- No pensé que esperarías
- Tal vez también soy algo terco
- Ya lo creo
- Inuyasha… cuéntame de ti
- Que quieres saber?
- Todo… quiero saber lo que mas pueda de ti
- Creo que ya Sesshoumaru te hablo de mi… es todo lo que necesitas saber
- No me quiso dar detalles… Inuyasha tu me odias?
- No, no lo hago, pero no creas que vendrás ante mi y te ganaras mi perdón tan fácil
- Se que no será así… Sesshoumaru tenia razón, tu madre te ha criado muy bien
- Eso no era lo que decías la otra vez
- Yo… me equivoque, debes ser consciente de que… no me enteré de la mejor manera
- Mph…
- Inuyasha yo, quiero ayudarte * sacando su chequera y comenzando a llenarla*
- Ya se lo dije… no necesito su dinero, si no lo necesité antes, no lo necesitaré ahora
- Recíbelo Inuyasha… piensa que es por las molestias que te he causado a ti y a tu madre
Lo miro fijamente y vio al mayor con cara de suplica… no podía negar que el dinero le podía servir mucho para el tratamiento de su madre, así que algo resignado por mancillar su orgullo, decidió recibirlo.
Cuando miro la suma se sorprendió al ver tantos ceros allí escritos, mirando atónito al oji ámbar.
- Yo… no puedo recibir tanto dinero
- Piensa que es todo lo que debí darte en estos años y… referente a tu relación con Sesshoumaru * mirándolo severamente*
Miro fijamente a su padre, tragando fuertemente e intentando contener sus nervios. Su madre había aceptado su relación con su hermano… pero su madre era un caso aparte y este sujeto también.
- Que pasa con eso? * se aventuro a preguntar*
- Se que son jóvenes y cuando uno lo es comete muchas locuras… creo que esta es una, pero cuando se es adulto muchas cosas cambian. Inuyasha… tu hermano… será el heredero de mi compañía y el necesitara estar con alguien de su estatus, que lo acompañe y le de su respaldo ante las exigencias de la sociedad… se que lo entiendes, lo de ustedes tan solo es un amor pasajero…
- No se en que se basa para creer eso
- En la experiencia… aun así, voy a enviarlo a estudiar en el extranjero… Inuyasha, si amas tanto a Sesshoumaru, debes dejar que tenga un buen futuro… adiós hijo, no dudes en buscarme si me necesitas
Vio salir al mayor y sin saber porque, quedó desarmado y desolado ante lo dicho por ese hombre; no quería pensar en que estaba siendo el tropiezo en la vida de Sesshoumaru en busca del éxito. Sabia que Inutaisho lo decía porque también quería ver triunfar a Sesshoumaru… tenia que aceptarlo… lo amaba tanto que no quería ser la piedra en el zapato de su novio, el merecía a alguien mejor y si el dependía eso… sin vacilar lo haría, aunque le destrozara el corazón.
Vio su celular timbrar y vio el nombre de su amante, apago el celular de inmediato, no quería hablar con el… no por ahora… aun tenia que pensar en muchas cosas. Aunque su casa quedara retirada, decidió caminar hasta llegar ahí… las frías ventiscas de la noche intentaban mantener su mente serena.
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- Tsk… Inuyasha porque no contestas
Marco varias veces al móvil de su peli plata pero le entraba al buzón, suponía que lo tenía apagado, también marco a su casa pero Izayoi le dijo que aun no había llegado. Se desespero ante no encontrarlo, tal vez era algo celoso y debía confiar en Inuyasha… sabia que era un joven fuerte pero, sabia que también era frágil y fácil de manipular puesto que siempre pensaba en los demás antes que en el mismo.
Tomo su chaqueta y las llaves de su moto y cuando se disponía a salir se topo con su padre, que lo miraba entre conciliador y feliz.
- A donde vas a estas horas Sesshoumaru?
- A ver a Inuyasha * dijo sin pizca de inseguridad*
- Lo harás mañana en clases, tengo algo importante de que hablarte
Un poco reacio, acató la orden de su padre, siguiéndolo hasta el despacho, se acomodo en la silla frente al escritorio y con algo de impaciencia espero a que su padre hablara.
- Hijo… estudiaras en el extranjero
No se cayó de la silla por puro equilibrio, pero la noticia lo había impactado. El no quería estudiar en el extranjero, además, porque su padre eligió esto de un momento a otro?... algo no le cuadraba en todo esto. Se tranquilizo un poco, intentando no demostrarle a su padre su desasosiego.
- Porque quieres que estudie allá?
- Porque es tiempo de que comiences hacerte cargo de los negocios y por eso necesito que aprendas aun mas… la educación de tu actual colegio me tiene inconforme
- Quiero quedarme en Japón
- Sesshoumaru… esto es por tu futuro, como vas a estar a la altura de los grandes empresarios con una educación tan mediocre?
