Era ya día 5 de Noviembre, habían estado esperando ése día con emoción, pues celebrarían ya su 3er aniversario de novios.
Ya eran tres hermosos meses juntos y eso los hacía muy felices. Desde hacía ya tres meses habían hecho a un lado su orgullo y se habían confesado sus sentimientos.
Todo empezó con un sorpresivo beso por parte del rubio aquel día, sí, Joey había dado el primer paso, es cierto que temía la reacción del gran Seto Kaiba, pero ya no podía contener más ése sentimiento.
Y fue así como pasó, estaban peleando en la biblioteca de la preparatoria antes de que eso ocurriera, pero algo cambió, la cercanía del castaño al ojimiel hizo que ya no pudiera contenerse más, lo besó tomándolo por sorpresa. Seto no esperaba que su “enemigo” hiciera algo así, pero algo había en ése beso, era algo que el también deseaba desde hacía tiempo y fue así como esa agradable sensación le hizo corresponder.
Se separaron tiempo después debido a la falta de aire en sus pulmones y se quedaron observando uno al otro, ninguno sabía que decir, desde hace tiempo se gustaban, eso era cierto, pero su orgullo no los dejaba aceptarlo.
-Wheeler…-al fin se atrevió a hablar el CEO, su voz era una mezcla de sorpresa y decisión.
- ¡O-olvida lo que pasó! ¡No ha sido nada! – estaba dispuesto a irse antes de que el castaño se decidiera a hacer algo más, el sentía que no sería correspondido, pero se sorprendió aún más al sentir que era detenido y jalado hacia Seto.
El ojiazul lo puso contra un librero y lo beso apasionadamente, no sabía como decirlo con palabras, así que para él eran mejor las acciones. Joey no podía creerlo, jamás pensó que pasaría algo así, ¡pero estaba pasando! ¡Era real aquello!
-No lo voy a olvidar, cachorro, ¿sabes por qué? – su voz era seria, pero ya no era fría como siempre.
- ¿P-por qué? – el rubio estaba nervioso, realmente parecía un cachorrito
- Por qué me gustas y me gustaría saber que sientes tú
- Y-yo…- Dudó un poco, no sabía si Kaiba jugaba, pero debía arriesgarse- Tú también me gustas…-estaba muy sonrojado, había abierto su corazón al fin.
El castaño sonrió al escuchar aquello.
-Entonces, ¿quieres ser mi novio, Joey Wheeler? –acarició con cariño la mejilla del sonrojado cachorro.
- S-sí…Sí quiero – Se abrazó al dragón de ojos azules, estaba muy feliz.
-Bien, ahora vamos a clases, mi cachorro – lo tomó de la mano y se lo llevó al salón, no le importaba quien los viera, no se avergonzaría jamás de lo que sentían.
Ya pasaron 3 meses de eso, y ahora vivían juntos en la mansión y eran totalmente felices. Ya se habían demostrado cuanto se amaban entregándose el uno al otro, estaban seguros que pasarían la eternidad juntos.
Era ya tarde, habían salido de las clases en la universidad y estaban dispuestos a celebrar su aniversario, pero una llamada urgente de la corporación interrumpió su celebración.
- Lo siento, mi cachorro, pero es algo importante, te prometo que cuando vuelva celebraremos y mañana pasaré todo el día contigo. Besó al rubio en la mejilla.
-No, déjalo así, no tienes por qué hacerlo…-estaba decepcionado y triste a la vez, más triste que decepcionado pues hacía días que no pasaban mucho tiempo juntos por las ocupaciones del castaño.
-Cachorro, no te pongas así, sabes bien que yo daría todo por estar contigo hoy, pero es urgente, pasaré el día de mañana junto a ti, te lo prometo.
-Así déjalo, no es nada…
El CEO se sentía triste por la reacción de su amado, pero tenía que irse, realmente era urgente. Beso su mejilla antes de salir prometiéndole volver lo más pronto posible.
Joey se tiró en la cama, inevitablemente empezó a llorar en silencio, se sentía mal, pensaba que algo hacía mal él para que Seto no quisiera estar con él mucho tiempo como antes, ese día le tenía una hermosa noticia que les cambiaría la vida a ambos y ahora no sabía si podría hacerlo.
Se quedó dormido después de tanto llorar y cuando despertó ya era de noche, las 11 marcaba el reloj de la mesita de noche, así que se levantó para cambiarse y acostarse aunque no durmiera más.
-Era lógico…Siempre está ocupado…-se dijo a sí mismo en voz baja.
De pronto, su celular sonó anunciando la llegada de un mensaje. Tomó su celular y leyó el mensaje en voz alta.
-Sal al balcón y mira hacia el jardín, mi cachorro – el rubio se levantó e hizo lo que decía el mensaje, estaba realmente intrigado, ¿Qué planeaba Seto?
Se asomó hacía el jardín y pudo ver como poco a poco se iban encendiendo las luces dejando ver hermosos rosales llenos de rosas rojas. Era hermosa la vista, cientos de rosas en el jardín iluminadas por el rocío que hacía que resplandecieran.
De pronto sintió como unos cálidos brazos lo envolvían y pudo ver frente a él un ramo de rosas rojas.
-Feliz aniversario, cachorro –besó su mejilla con mucho amor.
Joey estaba muy sorprendido por todo, volteó a verlo.
-Seto…-sus ojos estaban llenos de lágrimas de felicidad, Seto había cumplido su promesa.
-Te amo, mi hermoso cachorro – Lo besó con mucho amor, Deseaba que el tiempo se detuviera para estar así por siempre, pero tuvieron que separarse después de cierto tiempo.
-Yo también te amo, mi poderoso y noble dragón- se abrazó a su amado siendo correspondido.
-¿Te gustó la sorpresa?
-Sí mi amor, me encantó
-Bueno, ahora va la segunda parte –se separó de él y se arrodillo, sacó una cajita negra de su saco y la abrió frente a un muy sorprendido ojimiel. – Joey Wheeler… ¿Quieres casarte conmigo?
La pregunta hizo que el rubio se sonrojara y feliz se volvió a abrazar a él y contestó muy feliz- ¡Sí, Seto! ¡Sí quiero!
-Me haces muy feliz, mi Joey –Lo abrazó fuertemente, se amaban y eso se sentía al verlos.
-Bueno, creo que aún falta mi regalo –Le sonrió Joey con su más hermosa sonrisa.
-¿A sí? ¿Qué es? – sonrió el castaño a su hermoso ángel rubio.
-En nueve meses lo sabrás…- le sonrió y se separó de él entrando a la habitación dejando muy sorprendido al CEO.
-¿S-seremos padres…? –El castaño lo siguió y lo besó con todo el amor que le tenía, ese era, sin duda alguna, el mejor regalo de todos.
No había duda, ese había sido el mejor aniversario de todos, pero…No sería el último, de eso estaban muy seguros.