue acelerándose progresivamente, mas y mas rápido, mas y mas fuerte, la pequeña entrada de sasuke sangraba y de sus negros ojos escapaban saladas lagrimas, que se perdían en la negra venda, sus manitas se aferraban con desesperación a las sabanas sucias mientras su cuerpo entero era sacudido violentamente.
Entonces de pronto sintió algo tremendamente caliente en el interior de su ano, llenándolo por dentro, mientras sentía palpitar el pene que le torturaba, latía como una bomba de relojería, pero no explotaría mas ya, y poco a poco dejó de moverse, para salir de dentro de su cuerpo suavemente.
Por fin había dejado de penetrarlo de aquella manera, parecía que ya todo había terminado cuando sintió como su violador le restregaba su caliente miembro por los glúteos, limpiando en su piel los restos del caliente liquido blanco con el que lo había ensuciado.
Con gran alivio sintió también como el peso de aquella persona se levantaba de la cama, y como su voz hablaba desde una distancia considerable.
-Bienvenido a tu nuevo hogar, sasuke.-
Luego un portazo le indicó que otra vez estaba solo y a oscuras.
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-Orochimaru-sama, es delicioso mirarle jugar con los niños…¿Qué le ha parecido este?-
En una habitación contigua un joven de cabellos blancos y grandes gafas esperaba a su señor con una bata de seda negra, listo para cubrir su esbelto cuerpo desnudo sin quitarle ojo de encima.
-Kabuto, realmente debo felicitarte, fue una excelente elección por tu parte…normalmente no me convence que sean tan jóvenes, pero creo que estará bien agregar mas variedad a nuestro catalogo.-
-Lo sé, yo también había pensado en algo asi, por eso le he traido este, y tengo otros en mente que serán de su agrado, y del de nuestros clientes por supuesto.
El joven llamado Kabuto colocó parsimoniosamente la prenda sobre el cuerpo de su superior ansiando algun gesto de atención por parte de este, pero el hombre llamado Orochimaru miraba a través del cristal espejado la habitación donde minutos atrás había desvirgado al pequeño recién llegado que ahora dormía inocentemente sin sospechar que lo espiaban.
El hombre de cabellos negros y afiladísimos ojos oscuros, clavó entonces su penetrante mirada en su ciervo.
-Dime, Kabuto- Susurró con sus labios blancos –No nos traerá problemas que sea tan joven…quiero decir, espero que hayas tenido la precaución…-
-Tranquilo, mi señor, a este niño no lo echa de menos nadie, es completamente huérfano, y los demás que tengo pensados tampoco serán sujetos conocidos o estimados, nunca cometería errores tan tontos…-
-Es verdad, por algo eres mi rata mas preciada, tu inteligencia es impresionante, siempre vas un paso por delante, sino me amaras tanto incluso tendría que tener cuidado contigo…¿verdad rata asquerosa?-
El mayor se acercó peligrosamente a su leal ciervo, y cogió con fuerza su rostro con una fría y palida mano, aproximandolo hacia sí para escudriñar en su mirada.
-Orochimaru-sama, me encanta que me insulte asi…por favor pégueme, mi señor…-
Pero no recibió ningún golpe, simplemente se deleitó con el dolor que le causaban las uñas de Orochimaru clavándose en sus mejillas mientras este le introducía la larga lengua dentro de su boca entreabierta.
Kabuto excitado lamió aquella lengua bebiendo la saliva de su amo ansiando sentirse maltratado por él. Pero la mano que lo aferraba le soltó el rostro, dejándole marcas rojas en la piel.
-Esta noche jugaremos tu y yo Kabuto…ahora no, vete a cuidar de nuestros niños, anda.
-Si, mi amo…-
El joven se marchó con una reverencia, perdiéndose en la penumbra de los pasillos subterráneos.