- No lo haces por esto… lo haces por Inuyasha, verdad?
- También por eso, hijo esto es lo mejor para ti, así podrás ser un hombre de alto estatus, que se mezcle en la sociedad de alto nivel
- Alto nivel? * sonriendo burlón* crees que quiero una vida como la que llevo ahora?, te equivocas padre, esta puede ser mi casa pero esto no es un hogar… eso lo aprendí cuando estuve junto a Izayoi e Inuyasha, además, que me espera en ese mundo?... tener que aparentarle a magnates hipócritas?... no lo creo
- Que estas insinuando Sesshoumaru¡
- Que no seguiré mas tus ordenes, no quiero esta vida de infelicidad, quiero a Inuyasha, quiero estar con él y si me toca trabajar en cosas cotidianas y gano un mísero pago, no me importa porque se que con eso puedo ser feliz… el dinero no lo es todo en la vida y eso me lo ha enseñado tu otro hijo. Aprende de él
Salió molesto escuchando los reclamos de su padre, pero aun así, no le importo y se marcho de la casa, subió a su moto y una esquina antes de la casa de su amor, estaciono la moto, esperando ver a Inuyasha.
Finalmente lo vio por la acera, se veía pensativo y abatido, lo abrazo por la espalda y sintió su nerviosismo.
- Soy yo Inuyasha
- Sessho… * suspirando* - no sabes el susto que me diste
- Te vi muy distraído… paso algo?
Se tensionó ante lo dicho por Sesshoumaru y este, se percato de ello. Negó con la cabeza y luego fingió una sonrisa para intentar calmar al otro, pero al ver su rostro firme y severo supo que no había resultado… como hacia su novio para descubrir cuando mentía?, se sentía como un libro abierto ante el mayor.
- Hoy… lo pensé mucho Sesshoumaru y… creo que lo mejor es dejar las cosas así
- Así como?
- Por terminadas… pienso que lo nuestro no será duradero, muchos intentan dañar lo nuestro y a la final, tal vez es una señal de que no estamos destinados a estar juntos.
El mayor miraba fijamente a Inuyasha, este tenía la cabeza gacha y tartamudeaba, lo conocía muy bien para saber que eran mentiras, pero necesitaba saber aun mas… necesitaba una sola pista para saber quien le había llenado la cabeza de tantas sandeces.
- Porque me estas diciendo todo esto Inuyasha… es absurdo
- Absurdo?... tomo esta decisión pensando aun mas en ti que en mi… quiero que tengas un bello futuro Sesshoumaru y no quiero ser quien te retenga al camino del éxito… aun sabiendo que me dolerá verte marchar… lo soportare
- Marchar?... a donde?
- Yo… esto… * quedándose callado*
Lo miro fijamente, ahora sabia muy bien quien le había dicho aquello a su amor. Cobijo a Inuyasha con sus brazos, apretándolo fuertemente contra su pecho, inclino su cabeza hasta toparse con uno de los oídos del menor y le susurro.
- Te amo Inuyasha
Inuyasha tembló ante la voz de su novio, tan varonil y seductora… siempre caía ante las palabras y los actos del mayor.
- No me iré Inuyasha, no te dejare
- Pero…
- No hay ningún pero que valga, yo no quiero seguir las órdenes de mi padre, quiero estar a tu lado y formar un hogar contigo… no me importa dejar la vida que tengo… si a eso se le puede llamar vida
El menor lo abrazo y lloro levemente en el pecho del otro… por fin aquella angustia se había ido de su pecho. Pensaba que Sesshoumaru se iría y los sueños entre los dos también se esfumarían, pero su novio lo amaba demasiado y eso se lo comprobaba día a día, como en esta ocasión.
- Te amo Sessho… tenia… miedo porque pensé que me dejarías
- No se que te haya dicho mi padre… pero se que te hizo dudar, no importa lo que el diga, el ya hizo su vida, yo quiero hacer la mía y no puede impedir que estemos juntos… lo entiendes Inuyasha?
- Si… lo entiendo * sonriendo*
- Bien, ahora vamos a tu casa, Izayoi debe estar preocupada
Entrelazaron sus manos y caminaron hasta llegar a la casa, la peli azabache los recibió con una sonrisa y luego les sirvió algo de comer. Inuyasha le insistió al mayor que se quedara amaneciendo en su casa y este gustoso acepto; subieron a su cuarto y le puso seguro a la puerta, ambos sabían que seguía a continuación.
- Inu… seguro que tu madre no se molestara?
