Observo el atardecer pensando que nunca podre levantarme. Y quisiera morir; con lo negativo que pueda parecer la afirmación, porque no tengo ya ninguna fuerza que me empuje a vivir. Mi princesa ¿Por qué tuvo que pasar esto? Otro amanecer sin color… sin una pizca de ánimo para ponerme en pie, sin aliento, sin deseos de existir un momento más, pienso en ti, y tu imagen me asalta de nuevo y al momento me invaden los celos y la rabia. ¿Con que clase de esperanza voy a vivir yo? ¿Con que vida?
Me levanto pesadamente y me dirijo a la ducha, tal vez el agua fría me ayude a despejar mi mente… el agua cae sobre mi cuerpo y me despierta por completo.
Salgo de la ducha y me visto lentamente, al terminar me dirijo al espejo para mirar mi cansado rostro, se ve pálido y tiene unas ojeras enormes… me maquillo un poco más de lo de costumbre, el maquillaje no lo oculto por completo, mi rostro no tiene esa frescura pero, no importa. Al terminar me dirijo al colegio, camino con la vista perdida y logro sentir un ligero golpe de codo… volteo a mirar…
-hola Lucí-dice mi amiga rubia de ojos tan cristalinos y puros como el cielo azul… se ve radiante con esos pendientes… me miro confundida y yo me sonroje.
-hola María, que tal ¿Cómo te va?-disimulando lo mas que puedo mi sonrojo y sabiendo la respuesta a mi pregunta.
Me mira sonrojada-veraz… este… bueno…Sebastián me pidió ser su novia ayer… acepte…-susurra ella, en ese momento mi corazón se encogió de dolor y sentí después, como se hacía trizas como un frágil cristal que se rompe al menor toque.
-me alegro por ustedes-digo en un tono tosco y de muy pocos amigos, ella me lastimaba y no lo sabía, que estúpido.
-¿estás de muy pocos ánimos verdad?-me pregunta sin siquiera mirarme, la miro un momento y mi vista regresa a la nada nuevamente.
-no pase una agradable noche-digo sin mirarla, mi voz sonaba fría.
-¿puedo saber el porqué?- me pregunta un poco preocupada.
-no pude pegar los ojos, ni siquiera un momento-sonrío falsamente, ella lo noto.
-sonrisa fingida-susurro-sabes que odio que me des esas sonrisas fingidas ¿verdad?-me pregunta molesta.
-perdón pero no tengo ánimos de nada... y-yo- mi voz se quiebra al verlo a él.
Mi amiga lo mira y sonríe dulcemente, una sonrisa que jamás había visto, un brillo de ojos único…
Acelero el paso para no verlo a la cara, estúpida sonrisa de idiota que tiene. Cara de estúpido, odio a esa cosa viviente.
-Lucí-susurra María- espera-me alcanza y toma mi mano, ese gesto me dolió.
-que pasa-susurro apenas sin mirarla de mis esmeraldas bajaban lagrimas.
-mira el es…-habla tan dulce, la volteo a mirar y su rostro cambia a uno de total preocupación
-suéltame-susurro con lagrimas en los ojos y veía borroso.
-¿Lucí qué pasa?-me pregunta bastante preocupada.
-déjame por favor-suplico huyendo de su lado y corriendo hacia el colegio. Me pierdo entre los alumnos, corro rápidamente al baño y me pongo a llorar como una idiota, me duele bastante.
A pesar de tener tantas “fans” ninguna me gusta como María, la amo tanto y para mi es la única, no me importa que sea una chica… al igual que yo.
Las clases terminan y yo me voy, en todo el día no miré a María, ella tan feliz con su novio y yo sola y alejada de ese círculo de “populares” al que alguna vez pertenecí, María entiende te amo demasiado y ayer… María.
-¿Lucí vamos juntos?-me pregunta caminando a mi lado y al de Sebastián.
-lo siento, prefiero caminar sola-susurro apenas, no quiero verlos, mi corazón se rompe y se hace añicos.
