La luna iluminaba el cielo, apenas había nubes pues la noche era fresca. El viento soplaba levemente. En una habitación, estaba Kurt pensativo, tratando de analizar lo que había pasado en la mañana. Aquella extraña sombra… era aterradora, la muerte de ese chico… aún podía sentir en su brazo el frío toque de aquella mano fantasmal.
Tenía miedo, su cuerpo sentía escalofríos de solo recordar aquellos momentos de terror. Quería saber lo que pasaba. ¿Qué era aquel ser? ¿Qué es lo que quiere? Esas preguntas rondaban en su mente y lo único que podía concluir, era que estaba lleno de rencor, pero ¿Contra quién y por qué?
En el pasillo, podía escuchar aquella melodía. El fantasma trataba de aterrorizarlo. Cada vez que escuchaba esa melodía, la piel se le erizaba. Estaba arto de eso. Quería ponerle fin a todo aquello. ¿Qué podía hacer? Sus nuevos compañeros… prácticamente cada uno tenía sus propios problemas… se sentía más solo que nunca. La sensación no lo abandonaba y todo lo que deseaba era encontrar la paz. ¿Qué hacer en situaciones así?
Sintió deseos de llorar. Se echó a un lado, mirando a la pared. Su brazo lo usaba como soporte mientras su otra mano acariciaba la almohada. Sentía una picazón en sus ojos… las lágrimas luchaban por salir. Su corazón latía con rapidez… ¿Qué demonios había que hacer para que se detuviera? ¡maldita canción!
Brincó de la cama con violencia. Se paró y caminó hasta la puerta con ligera rapidez. Tomó el pomo de la puerta pero no la giró… quedó estático por minutos hasta que se decidió a salir. Abrió lentamente y asomó la cabeza de un lado al otro para cerciorarse de que no hubiera nadie en los pasillos.
Salió al fin de la habitación y caminó lentamente por el largo pasillo hasta el cuarto de música que quedaba retirado. Después de minutos de horrible suspenso, llegó a la entrada del salón de música. La melodía se detuvo de pronto…
Sus ojos se abrieron con asombro. Apenas había tocado la puerta cuando sintió que un escalofrío le recorría todo el cuerpo. Comenzó a temblar y un viento frío lo cubrió. De su boca comenzaba a salir bao. La temperatura había descendido considerablemente.
Se paralizó de terror al sentir una presencia detrás suyo. Quiso salir corriendo, gritar y pedir ayuda, más su cuerpo permanecía rígido de miedo. No tenía valor de voltear aunque se moría por hacerlo pero no deseaba encontrarse cara a cara con el espectro que estaba a su espalda. No sabía que hacer, su respiración se agitaba a cada segundo. Una corriente de aire frío tocó la piel d su nuca, causándole mayores escalofríos y un miedo intenso que aumentaba.
- Kurt…
Una voz lejana y de ultratumba… era suave pero a la vez tenía un eco cavernoso que erizaba el vello del cuerpo. Sus ojos se aguaban con claras intenciones de derramar las lágrimas que eran reprimidas. Cerró con fuerza los ojos, deseando que aquella presencia se fuera y lo dejara tranquilo.
Cuando ya no estuvo más esa extraña y escalofriante sensación, su cuerpo por fin pudo moverse y su primera reacción fue la de correr de regreso a su dormitorio.
Abrió la puerta y entró cerrándola con fuerza mientras se recargaba para recuperar el aliento. Un movimiento lo alertó. Era su compañero de cuarto. Lo había despertado.
- ¿Qué demonios te pasa? ¿Por qué agitas la puerta?
No contestó. Su increíble palidez fue suficiente para llamar la a tensión del castaño.
- ¿Qué ocurrió?
- Nada…
Sabía que mentía, pero le daba igual si le decía a que si no le decía. Trató de dormir de nuevo.
- Por favor, no hagas más ruido si no quieres decirme lo que pasa para que pueda dormir. Ya de por sí es tedioso este lugar sin que tu tengas que arruinar mis horas de sueño.
- Si, lo siento.
- Si, Si.
Agitó su mano restándole importancia y trató de dormir. Kurt por su parte, tenía un miedo terrible, no era capaz de poder cerrar los ojos aunque se sentía terriblemente cansado, el sueño no llegaba. Estaba aliviado de que al menos, por esa noche, no sintió más aquella horrenda presencia.
Por suerte para el, sería domingo así que no habría problema si se levantaba un poco más tarde de lo acostumbrado, la mayoría solía hacer eso. Dormir hasta tarde.