- No… * besándolo* no lo hará * abrazándolo por el cuello*
El mayor lo tumbó en la cama, posicionándose encima de él, lo besó con lentitud, transmitiéndole todo el amor que sentía por su pareja. Su lengua se enroscó en la cálida del otro, moviéndose perezosa, recorriendo toda la extensión de ella; esa noche, quería hacerlo lento y sereno, primero porque la madre de Inuyasha estaba y segundo… porque así le nacía hacerlo.
- Sessho… mi amor, mas rápido
- No… déjame disfrutarte…
Inuyasha sonrió y lo abrazó por el cuello, entendiendo lo que su semental quería, ladeó su cuello, sintiendo como su hombre lo lamia y succionaba… no le importaba que le dejara marcas, al fin de cuenta… el le pertenecía… le pertenecía aquel magnifico hombre.
- Mm… Sessho… soy tuyo…
- Lo se… solo mío Inuyasha
Sintió las manos fornidas y varoniles de su novio quitarle la camisa y luego pasarse por su pecho y espalda. Sus pezones ardían y se derretían en los dedos de Sesshoumaru, gimiendo levemente para no despertar a su madre.
Su novio también se despojo de su camisa y le sonrió al hacerlo; no podía evitar sonrojarse, amaba el sensual cuerpo de Sesshoumaru. Volvieron a abrazarse pero esta vez la boca del mayor se proponía a martirizar los pequeños bonotes rosa. Enredó sus manos en el cabello del oji ámbar mayor, mientras movía su pelvis frenéticamente contra al de su amante… se sentía tan excitado, su cuerpo estaba acalorado y su miembro comenzaba a levantarse, podía sentir el de Sesshoumaru también se elevaba.
- Mmm… Inu… yasha….
- Sessho… amor… ahh… la ropa… quitémonosla
Con sus manos deslizo los pantalones de Inuyasha y también los suyos, por encima de su ropa interior pudo ver tanta su excitación como la de su amor. Ubicó su cabeza frente a la intimidad aun cubierta por la fina tela y lentamente comenzó a lamer, viendo como se humedecía ante el contacto de su mojada lengua.
Miró los ojos suplicantes de su niño y le quito la tela para comenzar a lamerlo, vio como el cuerpo bajo su yugo se arqueaba en placer, sonriendo para sus adentros… jamás dejaría que nadie mas tocara ni un centímetro de la piel de ese cuerpo que le pertenecía.
- Ahh… Sessho… entra…
Abrió las piernas de Inuyasha y se posiciono entre ellas, palpo su glande hasta dejarlo lubricado y lentamente entro en ese estrecho y cálido interior. Sentía las calientes paredes envolver su miembro, asfixiándolo… Su novio tenía los ojos cerrados y su boca abierta, dejando escapar ligeros gemidos de infinito placer.
- Inu… te duele?
- No… no… termina de entrar….
Entro con fuerza, quedando por completo anclado en su cuerpo, se inclino y beso con amor a su pareja, sabía que jamás amaría a nadie como amaba a Inuyasha y también aseguraba que estos no serian los únicos problemas que su relación tendría, pero estando con él, podría superarlos todos.
- Cielo… muevete…
La voz excitada de su amor lo hizo volver y comenzó a embestirlo lentamente, había algo que mas disfrutaba que amar a Inuyasha y eso era estar dentro de su cuerpo, se deleitaba entregarse a el en cada embestida, en cada beso y en cada caricia. Lo besó en cada momento, acallando así los gemidos de ambos.
- Ah… Sessho… voy a venirme…
- Juntos… Inuyasha…
Tomo la virilidad del menor y la masturbo al ritmo de sus embestidas, luego de varios minutos llegaron casi al unísono al orgasmo. Sesshoumaru se dejo caer encima del otro, ambos sonrientes por estar de nuevo juntos.
- Sessho… no te lo había dicho pero… Inutaisho me dio esto * mostrándole el cheque* - con esto pagare el tratamiento de mi madre pero, se que sobrara lo suficiente para que tengamos una vida cómoda… no a la que estabas acostumbrado pero … parecida
- Inu * acariciándole la mejilla* ya te dije que el dinero no me importa, no quiero una vida de lujos, solo quiero una vida contigo
Inuyasha tan solo lo abrazo con fuerza, recostándose en el fornido pecho de su amante, recordaba las palabras que una vez su padre le había dicho: “Inuyasha, la vida puede reflejarse como el mar, unas veces esta calmado y tranquilo, otras veces es turbio y grotesco, pero no debes dejarte atemorizar por eso, al fin de cuentas, lo que queda después de la marea es lo realmente importante”. Besó a su novio y sonrió ante los dichos de su padre porque ahora si los comprendía… Sesshoumaru era lo que había dejado la marea del mar de su vida.