Ambos se miran momentáneamente y Sebastián se separa de nosotras y se va.
-entonces camina conmigo ¿sí?-pregunta con una hermosa sonrisa, soy débil a tu sonrisa a sí que acepto.
Caminamos juntas hasta su departamento, la lluvia comenzó a caer y yo quede mojada, más que ella. Me hizo pasar primero yo llevaba una cara horrible, mis ojos estaban hinchados de tanto llorar, pero, ¿por qué lloraba?, solo era una amiga, bah a quien engañaba, es a quien más amo en este planeta, tan vil, en el que estoy condenada a vivir.
-toma, sécate-me dice con una hermosa sonrisa entregándome una toalla.
No la miro, ni tomo la toalla, me vale todo.
-¿quieres que yo lo haga?-sonríe y me abraza –Lucí te quiero-susurra mirándome a los ojos, le ignore, pues, eso me hacía daño.
-mírame-dice con un tono suplicante y me vi forzada a mirarla.
-está bien, si quieres que lo diga, lo diré… yo… María ¡¡¡TE AMO!!!-grite mirándola avergonzada y con lagrimas en los ojos.
-Lucí, mi Lucí, yo también te amo, pero, no podía arriesgarme a perderte si te lo decía… no podía- me dice llorando lastimosamente, sus brazos se aferran a mi cuerpo, no sé si abrazarla o separarla, esto de alguna forma está mal, aunque yo, más que nadie lo desee.
Soy más alta que ella, un poco, pero, lo suficiente para poder besar su frente, la miro y vuelvo a besar su frente…
-Lucí, ¿Por qué mi frente?- me pregunta con una sonrisa picara.
Me sonroje inconteniblemente y me acerque lentamente a sus labios, siento su respiración tan cálida, sus labios carmesí, le bese, un beso tierno lleno de amor cargado de pasión.
En ese momento, la puerta se abrió de golpe, no pude separarme de ella, hasta ahora odio al estúpido que entró a interrumpirnos… el novio de María estaba allí.
-¿Cómo demonios te atreves?¡¡¡ ella es mi vieja!!!-grita el imbécil mal nacido patán.
-¡¡ELLA NO ES PROPIEDAD TUYA IMBÉCIL, MAL NACIDO!!- le reprocho mirándolo con cara endemoniada, mis ojos tenían odio, algo que en ellos nunca se había reflejado... o eso pensé hasta que apareció en nuestras vidas ese pedazo de… de humano.
-¡¡ES MIA!!-grita el chico furioso y se lanzo a tomarme del cabello, nunca se lo perdonare.
-¡¡AHORA IDIOTA, ¿ME GOLPEARAS?!! HAZLO ESTUPIDO, ¡¡HAZLO!!- grite bastante molesta retándolo con la mirada.
-¡¡ERES UNA BASTARDA!!-me grita lanzándome contra la pared.
El golpe dolió mucho, sentí como bajaba un liquido por mi cara, lo toque lentamente, era un liquido rojo, ese imbécil, patán, mal nacido, cuajo de vaca… me lastimo y encima me toco.
-¡¡eres un mal nacido, un estúpido con cara de idiota!!-le miro enfurecida y me lanzo a golpearlo, los labios le sangraban estaba en el suelo…
-pedazo de idiota, nunca en tu vida te le vuelvas a acercar a MI chica-digo enfrentándolo con la mirada… él me mira con rabia… -¡¡¿¿ME ENTENDISTE??!- le grito, solo asiente y se larga, lastimado y ensangrentado… mientras este Lucía de promedio incluso mataría si ella a si me lo pidiera.
Sin querer te llegue a amar, como poco a poco me conquistaste, lo recuerdo muy bien. Cada noche te recuerdo. Antes de dormir, suelo tomar aquella libreta y escribirte un pensamiento, es ilógico e irracional quererte como te quiero. Pero no puedo controlarlo, está fuera de mi voluntad. Mi corazón es tuyo, no sé si lo merezcas, pero no me importa, pues no te amo porque lo merezcas, te amo porque si.