En el mismo momento que el azabache comprendió que amaba al chico que había dejado escapar por no saber pedir disculpas, Naruto se levantaba de la arena húmeda y salía de la playa, dejando que sus largos cabellos danzaran alrededor de su bello y juvenil rostro, llamando la atención de muchas personas.
Tres chicas relativamente jóvenes, murmuraban entre ellas lo lindo que era el chico de ojos azules y cuerpo fuerte.
Naruto las escuchaba murmurar sin darle ninguna importancia, porque ellas hablaban bastante alto, la verdad, hasta que se fijó en una de ellas, de cabellos negros y brillantes, piel blanca y ojos oscuros.
El de ojos azules tenía un patrón definido para elegir chicas con las que acostarse:
-Uno: Siempre habían de ser morenas.
-Dos: Siempre tendrían que ser blancas de piel.
-Tres: A ser posible de ojos muy oscuros, aunque no fueran negros.
Él sabía perfectamente que era algo relativamente enfermizo, porque buscaba en esos anónimos cuerpos femeninos a Sasuke, pero casi que le daba igual, era mejor auto engañarse de esa forma a terminar siendo rechazado por Sasuke y considerado un enfermo degenerado y homosexual, cuando no era así.
Naruto Namikaze sólo sentía algo por Sasuke, lo amaba, lo añoraba y lo deseaba desesperadamente. Sólo a él, ningún otro chico le excitaba siquiera, y bueno, las chicas desde siempre, porque él siempre se había enamorado de chicas...hasta que se enamoró de Sasuke Uchiha, y su amor estuvo más que condenado al fracaso.
Sacudiendo su cabeza para dejar sus más que deprimentes pensamientos de lado, el rubio pasó a la acción, embobando al objeto de su deseo y llevándosela con él, dejando a las otras dos chicas suspirando decepcionadas y comentando la gran suerte que tenía su amiga.
El rubio la llevó hasta su coche para dirigirse a un hotel cercano dónde solía ir a menudo con distintas chicas. El joven de la recepción lo saludó con una sonrisa y le dio la llave de la habitación que el rubio prefería, con todas las comodidades existentes y una atmosfera sumamente sensual, con una gran cama, paredes magenta y varias velas esparcidas por el cuarto, de manera que se podía apagar la luz o bajar las persianas si fuera de día y fingir estar en plena noche, con sólo la tenue luz de las velas.
Eso era lo que deseaba Naruto, las chicas verían la atmosfera romántica y él se las cogería a la escasa luz de las velas y fingiría que era a su azabache al que tomaba.
Hoy hago el amor con otra persona
Pero el corazón
Por siempre tuyo es
Mi cuerpo se da, y el alma perdona
En la soledad
Va hacerme enloquecer
Contaré que es amor
Juraré que es pasión
Y diré lo que siento
Con todo cariño y en ti pensaré
En la habitación solo se oía el murmullo de las sabanas y los sonidos de gemidos y profundos besos, muy, muy devoradores.
El de ojos azules no quería palabras, ni gestos que no fueran de pura pasión, no quería que se arruinara su auto engaño y que su ansiada liberación se retrasara. En esos momentos y en ese lugar, él haría el amor con su deseo prohibido, aún en otro cuerpo que no fuera el de su ex mejor amigo.
Dejaré el corazón, seré todo emoción
La verdad es que miento
Que vivo pensando si te olvidaré
Cuando al fin acabó
La ilusión que inventé
Y se va la emoción
Yo quisiera también ver el tiempo correr
Cuando la chica llegó al orgasmo, Naruto la besó con más fuerza para que no gritara y se dejó llevar por el placer, corriéndose con fuerza en el preservativo que llevaba puesto, pues era muy responsable y no quería ni coger alguna enfermedad sexual ni dejar embarazada a una chica a la que nunca llegaría a querer ni a ella ni a su hijo, seguramente.
Los dos se vistieron en silencio. La chica porque aún veía las estrellas y se sentía un poco enamorada, el chico porque ya había terminado con lo que venía a hacer y no quería darle falsas esperanzas a la chica.
-Ha sido un placer conocerte.-dijo Naruto con una sonrisa, dejando embobada a la joven morena, que se quedó paralizada y no pudo detener al chico de ojos celestes cuando se iba.
-¡Qué pena!-suspiró la joven de ojos oscuros.-No me dio tiempo ni de darle mi teléfono, y ese chico era totalmente mi tipo.
Ya no sé quien me amó
Que habré dicho, no sé
Desde entonces que incierto se vive el amor
Cuando acaba el placer
Sigues dentro de mi pecho y vivo recordando
Cuando pienso en ti yo siento que te estoy llamando
Y cuando llega el deseo es tu nombre el que llamo
Puede que no seas tú pero es a ti a quien amo
Naruto pagó la habitación y se fue a su coche, dirigiéndose al momento a su casa vacía, pues sus padres estaban trabajando y no habría moros en la costa,
Casi con enojo, se quitó la ropa que llevaba puesta y se fue directo a la ducha, para borrar de su piel el aroma de esa joven desconocida, ya que se avergonzaba de su deseo y de haber utilizado a la chica para desfogarse.
-Me estoy volviendo un ser despreciable.-musitó apoyando su frente en la mampara de la ducha.
Contaré que es amor
Juraré que es pasión
Y diré lo que siento
Con todo cariño y en ti pensaré
Dejaré el corazón, seré todo emoción
La verdad es que miento
Que vivo pensando si te olvidaré
Cuando al fin acabó
La ilusión que inventé
Y se va la emoción
Yo quisiera también ver el tiempo correr
Ya no sé quien me amó
Que habré dicho, no sé
Desde entonces que incierto se vive el amor
Cuando acaba el placer
Sasuke, que estaba terminando sus clases, sintió un gran escalofrío, como una premonición.
Su corazón latió con desespero y pareció que su respiración se paralizaba, y que su cuerpo no reaccionaba.
Ante su palidez, sus dos amigos se preocuparon, pero el azabache les dijo que no pasaba nada y que no se preocuparan.
Su intuición le decía que eso que sentía era algo relacionado con Naruto, pero aún no sabía el qué era.
Sigues dentro de mi pecho y vivo recordando
Cuando pienso en ti yo siento que te estoy llamando
Y cuando llega el deseo es tu nombre el que llamo
Puede que no seas tú pero es a ti a quien amo
Sigues dentro de mi pecho y vivo recordando
Cuando pienso en ti yo siento que te estoy llamando
Y cuando llega el deseo es tu nombre el que llamo
Puede que no seas tú pero es a ti a quien amo
Al día siguiente, el rubio asistió a clases, y Sasuke lo vio pasar después de un tiempo, un tiempo bastante largo porque el azabache estaba seguro de que el rubio lo evitaba.
Maravillado, observó que el rubio había crecido algo más, que su cuerpo parecía haberse madurado y que su rostro era más bonito que la última vez que lo viera, era como la copia exacta del padre de Naruto, Minato Namikaze, hombre que en su día había sido el soltero más codiciado de Konoha, junto con el propio padre de Sasuke, Fugaku Uchiha.
Su éxito con las mujeres había sido legendario, hasta que se había cruzado en el camino de ambos dos mujeres hermosas, una pelirroja y otra morena. La pelirroja era una chica que se había mudado de la comarca del Viento, y la morena una prima segunda de Fugaku que hacía años que no veía.
El flechazo fue instantáneo y los dos amigos sufrieron las penas del infierno hasta que las conquistaron, pese a que ellas los amaban, pero antes muertas que ser un juguete para los dos conquistadores.
Naruto se había tardado más en madurar que Sasuke, por eso él había sido el ídolo de las chicas desde la secundaria, porque el rubio había sido tirando a bajito y con aire casi femenino...hasta que en menos de un año el patito feo se había convertido en un hermoso cisne.
En ese momento, Sasuke escuchó una conversación que no le gustó para nada.
-Si chicas, una de mis mejores amigas de la infancia se acostó ayer con Naruto.-murmuraba una rubia de ojos marrones muy excitada por el chisme.-Me dijo que había sido el mejor sexo de su vida.
El azabache se quedó inmóvil al instante y comenzó a temblar de rabia, viéndolo todo a su alrededor rojo.
Sasuke se prometió conocer todos los lugares por donde se iba el dobe a ligar, para así evitar que volviera a suceder. Mientras él, el maravilloso Sasuke Uchiha era virgen, el rubio bobo se cogía a todas las chicas que le iban detrás, y eso no le gustaba para nada.
Mandaría a la porra el orgullo y volvería a hablar a Naruto.
No dejaría que eso volviera a pasar, Naruto Namikaze era SUYO.
Continuará...